Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

En Agosto a los 15 - por Katherine Serrano

¿Dónde estoy? Fue lo primero que quise saber al despertar justo un instante después de esos cinco perfectos segundos de inconsciencia en donde no eres nada y eres todo a la vez.
Había estado soñando recuerdos y por un momento me vi durmiendo en la antigua cama del campamento. Ese lugar donde Santiago y yo solíamos ir en vacaciones.
-Debes vivir al máximo de lo que puedas, Jimena- solía decir con insistencia. Yo guardaba silencio y sonreía ante las incoherencias que soltaba “¡Los únicos que no viven son los muertos!” o eso pensaba a mis 14 años. No sabía cuan equivocada estaba.
Me desperté esta mañana después de soñar con la última plática que tuve con Santiago, ese día en que terminaba el campamento y regresábamos a nuestras casas en el tétrico barrio, en el temerario y hambriento mundo real.
Habíamos estado jugando junto al río. Santiago había decidido tomarse el día libre de tareas y yo había decidido seguirlo.
-¿Por qué querías crecer?- me pregunto muy serio mientras sostenía en sus manos la cuerda atada a un viejo árbol para saltar al río.
-Aún no he crecido- le afirme riendo.
-Vamos- dijo y se colocó en cuclillas –Debe haber un momento a tus, no sé, 9 años donde deseaste poder ser más grande, fuerte y crecer-
-No, jamás lo pensé o bueno, en algún momento puede que hubiera deseado crecer y me imaginara adulta, con unos lindos hijos y un amoroso esposo-
-¿Una familia? ¿Quieres crecer para tener una linda familia? Eres estúpida- dijo sacudiendo la cabeza en un gesto negativo mientras se ponía en pie -Tienes una linda familia y deberías estar agradecida por ella- Agacho el rostro y concluyo –No te imaginas lo que estarían dispuestas a hacer ciertas personas por recibir una pizca del amor que a vos te dan- y se lanzó al río.
Después del campamento mi relación con Santiago fue de buena a mala y peor. Si bien seguíamos siendo vecinos, él ya no era el mismo muchacho que salía a platicar con su vecina por las tardes, dejo de ser aquel muchacho de 16 años que disfrutaba de un pintoresco campamento. Ahora tenía otros amigos, ya nunca estaba en casa y las pocas veces que estaba siempre tenía la mirada perdida, distante, como si deseara no estar en ese lugar, como si deseara no estar en ningún lugar.
Era obvio que estaba en drogas y no quería preguntar en que más. Sus padres no ayudaron mucho, su papá siempre era abusivo con él y su mamá, desde que Santiago era pequeño. Esa era la razón por la que muchas veces mis papás lo invitaban a dormir en nuestra casa y por la que pagaban sus gastos del campamento. Para que tuviera unos “momentos de escape”. Mis padres eran la única autoridad que respetó, en un principio.
Todo termino una tarde de agosto mientras llegaba de mis clases de pintura. La policía estaba fuera de su casa y unos para-médicos subían una camilla tapada por una manta blanca a la ambulancia.
-Dicen que fue una sobredosis- especulo una señora.
-Pobre muchacho, era tan dulce- dijo una vecina.
-¿Dulce? No sé ustedes pero yo, con los poco meses que he vivido en este barrio pude darme cuenta que ese era un vago y un…
Tiré al suelo todo lo que tenía en mis manos y corrí lo más rápido que pude, tenía que comprobar que estaba equivocada, que no era lo que me imaginaba, que el niño que se inspiraba con mis dibujos, el adolescente que quería ser poeta no había muerto de una sobredosis y estaba bien. Pero no era así.
Hoy se cumplen nueve años de su suicidio y como hace nueve años las ganas de salir corriendo y los sentimientos de regresar el tiempo se apoderan de mí.
En mis sueños regreso al último día de campamento para poder, esta vez, decirle a Santiago que no tenía mucho por hacer para recibir una “pizca” de amor porque yo le habría dado mi corazón entero si me lo hubiese pedido y sin esperar nada a cambio, que mi familia era su familia, que todo estaría bien. Me habría acercado a secar las lágrimas en su rostro que fingí no ver, lo abrazaría con fuerza y no lo soltaría nunca.
Pero al igual que ese día, al igual que en mis sueños y como sucedió en la realidad nunca puedo evitar que Santiago salte al río.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

