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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Ya estuvimos una vez - por Nora C.P.

Se giró al escuchar el grito. Se le heló la sangre, mil pensamientos pasaron por su cabeza, el sentimiento de culpa presionaba su pecho y empezó a sentir un sudor frio recorriendo su espalda. Quería levantarse, quería gritar también, quería que se le tragara la tierra, y aun así no fue capaz de mover un solo músculo. Solo miró a los ojos a Adrián , su mirada coincidió solo un segundo, un segundo que dijo muchas cosas; vio miedo en sus ojos, vio arrepentimiento, vio lo que no quería ver, entendió que no habían hecho bien las cosas.
Sabía que no estaban siguiendo por el buen camino, tenía claro que primero esperaría a que él cerrara las puertas que tenía abiertas en su vida, pero la atracción les pudo. Intentaron pensar que se les pasaría, que teniendo la vida solucionada y estabilizada era mejor no querer, no pensar, no actuar, pero…, los dos sentían la misma necesidad de contacto.
Hacían todo lo posible para coincidir y encontrarse en cualquier sitio, llevaban meses intentando ahogar el amor. Hasta que un día Adrián encontró a Silvia y sin saber cómo se abrió y en pocos minutos le dijo todo lo que sentía por ella. Por su parte, ella sentía lo mismo, aunque sin saber cómo, era la que tenía el freno de mano echado. Silvia era consciente de su situación, ella no tenía nada que perder, sólo tenía que hacer cambios en su infeliz pero asimilada vida matrimonial. Él debía dejar su hogar, a su mujer y dejar de convivir día a día con su hija.
Un hasta mañana, y un abrazo que duró un poco más de la cuenta, pusieron su estable y apática vida patas arriba.
No esperaba volver a sentirse nunca más enamorada, estaba pletórica, necesitaba que el mundo supiese lo feliz que era en ese momento, pero no podía hablarlo, estaba en juego mucho.
Adrián llevaba muchas responsabilidades a cuestas, y lo que más le pesaba era tener que dejar la convivencia con Sara, su vida, su niña, por la que desde que nació había dejado todo de lado por verla crecer feliz.
Quedaron a las afueras de la ciudad, cerca del faro, ese faro que fue testigo de su primer amor en la infancia, donde dibujaron corazones y creían que serían novios para toda la vida, un primer amor tan tímido que casi no eran capaces ni de dirigirse la palabra, y solo con estar en el mismo sitio que el otro era suficiente para irse a casa contentos. Veinte años después, allí estaban, era la primera vez que habían compartido más que un beso cortés y un abrazo. Era tanto lo que tenían para darse y lo mucho que tenían que entregarse que una cosa llevó a la otra y con manos temblorosas se acariciaron y se fueron deshaciendo de la ropa.
Fue entonces entre miradas cómplices y besos apasionados cuando la puerta se abrió, Amaya grito y Silvia se giró al escuchar el grito.

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10 comentarios

  1. Nora: El primer párrafo me genera algo de duda, por que cuando pasas al segundo como que se pierde la unión,no hay un conector como momentos atrás, o algo que conecte,es como que se salta a una historia diferente.
    En un momento dice, Solo miró a los ojos a Adrian,y creo que escribir a Adrian, hace que cuando lo leas suene como raro, yo mas bien pondría, Solo miro los ojos de Adrian.
    Desde ese momento hasta el ultimo párrafo me parece que esta bien narrado y la historia de amor es buena.
    Lo que no entendí nada es quien es Amaya, no lo veo explicado en ninguna parte del texto y me genera desconsiento.
    Seguí escribiendo, Saludos
    Martina

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:18
  2. 2. Marisa dice:

    Nora, muy bueno tu relato. No comparto con Martina que le falta conector al primer párrafo. Entiendo que comienzas el relato desde el final. Sí, no se sabe quién es Amaya.

