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“El Pálido Poeta” - por Beth Valdéz

Existe una incógnita que nadie ha podido descifrar. “¿Nuestro destino está escrito o nosotros lo forjamos?”.
Esta duda llega a mí, antes de la presentación de mi nuevo libro “El Pálido Poeta”, dedicado al muchacho que despertó el deseo de expresar con palabras, mis pensamientos.
Después de mi último libro, mi inspiración se había ido, así que regresé a la casa de mis padres.
Abrazos, besos y preguntas, acompañaron nuestra cena.
La mañana siguiente les confesé el motivo de mi visita, y mi madre dijo:
-Esta casa fue el origen de todo, aquí encontrarás la inspiración que anhelas.
No se equivocaba, estaba en mi habitación cuando encontré una caja, “Campamento 1995”, al abrirla, fotografías y medallas; pero la posesión más preciada era la hoja amarillenta y arrugada que se encontraba al final, un poema muy especial.
Saqué la hoja, intenté desarrugarla, leí el poema y me tiré en la silla, suspirando, cerrando los ojos y emprendiendo un viaje hacia mis recuerdos.
Un camión repleto de adolescentes se encaminaba al “Campo Moana”, sin embargo había un personaje que desentonaba con el resto, un ser solitario extremadamente pálido.
Me impactó su lúgubre y dulce mirada, no participaba en las actividades; se le veía alejado, escribiendo en un cuaderno.
Pasaron los días sin imaginar la forma en que le conocería y la influencia que tendría en mi vida futura y mi profesión como escritora.
El constante escándalo de esos chicos con los cuales a veces disfrutaba estar y otras ocasiones me aburrían, provocaba en mí el alejarme. Asi que al día siguiente, me recosté a la sombra de un roble, abrí mi libro y me dispuse a leer “El ruiseñor y la rosa”, mientras escuchaba “Humoresque” de Dvorak.
Al terminar, me percaté de unos patos que nadaban en el lago, saqué migajón para alimentarlos y tan embelesada estaba, que caí al agua.
No sabía nadar, estaba sola, pensé que me ahogaría, pedí auxilio, pero ¿quién me escucharía?
Yo perdía el sentido y me rendía ante la inminente muerte, cuando ese chico salio de la nada, me tomó entre sus brazos y me sacó; se cercioró que yo estuviera a salvo y sin decir palabra, se alejó en cuanto yo empecé a abrir los ojos.
Después de aquello, mi curiosidad creció, se decía, que era malévolo, taciturno y loco, empecé a dudar acerca de los juicios que hacen los demás de las personas.
Caminaba a mi habitación, cuando me encontré un chico, que no me agradaba en lo absoluto.
Preguntó ¿por qué estaba mojada? Y le conté lo sucedido.
Al día siguiente, escuché gritos, ese tipo atacaba al chico misterioso, le insultaba, le golpeaba e intentaba romperle su cuaderno.
Le pedí que no le maltratara, mis amigas solo reían, mientras él decía:
-¡Ridículo, siempre escribiendo cartitas de amor porque las mujeres no te hacen caso!
-¿Cómo se te ocurre que ella se fijaría en ti, crees que por salvarla, te pertenecería?
-¡Romperé tu estúpido cuadernito!
En ese momento mis dudas de la superficialidad de estas personas se disiparon por completo.
A quien juzgaban “malévolo, taciturno y loco”, era un excelente chico.
A quien juzgaban “guapo y popular”, era un cobarde sin piedad. Un celoso inseguro, que volcó en un inocente todas sus frustraciones.
El defenderlo, provocó un enfrentamiento entre mis amigas, pero no me importó, a partir de ese momento él y yo eramos inseparables, teníamos tantas cosas en común, el cuaderno estaba lleno de hermosos poemas, y eso despertó en mí, escribir relatos de todo lo que me pedía a gritos salir del pecho, gracias a él descubrí mi verdadera vocación, ser escritora.
Una ocasión le pregunté.
-¿Por qué si yo te agradaba, como me lo confesaste, después de rescatarme, no me dijiste una sola palabra?
-No confiaba en ti, ¿cómo sabría que tú eras diferente, si todos me molestaban?
-Hace tiempo conocí una niña que utilizó mi cariño para dañarme, pedirme cosas y burlarse.
-Por el dolor de sus desprecios empecé a escribir, describiendo cómo se sentía que a quien amabas te rompiera el corazón.
-Igual que “El ruiseñor y la rosa” que leía ese mismo día.
-Nada es casualidad, si no te hubieras caído nunca nos hubiéramos conocido.
El campamento llegó a su fin.
Me dio el mejor de los regalos, un poema escrito para mí.
Nunca volví a verlo
Le recuerdo con cariño, salvó mi vida, me rescató de la superficialidad y nuevamente con su poema, me impulsó a escribir un buen libro y no solo un “Best Seller” más.

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5 comentarios

  1. 1. Jean Ives Tibauth dice:

    Hola Beth.

    Has escrito un relato con mucho alma. Me ha gustado tu enfoque de que el chico, entre otras cosas, la haya salvado de la superficialidad. Es una historia muy elaborada que no me ha costado representar en mi cabeza. Vas llevando al lector de la mano con suavidad al terreno que habías planeado.

    Sin embargo, según avanzaba el relato he notado como si te hubieras relajado, y es que la lectura ha empezado a volverse confusa y un poco caótica. Sobre todo el dialogo. Creo que no esta bien planteado porque pones mas guiones iniciales de los que corresponden. De echó en un par de frases hay que releerlo varias veces para asignarle la frase al personaje correcto. Además parece poco creíble, y creo que es porque no les has dado su propia voz. Mas bien parece el propio narrador el que sigue hablando.
    El final asimismo me parece precipitado, predecible y soso. No se, quizá era algo muy ambicioso para contar en tan pocas palabras.

    Aun así, enhorabuena, has creado un universo muy personal e interesante.

    Te invito a que despellejes el mio a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-39/6752

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 18:54
  2. 2. tyess dice:

    Una historia “bonita” desde la superficie, y con un fondo valioso, aunque no sé porque siempre acaban en romance.

    Sin embargo, tendrías que revisarle un poco el ritmo, y el orden de los diálogos, que hay momentos en que haría falta explicar quien es quien.

    ¡Felices fiestas!

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 00:50
  3. 3. A_T dice:

    Hola!

    Me ha gustado que tu cuento enganche desde el principio, has conseguido que quiera seguir leyendo y saber más y más… Pero estoy de acuerdo con Jean en que seguramente la idea es demasiado grande para un cuento corto y a lo largo del cuento la historia pierde un poco de fuerza… Aún así me gusta la idea y la manera de expresarla!

    Un saludo

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 06:33
  4. 4. beba dice:

    Hola, Beth:
    Me ha gustado mucho tu historia; muy emotiva y tierna. manejas bien el vocabulario y también la tensión del relato.
    Me parece que se puede mejorar con una revisión seria de la puntuación, que tiene sus secretitos; visita http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=qXGSxldBKD6hqrTMMo, que es la página de la RAE; también los tutoriales de LIterautas.

    Escrito el 27 diciembre 2016 a las 20:56
  5. 5. Beth dice:

    Mil gracias, si, tuve que cortar el relato muchas veces
    Perdón, tuve un problema y me perdí un tiempo, pero vuelvo a escribir y a formar parte de todos ustedes

    Escrito el 3 febrero 2017 a las 09:12

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