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Alma - por R.J. Esperanza Pardo

Recuerdo mi pie pisando fuerte el acelerador, el volante vibrando bajo mis manos. Recuerdo la luz del amanecer, perfilando las cumbres oscuras detrás del cristal, y aquella voz taladrando mi cabeza… «sigue, sigue…».
Pero no consigo recordar el instante en que pasé de largo cada salida, ni el impulso que me hizo saltar esa línea que separa la obligación del deseo, la que limita lo prohibido y lo correcto; esa tangente invisible y tangible que nos hace esclavos de la costumbre y el miedo.

"Campamento Poeta", invitaba el letrero de madera al principio de un camino que no venía en el mapa.
Caminé bajo el sol ardiente de la sierra hasta que me topé con un pueblo fantasma camuflado con el suelo.
Las casas de arenisca a duras penas aguantaban sus vigas esqueléticas y contados tramos hundidos de tejas.
En muchos muros había grabados escritos y poemas. Así que me vi paseando entrecalles, leyendo concentrada las páginas de aquel poblado abandonado.
En la plaza había un pozo, y atado a él un cubo, y en éste escrita una leyenda que invitaba a beber del agua cristalina. No sé por qué lo hice, pero metí la cabeza dentro del pozo y me quedé escuchando los sonidos del agua bajo el eco la tierra.
—Puedes beber —dijo una voz masculina a mi espalda.
«¡Un hombre!», me alarmé al ver que iba completamente desnudo.
—Los jabalíes destrozan la huerta —se excusó ajustándose al hombro su arco y carcaj.
«Cuidado…», sesearon mis sesos. «¿Dónde te has metido? Pregunta…».
Pero yo a duras penas podía mantener la compostura ante aquel primate alto y musculoso.
—¿Qué haces aquí? —logré preguntar.
—Vivo aquí.
—Entonces, no está deshabitado.
—Buena observación —sonrió.
Silencio.
—Te llamas…
—Alma —respondí, aún turbada.
—Puedes llamarme Arcadio.

Mientras tanto, en un minúsculo apartamento de ciudad un teléfono insistente hacía saltar el contestador: "Alma ¿dónde estás? Llama ahora mismo, el jefe está que trina".

—Arcadio… —repetí embobada— ¿Vives aquí? ¿Y cómo haces para…?
—¿Vivir? —dedujo rápido aquel espécimen cazador— Ya lo has visto, hay agua de sobra, y tengo buena puntería con el arco.
«Te creo, cazador…».
Arcadio me enseñó su huerta y sus cabras, y añadió: "Cada tres martes viene una furgoneta, con un poco de todo, y hacemos un trueque. ¿Qué más se puede desear?"
«¿Desear?», pensé, tropezando mis pupilas con sus partes pudendas.

La casualidad se había citado con su primo el destino en aquel pozo de agua cristalina, y confieso que me habría traído sin cuidado si aquel hombre increíblemente atractivo hubiera resultado pariente mío.
—Conoces mi casa y mi pueblo y no me has dicho siquiera por qué estás aquí.
—Según iba a mi trabajo he decidido pasar de largo, ya no volveré.
—¿Estrés? —me preguntó.
—Dignidad, conciencia.
—Perdona, no tienes por qué…
—No importa, Arcadio, me encuentro mejor, ahora. La libertad de uno no se vende a cualquier precio.
—Cuando llegué a este campamento juré que no volvería a esclavizarme el maldito dinero.
Entonces cogió mi mano, la llevó a su pecho y me dijo: "Aquí hay un sitio para ti".

Llamé a mi compañera de piso para despedirme, después arrojé mi móvil por un barranco, y Arcadio no volvió a preguntarme por mi pasado.
Durante dos años aprendí a vivir como aquel poeta del silencio, desgranando palabras, construyendo poemas sobre nuestros muros derruidos. Aprendí de aquel cazador de sueños a mirar de igual a igual a las montañas.
Sin embargo, la casualidad volvió a encontrarse una mañana con el destino, en el mismo pozo de agua cristalina. Dos hombres trajeados se presentaron como los legítimos dueños del poblado y nos amenazaron con derruirlo con nosotros dentro si no lo desalojábamos en una semana.
Al día siguiente, temprano, me despedí de Arcadio. Nunca supo dónde fui y tampoco él me preguntó.

