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De no creer - por Cecilia

Cuando la viuda volvió de la calle, todavía se sentía el tufo a flores en el encierro del conventillo. Hacía casi doce horas que escalera abajo, el cajón se había retirado del patio común. Velado al compás del tango y la miseria, en una madrugada calurosa. Rejunte de vecinos y conocidos, café y ginebra barata.
Ese día, a la tristeza de Nicoleta por la pérdida del Polaco (que ni una alianza le había dejado como testimonio de su amor) se sumaba una gran angustia. Angustia por el recuerdo de las palabras de la vieja bruja del fondo, la de los dientes de roedor y aliento turbio. Nunca habían hablado, pero esa mañana, casi dos semanas atrás, la detuvo por el brazo cuando salía para el trabajo.
– Busca el frasco, le dijo, el que tenes arriba del armario azul, en tu pieza. Ahí vas a encontrar el gualicho. Tiralo. Después, ponete este pañuelo naranja, usalo de día y de noche. Es un talismán para que la desgracia te pase de largo. A tu marido no se lo cuentes, decile que el pañuelo es un regalo.
– Gracias señora, fue todo lo que Nicoleta logró responder, mientras tomaba el pañuelo de las manos sucias de la mujer y un frío extraño le recorría la espalda.
– Es nuestro secreto, agregó la vieja, mostrando una sonrisa de encías casi vacías.
Cuando regresó esa tarde, buscó donde la vieja le había dicho. Nada, ni dentro ni detrás del frasco. Aunque no creía en males ni envidias se anudó el pañuelo al cuello y anduvo de naranja brillante a partir de ese mismo momento.
La noche de la pelea, de la sangre, del asesinato del Polaco aún lo tenía sobre la blusa blanca. El blanco quedó teñido de rojo, pero el pañuelo ni siquiera se salpicó. Se lo sacó la mañana siguiente, para velar al muerto. No era color apropiado para el luto, le dijo una prima. Por mantener el negro, o por desafiar al destino no volvió a ponérselo cuando volvió del cementerio.

Varias semanas después los nuevos inquilinos de la pieza encontraron el pañuelo caído tras el viejo armario azul.
– Mire doña. Que pañuelo tan bonito y casi sin uso, comentó Mirta, la recién llegada al conventillo, a una vecina que se había acercado a conversar.
– De la muertita habrá sido, de la Nicoleta, que destino la pobre. Caer debajo de las ruedas de un carro, un final horrible. Aunque en el fondo también fue romántica, vea, tan solo una día después de morir su marido. Los dos juntitos estarán ahora allá arriba. Dijo la mujer y se persignó mirando hacia el cielo.
– Destino, fatalidad, quien lo sabe, agregó la nueva mientras barría la tierra y sacaba telas de araña. Dicen por ahí, que el color naranja aleja los males y protege de las desgracias, pero yo no creo en eso, es cosa de brujas.

Al terminar el comentario, Mirta, dejó la escoba junto a la ventana que daba al patio común. Una anciana se acercaba desde el fondo y le sonreía. Un frio extraño le recorrió la espalda. Quizás por el rostro ajado de la vieja, con algunos dientes apolillados, semejantes a los de un roedor o porque entre sus manos traía un pañuelo naranja exactamente igual al que ella acababa de encontrar.

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9 comentarios

  1. 1. Táctico dice:

    Buenas Cecilia

    Una de las cosas que más me gusta de tu relato, es como le das a los personajes una forma única de expresión en base a quienes son. La forma de hablar de la “vieja bruja del fondo” me encanta.

    Sin embargo, los diálogos tienen un pequeño problema. Cuando un personaje habla, separas su voz y la del narrador con comas y puntos. Resulta en ocasiones complicado saber cuando habla el personaje y cuando lo hace el narrador.

    Una solución podría ser añadir guiones, por ejemplo:

    “– Es nuestro secreto – agregó la vieja mostrando una sonrisa de encías casi vacías.”

