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Yungay - por charola
Yungay
Se giró al escuchar el grito de Nancy, vio cómo la tierra se abría delante de ella, entre las escalinatas labradas en piedra de granito y las plataformas de nichos del cementerio situado en lo alto del cerro; delante de ellos, un Cristo elevando los brazos al cielo se erguía como si fuese una ilusión. Se quedaron allí. El temblor había pasado. Entonces sus miradas se enfocaron hacia abajo y advirtieron que la ciudad, su ciudad se había quedado sumergida en una nube de polvo. Se abrazaron, supieron que habían salido ilesos del fuerte terremoto, pero sintieron culpa, quizás por desobedecer a sus padres.
—¡Diosito lindo, perdónanos, por favor! —dijo Nancy. A su lado Lucas parecía un espectro.
En un segundo volvieron los recuerdos como imágenes de los acontecimientos que antecedieron al movimiento telúrico. Nancy había aceptado el encuentro que le propuso Lucas, pero cuando iba camino al lugar, no podía dejar de preguntarse: ¿por qué en el cementerio? A pesar de la aprensión que le ocasionaba el sitio, la dicha de verlo era superior; por ello, media hora antes de la cita, ella ya lo estaba esperando.
Eran las tres y veinte cuando lo vio venir, su corazón dio un brinco de felicidad. Era la primera vez que se encontraban a solas, a escondidas de sus padres. Estos no querían darles permiso para que sean enamorados, «por ser muy jóvenes», les dijeron.
—¿Por qué me citaste aquí? ¿No te parece raro encontrarnos en este lugar? —le increpó Nancy.
—Ja jajá. Mis padres me mandaron poner flores en la tumba de mi abuelita. Además, aquí podemos estar solos —la miró con intensidad y sonriendo le dijo—: fíjate que me estoy perdiendo el partido inaugural del Mundial de fútbol de México’70… pero por ti, bajaría la luna.
—Ja. ¿Qué quieres decir con eso?
—Que estoy prendado de ti, que deseo que seas mi enamorada —cogió las manos de Nancy y las besó, estaba nervioso y tuvo una fugaz idea de que sus padres tenían razón, eran muy jóvenes. Si ella aceptaba, sería su primer amor. Se acercó tímido, nunca había besado a una mujer en la boca. Sentía que ella temblaba. Apenas rozaron sus labios cuando un movimiento desmesurado los separó.
Corrieron enloquecidos sin saber adónde ir, su atolondrado desplazamiento los llevó al lugar donde Nancy emitió el grito. El temblor había pasado.
Se abrazaron y, entonces escucharon un ruido tremendo que no sabían de dónde provenía, se estremecieron y gritaron: ¡Es el fin del mundo!
Ante sus ojos, como una alucinación, vieron un manto gris claro en forma de ola gigantesca de unos cuarenta metros que venía veloz sacando chispas de colores y precedido de un fuerte viento. Sus ojos desorbitados miraron cómo este velo parduzco se tragaba y dejaba sepultados los últimos restos del pueblo y sus habitantes. Quedó todo nublado, la tarde soleada con su cielo azul claro y nubes blancas se había convertido en una oscura y densa sombra donde ni los rayos del sol podían pasar.
Nancy y Lucas vieron que otras personas avanzaban cual fantasmas salidos de sus ataúdes. La niebla no les permitía ver quiénes eran, pero sabían que se trataban de otros sobrevivientes. Eran noventa y dos. Ninguno tenía conciencia de qué es lo que había pasado. Cuatro días después llovieron pollos a la brasa y botellas de agua del cielo.
Cuando los rescataron supieron que el terremoto había sido violento. Este provocó que el nevado Huascarán se enojara tanto y enviando un potente alarido se desprendió parte de sí mismo, los inmensos bloques de hielo volaron, se unieron a las piedras, barro y en su loca carrera arrastró árboles, casas, borrando del mapa la ciudad de Yungay. Solo quedaron cuatro palmeras de las treinta y seis que había en la Plaza de Armas. Estas atestiguarían que allí hubo una ciudad.
