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Paradoja - por Mauro D. Barbosa

Se giró al escuchar el grito. La voz le resultaba familiar y denotaba un gran desconsuelo. Todo sucedió en unos pocos segundos al intentar usar la teletransportación.

Los cinturones de teletransportación ya estaban al alcance de todos. En la publicidad los presentaban como seguros… Caros, pero seguros. Además de recordarnos al maravilloso cinturón que usaba Batman en aquellos programas de antaño, ahorrarían mucho tiempo de nuestras vidas, a pesar de solo transportarnos unos 30 metros de distancia como máximo.

Su uso era simple: eliges la distancia y presionas el botón. De forma instantánea, el equipamiento verifica que nadie más ha utilizado el mismo destino, y que hay línea de visión entre el punto de salida y el de llegada. Estas verificaciones que hace el equipo son esenciales para evitar que se mezclen moléculas entre más de un transportado y además para saber exactamente qué hay en el lugar donde se aparecerá. Si no eres capaz de ver el destino, se cancela el transporte.

Aunque es imperceptible, el cinturón te mueve en el espacio, pero además en el tiempo; una milésima de segundo hacia el pasado. Aunque increíble, es la forma que encontraron los ingenieros de verificar si hay visión entre el origen y el destino. Durante una milésima de segundo, la persona estará en ambos lados a la vez. Si el cinturón no logra contacto visual consigo mismo, la teletransportación es cancelada. Esa milésima de segundo es vital para que esta simultaneidad no sea percibida por el usuario, dando la idea de que simplemente salimos de un lugar para aparecer en el otro.

Ricardo nunca supo cómo se realizaban estas verificaciones hasta el momento en que aquella preocupada voz le llamó la atención.

—¡Cuidado! —repitió la voz.

Cuando volteó, se encontró con lo que parecía ser él mismo, en la acera de en frente, haciendo señas y gritando.

Es común utilizar estos cinturones para cruzar rutas muy transitadas y así evitar la espera. Para esos casos es muy importante tener buen ojo para medir las distancias. Errar un par de metros implicaría aparecer en medio de la carretera, a punto de ser golpeado por un vehículo sin posibilidad de frenar. Ricardo resultó no tener buen ojo.

Cuando el vehículo lo vio aparecer, intentó frenar.

Aunque hasta ahora no había sucedido en ningún otro dispositivo, su cinturón de teletransportación tenía una falla. En lugar de desplazarlo un mili segundo en el tiempo, lo desplazó cuatro segundos.

El Ricardo que aún no había presionado el botón, se vio a si mismo aparecer en medio de la calle debido a su mal cálculo. Gritó con todas sus fuerzas pero fue demasiado tarde.

No es fácil verse morir. Quizás por eso, parado en la acera, pálido y aturdido, nunca presionó el botón.

Y ahí está Ricardo, en el mismo cruce, luego de haber marcado la distancia incorrecta, a punto de presionar el botón e incrédulo al verse aparecer una vez más en medio de la calle. Pero para él, volvió a ser la primera vez.

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7 comentarios

  1. 1. amadeo dice:

    Mauro:
    Buen y original texto futurista. Cumplido el reto.
    Mis observaciones como lector:
    La palabra teletransportación aparecen dos veces muy seguidas (distraen)
    Encuentro bastantes (¿demasiadas?) explicaciones técnicas. Encuentro algunos verbos en presente y otros en pasado. Verificarlos. Aun con diferencias de segundos o décimas, el verbo cambia.
    Me costó comprender (y aún dudo) si Ricardo escuchó su propio grito y gritó de nuevo.
    Buena idea.
    Estoy en el 96
    saludos

    Escrito el 18 enero 2017 a las 19:36
  2. 2. María Esther dice:

    Hola Mauro,soy tu vecina del 98.
    La idea del relato en un terreno fuera de la realidad, me parece interesante. A mi modo de ver todo fluye bien en la explicación técnica del uso del cinturón hasta que hablas del espacio y el tiempo. Ahí se torna difícil comprender,si él se ve en medio de la calle y aún no apretó el botón, por qué no puede volver atrás anulando así lo que hizo mal, y comenzar todo de nuevo.
    Porque el cinturón es para facilitar el cruce, por lo tanto debería tener la posibilidad de corregir el paso dado, ya que no es el definitivo, el último.
    Bueno, tu me dirás, ¿ te fijaste en el título?. Y ahí te contesto: tienes razón lograste lo anunciado.El final llega a un máximo de tensión muy grande, que queda en suspenso…

    Escrito el 19 enero 2017 a las 04:22
  3. 3. Mauro D. Barbosa dice:

    Hola estimados.
    Muchas gracias por sus comentarios.

