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LA EXPLOSIÓN MUDÉJAR - por Francis

Se giró al escuchar el grito desesperado de una mujer.

Aquel día, en la vigilia de San Bartolomé de 1356, la tierra tembló como nadie recordaba y por todos los rincones de la judería se vivieron momentos angustiosos. David, que realizaba su oficio de panadero y con el miedo en el cuerpo, salió de inmediato a la calle.

—¡Ayúdenme, que alguien nos auxilie! —gritó una vecina de la aljama—. Mis hijos están asustados y no quieren salir de la casa.

—Rápido, hay que huir de aquí lo antes posible —dijo David, entrando en aquella vivienda y cogiendo en brazos a uno de los pequeños—. Salgamos a campo abierto por la Puerta de las Perlas. El terremoto ha sido muy fuerte y podría repetirse.

Los habitantes de la ciudad abandonaron sus casas precipitadamente, agolpándose en las trece puertas de la muralla, que resultaron insuficientes para un buen desalojo.

Poco a poco fueron conociéndose los daños ocasionados y el número de muertos. Unos decían haber visto las bolas del yamur del alminar almohade caídas en el suelo; otros, las torres de las iglesias; muchos eran los que habían perdido sus viviendas y algún familiar. Todo era un caos…

…En la actualidad.

—Disculpe, ¿me podría indicar algunos lugares de antiguas mezquitas y sinagogas? —preguntó una turista a un señor que estaba sentado en un velador leyendo un periódico—. Es la primera vez que visito esta ciudad y estoy algo perdida.

—¿Cómo dice? ¿Mezquitas o sinagogas? Bien, en Sevilla sólo existen restos de ambas, siendo más significativos los de las mezquitas.

—¡Ah! Pensaba que podría encontrar alguna.

—Completas no. Pero si tiene tiempo, le podría dar más información.

—No soy una experta en el tema, pero, últimamente, estoy muy interesada en estas culturas y no sabe cuánto se lo agradecería.

—Pues siéntese, por favor, no se quede en pie. Mi nombre es Alfonso. Me dedico a la enseñanza, y aclarar algunos datos históricos a una persona que manifiesta tanto interés es para mí un placer.

—Gracias, de nuevo. Mi nombre es Beatrice y soy alemana.

— Empezaré diciéndole que no fuimos los sevillanos los que las dañamos; nada más lejos de la realidad. Desde que San Fernando conquistó la ciudad, siempre hemos querido conservarla tal cual, pero no olvide que está usted en una zona de riesgo sísmico. Y así, lo que no llegó a hacer el hombre, la naturaleza se encargó de hacerlo.

—¿Terremotos por aquí?

—Así es, Beatrice. Los seísmos son frecuentes. Lo que salva la situación es el terreno arcilloso sobre el que nos encontramos, que debilita las ondas sísmicas. Pero, a pesar de todo, algunos han dejado su huella, como el que ocurrió en la madrugada del 24 de agosto de 1356, cuando cayeron las bolas de bronce del yamur que coronaban la torre de la mezquita cristianizada, hoy llamada Giralda. Causó multitud de muertes y destrozos.

–¡Qué horror! Aquellas personas tuvieron que vivir una jornada dantesca.

—Según las crónicas, fue terrible. Pero mire cómo son las cosas: debido a ese terremoto, el rey Pedro I, el Cruel o Justiciero y Gran Mecenas para los sevillanos, actuó con rapidez y convirtió a Sevilla en una urbe mudéjar; insólita y singular. El arte del vencido se mezcló con el gótico luminoso del vencedor. Y fueron maestros alarifes de pasado musulmán los que restauraron o levantaron las iglesias y otras edificaciones civiles, como los Reales Alcázares, que habían sufrido deterioros más o menos graves. Ya ve, esas iglesias y campanarios que hoy podemos admirar ocultan sinagogas y alminares con perfiles morunos y sefarditas.

—¡Qué maravilla! Le he entendido perfectamente, profesor. Ha sido un placer y toda una suerte haberle conocido.

—Bueno, pues ya sabe lo que guarda Sevilla. Y no olvide admirar sus callejuelas, adarves, ajimeces, cobertizos y pasos volados, que todavía huelen a guisos de adafina de los sábados judíos y a dulces de tiempos de Ishbiliya.

—Por supuesto, así lo haré, don Alfonso.

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8 comentarios

  1. 1. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Francis! Buenas tardes. Me pareció impecable en cuanto a la forma y a la documentación histórica, con ese original salto en el tiempo. ¡Suerte que tuvo la turista al encontrarse tan rápido con el profesor! Saludos y hasta la próxima. ¡Te felicito!

    Escrito el 18 enero 2017 a las 14:05
  2. 2. Ramón Temes dice:

    Interesante narración sobre el terremoto de 1356 en Sevilla.

    El salto en el tiempo me gusta y el diálogo entre el profesor y la turista alemana.

    Me acordaré de esta narración cuando contemple la Giralda.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 15:15
  3. 3. El Hijo de La Griega dice:

    Hola Francis! Interesante relato histórico. La lectura se hace amena y rápida y todo está muy bien expresado gramaticalmente.
    Por poner un “pero” (desde mi humilde opinión inexperta), el final del primer párrafo lo hubiera expresado de otra manera (David, que realizaba su oficio de panadero, salió de inmediato a la calle con el miedo en el cuerpo) Así lo hubiera escrito yo.
    Buena elección del nombre del chico judío.
    Buena lección de historia y geografia.
    Y nada más, muchas gracias por su relato y el próximo que escriba lo leeré con mucho gusto. Un saludo

    Escrito el 19 enero 2017 a las 10:27
  4. 4. Gaia dice:

    Hola Francis:
    Gracias por pasar por mi historia.
    Concurro con Ramón y con el hijo de la Griega, te felicito!

    Escrito el 21 enero 2017 a las 14:04
  5. 5. Laura dice:

    Hola Francis.
    Maravillosa unión de arte e historia en las explicaciones del profesor, un auténtico enamorado de su ciudad.

    Sin embargo el texto me resultó demasiado informativo, quedando apenas un inicio del relato que tanto me había gustado en su inicio.
    Te sigo leyendo. Éxitos en este año

    Escrito el 23 enero 2017 a las 17:27
  6. 6. Hilda G.M. dice:

    Hola, Francis. Por fin he pasado a leer tu texto. Me ha parecido interesante, aunque me hubiera gustado más que nos contaras el resto de la historia de aquel día de 1356. Gracias por compartirnos tu relato. Saludos y sigue escribiendo.

    Escrito el 27 enero 2017 a las 21:20
  7. 7. Wolfdux dice:

    Coincido con Laura, me parece un texto demasiado informativo. Esta bien escrito y pese a que me parece un poco forzado el inicio del diálogo entre la turista y el profesor se lee muy fluido. Por otro lado, deberías de hacer el salto temporal de otro forma, tal como está, me ha roto la lectura.

    Por lo demás, un relato que sabe unificar arte e historia perfectamente. Felicidades.

    Escrito el 29 enero 2017 a las 19:16
  8. 8. yolareina dice:

    Hola Francis, Gracias por comentar mi relato, no había podido leer el tuyo hasta hoy. Concuerdo con Hilda y Wolfdux: Me quedé con deseos de saber que más sucedió con el panadero, la señora y los hijos en aquel terremoto. Y la elípsis de tiempo creo que lo puedes solucionar si te lees aquí mismo en literautas “Cómo manejar las elipsis en una novela” esto lo publicaron hace un tiempito y está muy interesante.

    Escrito el 31 enero 2017 a las 17:16

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