Solo trescientos sobrevivientes contarían la historia, en su mayoría niños, pues en otra parte alta de la ciudad se había instalado el circo Verolina donde ciento ochenta y tres se habían salvado y, en otro cerro, veinticinco. Las víctimas sumaban setenta mil.
Los niños, huérfanos en su mayoría, fueron adoptados por familias extranjeras. Nancy y Lucas se unieron a las treinta y seis familias que emigraron a Lima. Allí sus casas rodearon una explanada donde hicieron una réplica de la plaza arrasada y la llamaron Plaza Yungay, plantaron treinta y seis palmeras, llenaron de rosas sus jardines y al centro levantaron una pileta de piedra de granito.
Hola, Charola:
Después de leer tu relato he llegado a la conclusión de has empezado una historia, la de Nancy y Lucas y ha aparecido por el camino otra historia, la de la tragedia de Yungay, que se ha comido a la primera, dejando las dos como inacabadas. Has querido ambientar los amores de Nancy y Lucas en la ciudad de Yungay en el momento del terremoto que la barrió del mapa, hasta ahí perfecto, pero luego ha podido más la fuerza del terremoto y lo que ha comenzado como una historia muy humana, ha terminado como una crónica periodística. Hasta el momento en que empiezas a resaltar el número de personas sobrevivientes, o víctimas, o palmeras, o familias (92, 36, 4, 300, 183, 25 70.000, 36, 36) es una obra literaria, luego pasa a ser una relación estadística de daños humanos y materiales que se puede leer en cualquier periódico. Yo me he quedado con las ganas de saber cómo terminaron los amores de los dos protagonistas, si quedaron solos, si siguieron unidos, ¿qué les pasó?, ¿a dónde fueron? Eso únicamente tú, con tu imaginación, podías contarlo, y terminar la historia; lo demás ha sido un recordatorio que yo, inquieto, me he ido a Wikipedia y después de media hora me he puesto al día de todo lo que significó la tragedia. Claro contar toda la tragedia del terremoto con la inclusión de los amores de Nancy y Lucas requiere mucho espacio.
Yo después de leerte debo decir que escribes bien, salvo algunas pequeñas cosas que son mejorables. He visto cuatro incorrecciones, tres de estilo y una de concordancia (“Estos no querían darles permiso para que sean enamorados”), el “sean” no está bien. Pero creo que en este caso lo más representativo no es la forma si no el contenido.
Valga que se trata de mi punto de vista que no tiene por qué ser el portador de la verdad, pero así lo he visto yo. Por cierto, ¿lo de los pollos a la brasa y las botellas de agua son una licencia literaria o en realidad sucedió? Lo pregunto porque cosas más raras han ocurrido.
Saludos y gracias por tus comentarios
Hola Charola
Primero darte las gracias por tu visita a mi texto #174
Leo tu historia basada en un acontecimiento real y siento ese terremoto como cuando ha sido en mi país (Costa Rica), es que los que vivimos en el ‘cinturón del fuego’ estamos expuestos a ello en cualquier momento.
Con respecto a la forma, llamó mi atención el guión y luego dos puntos en la frase siguiente: “y sonriendo le dijo—: fíjate que me estoy…”. No se si eso es así, ya me dirás o algún compañero si se usa de esa forma.
Saludos!
Hola Charola
Primero darte las gracias por tu visita a mi texto #174
Leo tu historia basada en un acontecimiento real y siento ese terremoto como cuando ha sido en mi país (Costa Rica), es que los que vivimos en el ‘cinturón del fuego’ estamos expuestos a ello en cualquier momento.
Con respecto a la forma, llamó mi atención el guión y luego dos puntos en la frase siguiente: “y sonriendo le dijo—: fíjate que me estoy…”. No se si eso es así, ya me dirás o algún compañero si se usa de esa forma.
Saludos!
