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Segundos de vida. - por Katherine Serrano

Se giró al escuchar el grito y volvió a enrollarse entre las cobijas para evitar que el sonido llegara a sus oídos, pero por más que los cubría el ruido de sus pequeños vecinos jugando no dejaba de llegar.
—¿Qué tiene que hacer una mujer trabajadora para poder dormir hasta tarde, en domingo?— Se preguntó.
Martina González había sido siempre una mujer fuerte, como todos decían. Trabajo desde joven para ayudar a su madre y tuvo que pagar sus estudios a base de empleos a medio tiempo porque no la había tenido fácil, como ella siempre había sabido.
Pero hoy, estaba en la mejor etapa de su vida.
Era CEO en una cadena de restaurantes, tenía su propio departamento, le había comprado a su madre una casa, consiguió un carro de lujo color amarillo porque se le apetecía, era respetada por todos, conocía más lugares del mundo de los que una vez imagino. Todo lo que una vez soñó estaba hecho.
Ahora, solo se interponían en su tranquilidad esos chiquillos mañaneros que en lugar de dormir porque no tenían que ir a clases, cada domingo se levantaban aún más temprano para emanar alaridos y jugar con la imitación de perro que su padre alcahuete les había obsequiado.
El sonido no dejaba de llegar. Era el colmo.
Conseguir ese departamento había sido una gran labor, debido a las políticas ortodoxas que estipula el lugar. Conseguirlo fue un gran alivio así no tendría que compartir la casa que con tanto esfuerzo había comprado para su madre con la aprovechada de su tía, que ahora pretendía que la familia debía estar unida. Claro, como ya no se alojaban en el mesón sino que en una residencial.
Martina González retiro la cobija de su cuerpo, se levantó de su cama. Como estaba vestida con su típico pijama de pantalón y camisa a juego –elegante aun para dormir- camino decidida a poner fin a la tortura que esos niños la obligaban a vivir cada domingo por la mañana.
Se hizo un moño con una cola que solía llevar en la muñeca, mientras salía de su habitación. Camino unos pasos, giro su rostro hacia el enorme ventanal que daba al parque y vio el bello amanecer.
Eran las 5:45 de una hermosa mañana de Abril, según el reloj junto al ventanal.
—Debería estar durmiendo— pensó, terminando de enmarañar su cabellera.
Aún no había caminado cinco pasos cuando su brazo izquierdo comenzó a doler. Lo que comenzó como una sensación de malestar fue subiendo desde su cuello hasta llegar a la mandíbula. Respirar le resultaba difícil y gotas de sudor comenzaron poco a poco a iluminar su rostro.
De un momento a otro en la habitación se instaló la más negra oscuridad. Sentía morir y el dolor en el pecho no hacía más que aumentar e imposibilitarle pensar en algún plan donde ella pudiera vivir o un plan donde no fuera el hedor de su cuerpo en descomposición quien avisara su muerte.
La primera idea clara que llego a su mente fue la de llamar a una ambulancia. Trato de recordar donde estaba su teléfono. Solía llevarlo consigo, menos esta vez.
El celular estaba en la habitación, recordó. Martina hizo todo lo que estaba a su alcance para poder llegar hasta su celular pero no pudo hacerlo. Todo se puso oscuro para ella.
***
Se giró al escuchar el grito y volvió a enrollarse entre las cobijas para evitar que el sonido de sus vecinitos jugando llegara a sus oídos. Martina González se había despertado en su exclusivo apartamento.
—¡Fue solo un sueño!— exclamó.
Sus pensamientos no eran tan claros. Se había despertado después de soñar su muerte, eso no es algo que ponga de buenas a nadie. Solo deseaba cerrar sus ojos y olvidarse de esa loca pesadilla. Y lo hubiera conseguido de no haber sido por el sonido que la mascota de sus vecinos comenzó a realizar.
Decidió que hablaría seriamente con los padres de esos niños. Les dejaría claro que sus escándalos incomodaban, no solo a ella, sino al resto de vecinos y les explicaría porque era necesario disciplinar tanto al perro como a los niños.
Se puso en pie y dirigió la marcha con rumbo al departamento de sus vecinos.
Al salir de su habitación pudo contemplar el amanecer y mientras trataba de hacerse un moño con la cola que llevaba en su muñeca vio el reloj que colgaba junto al ventanal. Eran las 5:45 de una bella mañana de Abril.

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9 comentarios

  1. 1. SBMontero dice:

    La idea es buena. Al final se queda en el aire si resulta que lo había soñado, o por el contrario es algo que se va a repetir, aunque cinco segundos como que no da para mucha repetición. De todas formas un relato que me ha recordado a los continuos despertares de Bill Murray en Groundhog Day.

    Una vez dicho esto…

    Primero que nada, ¡Las tildes, por diox, las tildes!, es “trabajó“.
    Segundo, cuidado con el laísmo, es “lo había tenido fácil“, NOla había tenido fácil“, y si lo que quieres es decir que no había tenido una vida fácil, pues dilo, así, con todas las palabras.
    Tercero, no muestres al lector cosas que luego dejas en el aire y menos haciéndolo como si fueran muy importantes, porque haces que la atención del lector se quede esperando que aclares a qué te refieres y pierda las dos frases siguientes. Ejemplos: “(…) debido a las políticas ortodoxas que estipula el lugar“, ¿Qué políticas “ortodoxas“? Ôo)-~

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 11:14
  2. 2. Jisaen dice:

    Me gusto la historia, la idea es buena. Deja la sensación de que tu personaje está viviendo una y otra vez la misma situación, situación molestosa por cierto.