7 comentarios

  1. Hola, Katherine.
    Primera vez que te leo y he de decir que la lectura de esa historia me ha producido una grata impresión. El relato es triste, por supuesto, pero se trata de un tema muy sensible y está muy bien narrado (con algunos matices). Hogar desestructurado en donde el perdedor siempre es el niño, el hijo, el adolescente. Cuando suceden las cosas siempre tenemos la impresión de que podríamos haber hecho más. Los retrocesos en el tiempo (flashback o analepsis) están bien logrados, ese ir hacia atrás y hacia adelante le da brillo a la historia, otra cosa son los diálogos, tema difícil y complicado. Creo que en el campamento, tanto Jimena como Santiago hablan como adultos, y no lo son. “Debes vivir al máximo de lo que puedas”, no me parece creíble para un chaval de quince años, al margen de que la frase está mal construida. Luego Jimena contesta: “Los únicos que no viven son los muertos”. Para una niña de catorce años, viendo pasar el agua del río, se me hace una frase demasiado trascendental. Cuando Jimena habla del “tétrico barrio” y “el temerario y hambriento mundo real”, da la sensación de que lo que viene a continuación es una historia de terror y no lo es, es dura, pero no es de terror. Y así sigue el diálogo, como que demasiado rimbombante para la edad y el momento. Creo que los dos adolescentes deberían hablar más a nivel de calle. Hay otros detallitos, pero me traslado a la frase “el adolescente que quería ser poeta”. Nada que objetar con la frase, pero como en ningún momento se ha hablado de su afición por la poesía, parece que de pronto esa frase se ve metida con calzador, por la necesidad de introducir la palabra poeta. Las palabras y la vida de Santiago, al menos a mí, no me encajan como alguien amante de la poesía, puede que lo fuera, pero deberías haber dado alguna pista. El que Jimena haya estado toda su vida enamorada de Santiago me parece muy probable, esos cambios de sentido en la vida de los muchachos, en la medida que crecen, se dan con mucha frecuencia. En la niñez, como vecinos de barrio, somos muy iguales, luego los caminos se bifurcan.
    Los guiones en los diálogos debes sustituirlos por rayas. Si escribes en Word, puedes crear la raya apretando Alt y 0151, todo al mismo tiempo.
    Espero no granjearme tu antipatía por lo que he escrito, es mi punto de vista y no tiene por qué ser el verdadero. Lo cierto es que me gusta como escribes y de forma global me parece un buen relato. Felicidades. Estoy en el piso de abajo.

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 20:32
  2. 2. Maca dice:

    Hola, Katherine Serrano.

    Antes que nada te tengo que decir que me ha gustado mucho las frases que has usado para empezar y terminar la historia, son muy bonitas. El relato en sí mismo, es triste y emotivo a partes iguales.

    En relación a los diálogos, no me parecen que desentonen con los chicos, si viven en circunstancias difíciles es lógico que maduren antes y tengan pensamientos de adultos aunque conserven aún parte de su inocencia.

    La historia trata el tema de que Santiago no es querido y que desea que le quieran, sin embargo, la parte de la familia desestructurada no la tratas mucho y sólo das una breve pincelada de cómo son los padres, centrándote en el cambio a peor del chico, distanciándose de ella y metiéndose en malas compañías.
    Si hubieses explicado cómo era su familia y luego cómo él se metió en temas de drogas, la historia hubiese tenido un ritmo más ordenado, hubiese comprendido por qué él acabo así.(Pero es mi apreciación, quizá me equivoque).

    Como explica mi compañero de arriba, no se explica en el principio de la historia que a ella le gustase pintar, ni que a él le gustase la poesía; hubiese estado bien que él o ella estuviesen escribiendo o dibujando en el momento en que están hablando en el río, para que luego, cuando explicas todo lo demás el lector comprenda mejor.

