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Autodidacta - por Olivia

Corría el año 2045 cuando aquel domingo, diez de diciembre, oí mi nombre resonar en el auditorio del Palacio de Conciertos de Estocolmo.
Me levanté de mi asiento, no con cierta dificultad, porque mis huesos ya no eran los de antes, pero básicamente por la emoción y la timidez que seguía aflorando para mí en este tipo de situaciones. Casi prefería no ser consciente de lo que iba a pasar en los siguientes minutos: Iba a recibir el Premio Nobel de Literatura por mi obra como poeta que según dicen, marcó tendencia en la primera década del siglo XXI.
Casi no me atrevía a ensayar mi discurso en casa, en parte porque era como si este hecho no fuera conmigo, no me perteneciera y en parte porque no sabía qué decir.
Normalmente cualquier galardonado tiene alguna anécdota graciosa que contar o algún discurso jocoso que ratifique su inteligencia, su ingenio y sobre todo su sentido del humor y saber estar.
Al repasar los apenas tres párrafos que había escrito acudieron a mi mente ciertos recuerdos y cubrió por completo mi mente, una gran imagen del campamento de refugiados sirio donde pasé mi infancia y gran parte de mi juventud.
Allí empecé a escribir. Fue algo inconsciente, algo hecho sin pensar y meramente con la finalidad de encontrar una distracción que consiguiera hacer más llevadero el día a día en aquel lugar de escasez, crueldad e injusticia.
Todo empezó cuando mi hermano y yo ingeniamos un juego que consistía en encontrar frases que rimaran unas con otras. A veces nos llegábamos a obsesionar tanto con dar con las palabras precisas y adecuadas que incluso nos costaba conciliar el sueño. El reto consistía en ver quién era capaz de acumular más rimas en un determinado día. Apuntábamos nuestras hazañas en una piedra escondida en un lugar secreto y que por supuesto sólo conocíamos nosotros dos.
La vida en el campamento era especialmente dura para los niños ya que carecíamos de las principales cosas que se supone que necesitamos para tener un crecimiento y desarrollo sanos. Pero sabíamos sacar partido de los ratos agradables y divertidos, como el de la noche, en el que jugábamos con otros niños antes de acostarnos hacinados en las tiendas.
El campamento de Naciones Unidas estaba custodiado por policías armados que no nos dejaban hacer muchas cosas y nos obligaba a realizar pequeños trabajos diarios que normalmente nos costaban o eran especialmente aburridos y pesados.
Lo que parecía que tenía que ser un campo de refugiados temporal para unos tres meses, según decían, se convirtió en una vida de casi diez años.
Al ir creciendo y madurando a la fuerza, me fui aficionando cada vez más a escribir, hasta el punto que lo que había comenzado como un juego, con el tiempo ya ocupaba casi por completo mi rutina diaria en aquel pueblo sin hogar. Escribía sobre temas cotidianos, describiendo lo que veía y también sobre lo que pensaba o sentía en un momento o día en concreto. Poco a poco fui alternando la prosa con alguna poesía que acudía fácilmente a mi pensamiento dado el entreno de buscar rimas que llevábamos con mi hermano durante tanto tiempo.
Pasó el tiempo y una vez conseguí salir de ese infierno, me matriculé en la Universidad para estudiar literatura y filología. Terminé mi doctorado con un Cum Laude y ahora estaba en esa sala del auditorio, escandalizado por los aplausos de más de dos mil personas que me miraban fijamente y esperaban la mejor poesía de mi vida.
Recorrí el larguísimo pasillo y me subí al púlpito preparado junto a la mesa donde estaba el rey de Suecia preparado para hacerme entrega de la medalla y el diploma.
Con los galardones en la mano, intenté articular las palabras que tenía en mente preparadas. Unas gotas de sudor frío llenaron mi frente y lo único que fui capaz de decir rezaba:
\"Amigos, es un honor para mí recibir un premio como este que considero que no merezco. En realidad no sé hacer nada más en mi vida que conseguir que las palabras rimen. Sin embargo, considero que este es un premio a toda una generación de niños que como yo, solo tuvimos tiempo de aprender una sola cosa en la vida. No teníamos escuelas ni nada para aprender más que a nosotros mismos y la dureza de la vida misma. Muchas gracias\".

