Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Sin piedad - por Henar Tejero

Se giró al escuchar el grito. Había sorprendido al atracador en la habitación mientras robaba la caja fuerte.
A Luisa siempre le gustaba dormir con la cortina un poco abierta para que entrara un poco de claridad. Por eso, unos tenues haces de luz se colaban tras los cristales, provocando chispeantes destellos que salpicaban la habitación.
Roberto permaneció inmóvil durante unos segundos junto a la puerta, tratando de reaccionar.
El dormitorio parecía irreconocible. Las puertas de los armarios permanecían abiertas de par en par, mostrando las baldas vacías. La ropa, en su lugar, se amontonaba por el suelo. La mesa del escritorio ofrecía un tremendo caos. Los papeles estaban desperdigados por todas partes y algunos libros de la estantería también estaban fuera de su lugar. Es como si hubiera pasado un terremoto arrasando sin piedad lo que encuentra a su paso.
Todo eso era lo de menos. Ya no tenía la mínima importancia cuando observó que Melisa, su mujer, yacía en la cama. El intruso le había asestado un golpe en la cabeza con un jarrón que había cogido de la estantería. Ésta había caído fulminada en la cama. Como consecuencia, un reguero de sangre que emanaba de su frente, manchaba las sábanas blancas con gran escándalo.
Roberto al mirarla, no sabía en qué estado estaba. No acertaba a adivinar si muerta, o simplemente inconsciente. Esa incertidumbre le provocó una desazón que le venía de las tripas y le fluía hacia la garganta como la acidez que provoca un bote de cayenas.
La congoja iba en aumento, pues la cuna de Emilita estaba al otro lado de la cama y su vista no alcanzaba a ver con nitidez. El ladrón estaba muy cerca de la cuna, y la niña no lloraba.
Quizás si oyese su llanto, aunque fuese desconsoladamente, se hubiese sentido más tranquilo. Eso sería indicio de que aún estaba con vida. Pero no oía nada. El tiempo parecía haberse detenido en la habitación. El caos reinante mostraba la violencia de este tipo de personas que no tienen remilgos. Roberto trató de escudriñar la escena para adivinar quién se había colado en su casa a unas horas intempestivas.
Pensó que la nueva alarma ya era un objeto de decoración. Y eso que la había instalado hace un par de meses. Les dijeron que ofrecía la máxima seguridad.
Roberto había trabajado hasta tarde. Después de salir del despacho de arquitectura con sus compañeros, fueron a tomarse unas copas a un bar cercano. Había sido una larga y dura jornada. Habían conseguido terminar un proyecto que iniciaron hace unos meses y eso les producía satisfacción. Como un estudiante al ver la nota en el tablón y comprobar que ha aprobado. La compensación por hacer las cosas bien produce bienestar y alegría.
Lo mismo que esperaba encontrar al llegar esa noche a casa y tras comprobar que su bebé dormía plácidamente como acostumbraba, se tumbaría junto a su mujer decidido a pasar una noche tranquila y reconfortante. Pero ese sueño reconciliador no estaba previsto que ocurriera en breve.
La grotesca escena distaba mucho de ser lo que esperaba encontrarse. El silencio aterrador en la habitación le asfixiaba. Sus pulmones parecían negarse a tomar aire y se sentía mareado.
Las personas que llenaban su vida se encontraban ahí, inertes. Entonces, empezó a sentirse culpable. Sí, culpable por no haber llegado antes. Por no haber defendido a su familia ante el ataque del atracador. Por no haber dado las buenas noches a su bebé con un tierno beso. Por haber llamado a su mujer desde la oficina anunciándole que llegaría tarde, sin poder ir a cenar con ella.
Siempre había ejercido de marido protector. Incluso desde que eran jóvenes. Pero esta vez sentía que les había fallado. Su vida se desvanecía como se disipa el humo de un cigarro a campo abierto. Desaparece la forma juguetona y ondulante de ese humo, el olor que segundos antes había impregnado mi nariz. Y se pierde el sabor delicioso que tenía en la boca.
Ante el grito de estupor al entrar en la habitación el ladrón se había girado. Llevaba un pasamontañas negro. Era corpulento y alto. Él al ver su robustez se sintió más insignificante que un mosquito.
Pero recordó… llevaba la pistola en su maletín que aún portaba en la mano.
Entonces sin contemplaciones le bastaron unos segundos para sacar el arma de uno de los compartimentos laterales.
Un instante después se oyó un disparo. Mejor dos… sin piedad.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

11 comentarios

  1. Hola, soy tu vecino del 150 que paso a comentar.

    Me ha resultado entretenida la lectura del relato. En cuanto a las observaciones, creo que está bien construido. Solo me llamó la atención la repetición de la palabra “poco” en el comienzo del párrafo:

    “A Luisa siempre le gustaba dormir con la cortina un poco abierta para que entrara un poco de claridad.”

