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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La Gaspésie - por Eric

Llegábamos siempre al campamento a media noche. Algunos del equipo tomábamos una ducha para acostarnos enseguida, otros, ni siquiera eso, se iban directo a la cama. El entrenamiento resultaba demoledor: fuertes ejercicios, caminatas de muchas horas, subir y bajar montañas entre la espesa maleza de la sierra, con el barro resbaladizo, atravesar manglares, con escasa alimentación y poco descanso. Muchas noches nos teníamos que quedar a dormir en pleno bosque, a causa de las fuertes lluvias que hacían crecer los caudalosos ríos y nos impedían el paso, expuestos a depredadores y animales venenosos. A la hora de dormirme, siempre traía a mi mente pensamientos placenteros, sentía que eso hacían más reponedoras mis escasas horas de sueño. Iniciamos la expedición con catorce integrantes, la mayoría no resistían, a los diez días solo quedábamos cinco.
Todos estos recuerdos venían a mi mente tres años después, acostado al lado de mi novia, en una tienda de campaña en las montañas de la Gaspesie en Quebec. Deborah y Pepe quedaron en pasar por nosotros a las dos de la tarde pero, como siempre, se retrasaron. Nos recogieron a las cinco, viajaríamos las dos parejas en un solo coche. A pesar de que el viaje de Montreal a la Gaspesie no se toma más de tres horas, llegamos a las dos de la madrugada. Devora conducía y pepe, sentado a su lado, le guiaba el camino. Aun no habíamos salido de la ciudad cuando callo la noche, después de varias horas nos encontrábamos en medio de un bosque de pinos y matorrales; el punto que se marcaba como nuestro destino en el GPS, no lográbamos encontrarlo. Pasamos varias horas girando en el mismo lugar, en más de una ocasión Deborah intenta internarse un poco más en el bosque pero, no había camino accesible para el coche. Pepe propuso continuar andando.
—Se supone que en los campings se puede llegar en coche hasta el lugar de acampar – dijo Arleen (mi novia).
—Bueno, la verdad, yo reserve en un sendero, porque no quedaban espacios disponibles en la zona de camping
—¡Pero Pepe! —Le dice Deborah un poco exaltada— ¿Ahora es que lo dices? Eso tenías que contar con nosotros antes de hacerlo o, al menos, decirlo antes de salir para acá.

No habíamos caminado cien metros cuando siento algo moverse entre las plantas, nos detuvimos y vimos salir un enorme bulto en la oscuridad. Arleen me agarro del brazo con fuerza, quedamos inmóviles por unos segundos; teníamos un oso a pocos pasos de nosotros. Sin decir media palabra y, como si lo hubiéramos planificado, los cuatro comenzamos a retroceder lentamente. Mi novia continuaba aferrada a mi brazo y lo apretaba cada vez con más fuerza. Ya en el coche, varios minutos después de ponernos en marcha, todavía nadie decía media palabra.

—Vámonos al camping —Deborah rompe el silencio.
—pero si no tenemos reservación y no quedan espacios disponibles —le dice pepe.
—no importa, siempre queda algún lugar vacío, de gente que reserva y no va o de alguien que se marcha antes de tiempo.
Mi novia y yo solo nos mirábamos sin emitir criterio. Después de dar muchas vueltas entre las zonas de acampar, finalmente encontramos. Rápidamente armamos las dos tiendas, pepe prendió fuego con leña que habíamos comprado al salir de la cuidad. Mientras conversábamos, asamos y comimos carnes que llevábamos preparadas, bebimos cerveza y luego a dormir. Bueno, el que pudo dormir. Cuando empezaba a coger el sueño sentí un ruido, como si alguien caminara alrededor de las tiendas. Me quede tranquilo por unos minutos, cuando pensaba que Arleen ya estaba dormida, decido mirar hacia afuera, pero cuando intento ponerme en pie ella me detiene. Como a mí, a ella también el ruido la había mantenido en vigilia.
—Quédate quieto —me susurró al oído.
—No voy a salir de tienda, solo mirare por el respiradero.
—No te muevas, por favor.
Percibí el temor en su voz… ¡Y ahí me encontraba yo!: tendido boca arriba, recitando en mi mente como un poeta, todos los peligros y hazañas que había enfrentado, por voluntad propia, toda mi vida. Y ahora sin poder moverme, esperando que amaneciera o al ataque de un animal salvaje.