    Del tramo final de la historia, “En mis sueños regreso al último día de campamento (…) Pero al igual que ese día, al igual que en mis sueños y como sucedió en la realidad nunca puedo evitar que Santiago salte al río”, no hay nada que corregir por que lo veo francamente bien llevado y, como te comenté antes, las dos últimas lineas de la historia son perfectas.

    Bueno, espero que te sirva mi crítica, un saludo grande.

    Maca.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 17:24
  3. 3. CARMELILLA dice:

    Hola Katherine:
    Tu relato es todo un “recuerdo” en sí mismo. Me gusta el contenido, a pesar de la tragedia que conlleva, tanto por el recuerdo del amigo muerto, como por el arrepentimiento de no haber aprovechado la ocasión para decirle lo que significaba para ella.
    En lineas generales está bien escrito, aunque debes cuidar la ortografía, se te escapan algunas tildes.
    Prueba a separar con párrafos para permitir al lector una lectura fluida, si no es demasiado costosa.
    No se aprecia bien, pero creo que para él diálogo has usado el guión. Se debe usar la raya, en este blog te indica cómo poner las rayas.
    Igualmente las comillas, son las latinas, también encontraras como ponerlas en el blog.
    Tu trabajo expresa muy bien la “desesperación” de no haber actuado en su momento, aunque tampoco hubiera garantizado un final distinto para Santiago, y a la vez la actitud de una adolescente enamorada pero sin atreverse a dar el paso.
    ¡Buen trabajo compañera! Seguimos participando y aprendiendo.
    Saluditos

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 09:59
  4. 4. Katherine Serrano dice:

    ¡Muchas gracias por sus comentarios! Me parecen bastante constructivos y me han hecho ver ciertas cosas que antes no note.
    Debo admitir mis errores ortográficos y de puntuación. Tratare de enmendarlos.
    Gracias nuevamente.

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 06:11
  5. 5. M.L.Plaza dice:

    Gracias por comentar mi texto.
    En cuanto al tuyo, la historia me parece muy interesante. En la forma, lo encuentro excesivamente explicativo. Tal vez tenga que ver el hecho de que escribes con frases muy largas.
    Desde mi punto de vista, que puede estar totalmente equivocado, sobra la frase:”Era obvio…”: el contexto ya sitúa al lector. Y las sobredosis no siempre son voluntarias: no veo tan claro que fuera un suicidio.
    Espero que nos sigamos leyendo.
    Feliz Navidad

    Escrito el 24 diciembre 2016 a las 17:36
  6. 6. Demetrio Vert dice:

    Hola Katherine. Te devuelvo la visita.

    En primer lugar decirte que el cuento se entiende perfectamente. Esta desarrollado con total fluidez.

    Opino como Manuel y como Plaza. El texto es demmasiado descriptivo con lo que le falta acción. Y los diálogos, yo tampoco los veo propios de adolescentes. No es que piense que no puedan sentir y razonar como lo hacen, sino que los expresan en su jerga, no con un lenguaje casi filosófico.

    En cuanto a la forma, hay más de algunas tildes y las rayas (sobre todo su carencia) mal puestas. hay problemas de sintáxis. Por ejemplo: “¿Por qué querías crecer?”. En mi opinión debería ser “¿Por qué querrías crecer?”.

    Otro: “Debe haber un momento a tus, no sé, 9 años donde deseaste poder ser más grande, fuerte y crecer”. Lo correcto sería: “Debe de haber habido un momento a tus, no sé, nueve años en el que debiste desear haber podido ser más grande, más fuerte, y crecer”.

    En general debes poner atención en la sintaxis, especialmente los tiempos verbales.

    Y en cuanto a la estructura, hay una buena presentación, un nudo (desarrollo) al que le faltan acciones que sustituyan las descripciones, y un desenlace que no acaba de ser sorprendente e inesperado, porque Santiago muere demasiado pronto. En el desrrollo habría que haber manifestado la lucha (tal ves de ella) entre los dos caminos, y cuando pareciera que todo iba bien encaminado, zas, un revés.

    Estás son mis opiniones, hechas con cariño y devoción.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 12:24
  7. 7. Demetrio Vert dice:

    Corrección:
    Donde pone “sino que los expresan en su jerga”, debe poner “sino que los deben expresar en su jerga”.

    Disculpas.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 12:27

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.