    Con respecto al reto, al igual que con mi relato, me asalta la duda de si se cumple la condición de que todo lo que se narra suceda en ese lapso de cinco segundos. Pero creo que sí, que has logrado articular la historia de tal forma que incluyes ideas del pasado sin romper la regla propuesta.

    Saludos para ti. Nos estamos leyendo.

    Escrito el 17 enero 2017 a las 18:23
  2. 2. Pikadili dice:

    Muy buenas, Henar. Me gusta lo que cuentas y se lee con interés, pero creo que se pueden matizar algunas cosas.

    Primero, me sumo a la observación de mi compañero. Por otro lado, en esta frase: “Es como si hubiera pasado un terremoto arrasando sin piedad lo que encuentra a su paso.”, te has equivocado de tiempo verbal, pues describes lo anterior en pasado y cambias a presente. Por otra parte, creo que hay demasiada información irrelevante que además no aporta gran cosa a la trama principal. Me refiero a toda la escena en que describes lo que Roberto había estado haciendo ese día. No tendría problemas en otra situación, pero recuerda que el relato nos mete de lleno en medio de la acción y este tipo de recuerdos quizás corten un poco el rollo. También me desconcierta el inicio, porque puesto en contexto con lo demás, no sabemos si se giró Roberto o el ladrón. Por último, tengo un problema con la pistola, que aparece de la nada sin justificación.

    Son errores básicos que se corrigen con algun que otro repasillo. Me gusta la idea, porque creo que es cojonuda para el reto de los 5 segundos, que en mi opinión superas.

    Un saludo!

    Escrito el 17 enero 2017 a las 20:19
  3. 3. Roger/NHICAP dice:

    Hola Henar,
    Aquí estoy, te dije que seguiría leyéndote, ¿recuerdas?

    Bien, pues pienso que este trabajo no tiene la fuerza, la energía, del de diciembre. El primer párrafo es bueno, atrae al lector, pero no rematas y pierdes la oportunidad para atraparlo pues la acción se diluye con las explicaciones del segundo párrafo. Por cierto, hay un despiste en el nombre de la esposa:¿Luisa? ¿Melisa?

    Pikadili, te apunta varias cosas que debes revisar, porque resulta poco creíble la actitud, exagerada frialdad, de Roberto al encontrarse con el ladrón en su dormitorio y su mujer muerta. Lo lógico sería acordarse antes de la pistola que repasar mentalmente lo ocurrido aquella tarde; o de la nula eficacia de la alarma. Primero se dispara y después se recuerda el motivo de tu retraso en llegar a casa…

    Es mi opinión y espero que te sirva. Nos leemos.

    Un abrazo

    Escrito el 18 enero 2017 a las 19:15
  4. 4. Cesar Henen dice:

    Hola Enar, no estás en mis tres descendientes; pero si en mis tres ascendientes y aunque no son reglas de literautas, comento por igual a mis tres de arriba como a mis tres de abajo, así que por eso aquí me tienes.

    Como ya te mencionaron tienes un error en nombrar a Luisa, Melisa, de igual forma “Ésta había caído fulminada en la cama”. Esta no lleva acento, a menos que se genere una ambigüedad; pero como hablas de la esposa se entiende, aunque es mejor usar el pronombre ella o dejar solamente: había caído fulminada en la cama. “llevaba” después de los puntos suspensivos se inicia con mayúsculas, lo mismo en “sin” de sin piedad.

    Hay cosas en el relato que no me cuadran, en la vida real, si un asaltante es atrapado en una escena de un crimen por alguien que no se espera ver lo que le paso tu personaje principal, el delincuente atacara en menos de lo que la persona tarda en observar toda la habitación y ponerse a recordar lo que no hizo para protegerlos, más a parte le sumas los segundos que tiene para sacar del maletín la pistola, no sé si realmente te imaginaste esa escena, pero ante el shock, el miedo y la rabia, es prácticamente difícil que alguien le dé tiempo de abrir un maletín y sacar un arma y luego disparar sin antes ser atacado por el delincuente en cuestión. Más aparte terminas con: Un instante después se oyó un disparo, “Mejor dos…” ¿Mejor dos? Sé a que te refieres pero decir mejor dos es como cuando cambias de decisión y dices, ¿sabe qué? Mejor dos. Me parece que era mejor: se oyó un primer disparo, y luego otro. Si te das cuenta en términos reales tras eso que escribiste de mejor dos, es como si el delincuente le hubiera disparado al dueño de la casa y luego se hubiera disparado el mismo, porque no puede ser al revés y menos como describes al delincuente, lo tacklea en cuanto lo ve entrar.

    No te quiero quitar méritos por eso, la historia es muy buena y me ha gustado, engancha pues no sabe el lector como reaccionara el personaje. Solo si te aconsejaría qué ya que tú historia se asemeja a la realidad, te apegaras a eso.

    Espero no haber sido tan drástico, saludos.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 02:13
  5. 5. Wyrell dice:

    Hola Henar, ¿cómo va?