Mi coche seguía en el mismo lugar donde lo había aparcado dos años atrás, sucio y cubierto de maleza. Levanté el asiento trasero: el maletín estaba intacto en el sitio donde lo dejé.
La velocidad empezó vibrar como la última vez bajo mis manos, los recuerdos aún dolían. Sabía que Arcadio había prometido no comerciar con dinero, pero yo me había jurado que ningún señor de la tierra arruinaría otra vez mi vida.
Me presenté ante aquellos dos hombres y les pagué hasta el último céntimo que me pidieron por el pueblo.
Sí, robé la caja fuerte del Banco donde trabajé aquellos años. La avaricia cegó a mi amo, debió ganarse la lealtad de su siervo.

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13 comentarios

  1. 1. Ane dice:

    Hola R.J. Esperanza:

    Es una interesante historia, con una logica de fábula, cuya última frase otorga sentido al relato.

    Si acaso he podido observar un par de errores, más propios de despiste como por ejemplo cuando dices, “escuchando los sonidos del agua bajo el eco la tierra” faltaria un “de” por delante de “la tierra”, pero en definitiva nada importante.

    Lo dicho, enhorabuena por el texto.

    Saludos.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 20:44
  2. 2. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Ane
    Sí que hay algunos errores de esos que siempre quedan 🙂
    Muchas gracias por comentar.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 18:24
  3. 3. Don Kendall dice:

    Hola R. J. Esperanza,
    El texto que presentas es uno de los tres que debo comentar según el compromiso que tenemos todas y todos los que intentamos aprender algo en este magnífico taller.
    En línea con eso, antes de nada agradezco el esfuerzo que has hecho para que podamos disfrutar de tu trabajo. Es mérito suficiente, pero entiendo que algo más debo comentar y lo haré como lector empedernido, con la idea de que puedas valorar si te sirve.
    1 – En una primera aproximación tuve la impresión de asistir a una descolocación de elementos con significados incongruentes con la narración. El primer párrafo no parece llevar a lo que viene a continuación. La personaje/narradora pasa de largo las salidas y sin embargo sale, eso sí cabalgando en metáforas entre las que incluye una tangente (¿?)y todo.
    Ya a partir de ahí, parece que la dinámica general del relato es un ejercicio al modo del Humpty Dumpty (Zanco Panco): Cuando yo uso una palabra‥quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos..
    Eso hace que en algún momento cueste leerlo o encontrar cierta verosimilitud en lo que se narra.Ejemplos :
    I-Pasea “entrecalles” [Separación o intervalo hueco entre dos molduras
    II – La velocidad “vibra”
    III- Los sesos “sesean” (pues sí)
    Algunos detalles más que ya digo que como lector me resultan curiosos, como si la narradora, mostrase a ratos alguna suerte de Dramatofrasia,o estuviese obligada a leer párrafos incompletos de un texto mayor. En resumen y en mi opinión ( tan despreciable como la de cualquiera) , no fui capaz de encontrar la relación entre la trama y el tema que parece ser el que pones como colofón en la frase final : La avaricia y la lealtad.
    Como te escribí al principio es mi comentario supeditado a tu trabajo que es el único e importante mérito, sabiendo que esto es un taller de intercambio de desconocimientos y conocimientos ( en mi caso más de los primeros).
    Un abrazo

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 16:39
  4. 4. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Don Kendall
    Lamento que hayas tenido una experiencia tan “descolocante” en el cumplimiento del deber para con este magnífico taller. Tu sinceridad me lleva a mí a otro deber (al menos moral) de explicar el tema del texto.

    Éste es el tercer relato que envío y en los tres he desarrollado el tema a partir de escenas vividas o imágenes que me han hecho mella.
    Es curioso que menciones la Dramatofrasia: “lenguaje grandilocuente y teatral que se observa en la esquizofrenia”, para referirte a la narradora. Al menos he conseguido acercarte al alma de la protagonista (y aprender yo el significado de esa palabra). El lenguaje es como dice el término, a fin de cuentas la narradora es ante todo poetisa y le gusta jugar con palabras.
    Como decía, parto de un hecho real, vivido por una persona muy querida que padece esquizofrenia, quien, un día, de forma intempestiva y de camino a su trabajo decide saltarse las reglas y las salidas y romper con su forma de vida. No entiendo por qué te asombra que la protagonista se salga de la carretera y pare cuando encuentra un camino que no viene en el mapa.

