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Mágico poder - por Porecoporepore

Se giró al escuchar el grito, que parecía viajar hacia él en oleadas huecas de colores. Trató en vano de introducirse en aquel túnel oscilante, aparentemente construido por aquella emanación sonora, pero a medida que se adentraba en su interior, el pasadizo perdía fuerza desvaneciéndose en el acto.
¿Qué mágico poder – se preguntó- había en esa extraña parte de la isla que elaboraba construcciones fantásticas en base a los sonidos que parecían manar de una garganta humana?
Se relajó; y como si fuera un niño tirado en el asfalto, comenzó a jugar ociosamente, improvisando vocalizaciones:
– Uuuuuuuuuu, decía lentamente, confeccionando con deleite un portal alargado de colores vibrantes con la forma de esa prenombrada vocal.
Alarmado, despertó violentamente de su ensoñación, visualizándose sin querer en un pasado remoto, donde aún era un niño pequeño y participaba en una representación escolar disfrazado de U. La misma pena o quizás vergüenza que sintió en ese momento se apoderó de su humanidad actual, conformando una nube color violeta, que desprendiéndose poco apoco de su cuerpo y en el aire, cobró vida como un espejismo gigantesco en forma de águila arpía que desde el aire comenzó a engullirlo lentamente por sus pies.
Entre el pánico y la agonía pudo apreciar toda la escena vivida a partir de aquel lejano grito, comprendiendo al fin que su existencia actual pendía y dependía, de que a pesar de las amargas sorpresas que originaran sus voces, él continuara indefinidamente con aquel juego macabro de cantar o gritar aquella terrorífica canción infantil de las vocales.

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8 comentarios

  1. 1. Diego Ramirez Hoyos dice:

    El recuerdo infantil del juego verbal llevado a lo escrito me llamo la atención. Ese ambiente fantástico nos remonta a nuestra fantasía infantil.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:22
  2. 2. Bea dice:

    Hola Porecoporepore:

    Tu relato me ha gustado y desconcertado a partes iguales.
    Al principio me pareció muy imaginativo y fantástico, casi mágico.
    Sin embargo, a medida que va avanzando el chico en el suelo, me voy perdiendo un poco. Vigila las descripciones porque creo que de ahí viene un poco la confusión.
    Por lo demás te felicito porque creo que es de una imaginación tremenda lo aue has hecho.

    Si te apetece pasarte yo estoy en el 242.

    ¡Felicidades, nos leemos!

    Escrito el 18 enero 2017 a las 19:43
  3. Gracias Diego Ramirez, me anima que te haya gustado. ;D

    Escrito el 26 enero 2017 a las 13:06
  4. Bea, Gracias, tomare en cuenta lo que me dices porque la idea es hacerme entender, eso implica trabajo. 🙂

    Escrito el 26 enero 2017 a las 13:09
  5. 5. K. Marce dice:

    Saludos Porecoporepore o María Teresa Montero. 😛

    He tenido un poco de tiempo para poder leer a voluntad, pero como soy tematica, estoy leyendo a aquellos que sí han cumplido leer a los tres que le siguen. Así son las normas del taller ¿No? Así que me alegra que lo hagas. A medida que comentes, tu nombre será reconocido y tendrás lectores. Sólo una observación al respecto. Tu relato tiene el seúdonimo de Porecoporepore, pero comentas con tu propio nombre: Si no das a conocer quienes eres (uno u otro nombre) las personas no sabrán reconocerte. Así puedes identificarte, como lo hiciste en un comentario, o usar el seúdonimo también para comentar.

    Me disculpo de antemano, porque tengo la costumbre de escribir mucho en mis comentarios, sobre todo cuando les hago un análisis más concienzudo.
    Tal como dice Bea, el texto es muy imaginativo. Te confieso que padezco de una ligera sinestesia, que es la combinación de los sentidos. Y las palabras para mí son imagénes muy claras, a veces fotográfias o con movimiento, a veces tienen aromas o sabores, así que yo vivo de otra manera lo que leo.
    Así que visualmente, puedo decir que tu relato me parecía un calidoscopio que giraba sin parar, que me abrumó, y no pude “ver” una imagen clara de nada.
    Así que decidí escucharlo con un lector electrónico y leer al mismo tiempo, tuve la misma sensación que Bea, me perdí.
    Te comento que una escena, como regla, debe contener una introducción, un nudo y un desenlace. Para mí, esto es una larga introducción, sin nudo, y sin desenlace.
    No veo, el dilema de la situación, si no experiencias de ese niño que vocaliza.
    Aunque he disfrutado el colorido de la escena, llega a un punto que se vuelve abrumador. Las descripciones son tan ambiguas, que es imposible imaginarse algo tan étereo. El contenido es como un sueño, pero no sé realmente como definirlo. Como la escena de Dumbo en donde él está “alcoholizado”.
    El contenido es la columba del relato, debes cuidarlo. La idea tan fantástica me parece formidable, pero a la hora de la ejecución no tenía coherencia.
    En cuanto a la forma, hay detalles que también debes considerar. Tómate tu tiempo al dejar reposar el texto, y días después vuelve a leerlo como “lector”, ahí detectarás esos errores de dedo, las frases extrañas, palabras con rima, etc. Una joya necesita de un buen púlido, sólo asi lográ brillar.
    Tienes frases muy largas, lo que hace que la lectura se vuelva cansada o confusa. Te marco:
    «Trató en vano de introducirse en aquel túnel oscilante, aparentemente construido por aquella emanación sonora, pero a medida que se adentraba en su interior, el pasadizo perdía fuerza desvaneciéndose en el acto.»
    Una frase larga debe contener entre doce y veinte palabras, aquí hay treinta y dos. Lo mejor es hacer un punto y seguido arrancando la frase: “Pero a medida que…”
    También en esta pregunta(que le sigue de inmediato a la anterior):
    «¿Qué mágico poder – se preguntó- había en esa extraña parte de la isla que elaboraba construcciones fantásticas en base a los sonidos que parecían manar de una garganta humana?»
    Aquí tienes veintinueve palabras, en ¡una pregunta!
    Creo que en lugar de hacerlo pregunta, puede dejarse como “reflexión”, ese “qué” en si mismo lo marca. O modificar la pregunta a una con muchas menos palabras. Tal como lo haríamos en realidad: «¿Qué mágico poder construye tan fantástico con el poder de la voz? —reflexionaba. Quizá ocurría únicamente en ese lado de la isla.»
    Recuerda que cuando usas rayas para marcar una nota narrativa, debes dejar pegadas la primera y última letra a las mismas: …—se preguntó—…
    En el siguiente has usado comas, se recomienda usar uno u otro, pero no combinar (…,decía lentamente,…)
    El párrafo desde “La misma pena…(hasta)… por sus pies, también es demasiado larga. Con cincuenta y siete palabras en una “frase” corrida, con un sólo punto.
    Error de dedo en “poco apoco*” -poco a poco
    La frase final, es también larga. Tiene cincuenta y ocho palabras, una cocofonía “pendía y dependía”, cambio en los tiempos verbales: “originaran sus voces, él continuara”.

