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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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No queda libertad - por Paola

Web: http://papan3.blogspot.com

El hombre se lanza al agua y su gabardina queda arrugada como papel de regalo sobre las rocas del espigón.

Los pescadores desplazan la mirada desde el objeto en el suelo al hombre en el mar, no hace tiempo de baños y llueve.

—¡Qué hace ese hombre! —exclama un viejo.
—¡Para mí qué no está bien! Ese se quiere suicidar—dice un joven sacando los prismáticos.
Una pescadora suelta la caña y se levanta, después se lleva las manos a la cara y solloza.
—¿Le conoce? —pregunta un hombre.
—No —contesta un chico que está sentado al lado de la mujer— es viuda y hoy hace justo un año de la muerte de mi padre.

El hombre nada con la cabeza fuera del agua, enfrentándose a las olas. Con el cuerpo ladeado saca solo el brazo derecho y no levanta espuma con los pies pero se nota el empuje de las piernas que acompañan cada brazada.

—¡Así nadan los marineros! —añade el muchacho— me enseñó mi padre que en paz descanse.
—¡Habrá qué avisar al ciento doce! —aconseja alguien.
—Ya he llamado yo —comenta el joven atendiendo la caña que acaba de tensarse — dicen que mandarán una lancha de la Cruz Roja.

El nadador gira su cuerpo para impulsarse esta vez con el brazo izquierdo. Poco a poco se distingue solo un punto lejano en el mar.

Desde los muelles del puerto una zodiac avanza dejando una línea blanca tras de sí, se dirige hacia el lugar que indican los hombres del muelle con el brazo tendido. Luego empieza a girar en espiral hasta parar el motor.
El espigón está sumido en el silencio y nadie atiende la pesca.
—¡El nadador sortea la embarcación! —informa el de los prismáticos.

La lancha se desplaza unos metros mar adentro y luego vira. Zigzaguea y se acerca a la costa despacio, funcionando como una barrera.
—¡Parece un baile! Es como un tango entre barca y marino —cometa la viuda— solo espero que no acabe en tragedia.
Los hombres de la lancha dejan caer la escalera en el agua pero el nadador se niega a subir.

Una gaviota lo observa todo marcando círculos en el cielo.
La lluvia se ha detenido y el viento deja de azotar la superficie del mar. El punto en el agua se hace más grande y en la playa se van sumando curiosos que cuchichean, asintiendo.

El nadador llega a la costa. Se yergue y sale desnudo envuelto en espuma, avanza con el ceño fruncido, dispuesto a hacer oír su voz.
Su cuerpo de atleta denota el paso del tiempo pero sigue mostrando toda la fuerza de antaño. Sus ojos se mueven veloces y observan a un grupo de agentes que avanzan dejando sus huellas en la arena.
—¿Se encuentra bien? —pregunta un agente.
—¿Ha ingerido alcohol o alguna droga? —pregunta otro policía.
Una lancha recorre la costa en línea recta y el nadador la sigue con la mirada mientras se le nubla el semblante, toda su furia desvanece y parece ausente.
—Voy a tomarle el pulso, le veo trastornado—dice el primer agente cogiéndole el brazo.
El SAMUR está de camino —comenta un tercero acercándose a ellos— ¿Necesitas ayuda?
—No, está tranquilo —Y dirigiéndose al nadador— ¿Es usted extranjero? ¿Tiene papeles? ¿Pasaporte? ¿Habla español?

El chico del muelle se acerca con la gabardina y un policía vuelca el contenido de los bolsillos en el suelo.
—No hay documentos— dice, y examina los objetos— una naranja, un frasco de miel, un bono de trasporte a la playa y un objeto algo extraño, es una especie de talismán, parece la cola de un roedor unida a una alianza de oro. Este hombre guarda más de un secreto.
—¡Tú ves secretos por todas partes!—comenta el compañero entre risas.
—¡Qué antidrogas inspeccione la costa! —añade el que vació la gabardina— probablemente su intención era la de recoger algún paquete dejado en el mar por un cómplice.
—¡Ese hombre quería suicidarse! —dice un curioso.
—¡O es un terrorista! —se lanza a decir otro.
—¡Circulen, por favor! ¡circulen! —grita un guardia disolviendo a los curiosos.