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13 comentarios

  1. 1. Carlos dice:

    Hola Olivia, estaba leyéndote y cuando llegué a esta frase

    “en un lugar secreto y que por supuesto sólo conocíamos nosotros dos”

    perdí la concentración. ¿Por qué? Pues porque hay una redundancia innecesaria, un alargamiento difícilmente justificable. Y es que un texto te puede atrapar más o menos pero si ves la sombra de la escritora la emoción, ya sea mucha o poca, se resiente.

    Me ha llamado la atención la puntuación del último párrafo

    \”Amigos …. Muchas gracias\”.

    Lo de la barra invertida ¿es creación tuya? La verdad es que queda bien, me gusta. Si es una fórmula establecida reconozco mi desconocimiento.

    En general, igual que el mes pasado, encuentro que el texto es excesivamente explicativo. Ya hablamos de los diálogos y todo eso ¿te acuerdas? A mí el texto de este mes también me ha salido demasiado explicativo y no me tiene contento.

    Hasta pronto Olivia.
    Ah, y feliz Navidad.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 21:02
  2. 2. Pilar dice:

    Hola, Olivia
    Felicidades por tu trabajo!! Me ha parecido un texto bonito que me ha recordado a la película «La vida es bella», haciendo felices las circunstancias irremediablemente crudas.
    La voz en primera persona le da fuerza y poder de visualización.

    Tan solo unas sugerencias:
    Repites «iba» y «mente» en frases muy seguidas en el primer y segundo párrafo.
    El salto del campo de refugiados a la Universidad me ha resultado poco creíble, tal vez algun acontecimiento intermedio habría sido necesario. Pero es tan difícil en 750 palabras…!! Aún así, aplaudo tu esfuerzo y ese guiño a la dura actualidad.
    Un saludo. Estoy encima de ti.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 19:50
  3. 3. Perla Preciosa dice:

    ¡qué bonito, Olivia! Cautiva, no solo el hecho de que el protagonista comparta aficiones con muchos de nosotros, sino también el de que aprenda este oficio en un sitio tan cruel como un campamento de guerra, lo que no solo dignifica estos eventos y es de agradecer, sino que también demuestra la capacidad del ser humano para adaptarse a las circunstancias y sacar de sí lo mejor que tiene cuando posee la predisposición anímica adecuada para ello. Finalmente cautiva la amenidad que envuelve a todo el relato, que, como no podía ser menos, es sumamente poético. Te felicito sinceramente y espero que nos sigamos leyendo. Estoy dos posiciones más arriba, si te apetece pasar por el mío.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 21:06
  4. 4. Olivia dice:

    Hola, Carlos:
    Firmas con otro seudónimo, ¿verdad?
    Gracias por tus comentarios. A ver si he comprendido.
    En el primero de ellos, entiendo que la frase de escribir en una piedra te parece que sobra en el relato. El objetivo era de dar idea de compañerismo y amistad entre los dos hermanos, compartiendo algo que a la vez es secreto para ellos y por otro lado, ayudar a describir de una forma gráfica, algo como la dureza del campo.
    En el segundo comentario, me recuerdas lo del texto explicativo y la falta de diálogo. Recuerdo tu comentario de noviembre. Sí, tienes razón en que la falta de diálogo le quita fluidez y aire al relato. Es algo que me cuesta. ¡A ver el próximo!

    Lo del símbolo \ en la frase final, apareció por sí solo al enviar el texto. No sé la causa. Así que no es de cosecha propia y si existe, tampoco yo lo sabía…;(( Siento decepcionarte.

    Feliz Navidad también a ti.

