Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
I wanna be - por Wurunkati
Web: http://aquiagora-carlos.blogspot.com.es/
Se giró al escuchar el grito y en ese momento todo se detuvo: su corazón, las campanadas de la vieja iglesia, los libros que caían de la estantería parecían flotar incluso el grito quedó congelado en el aire.
Como si se tratara de una coreografía ralentizada se sintió actuando de manera precisa con la memoria de los movimientos hace tiempo aprendidos y muchas veces repetidos. Antes de que los libros tocaran el suelo el grito se había convertido en un recuerdo.
Era como si formara parte de una película, no le parecía real. Su cuerpo completaba el giro y mientras la mano izquierda intentaba detener la caída de los libros la derecha se encargaba del grito. Hasta tuvo tiempo de recordar al padre Tomás de su escuela “Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda” Sí, mejor que no lo supiera.
Ya en la calle, con la agradable sensación del viento frío en la frente pudo repasar lo sucedido y la conclusión era inevitable; no había sido un buen trabajo. Ahora fue su padre el que acudió a sus recuerdos “Antes es la obligación que la devoción” Y el recuerdo de su padre le llevó al de su madre “Qué manías tienes con los libros, hasta se te olvidaría comer, acabarás teniendo un disgusto como don Quijote”
No volvería a pasar. Con la impunidad de encontrarse solo en la madrugada de un día tan frío repitió en voz alta “Antes la obligación que la devoción” No había ido a esa casa para leer o para ver libros sino a matar a su dueño. Ese era el encargo y ahora que tenía una buena reputación en su oficio no podía derrocharla por sus aficiones, por más que su vista se dirigiera nada más entrar a la estantería con los libros más bellamente encuadernados que nunca había visto.
Suerte que era realmente bueno y el disparo, apenas audible gracias al silenciador, había acertado en el centro de la frente con lo que el señor (prefería no saber nombres) cayó en la cama sin ser consciente de lo que le ocurría.
Al cruzar el río abrió la amplia bolsa de deportes que llevaba en su mano y pudo acariciar los lomos de los libros que se había llevado, facsímiles de De humanis corporis fábrica el estudio en varios tomos del gran Vesalio. El placer que le producían en general este tipo de libros se incrementaba al pensar en los años que dedicó al estudio de la medicina. Al ir a cerrar la bolsa su mano encontró la pistola, la acarició notando el metal y sonrió al pensar lo extraño de su vida: amante de libros antiguos, licenciado en medicina y asesino a sueldo. Ahora le vino a la cabeza su mujer: “Qué raro eres Jordi”
Cerró la bolsa con cuidado y continuó el paseo mientras un fresco y bello amanecer le daba la bienvenida. Quizás era cierto y fuera un poco raro pensó mientras en su interior sonaban los primeros compases de American idiot. Con una gran sonrisa empezó a cantarla “ Don´t wanna be an american idiot”
Hola Wuruntaki
El texto que presentas es uno de los tres que me toca comentar. Me he sentido muy a gusto leyéndolo. Tuve la impresión de compartir experiencias, sensaciones, recuerdos con un antiguo amigo en una tertulia cómoda de esos cafés clásicos reconvertidos en librería, o al revés ;-).
Quiero decir con eso, que la anécdota relatada es lo de menos. Me gusta la elección del punto de vista del narrador que se retira en cada momento oportuno para que aparezca con fuerza el personaje , o mejor las sensaciones y placeres del personaje. Es de esos personajes que se hacen próximos, entrañables y buenos amigos. Cosa difícil de conseguir si descaradamente el autor lo presenta como sicario sin paliativos. Gran mérito y gran talento , por tanto.
La trama está bien montada, sin complicaciones y coloca con precisión los nudos para que se mantenga una historia verosímil en su truculencia.
En cuanto a algunos posibles defectos formales, seguramente algunas y algunos compañeros, los señalarán mejor que yo, así un punto y seguido, algún “mente” que quizá se pudiese evitar, la frase “cayó en la cama” un tanto forzada o innecesaria (¿dónde estaba antes?).
Por último, es un guiño interesante traer a Green Day con una canción que vuelve a ser novedad DOCE años después de su creación. La historia se repite de un idiota Bush a otro idiota peor, o eso parece. En fin. Donde me pierdo es en el título del relato : I wanna be. ¿Propones otra canción?.
En resumen, gracias por este aporte y te seguiré leyendo
Muchísimas gracias por tus palabras Don Kendall.
Efectivamente las tertulias de libros me entusiasman.
Las correcciones me parecen acertadas (aquí mismo ya se me ha escapado un “mente”) y los signos son una de mis principales batallas.
Sobre el título del relato me temo que no hay explicación buena: la canción efectivamente me vino por esa asociación y de repente me pareció buena idea cambiarla a positivo. La verdad es que no fue muy meditado.
Gracias de nuevo y un saludo.
Hola Wurunkati,
Encantada de conocerte. Es la primera vez que leo algo tuyo y la verdad es que me ha gustado muchísimo. Salvo por eso de ir asesinando gente, que no creo que sea lo mío, el resto, el amor a los libros, los dichos que se graban en la infancia y juventud, los quehaceres que nada tienen que ver con lo que uno ama ( o vaya a saber)me han hecho sentir como en casa, charlando con un amigo.
No soy muy buena señalando distracciones o incorrecciones gramaticales, salvo que sean muy gruesas y molesten. En esta lísta hay gente muy capaz y super especializada en el tema, o sea que en ese aspecto te dejo en sus manos.
Gracias por tu visita y tus comentarios. Sí creo que a la oración del cambio de miradas le haría falta una coma antes de “en los de ella” y tal vez comillas en lugar del guión para la pregunta “¿Es éste el limite del destino?”. Todo será corregido.
Gracias otra vez. Ha sido un placer leerte. Ya estás en mi lista.
Un saludo
Muchísimas gracias por tus palabras Juan.
Son de mucha ayuda.
Un saludo
Hola Wuruntaki. Me ha gustado el flujo de la historia. Como a Don Kendall, me ha llamado la atención el cambio en el narrador y ese sutil cambio, de recordar, a la acción; se hace sin alardes, pero de manera efectiva. Enriqueces al personaje, nos hacemos una idea de cómo es, a pesar de lo corto del relato, aunque la historia en sí cojea. Falta un poco de trasfondo, a mi modo de ver. Y las menciones a la buena literatura y la música, chapó. Pero si pones el título original del libro en latín, quizá sea mejor ponerlo en cursiva, y sin acentos. Además si es un facsímil de “De humani corporis fabrica” dudo que tenga el valor de un original, por muy bella que sea la encuadernación, XD.
También me da la impresión de que no participas en el reto opcional, aunque en un primer instante lo intentaras, porque el personaje cambia de escenario, cruzando el río. Imagino que renunciaste. Igual me equivoco.
Seguiremos leyéndonos.
Un abrazo.
Hola Javier, muchas gracias por tu comentario.
Tienes razón en el tema del título en cursiva y sin acentos. Por otro lado el libro en sí no tenía mayor relevancia en la historia, era un guiño al libro de un amigo “El secreto de Vesalio”
Desde un principio tenía claro que no podía afrontar el reto y por eso no lo marque.
Gracias de nuevo y espero que sigamos leyéndonos
Un abrazo