Hola Manuel. Gracias por tu visita. La historia de Lucas y Nancy está completa. Ellos terminan yendo a Lima con las 36 familias. Allí cuento eso aunque parece que pasó desapercibida. Lo de los pollos a la brasa y las botellas de agua fue cierto pues los helicópteros no podían aterrizar y sabían que habían en ese lugar sobrevivientes. Entonces les lanzaron comida y agua.
Gracias por tus comentarios acertados. Nos estamos leyendo.
Hola Charola soy Luis (171). Bien narrados los acontecimientos que por desgracia provocó el terremoto. Momentos de mucha dureza. Saludos.
Hola Charola.
Me ha gustado el relato y la manera en que fue narrado, lo entendi muy bien.
Debo decir que es la segunda vez que participo en el taller y no tengo la experiencia como “critico” para tratar los relatos, mas bien soy como: “un lector mas” y de verdad la historia me ha gustado. Representar la reunión, humor, sentimiento y emociones de dos personas durante un terrible momento como es un terremoto es bastante dificil de narrar. Aunque creo que si se desvio la atencion de la historia de los jovenes, hacia el terremoto quien termino siendo el protagonista.
Algunas frases -creo- se pueden cambiar, yo las cambiaria, aunque tambien puede deberse a la diferencia de pais. En fin me ha gustado. Suerte, saludos.
Hola Yoli! Gracias por tu comentario en mi relato. Acerca de tu pregunta. Sí, está bien después del guión de diálogo se puede poner cualquier signo, puede ser coma , punto o dos puntos. Te pongo un link de Literautas acerca de eso para que ahondes en el tema:
https://www.literautas.com/es/blog/post-2156/10-claves-para-escribir-dialogos-eficaces/
Saludos.
Gracias Luis. Gracias Talyuno por la visita a mi relato y vuestros comentarios.
Ya les devolví vuestra visita.
Saludos.
Hola Charola:
Gracias por tus comentarios en mi relato.
El tuyo me ha gustado, salvo cuando enumeras los sobrevivientes, las palmeras, etc.ahí se pierde la magia del relato para convertirse en una crónica. Tiene solución y puedes redondear un buen trabajo.
Nos leemos.
Hola Charola,
narras una historia de amor en un trasfondo ambientado en un terremoto, lo cuál está muy bien. Pero como ya te han señalado la historia de esa pareja pierde fuerza y a modo de ver deberías haberla centrado un poco más. Es solo una opinión.
El uso de la enumeración le hace perder el carácter literario como ya te han dicho. Nada que no se pueda mejorar.
La redacción es buena y describes bien,aunque un hecho como un terremoto me sugiere más horror.
Espero haberte ayudado.
Estoy en el 152
Nos seguimos leyendo!!!
Gracias Luis Ponce por tu comentario. Me dejé llevar por las estadísticas, pero como dices hay solución y voy a trabajar para redondear el final de mi relato.
Gracias Henar Tejero, es bueno este taller y que los compañeros lean nuestro trabajo y lo comenten. A veces uno cree que está yendo por el camino correcto y…
Bueno, menos mal que todo tiene solución. Voy por tu trabajo.
Saludos.
Hola Charola, la historia de Nancy y Lucas se ha refundido un poco entre el terremoto. Yo la verdad no conocía la historia de Yungay, así que también terminé en Wikipedia leyendo las estadísticas y recordando la tragedia que tuvimos en Colombia con la desaparición de la población de Armero, en donde murieron unas cincuenta mil personas.
Quiero aprovechar para agradecer la visita y el comentario que hiciste a mi participación de este mes, has sido muy formal. Espero que nos sigamos leyendo. Un abrazo.
Hola Charola, a estas alturas ya no corrijo relatos, solo leo por placer. Tu relato me estaba gustando pero coincido totalmente con lo que te ha dicho Manuel Pla, el cambio en el relato no lo ha beneficiado.
Aún así, se nota que estás mejorando en la escritura. ¡Felicidades!
Un beso.
Hola Leonardo! Gracias por tu comentario. Vuelvo a leer mi comentario en tu relato y… en verdad sí, muy formalón y, es porque estuve enferma y no sabía ya qué escribía. Discúlpame.
