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Unas alas - por Marián

Ayer se cumplieron treinta años desde aquella tarde en que celebré con mucha alegría mi fiesta de licenciatura. Treinta años, si. Es mucho tiempo y aún así, lo recuerdo muy bien. Me había costado un gran esfuerzo acabar la carrera. Se habían cruzado en mi camino numerosos acontecimientos ajenos y perturbadores pero con mucho trabajo y gran apoyo lo conseguí. Lo conseguimos, quiero decir, porque era un logro familiar. Yo era el primer miembro de toda mi numerosa familia que llegaba a tener estudios universitarios. Así que la celebración fue muy sonora. No puedo decir que por todo lo grande en el sentido actual de la expresión, esto es, económico. No. Mi familia era humilde y no se podía permitir gastos extraordinarios de ninguna manera. Pero fue por todo lo grande en cuanto al número de celebrantes.
En medio de tanta alegría causó un gran impacto mi decisión de irme de mochilero a continuación, una temporada. En aquella misma fiesta oí como mi tío le decía a mi padre:
— Ya te lo advertí; tanto leer y tanto estudiar no podía ser bueno. Si me hubieras hecho caso, ahora estaría trabajando en el campo, ayudándote, que buena falta te hace con tu mala salud. Pero no, ahí le tienes, que parece un poeta.
Mi padre no entendía bien mi decisión pero cuando le di un sentido abrazo de despedida lo que me dijo, muy solemne, fue algo así:
— Ahora tienes unas alas; solo debes procurar no romperlas porque solo con ellas podrás volver.
Estuve unos meses descubriendo el mundo. Nunca antes había salido de mi país. Ni siquiera había podido unirme al campamento de verano que organizaba el colegio cuando ya empezaba a valorarse el aprendizaje de idiomas.
Y volví. No trabajé en el campo porque enseguida empecé a trabajar en la ciudad cercana. Mi padre, ya jubilado, presumía públicamente de su hijo como queriendo recuperarse de todas las críticas que había tenido que soportar.
Después te conocí. El resto de mi vida ha sido compartida contigo, la conoces; muchos de mis recuerdos posteriores son comunes y felices.
Te cuento todo esto porque no quiero que llores cuando nuestra hija nos dice que quiere hacer músculo a sus alas. Ella quiere irse de voluntariado a un campamento en unas tierras lejanas y nosotros, igual que hiciera mi padre conmigo, debemos ocultarle nuestros miedos y desear que pueda volver cuando así lo decida. Nuestras lágrimas solo servirán para limitar sus fuerzas y reblandecer sus alas, esas que tanto necesita, esas que son su vida.

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6 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    Te voy a ser sincero, yo soy incapaz de escribir algo así, no porque la idea sea mala, todo lo contrario, es que es una idea para un texto que jamás se me pasaría por la cabeza.

    El hilo argumental y la estructura narrativa no es mala, tal vez un poquitín relajada y autocomplaciente, pero déjame explicarte por qué: Deberías mostrar, no contar, deberías enseñar, no declamar. Sé que no es sencillo y, según lo que escribas, ni siquiera será bonito, pero tienes que intentarlo, sino lo intentas, no lo conseguirás y sino lo consigues siempre parecerá que falta algo cuando escribes.

    Una vez dicho esto, y entrando en lo formal…

    Tienes problemas para colocar las comas, por ejemplo, en “Es mucho tiempo y(,) aún así, lo recuerdo muy bien“, te falta la coma que está entre paréntesis -hay más, pero valga esta como ejemplo-. Una buena forma de que no nos bailen las comas, si nos cuesta, es leer en voz alta cuando corregimos.

    Tienes algún que otro problema con la conjugación verbal, que queda bastante escondida entre la narración, pero ahí está, por ejemplo, “(He compartido) El resto de mi vida ha sido compartida contigo“.

    Te sobran palabras en algunos sitios y te faltan en otros, pero esto no es nada que no se solucione puliendo el texto.

    Déjame terminar diciendo que, aunque no lo parezca, el relato me ha gustado, ya digo, tal vez porque es imposible que yo sea capaz de escribir algo así.

    Un saludo, sigue escribiendo.

    Escrito el 16 diciembre 2016 a las 23:54
  2. 2. Claudia Bellini dice:

    Hola Marián!
    He leído tu texto dos veces.
    La primera me ha parecido de lectura fácil y con un argumento entrañable y con mucho potencial.
    La segunda lectura fue después de leer el comentario de SBMontero. Creo que acertado y completo, sobre todo cuando habla de la necesidad de
    mostrar y no contar. Yo siento que alguno de mis textos pecan del mismo error.
    Por lo demás, tu historia es como un bálsamo relajante y no puedo dejar de felicitarte!

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 00:06
  3. 3. guiomar de zahara dice:

    Hola Marian: Tu historia me ha gustado y mucho. La lectura se hace fácil, por su lenguaje ameno, pero… estoy de acuerdo en las comas, los puntos y los verbos.
    Eso tiene muy fácil arreglo: escribes. Dejas reposar el escrito. Lo relees y arreglas lo que creas conveniente, si ya te parece que está como tú quieres, lo vuelves a dejar reposar. Cuando lo retomes LO LEES EN VOZ ALTA Y TE ESCUCHAS. Ahí verás mejor las palabras que sobran o faltan.
    Que conste que me puedes hacer caso o no.
    Pero repito que tu hª me ha gustado.
    Te deseo unas felices fiestas!!!!!!!!

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 13:35
  4. 4. Marián dice:

    Os agradezco mucho vuestros comentarios. Saludos,

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 20:53
  5. 5. Anael dice:

    ¡Hola Marián!

    Qué bonito texto. No terminaba de entender muy bien a dónde iba, quizá me falta un poco de gancho al principio, pero me ha gustado mucho el final. Es un texto muy poético, que habla de temas profundos como de lo difícil que es dejar crecer a los hijos. Lo he disfrutado mucho, muy buen trabajo.

    Creo que está bien revisado, no tienes nada que envidiarle al mío en ese aspecto, sólo he encontrado alguna errata que se te ha escapado(como nos pasa a todos), le falta la tilde al sí que hay en la segunda frase, pero nada demasiado grave.

    Enhorabuena por saber hablar de un tema como este con tanta delicadeza.

    ¡Un abrazo, te seguiré leyendo en adelante!

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 17:47
  6. 6. Marián dice:

    Muchas gracias por tu comentario Anael. Lo valoro mucho. Saludos,

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 17:57

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