    Ten cuidado con los acentos, se te escaparon muchos. Yo utilizo el programa text aloud para escuchar lo que escribo y poder darme cuenta si fallo en algo. Si no lo consigues, puedes usar este lector online http://ttsreader.com/es/

    Saludos

    Jisaen Nº 130

    Escrito el 18 enero 2017 a las 18:25
  3. 3. Katherine Serrano dice:

    SBMontero.
    Muchas gracias por tu opinión.
    Tienes razón en cuanto a decir las cosas tal cual y pues ni que contradecirte en los acentos.
    Gracias, otra vez!

    Escrito el 19 enero 2017 a las 05:26
  4. 4. Katherine Serrano dice:

    Jisaen.
    Gusto en saludarte.
    Gracias por tu comentario y muchísimas gracias por las sugerencias en cuanto a las paginas. En este momento me dispongo a revisar las que me indicas.
    Gracias, nuevamente.

    Escrito el 19 enero 2017 a las 05:29
  5. 5. luis de la Llave dice:

    Hola Catherine, es mi primera participación y sólo quiero comentarte que me gustó tu cuento.
    saludos

    Escrito el 20 enero 2017 a las 01:13
  6. La idea del relato me parece bastante buena, aunque pienso que el relato en si se puede mejorar.

    Aparte de los comentarios anteriores (aunque confieso que yo también tengo problemas con las tildes). Diré un par de cosas:

    Hay un párrafo en el que dices: “De un momento a otro en la habitación se instaló la más negra oscuridad.” y en el siguiente párrafo dices: “Todo se puso oscuro para ella…” pienso que esas dos frases casi seguidas suenan un poco redundantes. Seria bueno si pudieras acomodar eso de modo de dejar una sola.

    Pienso que en la parte donde ella intuye que va a morir pudiese tener un aire mas dramático (disculpa que no sea mas especifico pero no estoy muy acostumbrado a opinar de otros textos).

    Coincido con lo que dice SBMontero respecto a mostrar cosas que luego dejas en el aire. Pienso que si quitas lo detalles irrelevantes y hace mas énfasis en lo que importa. Puede quedar mucho mejor.

    Por ultimo no se si habrás leído algo de él. Pero por el tipo de relato que has hecho te recomiendo que leas cuentos de Horacio Quiroga. Hablaba mucho de estos temas relacionados con la muerte y algo genial que tenia es que no decía ni una sola frase de mas.

    Por ejemplo aqui estan dos:
    El Hombre Muerto:
    http://www.literatura.us/quiroga/muerto.html

    y

    El Hijo:
    http://ciudadseva.com/texto/el-hijo/

    De todos maneras aquí todos estamos para mejorar y el relato me resulto bastante entretenido e interesante. Cuando puedas revisas el mio (numero 17).

    Escrito el 20 enero 2017 a las 04:34
  7. Hola Katherine 🙂

    Una historia curiosa y entretenida la verdad. Es ingeniosa tu idea, de se da por seguro que tienes una gran creatividad pero debes trabajar más la estructura y como abarcas esa idea. Es decir, primero pongo en contacto al lector, luego surge el problema y finalmente el desenlace. Sé que cuando son relatos tan cortos es costoso, pero he ahí la belleza de estos textos 🙂 Me ha gustado pero necesitaba más orden y que el texto concluyese con mayor claridad incluso con una pequeña reflexión final del narrador 😉 eso sí siempre ayuda a que el lector entiendaenor la historia y le da un aire reflexivo 😉

    Sigue así, enhorabuena 🙂
    Y por los acentos no te preocupes tenemos los correctores de textos y sobre todo, lee mucho 🙂

    ¡Besos!

    Escrito el 20 enero 2017 a las 09:30
  8. Hola, Katherine:
    Tu relato llega a intrigar y me daba la sensación de que la mujer estaba teniendo un ataque de ansiedad, sin embargo me ha resultado confuso esa vuelta a empezar. No sé si es un sueño recurrente.
    Estoy de acuerdo con los comentarios hechos. Tienes muy buena materia prima pero necesitas echar un vistazo a la ortografía más sencilla como las tildes.

    Si te sirve como recurso fácil en mi blog tengo un post con todas las entradas de la RAE.
    Espero que te sirva en tu camino.

    Si quieres pasar por mío estoy en el 162.

    Un saludo

    Escrito el 23 enero 2017 a las 18:18
  9. Hola Catherine:
    En la frase “Trabajo desde joven para ayudar a su madre”, la palabra trabajó lleva acento en la “o” para diferenciar que es tiempo pasado y no presente, aunque para mi gusto hubiera puesto “trabajaba o estuvo trabajando. También te falta el acento en la palabra “imagino”, ocurre lo mismo que en la anterior “imaginó” al igual que en “camino decidida”, “caminó”(también es pasado). Deberías también especificar que significa CEO. La historia es muy bonita, está muy lograda y el final me ha gustado mucho, no lo esperaba. Felicidades. Si quieres, estoy en el 1

    Escrito el 26 enero 2017 a las 10:35

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