    Olivia

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 23:55
  5. 5. Olivia dice:

    Hola, Pilar:
    Gracias por tus reflexiones. Tienes razón en que repito demasiado y además las repeticiones están muy cerca.
    También estoy de acuerdo contigo en que hay un salto temporal que debería haberse explicado en favor de la credibilidad del texto.
    Te voy a confesar que había un párrafo en medio, pero que al intentar mandarlo me salió un mensaje de que me había pasado de las palabras permitidas y dada la hora que era (casi me pilla el toro), borré uno de los párrafos, sin demasiado atino, como veo.

    Gracias de nuevo por tus comentarios y te veo en los coemnatrios a tu texto. Hasta pronto y felices fiestas.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 00:01
  6. 6. Olivia dice:

    Hola Perla preciosa:

    Muchas gracias por tus buenas palabras. Es muy halagador para mí leer estas cosas de quienes como tú escribís muy bien.

    Me alegro de que te gustara el texto.

    Gracias de nuevo y en breve me paso por tu relato y comentamos.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 00:06
  7. 7. Raymond Carr (Carlos) dice:

    Hola Olivia.

    Qué lista eres, y qué torpe soy. Efectivamente, este mes y el anterior he estado contestando a los posts con mi verdadero nombre en lugar de hacerlo con el pseudónimo.

    A ver. No te parece que

    “en un lugar secreto”

    no es otra cosa que

    “y que por supuesto sólo conocíamos nosotros dos”

    Entonces de qué clase de secreto estaríamos hablando si lo conociera todo el mundo. Y por eso encuentro que es un alargamiento que no tiene mayor aspiración que la de eso mismo: de alargar.

    Me encantaría que te pasaras por mi texto.
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-39/6667

    Hasta pronto.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 01:30
  8. 8. Raymond Carr (Carlos) dice:

    Ah, se me olvidaba. El libro de Iria sobre los diálogos no es que sea bueno es que es imprescindible. NO sé cuántas veces lo he leído ni cuántas lo volveré a leer.

    Escrito el 20 diciembre 2016 a las 01:40
  9. 9. Ane dice:

    Hola Olivia:

    Me he pasado por aquí para leer tu relato. Estoy de acuerdo con anteriores comentarios en cuanto a que el texto quizás peque por demasiada explicación. Yo tendería más por mostrar los hechos a través, por ejemplo, diálogos, un estado emocional o algo por el estilo pues, si lo cuentas todo terminas por no sorprender al lector.

    La historia es bonita en sí y a la que se le puede sacar jugo. Pero tan solo es una apreciación más.

    Saludos.

    Escrito el 21 diciembre 2016 a las 20:20
  10. 10. María Esther dice:

    Olivia, no es la primera vez que te leo.me gusta tu manera de escribir,pero concuerdo con los demás compañeros que debes animarte más con los diálogos. Acepta la sugerencia de Carlos,y te va a suceder lo mismo.Está muy claro,para qué sirven los diálogos,cómo escribirlos y representarlos correctamente,en fin, es muy interesante, no dejes de leer.
    Nos seguimos leyendo Olivia.
    Saludos Maritel en el 101

    Escrito el 22 diciembre 2016 a las 04:20
  11. 11. Olivia dice:

    Gracias, Ane y María Esther por vuestros comentarios, que sin duda me resultan muy útiles para mejorar (¡y hay mucho que hacer!) en mis escritos.
    Un abrazo,
    Olivia

    Escrito el 31 diciembre 2016 a las 00:13
  12. 12. beba dice:

    Hola, Olivia:
    Al margen de acordar con los consejos y observaciones, quiero expresarte que me ha emocionado tu relato; no sé si es ficción o autobiografía (ya sé que ubicas el relato el relato en el 2045), pero me conmovió la fuerza con la que la gente sigue haciendo crecer inteligencia, sensibilidad y valores en los momentos más duros.
    Un abrazo y feliz 2017.
    beba- 219

    Escrito el 13 enero 2017 a las 01:23
  13. 13. Olivia dice:

    Hola Beba:

    Muchas gracias por tu comentario y celebro que te haya gustado. Me pasaré por tu relato y te comentaré también.Un abrazo y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 15 enero 2017 a las 21:42

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