    El primer párrafo, separado del resto, intenta transmitir los recuerdos que tiene la protagonista del instante en que está traspasando esa línea invisible y a la vez tan real y tangible que le separa de la libertad, podría haber sustituido esa “línea” por “paso”, a fin de cuentas dicen que todos estamos a un paso de la locura. Me gusta “cabalgar” entre metáforas como bien dices, pero observo que a ti también te gusta, pues de jinete pasas a Humpty Dumpty (Zanco Panco) en la misma tangente (tangente es casi un sinónimo de línea: recta que toca a una curva en un punto dado, un término en geometría, lo di en EGB).

    Tema/trama. El meollo del tema nace en el primer párrafo: una persona se aleja de su vida pasada de forma drástica y encuentra la felicidad al hallar un pueblo abandonado en plena naturaleza, porque allí encuentra el amor de un hombre y la pasión por la poesía, consigue vivir una vida opuesta a la impuesta por el amigo capitalismo (en fin, una vida tan ideal como utópica).
    Al final me he permitido dar un giro de 360º, en ese afán de cabalgar por mi línea de metáforas “contradictorias”, convirtiendo a la protagonista en una ladrona de lo que tanto repudiaba. El tema principal no es, o no he querido que fuese, la avaricia ni la lealtad, la primera es un simple brazo del capitalismo, la segunda, una excusa de un Alma contradictoria.
    Mea culpa si la trama no ha acompañado al tema, aquí estamos para aprender, y para aceptar las críticas del respetado lector, el más importante en toda historia.
    Un abrazo,

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 23:31
  5. 5. Pilar dice:

    Hola RJ Esperanza!!

    Al fin encuentro un hueco para dedicar el tiempo que se merece tu relato. Lo primero es felicitarte por tu trabajo: es ameno
    mantienes la tensión narrativa y le das un buen final volviendo al punto de partida que le da sentido al primer párrafo. Enhorabuena!!
    Ahora te detallo un poquito más, por partes:

    LAS FRASES QUE ME GUSTAN:
    El primer párrafo completo.

    “Las casas de arenisca a duras penas aguantaban sus vigas esqueléticas y contados tramos hundidos de tejas”.

    El inciso que haces para trasladarnos al piso de Alma, donde empieza a verse que se ha fugado por algún motivo.

    “La casualidad se había citado con su primo el destino.”

    ME HA CAUSADO CURISIODAD:
    El término “entrecalles”. Lo he mirado en el diccionario de la RAE y dice que es un término del argot de arquitectura que denomina la separación el el intervalo entre dos molduras, por lo que creo que sería más adecuado haber escrito “paseando entre las calles”.

    “sesearon mis sesos”, si ha sido a propósito, perfecto: remarca el caos que tiene la protagonista.

    MIS PROPUESTAS DE MEJORA:
    En el diálogo entre Alma y Arcadio:
    —Arcadio… —repetí embobada— ¿Vives aquí? ¿Y cómo haces para…?
    —¿Vivir? —dedujo rápido aquel espécimen cazador— Ya lo has visto, hay agua de sobra, y tengo buena puntería con el arco.
    Ese “vivir” como respuesta, me suena redundante. Yo habría utilizado un sinónimo como, por ejemplo, “subsistir”.

    “Banco”, en minúsculas puesto que no haces mención a ninguno en concreto y solo actúa como nombre común.

    Y nada, más. Todo lo demás me ha parecido correcto, entretenido y bien planteado. He captado esa curiosidad que siente Alma
    cuando ve el cartel de “Campamento Poeta”, esas ganas de romper con todo lo material de esta vida y sí, yo también me habría
    quedado a vivir en pelotas con el sobredotado Arcadio. Un besazo y a seguir escribiendo!!!!

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 12:08
  6. 6. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Pilar!!!

    Tú sí que sabes hacer comentarios. Tus propuestas van a mejorar el relato, sin duda sobrevivir es mejor que vivir y Banco es una errata, aquí en mi trabajo suelen ponerlo en mayúsculas y todo se pega menos la hermosura…
    Sé que es un relato poco digerible por ciertas palabrejas y su trama algo compleja, pero ha sido a propósito.
    Seguiremos trabajando y aprendiendo,
    Otro besazo, Pilar!!

