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El Duende de la playa. - por Denis Enamorado

Se giró al escuchar el grito, era el inconfundible llamado a jugar de Rosita Linares, la niña más linda del barrio. Era miércoles de ceniza y por la visita del cura habían salido un poco más tarde de la escuela, por lo que aprovechando que su padre estaba en su trabajo en un campo bananero y que su madre tenía que cocinar 300 nacatamales para la venta del día siguiente, el pequeño Camilo Rosales salió a buscar a su compañera de juegos.

Al llegar a la casa donde vivía su amiga entró por un agujero en el cerco de malla galvanizada, ingresó por la puerta de la cocina y preguntó a doña Julita Reyes si le permitía a la niña jugar con él, a lo que la señora con su bonhomía característica de la gente del interior, le contestó que Rosita al salir de la escuela iba a visitar a su abuela paterna por lo que aún no había regresado a la casa. Contrariado porque estaba seguro de haberla escuchado llamarlo, se dirigió a la playa a buscar piedras pómez para su madre. Tres distantes campanadas del reloj de la iglesia le indicó que eran las tres de la tarde y faltaba una hora para que su padre regresara de trabajar y era una regla inviolable que tenía que estar en la casa cuando él llegaba del trabajo, por esa razón le quedaba muy poco tiempo y se apresuró a buscar las piedras.

Aquella tarde el sol cocinaba a fuego lento la blanca arena y el viento repeinaba los cocoteros, de repente divisó entre los escombros de una desvencijada canoa un pequeño balón, lleno de colores brillantes se asemejaba más a una canica gigante, corrió al instante hacia él y al recogerlo quedó maravillado por el brillo y los diversos colores que se mezclaban en su superficie, por alguna razón decidió patearlo en dirección hacia el mar, pero por la fuerza del viento el balón giró en la dirección contraria y fue a caer atrás de una pequeña duna, corrió a buscarlo y al subir la colina lo divisó al lado de un viejo tronco poroso.

Sentado en el pequeño tronco se encontraba un pequeño hombrecito, debía medir unos 30 centímetros de alto, llevaba una camisa azul celeste estampada de flores rojas y amarillas y un pantalón corto de fondo rojo estampado de flores blancas, sobre su cabeza un sombrero de palma diminuto y puntiagudo, en su cara sobresalían unos ojos grandes y saltones, alumbrando una sonrisa tenue y socarrona. Hacía ademanes con sus manos invitando al niño a acercarse, él se quedó un momento petrificado por aquella epifanía, pero después decidió que iría a recoger el balón porque lo consideraba suyo al haberlo encontrado en la playa sin que nadie estuviera para reclamarlo, al verlo avanzar el hombrecillo recogió el balón y lo abrazó con sus dos brazos y empezó a correr en dirección contraria del muchacho, corría hacia atrás sin darle la espalda y cada vez más rápido, el niño empezó a correr tras el exigiéndole el balón “si te agarro te voy a mandar de una patada hasta la luna” le decía el muchacho, por momentos parecía que estaba a punto de alcanzarlo, pero pronto tomaba más distancia y así poco a poco fue perdiendo la noción del tiempo y espacio, ya no sabía si corría o sólo lo imaginaba, en el ambiente se escuchaba un sonido melifluo que adormecía su cabeza y por momentos parecía que ambos más que correr flotaban en el aire acendrado, pero a él sólo le importaba recuperar aquel balón que creía suyo. Fueron Las cuatro campanadas de la iglesia y la certeza del regreso a casa de su padre los estímulos que lograron sacarlo de aquel estado de somnolencia, el recuerdo crudo en sus piernas y espalda del cuero viejo del cinturón de su padre era un poderoso disuasivo y paró de inmediato, se dio cuenta espantado que no había avanzado ni medio metro y salió corriendo hacia su casa al tiempo que escuchaba el sonido impetuoso del silbato del tren.