    Creo que para que el texto se comprenda mejor, debes separar las frases en cortas y largas, alternadamente. Lee en voz alta, o mucho mejor, usa un lector electrónico. El que yo uso, marca las frases: Es decir, de punto a punto; por ello puedo detectar esas frases demasiado largas.

    Sé que sonaré quisquillosa, pero al contenido le falta mucho trabajo. Soy de esas personas analíticas que leen entre líneas, y he encontrado muchas inconsistencias.
    Arrancas el texto, con que se gira al escuchar un grito: su propio grito. Ya nos presentas como si es él quien hace esos sónidos. Si él mismo grita, no debería de girarse, ya que el sónido sale de él, es decir, hacía adelante.
    Todo el texto parece una especie de sueño sicotrópico. Nos presentas al personaje, como si fuera un niño tirado en el asfalto. Para luego volverlo a ver, aún más infante todavía. (Creo que es un adulto delirante). También nos indicas “que despertó de su ensoñoración” para visualizarse niño, llevado a una vergüenza que lo hacía flotar en una nube violeta, para terminar en un espejismo atroz. O sea, no despertó de su ensoñoración, sino que se fue en picada en una y otra visión delirante entre colores y alucionaciones.

    A mi entender, tu relato no tiene mucho que ver realmente con un juego infantil. Quizá leo demasiado entre líneas, porque todo me parece indicar que se trata de una persona que está enajenada, perdida en su propio limbo, en un ir y venir entre sus recuerdos y sus temores. Una persona que no logra escapar de la consecuencia de sus actos, sino que se rinde a ellos, imposibilitado de obtener una libertad.

    Creo que tienes una mente demasiado rápida, ávida e imaginativa. Si me he tomado el tiempo de marcarte “tantas” mejorias, es porque creo que tienes talento; pero necesitas condensar mejor las ideas, plasmarlas más acorde a lo que el lector puede entender. Me pasa igual, a veces me pierdo porque sé todo el transfondo, aún aquello no revelado. Pero el lector sólo es cápaz de deducir aquello que le entregamos.

    Espero que todo esto te sirva de algo. Será bueno ver, de lo que eres capaz de hacer.

    Disculpas si hay errores de dedo. Estoy sin tiempo para revisar. ¡Nos leemos!

    Escrito el 27 enero 2017 a las 05:21
  6. K. Marce, Saludos. Muy agradecida por todo el trabajo que te has tomado en analizar y corregir mi escrito. Tienes razón en todo lo que planteas porque no soy muy reflexiva a la hora de escribir; me entusiasmo con una idea y la lanzo de una vez, trato luego de lograr que sea entendida, infructuosamente, por lo que me explicas. Debo trabajar más en ello porque en mi mente si está claro que el protagonista es un adulto, que revive una dolorosa realidad cambiante y circular al compás de una canción infantil con la que construye cosas involuntarias que se vuelven en su contra. Tiene un mágico poder y se lo atribuye a la isla, se parece un poco a mí. Gracias de nuevo, tu guía es invaluable.

    Escrito el 27 enero 2017 a las 13:14
  7. Hola María Teresa 😉

    Acabo de leer tu relato y me ha impresionado tu creatividad y la fantasía que describes en él. Me ha recordado al libro “Bosque Mitago” de Robert Holdstock, una fantasía diferente y moderna que puede crear una ilusión a partir de la mente o de los sonidos 🙂

    Y la idea del juego infantil me ha parecido muy hermosa, a mi escribir me transporta siempre a mi infancia. Cuando escribo siento lo mismo que cuando jugaba de pequeña, quizás por eso me gusta tanto 🙂

    ¡ENHORABUENA!

    Escrito el 28 enero 2017 a las 11:23
  8. J.E.M. Celeste. Hola, me encanta que hayas apreciado mi historia. Sabes, siento que entiendes lo que quiero decir y describir: no es un cuento esquemático, solo es una creación, un ejercicio de imaginación o quizás un juego que puede perfeccionarse o quedarse así. Sobre el libro “Bosque Mitago” de Robert Holdstock, lo buscaré y leeré, para comentarte al respecto cuando pueda. Pronto emigro de mi país y no se cuanto me tome conectarme de nuevo en la red. ¡Gracias!

    Escrito el 28 enero 2017 a las 16:07

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