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 12:50
  7. 7. Perla Preciosa dice:

    Hola, Esperanza:
    La idea de que metas una loca como protagonista del texto es, como mínimo atractiva, ya que, como te han dicho por aquí, esta gente suele tener ideas grandilocuentes y delirios de grandeza. No cabe duda de que siempre es bueno vivir experiencias nuevas y que todo el mundo tenga derecho a ello, al menos una vez en su vida. Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 15:29
  8. 8. Earendil dice:

    Hola, Esperanza.
    He leído tu texto con mucha atención, para no perderme ningún detalle, pues tu manera de presentarlo es muy visual, muy plástica. He de decirte que a mí, personalmente me gusta bastante esta clase de escritos, que presentan las escenas como flashes que se van sucediendo, aparentemente inconexos pero que al final forman parte de un todo.
    Yo misma soy incapaz de hacer algo parecido. Mi manera de relatar en más plana, sigo el hilo argumental sin altibajos, en una misma línea. Por eso me llaman la atención trabajos como el tuyo, aunque también tengo que reconocer que a veces abusas un poco de las metáforas.
    Ese giro al final en el argumento no me lo esperaba para nada. Ha sido una verdadera sorpresa.
    Te felicito por tu trabajo. Enhorabuena.
    Un saludo y felices fiestas.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 00:07
  9. 9. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Muchas gracias, Perla por pasarte y comentar.
    Earendil, tus palabras me tranquilizan, pensaba que había creado una especie de “engendro” de relato. Pero tú me has dado ánimos para seguir aprendiendo.
    Gracias, compañeras.

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 10:01
  10. 10. Javier López dice:

    Hola R. J., te devuelvo la visita. Retos principal y opcional superados. Por partes, en la parte técnica ya te han aconsejado un par de cosillas, y yo tan solo añado el uso de algunas comas por exceso o por defecto, como en “con su primo el destino”. Yo añadiría una coma después de primo, puesto que el destino es el sujeto, y creo recordar que hay una norma de puntuación que lo exige.
    En cuanto al contenido, al igual que a Earendil, me gusta el relato a flashes que al final cobran sentido, y el giro final, sorprendente. Me queda un poco ligero el estado mental de la protagonista, pero es difícil contar algo complejo en tan pocas palabras. Quizá con la forma poética de expresarse pierde dramatismo. En cualquier caso me alegro de haberte leído. Seguiré leyéndote, y si quieres te invito a formar parte del grupo literario que hemos formado algunos miembros en Google Docs. Sólo necesitas una cuenta Gmail. Saludos y felices fiestas.

    Escrito el 23 diciembre 2016 a las 12:58
  11. 11. Luis Ponce dice:

    Hola R.J.
    Es muy difícil ponerse en los zapatos de quien no tiene los sesos en su puesto, pero lo has intentado y creo que sales bien librada.
    Solo un par de acotaciones:
    “recuerdo mi pie pisando”,”esa tangente invisible y tangible” me resuenan en el cerebro y me sacan de concentración.
    “Caminé bajo el sol ardiente de la sierra …” ¿no ibas en auto?
    La protagonista no despega sus ojos de las partes pudendas, ¿por eso se queda?
    Un coche no puede volver a arrancar a los dos años de haberse parado. Para empezar, la gasolina se ha evaporado, sin contar con que los cilindros está oxidados y fundidos con el motor.
    Pero, son pequeños detalles que se pueden solucionar.
    Me gusta el planteamiento de las ideas como flashes, ya que cada uno debe buscar la manera más original de expresarse, al final ese puede terminar siendo tu estilo.
    Felices fiestas.

    Escrito el 25 diciembre 2016 a las 23:43
  12. 12. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Gracias por tu visita, Javier. Razón en todo y además este mes me salió con “metaforitis” el texto (espero que no sea contagioso…). Da igual, a lo mejor la involución sirve para coger impulso.
    Agradezco mucho tu invitación a formar parte del grupo literario, cuando lo leí en el blog me quedé con pena y con el gusanillo de apuntarme, pero lo cierto es que me falta tiempo de lectura y para escribir, sobre todo ahora que me he empecinado en cumplir con este taller. Seguiré leyéndote yo también.
    Un abrazo

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 10:57
  13. 13. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Luis
    Gracias por pasarte por aquí.
    Sí que iba en auto, pero bueno, en algún momento debía de parar ¿no?, supongo que tenía que haber puesto que paró el coche cuando se metió al camino secundario (en el primer borrador lo puse y después lo quité, ahora veo que el lector necesitaba esa pequeña información).
    ¡Lo de las “partes pudendas”! Estuve tentada de meter el texto con lo que puse al principio, ¡no sé si se queda por eso pero seguro que contribuyó! (me van a echar de mi trabajo como siga riéndome sola…).
    Vaya, ¿en serio un coche no puede arrancar después de dos años parado? Voy a matar a alguien por no habérmelo advertido, yo de coches cero.
    Muchas gracias por tus aportaciones, Luis. Y Felices Fiestas para ti también.

    Escrito el 26 diciembre 2016 a las 11:18

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