Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Deja vu - por Amanda Quintana

Todo está tan apacible como aquella noche. Nada cambió, aunque pasaron más de veinticinco años.

Que mentirosa soy, perdoname, es que a veces el pasado me confunde. Que nada cambió no, no es cierto. Yo misma soy veinticinco años mayor, veinticinco años más distante y fría de la chica adolescente que fui en aquel verano, en el campamento de la costa, cuando vos y yo éramos un poeta y una poetisa, mirando la luna reflejarse en el agua del mar, por las noches en que soñábamos juntos que un mundo mejor se construye solo con amor.

Aquellos recuerdos todavía me estremecen la piel. A veces pienso si fuiste real o si te soñé, si solo viviste en mi mente. Creo, al pensar en ello, que fuiste parte de un sueño, que nada de aquel verano sucedió en realidad. Era todo demasiado perfecto; el calor, el sol, la arena, la playa, mis jóvenes dieciocho años, vos, tus jóvenes veinte años, mi corazón latiendo en rítmico compas debajo de tu mano, con esa ternura tan tuya, tan varonil pero a su vez tan suave… Y a mí me encantaba apoyarme sobre tu pecho y escuchar los latidos de tu corazón, mientras me abrazabas, me mecías con dulzura y me decías cosas lindas al oído. Todavía me parece sentir tus manos acariciar mi rostro, recogerme el cabello y acomodarlo sobre las orejas, sintiendo la yema de tus dedos rozando mis mejillas sonrojadas, temblando por el miedo de perderte algún día.

Aún están en mí tus ojos, tan claros como la luz de la luna, como los rayos del sol al amanecer, que tantas veces vimos juntos, sentados en la arena. Al mirarte, pensaba que las estrellas titilaban de alegría y que el cielo, era cómplice de nuestro amor. Tu alegría me daba alegría, tu sonrisa me hacía reír, tu amor me enamoraba, tu piel me hacía desearte, tus manos me envolvían en tu deseo, desnuda, con el corazón abierto, posada sobre tu mano como una paloma que se alimenta de la mano de un niño. Luego caminábamos por la playa y debajo de mis pies, la arena me acariciaba y el agua me humedecía, mientras el viento me volvía loca, salvaje, descontrolada; entonces te abrazaba y me colgaba de tu cuello, rodeaba tu cintura con mis piernas y vos reías feliz. Corrías llevándome de un lado a otro, hasta que terminábamos cayendo en la arena. De nuevo, rodando, nos envolvíamos en una ola de locura que nos afiebraba el cuerpo, como si hubiéramos estado drogados, borrachos de amor y deseo.

Todo está tan apacible como aquella noche. Nada cambió, aunque pasaron más de veinticinco años. Hoy regreso a ésta playa, camino por la arena a la noche, miro la luna reflejarse en el agua, observo las estrellas titilando y sonrío con el cielo cómplice. Y sí, nada cambió; al fin y al cabo no soy tan mentirosa. Todavía sigo soñándote, imaginando que algún día vas a salir de mi cabeza y vas a pararte delante de mí, vas a tomar mi rostro con tus manos y me vas a besar, entonces voy a abrazarte y a entregarme a tu voluntad, para que hagas conmigo lo que quieras. Y voy a disfrutarlo. Y dentro de veinticinco años, voy a regresar de nuevo a éste lugar y voy a volver a soñarte, como ahora, pensando que nada cambió, porque realmente nada cambió ni cambiará jamás.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

6 comentarios

  1. Hola.

    Los tiempos verbales del primer párrafo me descuadran. Está narrado en modo pasado, presente pero recordando o cómo. Ese ‘cambió’ me descuadra tras haber leído ‘está’. Pondría ‘ha cambiado’, enlazando ese pasado con el presente. El uso pretérito perfecto simple aleja en el sentido temporal la acción (el cambio) del sujeto, y leyendo el texto me da que se pretende justo lo contrario. Aunque a lo mejor estoy hilando muy fino…

    ‘perdoname’. ¿Falta la tilde o se trata de un argentinismo? Disculpa, pero como español se me hacen raras esas conjugaciones verbales. Si eres argentina no hay nada más que decir.