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4 comentarios

  1. Debes aprender y corregir esa nefasta costumbre de hoy en día que confunde el verbo caer con el verbo callar. En general el uso de la “y” y el de la “elle”. Cuando no estés seguro, conjúgalos y sabrás cual debes poner. Callo no es calló, y cayó no es cayo. Y un poco más de atención en la escritura. Repasa y verás los errores. salu2

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 11:07
  2. 2. Tavi oyarce dice:

    Hola Eric

    1.Eres muy claro para redactar. Tu historia está muy bien contada y me encantó, Pero tengo la sensación que no revisas con mucha atención la forma; ya que a veces una idea la redactas bien y otra igual la redactas mal.

    2.Yo debería estar hablando del sabor que me dejó tu relato, pero lamentablemente, cosas que parecen insignificantes, borran lo que el contenido logró, trataré de explicarme:

    3.Mira, este dialogo está bien escrito: —Quédate quieto —me susurró al oído. Pero estos otros están mal: —pero si no tenemos reservación y no quedan espacios disponibles —le dice pepe. —no importa, siempre queda algún lugar vacío… No sé, si notas la diferencia. Nuevo diálogo comienza con mayúscula. Y bueno algo muy sabido los nombres propios se escriben con mayúscula: Pepe.

    4.Otro. …de la Gaspesie en Quebec. Deborah y Pepe. Ojo, aquí escribiste Pepe con mayúscula. Además, con el nombre Deborah cambia el curso de la historia, por lo que no es punto y seguido sino punto y aparte.

    5.En este dialogo: “ poco exaltada— ¿Ahora es que lo dices”, Por qué la palabra “ahora” comienza con mayúscula. Para eso debieras colocar un punto y seguido después de la raya.

    6.Como ves, estas pequeñas cosas (como dice Serrat) enturbien un muy buen relato que me ha gustado mucho.

    7.He leído tu cuento para cumplir con lo que algunos compañeros solicitan ( soy el anterior al tuyo) y me alegro de ello. Yo en mis inicios no revisaba mucho hasta que alguien, me dijo lo mismo que te digo a ti, y desde entonces me esfuerzo cada día y aun así, siempre cometo errores.

    8.Espero que tomes a bien mis comentarios. Tu historia es muy buena y mira de lo que terminé hablando. Voy a anotar tu nombre por si siguieras participando, ya que me agrada tu estilo.

    9.Unas lindas fiestas de fin de año Eric.

    Cualquier comentario sobre los míos dejalo en mi relato

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 01:06
  3. 3. Netogonzo dice:

    Hola Eric,

    Tu historia tiene potencial, solo hay que poner mayor atención a la ortografía, en ocasiones nos precipitamos en mandar nuestros textos sin revisarlos un poquito mas, te lo digo por que también a mi me ha pasado,incluso en mi texto de este ocasión, pero venga que todos estamos aprendiendo y también para eso nos ayuda el taller de literautas. De cualquier modo me gusta tu modo de narrar, así que estaré al pendiente de tu próximo texto.

    Saludos

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 04:41
  4. 4. Francis dice:

    ¡Hola, Eric!
    Ante todo, Felices Fiestas. Me gusta el contenido de tu relato, pero tienes que mejorarlo en la forma. Me da la impresión que no has podido repasarlo antes de enviarlo y coincido con lo que te han comentado los compañeros anteriores.
    Espero seguir leyendo tus escritos. Hasta la próxima.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 19:28

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