    Te agradezco por tomarte el tiempo de pasar por mi relato y comentarlo, ahora es mi turno de devolver el favor.
    Las cosas que quería mencionar veo que ya las dijeron, intentaré no ser redundante.

    Lo que viene siendo el escrito está muy bien hecho, es ágil y atractivo. Me gusta como describes las escenas, especialmente al final.

    Tuve problemas en la historia, si bien no es mala le encuentro varias incongruencias, como ya te han mencionado. Especialmente en la actitud del ladrón, fría y sádica sin razón aparente; y en el protagonista quien, además de sacar un arma de la nada, parece que no se inmuta lo suficiente por la muerte de su familia.
    Aún así es un relato interesante, corrigiendo estos fallos (que se solucionan tan fácil como hacer una revisión más detallada o algo más de práctica) quedaría perfecto.

    Para finalizar quiero comentar también la siguiente frase:
    «Es como si hubiera pasado un terremoto arrasando sin piedad lo que encuentra a su paso.»
    No la entiendo del todo, la asocio más a un tornado que un terremoto (especialmente con lo de “arrasando sin piedad todo…”), tal vez sea solo idea mía, no le des mucha importancia a esta parte.

    En conclusión, me gustó el estilo que empleaste en el relato y las descripciones. Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 12:55
  6. 6. charola dice:

    Hola Henar! Gracias por pasar por mi relato y comentarlo.
    En cuanto al tuyo estoy de acuerdo con los aportes de otros compañeros, así que no quiero redundar.

    A simple vista el relato se ve denso, te aconsejo que después de un punto final le des un espacio. Así se verá más ordenado.

    Sigue escribiendo. Saludos.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 17:33
  7. 7. Eleeme dice:

    Hola Henar Tejero.

    Después de leer tu cuento varias veces, he llegado a la conclusión de que dominas el lenguaje de la descripción. Tu relato es una descripción muy exhaustiva del entorno y del estado de tus personajes, con un vocabulario muy adecuado; una descripción muy realista.

    Como contrapunto, me ha parecido que hay algunos pasajes del relato que no ofrecen una información necesaria para la comprensión del mismo. Mi consejo es que tengas cuidado con este aspecto, ya que en ocasiones puede despistar al lector, y alejarlo del hilo principal de la trama.

    Muchas gracias por compartir tu relato Henar Tejero.

    Un saludo.

    Escrito el 23 enero 2017 a las 12:55
  8. 8. Cryssta dice:

    Hola Henar, a pesar de que escribes bastante bien tu relato no me ha acabado de agradar. Te digo lo que creo que deberías mejorar:

    – nada más empezar el relato me pregunto: ¿el grito de quién? Quien grita ¿qué hacía y hacia dónde se gira? Hasta el penúltimo párrafo no dices que el que se gira es el ladrón ante el grito del protagonista

    – si había unos tenues haces de luz que provocaban chispeantes destellos que salpicaban la habitación, ¿cómo es que distinguía tan bien toda la habitación y a su mujer? tendría que haber estado bien iluminada la habitación

    – “un reguero de sangre que manaba” “emanar” es un verbo utilizado más para un olor, para algo volátil, no para la sangre

    – “la violencia de ese tipo” si dices “este” tendrías que haber hablado antes del tipo de personas

    – dices “Pensó que la nueva alarma ya era un objeto de decoración”, no es normal que ante la escena con la que se encuentra se entretenga con ese tipo de pensamientos, a cualquier hombre que ame a sus seres queridos su instinto le llevaría a anular al ladrón para socorrerlos, sobre todo pensando que aún no sabe si están vivas o no

    – “grotesca” no es un buen adjetivo para la escena, lo grotesco mueve a risa, iría mejor decir por ejemplo “dantesca”

    – ¿Qué hace un arquitecto con una pistola en el maletín?

    Te sugiero que le des un buen repaso a esos fallos de lógica y ajustes el final, creo que te puede quedar un buen relato.

    Espero haberte ayudado.

    Un beso.

    Escrito el 25 enero 2017 a las 11:53
  9. Hola Henar!!

    Gracias por tus comentarios a mi relato.

    En cuanto al tuyo, me ha gustado, aunque sea una historia trágica, pero coincido con los compañeros que en algunos momentos das más información de la necesaria y también es cierto que no es normal que el hombre, al encontrarse con la trágica escena, lo primero que haga es recordar lo que hizo y no hizo y no buscar o enfrentarse al ladrón.

    Salvo esto, creo que describes muy la escena del crimen, nunca mejor dicho.

    Un saludo!!

    Escrito el 25 enero 2017 a las 16:18
  10. 10. Henar Tejero dice:

    Hola a todos,
    Gracias por los comentarios. Me han ayudado mucho a ver los errores y creo que cambiaré algunas cosas para hacerlo más creíble. Espero que así mejore bastante.
    Nos leemos !!!
    Un saludo

    Escrito el 28 enero 2017 a las 12:53
  11. 11. cesar veedor dice:

    Hola Henar, muy intrigante, no se quien se gira pero genial

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 01:14

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.