    Segundo párrafo sólo en él ya cuento seis ‘seres’. Hay que intentar eliminar ese vicio.

    ‘Todavía me parece sentir tus manos acariciar mi rostro, recogerme el cabello y acomodarlo sobre las orejas, sintiendo la yema de tus dedos rozando mis mejillas sonrojadas, temblando por el miedo de perderte algún día.’ Mucho ‘sentir’ muy junto. El defecto del exceso de ‘seres’ limita la expresividad del texto. Si a eso le sumas repetir verbos en tan poco espacio el texto resulta no sólo aburrido, sino cargante. El español es un lenguaje rico y colorido: esa la enorme paleta verbal que posee.

    No voy a hablar más de la forma. Ahora toca el fondo.

    El relato se centra en la remembranza. Y lo hace de tal manera que carece de los tres actos, del giro final. En otro género eso supondría un defecto; pero al tratarse de una simple acumulación de recuerdos (en este caso pseudo recuerdos) lo puedo admitir… si bien a modo personal no me satisface por considerarlo un recurso fácil, sin el reto creativo de los tres actos. Por lo menos hay un pequeño latigazo final en el último párrafo, y en la frase final.

    Debo decir que algo ha funcionado al leerlo, ya que de repente yo mismo me he visto en una escena muy similar, en una situación muy similar, y recordando casi lo mismo.

    Un saludo.

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 23:16
  2. 2. Javier López dice:

    Hola Amanda, coincido con Juan en la valoración. Alguna coma por ejemplo en “Que nada cambió no, no es cierto”. Yo pondría una después de cambió. Muchas veces al querer describir en profundidad un sentimiento nos perdemos en el fondo y olvidamos la forma. Me hubiera gustado una historia, un cuento, pero como escena de un recuerdo es muy rica y sentida. Nos seguimos leyendo. Un abrazo.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 21:17
  3. 3. Berundgaar dice:

    Ya te han comentado los “fallos” de forma, así que no voy a añadir nada.
    Yo ni siquiera los he visto. Tu relato me ha dado tanta paz, tanta ternura que he sido incapaz de apreciarlos.
    Me he descubierto a mí mismo con una sonrisa en los labios, mientras imagino a esa joven llena de ilusión y mi sonrisa se ha hecho aún más grande cuando he llegado al final. Esa fe, esa esperanza, ese sueño renacido cada veinticinco años..
    Qué bonito.

    Ahora te voy a pedir que me des tú tu opinión sobre mi relato.
    Estoy en el 21.

    Un cordial saludo y un millón de gracias… por recordarme mi ya tan lejana juventud.

    Hasta pronto. No dejes nunca de escribir.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 11:28
  4. Hola Amanda
    Coincido bastante con Juan. Yo también he notado un poco cargante el relato. Veo muchas repeticiones (mano), (cambio). Esto, para mi gusto, entorpece la lectura. También he tenido un poco de problema con el español latino, pero me ha gustado mucho. Has hecho un buen trabajo aunque, quizá demasiado denso
    Felicidades y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 20:10
  5. 5. Rosalia Ds dice:

    Hola A manda:

    Antes que nada desearte unas felices fiestas y una muy buena entrada de año.

    Tu relato me ha gustado bastante. Destila romanticismo y ensoñaciones de una persona que desea un amor casi imposible.

    Pero no lo acabó de entender. No se si ese amor existió de verdad o solo esta en su mente y lo revive cada 25 años

    A parte de ello las descripción de cada momento lo veo muy detallado y descrito.

    A seguir adelante.

    Un abrazo y hasta la próxima.

    Escrito el 28 diciembre 2016 a las 15:00
  6. 6. Miriam Torres dice:

    Hola Amanda.

    Leyendo las valoraciones del resto de colegas poco más puedo aportar a las correcciones sobre acentuación y puntuación. También coincido en las repeticiones. Es un texto bonito aunque demasiado edulcorado, quizá por esa forma de narrar tan repetitiva.

    Escrito el 31 diciembre 2016 a las 11:38

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.