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Escena Final - por Nira Morland

Se giró al escuchar el grito.
Y la voz le recordó a la de ella. Dulce pero potente, firme y sin titubeos. Solía decirle, en aquellas noches interminables de agosto, que sus palabras sonaban como las olas: llegaban de lejos, de la línea del horizonte que desde ningún lado se alcanza a ver, y lo golpeaban a uno con una fuerza que esculpe el material más duro como si de mera arcilla se tratase, e impide que se evapore el recuerdo por mucho que el tiempo lo diluya. Aunque ella ya no estuviese, su voz aún entonaba su día a día. Ella… siempre ella.
Se giró al escuchar el grito, y lo vio acercarse.
Las luces de los faros del coche le iluminaron el rostro y sus pupilas empequeñecieron, como si quisieran esconderse del peligro. Como otrora hacían sus niños cuando los monstruos salían de debajo de la cama y se proyectaban como sombras sobre la pared y ellos, temerosos del vacío de la oscuridad, intentaban escapar de sus alargados dedos huesudos haciéndose una bola entre las sábanas. Y entonces aparecía él, como un caballero andante sin espada ni armadura que con su sola presencia vence cualquier quimera que aceche en la penumbra.
Se giró al escuchar el grito, y esperó sentir el golpe.
Al igual que cuando era pequeño y se columpiaba en el jardín, arropado por el viento e impulsado por las ganas de alcanzar a los pájaros. Sentía las miradas protectoras de sus padres, advirtiendo en silencio del peligro que conlleva querer volar alto. Los pequeños dedos que rodeaban las cuerdas del columpio cedieron ante la curiosidad de sentir la caída libre. Sin miedo a aterrizar, observó la paulatina cercanía del suelo y disfrutó del cosquilleo que le producía el aire al rozarle la cara. Cuando su viaje terminase abruptamente, papá y mamá estarían allí para recogerle.
Se giró al escuchar el grito, y cayó sobre el asfalto.
Dicen que antes de morir vemos la vida pasar en escenas. Quizá sea el lazo con el que la muerte nos arrastra, haciéndonos perder en el deleite del recuerdo de tiempos mejores y distrayéndonos de la oportunidad de escapar de su eterno abrazo. Los recovecos de la memoria no sirven de escondite, sino que son el camino para comprenderla. La muerte llegó, y él se rindió a su encanto.
Se giró al escuchar el grito… Y después, volvió a escuchar su voz imperecedera. Dulce pero potente, ella le daba la bienvenida.

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4 comentarios

  1. Nira: Cumpliste con el reto, esta en cámara lenta, eso esta claro.
    La narración es muy buena, tenes una manera de escribir, que parece poesía. Cada uno de los párrafos te transmitía algo.
    En general, este texto no le veo errores, me parece en serio muy bien escrito. Lo único que podría decirte es que no entiendo bien si se esta suicidando o es un accidente. Me gusto mucho que hayas implementado vocabulario menos común y durante la lectura se dieron a notar.
    Lo que vi es un error de ortografía, Como otrora hacían sus niños, que me dejo pensando un rato.
    Me encanto el texto,seguí escribiendo que es lo tuyo.
    Martina

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:05
  2. 2. Kein V. Raad dice:

    Hola Nira,

    Me gustó mucho tu relato, la forma en que cumpliste el reto opcional e incluiste la oración inicial me pareció de lo más apropiado. Me agradó como organizaste el texto y te tomaste lo necesario para describir de buena manera las diferentes escenas. En cuanto a la forma, me parece que está bien escrito, es muy fluido y agradable de leer.

    Saludos

    Escrito el 19 enero 2017 a las 13:22
  3. 3. Bea dice:

    Hola Nira:

    Tu relato me ha gustado mucho, como te dicen los compañeros, la forma en la que describes y narras lo sucedido al protagonista es muy poetica. También me ha parecido muy original la forma en la que has sido capaz de integrar la frase inicial y el reto.
    En conjunto, como te digo, tu relato me ha encantado y por ello te felicito.

    Si te apetece yo estoy en el 242.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 23 enero 2017 a las 19:46
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Hola Nira:
    Poético tu relato, un lenguaje bien manejado, extensiones y tiempos bien dosificados para darnos con mesura las diferentes etapas de la vida del protagonista que pasa por su memoria al morir.
    Solo me queda la duda del tipo de muerte. Te sobraban palabras como para insinuarla, no decirla, pero esbozarla.
    Me ha gustado mucho.
    Te felicito.

    Escrito el 24 enero 2017 a las 03:01

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