    Leyéndolos vi que le falta pila de trabajo al texto. Principalmente porque no se entendió la idea.

    Amado:
    * Tomaré en cuenta tu acotación sobre la repetición de palabras, me parecía que no molestaba demasiado.
    * La idea del texto era profundizar justamente en lo técnico, con una idea de funcionamiento un tanto ridícula (sin que lo parezca), con un caso de error y su posible consecuencia. Si te pareció que era demasiado, quizás necesite darle otro encare.
    * Tienes razón en lo que refiere al segundo grito. Lo mejor va a ser que quite esa oración, porque no aporta nada y confunde.

    María Esther:
    * Definitivamente necesito re escribir el relato, porque efectivamente, él se ve aparecer en medio de la calle y al verse morir NO aprieta el botón, por lo que nunca sucede lo del accidente (ni la teletransportación), retornando al momento en la historia en que aún no apretó el botón (el no recuerda que ya le pasó), formándose un loop infinito, ya que volverá aparecer en medio de la calle para ser atropellado (porque Ricardo había puesto mal las distancias, y así será para siempre).

    Me daré una vuelta por sus cuentos! Gracias!

    Escrito el 19 enero 2017 a las 18:35
  4. Bastante interesante. No tengo mas sugerencias aparte de las que otros han hecho. Me gusta la idea del relato. Aunque siempre se vean escritos relacionados con paradojas del tiempo. Es entretenido leerlas.

    Leí tu comentario de la entrada de la pagina y por eso pase por acá. Igual estoy intentando leer todos los que pueda. El mio no se va tanto hacia la ciencia ficción pero seria bueno que le echaras un vistaso y opinaras es el numero 17.

    Escrito el 22 enero 2017 a las 03:06
  5. 5. Angeru dice:

    Hola Mauro.

    En cuanto a la forma, veo una redacción sencilla y clara que hace muy comprensible el texto a pesar de la “teletransportación”, que no es poco.

    Me ha sorprendido agradablemente la temática. Me ha parecido original y adecuada al reto que nos habían propuesto. Desde luego, no se te pueden negar tus grandes dosis de imaginación.

    Un cordial saludo

    Escrito el 24 enero 2017 a las 19:14
  6. 6. Mauro D. Barbosa dice:

    Gracias Daniel y Angeru.

    Pasé por sus cuentos para darles algún comentario también.
    Saludos

    Escrito el 26 enero 2017 a las 23:55
  7. Interesante Mauro, he visto tu entrada en la que mencionabas tu incursión en la SF y solicitabas algo de ayuda. Yo te recomendaría que leyeras todo lo que pudieras sobre el tema, luego cuando tengas un tema definido lanzarte a fondo. Sobre autores hay uno Robert Silverberg que usa el tema del cinturón con un crono para viajar a voluntad al pasado o al futuro, la novela es Up The Line, traducida en Por el Tiempo, puedes leer todo o casi todo de este autor; luego, quitando a los clásicos Asimov y Bradbury, está todo lo que puedas encontrar de Crichton, y el juego de Ender de Scott Orson Card, de este nada más. También hay una Historia de la Ciencia Ficción de 1911 a 1972 de un francés Jacques Sadoul, muy recomendable.
    En el taller nº 34 En la Luna, participé con un relato de SF en el que menciono como tú la posibilidad cuántica de estar en dos sitios a la vez, si quieres puedes buscarlo, o bien en mi blog en la siguiente página: http://vientobarrofuego.blogspot.com.es/2016/04/johnny-cogio-su-fusil.html
    Ahora llevo unos meses enfrascado en una novela de viajes al pasado, a la que espero darle forma definitiva pronto.
    Espero haberte ayudado. Un saludo.

    Escrito el 1 febrero 2017 a las 17:00

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