    El final, que pone de manifiesto el nerviosismo de Mirta ante los extraños poderes de la “vieja bruja del fondo”, es misterioso y me gusta. Sin embargo, creo que te apresuraste un poco en la última frase, a partir de “o porque entre sus manos….”.

    Por lo demás, me parece un buen relato.

    Gracias por tu comentario en mi texto.

    Un Saludo.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 21:24
  2. 2. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Cecilia, mira que tu escrito me ha parecido muy bueno. A la primera lectura me vi algo confuso por el lenguaje que usan los personajes y el narrador.

    Ante una segunda lectura todo se fue aclarado y llegué hasta el final sin ningún tropiezo.

    El desenlace trágico deja en el aire una amenaza para la nueva inquilina. tiene tu texto mucho donde crecer. Te felicito.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 00:38
  3. 3. PerePaella dice:

    Hola Cecilia
    Gracias por pasarte por mi relato, me alegro que te haya gustado.
    A mi el tuyo me ha gustado mucho, aunque he tenido que echar mano de Google para ciertas palabras como conventillo y gualicho, que ahora ya se qué son.
    Me parece un relato muy original, unos personajes bastante logrados para la extensión de la que disponemos y en general muy bien escrito y amenos de leer.
    Coincido con nuestro compañero Táctico en lo de los diálogos.
    Felicidades por el texto y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 15:46
  4. 4. Patricia dice:

    Hola Cecilia, aprecio que hayas leído mi relato,tus comentarios e incentivo.
    Has logrado enhebrar: historia, características de los personajes y lugar (escenario) de una manera sorprendente. Esto sumó veracidad a tu cuento. Me gustó el final que insinúa un recomienzo y aporta aun más misterio y fuerza a lo ya leído.
    ¡Formidable

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 20:16
  5. Hola, Cecilia.
    Gracias por tu comentario, Casi me sacas los colores.
    Tu cuento me gustó mucho. Fácil de recrear el ambiente y los personas, la vieja bruja es genial. Trasmite muy bien la idea de superstición.
    Muy buena relato.
    Nos seguimos leyendo.
    Un saludo

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 20:42
  6. Hola Cecilia 😉

    Un relato lleno de intriga y misterio que invita sin duda a seguir leyendo hasta el final.

    Te comentaría como ya han hecho mis compañeros el tema de los guiones de los diálogos, separar las acotaciones con guiones y no con comas.

    Por lo demás me ha gustado mucho la manera de describir y nombrar a los personajes no por su nombre si no por un rasgo característico: el polaco, la vieja bruja… Y la original adjetivación de los objetos y personajes: el rostro ajado de la vieja, los dientes apolillados, aliento turbio….
    Uy buen texto Cecilia 😉 ¡Enhorabuena!

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 07:56
  7. Me gustó mucho, Ceci, mantiene la atención hasta el final, lo de los diálogos, es un detalle, pero es bueno tenerlo en cuenta. El final, redondo.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 17:18
  8. Hola Cecilia. Wow tu relato me gusto mucho, es tan genial y como haces que te metas en la historia, tus personajes se sienten reales y la manera de manejar la tragedia y ese toque de misterio y terror de verdad me gusto. Es una gran historia, y disfrute de leerla y releerla 😀 el final es bueno y deja ver cual sera el final de nueva inquilina.

    Lo único malo que note fue que no usas guiones para separar donde termina de hablar un personaje y empieza el narrador, lo cual puede ser algo confuso.

    Solo es eso, investiga un poco sobre el tema de los guiones y veras que mejoraras mucho, y serán mas claros tus futuros relatos, que me gustaria leer sin duda.

    Nos vemos y sigue escribiendo.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 14:54
  9. 9. Cecilia dice:

    Hola, agradezco a cada uno/a de ustedes por las sugerencias y las palabras amables para mi trabajo. Seguro tomaré en cuenta lo de los diálogos. Gracias, nos leemos Ceci

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 15:12

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