Muchos años después mientras visitaba a sus padres, fue con sus hijos a la playa y al ver a su hijo menor contemplar fijamente con cara de fascinación hacia un punto de la playa, reconoció la ruinosa canoa y fue de inmediato hacia él y lo tomo de la mano al tiempo que le decía “no vayas por la pelota hijo, ya tiene dueño” y lo alejó del lugar.

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6 comentarios

  1. 1. Servio Flores dice:

    Hola Denis.
    El relato me ha gustado mucho, la creación de las circunstancias que el niño experimenta, desde el llamado de la niña hasta su experiencia de trance están muy bien logrados.

    El uso del lenguaje es muy bueno, me gusta la naturalidad con que usas las palabras, aún aquellas como “bonhomía” o ” repeinar ” se percibe un gran dominio del lenguaje propio de estas tierras latinoamericanas, de sus costumbres, ambientes, nombres y quehaceres.

    Noté que estuviste al filo con las palabras, lo cual siempre limita la escritura. Como digo, todo puede ser mejorado y con más palabras, una revisadita de la puntuación, (por allí noté alguna coma que faltó) el relato puede quedar aún mejor.

    El final es excelente, muy bien logrado.

    Felicidades Denis, nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 04:38
  2. 2. Clau Cruz dice:

    Hola Denis

    ¡Tu relato me ha gustado!
    Una historia fresca y las descripciones que manejas le permiten a uno recrear bien el escenario de ésta.

    Solo me atreveré a comentarte algo con lo que yo he batallado bastante, y es eso de las palabras repetidas en una misma frase, uff ¡cómo complican la vida! lo sé, pero si le das una repasada con calma después de terminar tu trabajo, irás notandolas y será más fácil buscar algún sinónimo para reemplazarlas… Al menos, eso me ha funcionado a mí.

    Me refiero por ejemplo a la frase:
    “Sentado en el pequeño tronco se encontraba un pequeño hombrecito”

    En fín, repito que la historia me ha gustado mucho. De nuevo gracias por tu comentario a mi relato, espero nos sigamos leyendo.

    Saludos!

    Escrito el 18 enero 2017 a las 18:22
  3. Me ha fascinado el final. En general, y no es negativo, a veces me choca el lenguaje que empleáis en las tierras de América; lo principal, es que nos compenetramos bien, como diría Cantinflas. salu2

    Escrito el 18 enero 2017 a las 23:42
  4. Hola.

    Por falta de tiempo hago el comentario en plan telegráfico. Lo siento.

    ‘el grito, era’. Debería ir unos dos puntos, no una coma.

    ‘por la visita del cura habían salido un poco más tarde de la escuela, por lo que ’. Esa manera muy semejante de empezar las dos subordinadas (‘por la’ y ‘por lo que’) se me hace cacofónico. Cambias el ‘por lo’ y pones en su lugar un ‘así’ y arreglado. Pero mucho mejor si en vez de encadenar subordinadas las divides en dos o tres oraciones separadas por punto. Al empezar a escribir (y también después) mejor evita las oraciones muy complejas.

    El siguiente párrafo (largo y con sólo tres frases) constituye un claro ejemplo de lo que acabo de decir. Se puede dividir mucho más y agilizar la lectura. Incluso hay para un dialógico que le dé frescura al texto.

    ‘Tres distantes campanadas del reloj de la iglesia le indicó’. ‘Indicaron’, las campanadas le indicaron. O si no ‘El reloj de la iglesia le indicó con tres distantes campanadas…’

    Repasa en la RAE los consejos que dan en el uso de la coma, el punto, los dos puntos y el punto y coma. Espero que no te lo tomes a mal, pero viendo párrafos como el penúltimo me da la impresión que deberías darle una relectura a las normas de puntuación. Te voy a hacer una pequeña confesión: cuando leo ‘sufro’ un defecto o manía, uno que a veces me amarga las lecturas. Esa manía consiste en que al leer un texto voy corriendo mentalmente las cacofonías, erratas y los signos de puntuación que considero erróneos. Muchas veces incluso me pongo a reorganizar en mi cabeza el texto entero con lo que me parece una buena sintaxis. Intento que ese defecto mío no me amargue la lectura, pero a veces (cuando la cantidad de errores en un texto se acumulan) me saturo y acabo dejándolo a un lado. No te diré lo que me ha pasado con el tuyo 🙁