Desde allí no pude leer más relatos hasta ayer en que me sentí mejor. Nos leemos.
Un abrazo.
Hola Cryssta! Gracias por tus palabras. No pude leer más relatos porque estuve mal de salud.
Yo leí el tuyo, me gustó (como siempre), pero no tenía cabeza para realizar algún comentario.
Un beso.
¡Hola charola!
Aquí estoy para devolverte la visita a mi relato.
Me ha gustado el relato y conocer la historia de Yungay. A cotinuación los detalles que me han gustado y las suegerencias a mejorar, que son como las lentajas, si las quieres las tomas y si no las dejas:
1. Eempezano la historia de forma tan detallada he echado de menos saber con más detalle el final de los personajes, que hablen de cómo les ha afectado, que sintamos un poco con ellos. Es lo que ya te han dico, entre los números y estadísticas que das a partir de la segunda mitad del relato se pierde un poco la sensibilidad y la humanidad que habías conseguido crear al principio. Es muy fácil para las personas desestimar los grandes números y no tanto las lágrimas de una solo paersona que tenemos al lado. Por eso una historia se siente más cuando se muestra (cosa que has hecho muy bien en la primera parte) y no tanto cuando se cuenta (segunda parte). Sé que es difícil en relatos cortos como estos, por eso muchas veces conviene elegir la historia en concreto y mostrar un pedazo pequeño. Cuanto más intentamos abarcar más describimos y contamos, sacando al lector de la experiencia del personaje y muchas veces del sentimiento.
2. Me ha gustad mucho la descripción del terremoto, he visto la ola acercándose y carrindo ellugar, y la figura de los pollos que llovían por que los helicópteros no podían aterrizar es muy beuna.
3. Puntuación: Pones pocos puntos y se me hace un poco densa la narración. te voy a repuntutar el primer p´´arrafo para enseñarte como lo dejaría yo, y te recomendaría una revisión de las normasde puntuación. Si pones más puntos, la narración se vuelve (paradójicamente) más rápida para el lector y ayuda a crear estas escenas de caos. Te pongo tu frase y a continuación repuntúo. Es sólo una sugerencia 😉
“Se giró al escuchar el grito de Nancy, vio cómo la tierra se abría delante de ella, entre las escalinatas labradas en piedra de granito y las plataformas de nichos del cementerio situado en lo alto del cerro; delante de ellos, un Cristo elevando los brazos al cielo se erguía como si fuese una ilusión. Se quedaron allí. El temblor había pasado. Entonces sus miradas se enfocaron hacia abajo y advirtieron que la ciudad, su ciudad se había quedado sumergida en una nube de polvo. Se abrazaron, supieron que habían salido ilesos del fuerte terremoto, pero sintieron culpa, quizás por desobedecer a sus padres.”
Se giró al escuchar el grito de Nancy. Vió cómo la tierra se abría delante de ella, entre las escalinatas labradas en piedra de granito y las plataformas de nichos del cementerio situado en lo alto del cerro; delante de ellos, un Cristo elevando los brazos al cielo se erguía como si fuese una ilusión. Se quedaron allí. El temblor había pasado. Entonces sus miradas se enfocaron hacia abajo y advirtieron que la ciudad, su ciudad, se había quedado sumergida en una nube de polvo. Se abrazaron. Supieron que habían salido ilesos del fuerte terremoto, pero sintieron culpa, quizás por desobedecer a sus padres.
4. Muy bien cuidada la ortografía y el leguaje, se ve que cuidas los detalles.
Buena historia, cuando pulas la forma te quedará mucho mejor aún. Espero que las sugerencias te sirvan.
¡Un abrazo!
Muchas gracias Anael. Rehíce mi relato dándole énfasis a la historia de los protagonistas. Y tienes razón me está quedando muy buena. Lo de los puntos aparte, voy a ver y darle un retoque a mi historia.
Muchas gracias. Te seguiré leyendo.
Un beso.