    Soy la nro 73
    A seguir escribiendo. Saludos

    Escrito el 19 enero 2017 a las 14:50
  3. 3. Roger/NHICAP dice:

    Hola Nora,
    Soy tu vecino del 239.
    Me parece un buen relato, bien construido, donde reflejas muy bien los sentimientos de Silvia, una mujer madura en plena crisis matrimonial, hacia Adrián, su amor de juventud, tras su reencuentro.
    Consigues la empatía del lector que siente lo que tu has querido reflejar.
    En cuanto a la forma, veo algunas cosas, en mi opinión mejorables.
    -Yo escribiría, “Solo miró a los ojos de Adrián y sus miradas coincidieron un segundo, un instante en que percibió muchas cosas: vio miedo…”, o bien algo parecido.
    -“…no estaban siguiendo por el buen camino…”, mejor “…no seguían un buen camino…”.
    -Al final ya te lo han dicho, “Amaya gritó” y ¿Quién es Amaya? El lector podría pensar en la esposa de Adrián, en la hija de Adrián, en la pareja matrimonial de Silvia ¡Guauu! Generas un lío en el lector que estropea un buen relato.
    Todo tiene fácil arreglo. Es un buen trabajo, muy intimista, que se lee con gusto.
    Un abrazo

    Escrito el 19 enero 2017 a las 18:07
  4. 4. Bea dice:

    Hola Nora:

    Bien relato! Me ha gustado mucho como describes las sensaciones de los personajes, les da mucha vida y profundidad.
    Sin embargo me he perdido un poco en algunos tramos y creo que faltaba un poco más de información. Pero bueno eso creo que ya es algo más de gustos.
    En general me ha gustado y por ello te felicito.

    Si te apetece pasarte soy tu vecina del 242.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 20 enero 2017 a las 16:25
  5. 5. Nora C.P. dice:

    Hola a todos y gracias por comentar.
    Os agradezco las críticas más concretas porque realmente son las que ayudan.
    Es mi primera vez escribiendo y ni que decir comentando a los demás.
    Por aclaración, Amaya era la mujer de Adrian.
    Espero ir mejorando y haciéndoos críticas más constructivas.

    Escrito el 20 enero 2017 a las 23:42
  6. 6. Marazul dice:

    Hola Nora, soy Marazul y me toca comentar tu texto. Lo hago encantada porque en general me ha gustado mucho. En cuanto al sentido del relato nos narras una historia de reencuentro. Algo que ocurre muy a menudo, bastante más normal de lo que creemos. Lo presentas bien, de forma natural, tal vez como una asignatura pendiente que por el final que le das a la historia no va a terminar muy bien. A mi me has llegado. Entiendo los sentimientos encontrados que presentas: deseo y culpabilidad. Creo que escribes claro y, si lo he leído más veces, no ha sido por no entenderlo, sino por gusto
    En cuanto a la forma: la estructura me parece perfecta: empiezas por el final y en la parte del nudo nos cuentas una historia. Solo tiene una pega esa estructura, y es que ya conocemos el final. Sin embargo, a mi como lectora, no me desagrada porque la historia se cierra, tiene coherencia. Se entiende muy bien que Amaya es la mujer -no hay porqué explicar más.
    A mejorar: según mi punto de vista, en lugar de “a Adrián” mejor sería decir de Adrián
    Utilizas demasiados posesivos: “se”, “su”, pero creo que si le das un repaso al texto puedes sustituir algunos cambiando un poco la frase.
    En resumen, Nora, que me ha gustado tu historia de sentimientos, atracción y culpas. Lo tratas bien y escribes con mucha naturalidad.
    Nos leemos
    Un saludo

    Escrito el 22 enero 2017 a las 19:03
  7. 7. Baltasar dice:

    Hola, Nora:
    Sé bienvenida. Para ser tu primera intervención, no está nada mal. Persevera. A escribir se aprende escribiendo. Y «leyendo», no lo olvides.
    Bien, vamo a ver. El tema que desarrollas, cada día más corriente por desgracia, no por eso carece de interés. Y el tuyo lo tiene y se entiende perfectamente, pese a que en ciertos momentos resulte ─o me resulta a mí─ un tanto embarullado. Luego lo comento.
    Describes demasiado y, a mi modo de ver, dada la tragedia que supone tu relato ─lo es toda separación─ le falta la fuerza que le daría el diálogo en determinados momentos entre Adrián y Silvia.
    Cuidado, Nora, con las repeticiones de palabras tan próximas en ese primer párrafo: «Solo,solo»; «ojos, ojos»; «cosas, cosas».
    Pero cuidado. No confundir esto con las repeticiones que introduces un poco antes: Quería levantarse, quería gritar también, quería que se le tragara la tierra.Esto supone una figura retórica, anáfora, si no mal recuerdo. ¿Te das cuenta de la fuerza que tiene la frase? Mucho más si le quitas la palabra «también».
    El barullo: Quedaron a las afueras de la ciudad, cerca del faro, etc,.etc. Veinte años después, allí estaban… y una cosa llevó a otra… y se fueron desnudando, cuando la puerta se abrió¿?¿Cómo? estaban en el faro, se abrió la puerta y Amaya gritó?
    Perdona si lo he enetendido mal, pero así lo leo.
    Algún acento que debes repasar ,«sólo» no se acentúa, y fijarte en los signos de puntuación: coma antes de pero, por ejemplo.
    Pese a todo, y siendo tu primera intervención, ¡felicidades!
    Y adelante.
    Un cordial saludo.

    Escrito el 22 enero 2017 a las 20:16
  8. ¡Mis saludos cordiales, Nora!

    Pasé por acá, tal como sugeriste y me encontré con tu propuesta, la primera según expresas. Está muy bien concebida y posee méritos propios. He leído las demás obsevaciones y puntos de vista y las considero válidas. Podría sugerirte que en esta frase: “Él debía dejar su hogar, a su mujer y dejar de convivir día a día con su hija” añadas los nombres de ambas. Ponte del lado del lector, es necesario no confundir al final quien es la persona que los sorprende. Tu texto atrapa, tiene intensidad y tu prosa es muy agradable leerla. También te sugiero reescribir el final de esta frase: “tenía claro que primero esperaría a que él cerrara las puertas que tenía abiertas en su vida, pero la atracción les pudo.” La cambiaría, por darte un ejemplo, así: “tenía claro que primero esperaría a que él cerrara las puertas que tenía abiertas en su vida, pero la atracción entre ambos fue mucho más fuerte”. Mi consejo personal, Nora: al escribir se debe ser contundente. Nuestro idioma castellano nos proporciona una riqueza y ventajas enormes para expresarnos. Y la belleza artística de un escrito es fusionar esa riqueza con nuestra particular y personal forma de sentir. Mi agradecimiento sincero por tus gratos comentarios. ¡Nos seguimos viendo!

    Escrito el 24 enero 2017 a las 15:32
  9. 9. María Esther dice:

    Felicitaciones Nora, es una historia de amor,que sucede a menudo y seguirá sucediendo,porque “donde hubo fuego cenizas quedan”.
    Narras los hechos con pasión y raciocinio a la vez, lo que lleva a tener situaciones encontradas, en pugna. Pienso que acá podrías haber aprovechado más
    la situación, mostrando algunos diálogos entre ambos.
    Sin duda que le agregaría mucha fuerza.
    Te repito me gusta la historia y pienso como otros compañeros, que puliendo algunos detalles menores te quedaría más completa.
    Sigue escribiendo.
    Nos leemos,estoy en el 98.
    Maritel

    Escrito el 25 enero 2017 a las 04:32
  10. 10. Luis Ponce dice:

    Hola Nora:
    Gracias por tus comentarios. En cuanto a que la memoria se le bloqueó en verde, hace relación con “The Matrix”, si rememoras la película te será más fácil.
    La tuya es una historia redonda, bueno hasta donde lo pueden ser las historias de amor. Siempre quedan cabos sueltos de uno o de ambos lados. Puede ser que la redacción no sea todo lo clara que se necesita, no para explicar sino para plantear al lector lo que tiene que imaginar.
    Te quedaban palabras como para explicar los escenarios: “Quedaron a las afueras de la ciudad, cerca del faro…”,”cuando la puerta se abrió, Amaya grito y Silvia se giró al escuchar el grito”.
    Todos sospechamos que Amaya es la mujer traicionada, pero el escenario no es lo suficientemente convincente.
    Creo que una repasada en alta voz, te permitirá reorganizar el relato.
    Sigue escribiendo.

    Escrito el 31 enero 2017 a las 17:22

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