    Sólo te puedo decir que yo cometía errores similares hace años, e incluso ahora a veces peco de ello. ¿Cómo irlos superando? Sólo tienes que escribir mucho y leer *de manera analítica* más aún. Y con leer me refiero a leer autores buenos, de los de calidad, y a ser posible no traducidos (o a lo sumo con traducciones buenas). Los clásicos españoles del s. XIX e inicios del XX te pueden ayudar MUCHO. O, algo más moderno, por ejemplo Delibes.

    Un saludo y lo siento.

    Escrito el 21 enero 2017 a las 01:57
  5. Caballero Denis, mis saludos cordiales.

    Como llegué a disfrutar bastante tu relato, y pienso que todas las observaciones ya expresadas son muy válidas y positivas, mi aporte adicional es animarte a recibirlas de buen agrado. Este es un taller creativo, lo que implica atreverse a plasmar tu propia voz, con dignidad, identidad y sentimiento. La gramática es vital. Necesaria para terminar de perfeccionar ese gustoso “Nacatamal” artístico, que es poderosamente un deleite por su sustancia latina y sabor centroamericano. Tu prosa es muy inspiradora, cautivante. Posees gran talento como narrador. ¡Felicitaciones, colega!

    P.D. Me encuentro en el peldaño 238. Sabré agradecer la visita.

    Escrito el 23 enero 2017 a las 18:07
  6. 6. Laura dice:

    Hola Denis Enamorado.
    Me gustó mucho tu relato. Para intentar darte una mano te voy a pasar algunas oraciones que a mi criterio ( ojo, mi criterio, que no es el único) pueden modificarse con algún punto:”Era miércoles de ceniza y por la visita del cura habían salido un poco más tarde de la escuela, por lo que aprovechando que su padre estaba en su trabajo en un campo bananero y que su madre tenía que cocinar 300 nacatamales para la venta del día siguiente, el pequeño Camilo Rosales salió a buscar a su compañera de juegos.” Yo le hubiese agregado las siguientes para evitar las oraciones tan largas: “Era miércoles de ceniza. Por la visita del cura habían salido un poco más tarde de la escuela. Aprovechando que su padre estaba en su trabajo en un campo bananero y que su madre tenía que cocinar 300 nacatamales para la venta del día siguiente, el pequeño Camilo Rosales salió a buscar a su compañera de juegos.” y aquí me quedó un poco extraña la palabra “APROVECHANDO”. ¿el pequeño aprovechaba para ir a jugar,o no podía hacerlo? Lo siento. Me resulta rara.
    ¿Qué pasó con el grito de Rosita? ¿No había sido real? había sido del duende? ¿con el fin de atraerlo sabe Dios con qué intenciones?
    Fíjate aquí cuantas Y que puedes eliminar con puntos”
    “Tres distantes campanadas del reloj de la iglesia le indicó que eran las tres de la tarde y faltaba una hora para que su padre regresara de trabajar y era una regla inviolable que tenía que estar en la casa cuando él llegaba del trabajo, por esa razón le quedaba muy poco tiempo y se apresuró a buscar las piedras.” pasando a “Tres distantes campanadas del reloj de la iglesia le indicó que eran las tres de la tarde. Faltaba una hora para que su padre regresara de trabajar. Era una regla inviolable que tenía que estar en la casa cuando él llegaba del trabajo. Por esa razón le quedaba muy poco tiempo . Se apresuró a buscar las piedras.”
    Espero que te haya servido. Estamos todos en esto para ir aprendiendo juntos. Algunos tienen un chip en el cerebro que les permite descubrir detalles que a otros escapan, pero creo que con práctica se puede ir mejorando.
    Exitoso 2017

    Escrito el 29 enero 2017 a las 16:02

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