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primavera en mi ventana - por violeta
Esta mañana me he levantado pletórico. Después de desayunar y de arreglar unos asuntillos domésticos, he salido a dar un paseo con la idea de despejarme la cabeza hasta la hora de mi cita. Me siento diez años más joven. Anoche, la viuda, se me insinuó. Estábamos bailando un tango cuando me dijo: «me gusta mucho» así, sin más. Yo me hice el interesante y apreté su cuerpo un poco más contra el mío. Cómo se movía y qué bien le sentaba el vestido color naranja que lucía.
Discretamente me atreví a preguntarle por la alianza que llevaba. Me dijo que para ella es un talismán. No se la ha quitado nunca y no pensaba hacerlo. Aunque se lo pidiera el mismísimo papa de Roma. ¡Qué mujer!
Camino de su casa he pasado por una floristería y he comprado doce rosas blancas y rojas. Estoy seguro de que el regalo le gustará, aunque me siento un poco ridículo, lo mismo me estoy equivocando y no dijo lo que creí oír. A estas edades uno confunde las cosas, el oído no es el que era, ni la vista… ni nada.
Subo la escalera que lleva a su casa, es un segundo y no hay ascensor, a mitad se me cruza un pequeño roedor asustado que desaparece bajo unas tablas del pulido suelo.
Llamo a su puerta y aparece ella con una sonrisa radiante.
—Hola, buenos días —le digo al tiempo que le entrego el ramo junto a dos sonoros besos.
—Hola, pase, ¡qué alegría verle! Son muy bonitas, las pondré en este frasco de cristal azul, es mi mejor florero.
Entro en su casa, que más bien parece un museo de antigüedades. Tomo asiento en un silloncito junto a la ventana desde la que se ve toda la avenida, hasta la plaza grande y sus alrededores. Es una vista impresionante, magnífica. Se acerca a mi oído y me dice divertida: ha descubierto mi secreto, este mirador es mejor que ningún programa de televisión.
No sé por qué siento que el anciano estaba pletórico porque se comió el resto del relato.
Es un comienzo digno de continuación, un amor en los tiempos del cólera que debe tener su cierre.
Digo yo.
Me gustó!
Saludos.
Me quedó la idea que la historia no termina en “este mirador es mejor que…”, como si de pronto la hubieras cortado. Viene una segunda parte?. Me hubiera gustado saber de qué manera se hace interesante el protagonista. Saludos
¡Hola, Violeta!
Has escrito un relato enternecedor.
Me ha impresionado cómo has incluido todas las palabras del reto en tan corto espacio. Te felicito. Aparecen todas en su lugar, no desentona ninguna.
La forma es pulcra y el contenido tierno. Engancha al lector. Yo sí veo el relato terminado: la mujer ha llevado al protagonista al lugar que quería, su habitáculo diario, el lugar dónde pasa la mayor parte de su tiempo.
Sigue escribiendo. Nos leemos.
Saludos desde Sevilla.
Hola Romina Eleonora, Jesús Almibre y francis,gracias por leer y comentar mi escrito. Tengo encuenta todas las sujerencias y puntos de vista que me comentáis, siempre se puede hacer mejor y aquí estamos para aprender.
Saludos.Pasaré por vuestros relatos.
quería decir sugerencia, se me fue el dedo y la vista
Me gusta lo breve, Violeta.
Y el relato es intenso a pesar de ofrecer una puerta abierta al final.
La línea del frasco azul, creo que es la única a la que le falta naturalidad; quizás en vez de formar parte del diálogo, sea mejor como parte de la descripción.
¡Salud!
Que bonito, un relato donde el final se lo imagina el lector. Me ha gustado mucho tanto el tema como la forma en que está escrito. Felicidades.
Hola Violeta, un lindo relato que con pocas palabras escritas transmite mucho. Deja leer entre líneas y esto es propio de la buena literatura. Uno ve la escena merced a ligeros toques; ve los personajes que apenas han sido descritos gracias a un par de trazos hábilmente esbozados (“A estas edades uno confunde las cosas, el oído no es el que era, ni la vista… ni nada”). Una delicia.
Felicidades.
Hermoso, una historia de ilusiones a una edad en la que no es tan habitual contarlas… Es como reafirmar que la edad es la del corazón, no la del cuerpo.
Muy bello, Violeta.
Hola Violeta
Me ha pasado como a algunos. Estaba disfrutando, se leía muy bien, y de pronto, parece que le falta algo, que se corta. Además te quedaban palabras, imagino.
También creo que la parte en la que aparece la palabra “roedor” está un poco forzada.
Del conjunto, lo que comentaba, que está muy bien escrito, con bastante vocabulario, muy fluido todo, pero respecto de la historia, nos ha dejado con ganas de saber más.
Saludos