El nadador sacude la cabeza salpicándolo todo de gotas saladas. Recoge la gabardina y tapa con ella su desnudez.
—¡Loco, borracho o drogado!, ¡suicida o traficante! ¡extranjero o terrorista! ¿No se os ocurre nada más? —Lanza una mirada de odio a la muchedumbre—. La apuesta está perdida, pero me juego la gabardina a que perderé también el último autobús de la mañana.

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15 comentarios

  1. 1. Emilio dice:

    Hola Paola,

    Gusto de saludarte. Interesante tu escrito, me mantuvo pendiente todo el tiempo, espere el desenlace hasta el final. Me perdí un poco con tantos personajes que intervinieron en los comentarios, pero entiendo que es lógico al estar entre una multitud. Me hubiera gustado saber el por qué del contenido adentro de su gabardina, pienso que era su talismán para poder ganar la apuesta pero no me queda claro. Felicidades muy bien logrado.

    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 15:30
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Hola Paola:
    Muy bien escrito, una crónica policial ágil, con misterio.
    Pero me he quedado sin saber en qué consistía la apuesta. Interesante el uso de la gabardina como única prenda de vestuario para darnos a entender la premeditación y cálculo del nadador. Pero no sé porqué competía.
    Nos leemos.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 17:01
  3. 3. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Paola, de nuevo ante un trabajo tuyo. Este además de todas las sospechas de los personajes testigos de una hazaña de que si era un suicidio, que si iba a recoger algún paquete de droga, que si era un marinero, que si andaba borracho o drogado; con el desenlace de una apuesta crea en el lector otros cuestionamientos.

    Que si el mar en ese punto era un estrecho que debía de cruzar, que si los objetos en la gabardina eran solo para ayudarse a cumplir el reto de literautas, etc.

    Tantos cuestionamientos creo que merecen un trabajo mas amplio el cual puedes desarrollar o intentarlo. El relato tiene mucho que dar. Te felicito.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 16:56
  4. 4. Paola dice:

    Gracias por los comentarios,

    Creo que he encontrado el fallo, el nadador al final no explica bien el asunto, supongo que ha sido por culpa del cansancio. Os diré lo que quiso decir:

    ¡Señores! Me han hecho ustedes perder la apuesta de llegar nadando a la boa a las cinco de la tarde. Mis amigos acaban de pasar con la lancha y no me han visto en el lugar acordado. ¿Quién apuesta a que perderé también el último autobús de la mañana?

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 20:40
  5. Gracias Paola por ese paseo por mi viejo barrio, que además me ha dejado una sonrisa de oreja a oreja.
    El tuyo me ha sorprendido gratamente, pero tengo que contarte un secreto, llevo cinco comentarios esta mañana y todos los personajes aparecen como anónimos. Sin embargo, en este no parece que sea tan importante, ni el nombre del chico, ni el del padre difunto (mi Juan, que Dios lo tenga en su gloria, p.e.), ni los de la policía, etcétera. Son manías mías, pero es que el personaje en sí se humaniza.
    Un enorme abrazo compañera.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 13:32
  6. Gracias por pasarte por mi relato. Y si tienes razón con respecto al final. Cuando tenga un tiempo me pondré a revisar como puedo seguirlo y mejorar esa ultima parte. Pienso que el relato da para algo un poco mas largo y trabajado.

    Me gusto bastante tu relato. Me dejo atrapado hasta el final. Quizás como dicen los compañeros falto aclarar la ultima parte, pero reemplazando :”La apuesta está perdida, pero me juego la gabardina a que perderé también el último autobús de la mañana” con lo que escribiste “¡Señores! Me han hecho ustedes perder la apuesta de llegar nadando a la boa a las cinco de la tarde. Mis amigos acaban de pasar con la lancha y no me han visto en el lugar acordado. ¿Quién apuesta a que perderé también el último autobús de la mañana?”, ademas podrías adicionar dentro de ese mismo ultimo párrafo una referencia de que dentro de la apuesta estaba llevar la gabardina con los objetos. Pero en general me ha gustado mucho y el final no solo fue inesperado sino que me dio risa…

    Otro comentario es que te comiste algunas letras como por ejemplo: “trasporte”

    Nos seguiremos leyendo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 13:57
  7. 7. Marisa dice:

    Hola Paola, gracias por tus comentarios sobre mi relato. Acerca del tuyo, me ha gustado la tensión, la intriga, el hecho de que la gabardina resulte un personaje más en la multitud. Y coincido en que falta una vuelta de tuerca al final del relato.
    Saludos cordiales y a seguir escribiendo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 14:32
  8. 8. Claudia Bellini dice:

    Hola Paola,
    Como siempre tu relato me ha atrapado hasta el final.
    Tu escritura es muy ágil y fluida, además de consigues intercalar a la perfección los diálogos, a mí es algo que me sigue costando.
    Es cierto que el final queda un poco inconcluso, no se sabe bien cuál era la apuesta, aunque ya lo has explicado en un comentario.
    En cuanto a las palabras te las has sacado de encima muy fácil, con una enumeración de objetos en el bolsillo. Sin duda, muy hábil para no interferir en tu historia.
    Solo un pequeño fallo, y es que el reto de utilizar todos los tiempos verbales en presente, no lo has logrado, a mi me pareció muy difícil, ni siquiera lo intenté.
    – Ya lo he llamado yo -comenta el joven…
    En definitiva, un placer leerte.
    Muchas gracias por escribir y leer!
    Saludos,

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 19:02
  9. 9. Menta dice:

    Buenas noches Paola: Me ha gustado mucho tu relato. Me ha intrigado todo el tiempo. Lo he leído varias veces porque no entendía lo de la apuesta. Ya lo has aclarado y ahora está muy bien.

    Por cierto ¿qué es una boa?

    Me ha parecido genial la forma en la que has metido seis palabras del reto en el bolsillo de la gabardina. Eres muy astuta.

    He encontrado algunas cosas que pueden mejorar tu escrito:

    1. Dices: “Los pescadores desplazan la mirada desde el objeto en el suelo al hombre en el mar, no hace tiempo de baños y llueve”

    Yo pondría un punto y seguido, porque es otro pensamiento.
    “Los pescadores desplazan la mirada desde el objeto en el suelo al hombre en el mar. No hace tiempo de baños y llueve”

    2. Hay dos frases:
    —¡Circulen, por favor! ¡circulen!
    ¡suicida o traficante! ¡extranjero o terrorista!

    Creo que el segundo circulen tiene que ir con mayúscula y también extranjero en la segunda, porque el signo de exclamación es como un punto.

    Gracias por haber compartido con nosotros tu relato. Por hoy nada más. Un saludo. Menta

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 22:13
  10. 10. Don Kendall dice:

    Hola Paola. ¡Enhorabuena!. Un magnífico trabajo de taller con algún error e imperfección que una lectura un poco más atenta dejará afinado, sin duda.
    En cuanto a la trama me parece impecable. Es más , lo que menos me gusta es el comentario justificativo que has hecho. Puede ser esa esa la explicación que das como autora explícita, pero ya sabes que una vez suelta la obra ahí poco pintas. Y si la obra es como una lasaña, este trabajo tuyo tiene las suficientes capas para que cada cual saque el gusto que prefiera.
    Insisto en que tiene la explicación que tú das porque conoces a la autora, pero algunos lectores podemos entender otra y ese es el mérito de tu trabajo.
    Salvando las distancias ¿te imaginas a don Miguel de Cervantes, comparando su ocurrencia de los molinos, con los centones de comentarios e interpretaciones que se llevan escritos?
    Lo dicho, buen trabajo, ágil y con suficientes capas con la carne picada justa para hacer una lasaña gratificante.
    Un abrazo y salud

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 23:48
  11. 11. Paola dice:

    Gracias a todos por comentar, por regalarme secretos valiosos, por aportar detalles en los que no había caído y por compararlo con uno de mis platos preferidos. Hacer una lasaña “ad hoc” (partiendo de harina y agua) os aseguro que no es tarea fácil.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 10:56
  12. 12. Jean Ives Thibauth dice:

    Hola Paola.

    Muy interesante tu aportación de este mes. Me lo he leído de un tirón,con avidez. Has sabido mantener una cierta intriga.

    Lo único que me desconcertó fue la frase “—No —contesta un chico que está sentado al lado de la mujer— es viuda y hoy hace justo un año de la muerte de mi padre.”.
    La tuve que releer un montón de veces para entenderla. Yo creo que si la eliminas, junto con la acción anterior de la señora sollozando, no pasaría nada.

    Enhorabuena compañera. Buen trabajo.

    Nos seguimos leyendo.

    Te invito a que despellejes el mio a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-41/7203

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 17:30
  13. 13. Thelma López Lara dice:

    Hola, Paola.

    Es un relato muy entretenido, para nada aburrido. Me ha gustado mucho, da para más. El final ha quedado abierto, muchas veces es bueno, porque el lector queda con ganas de seguir leyendo.
    Te animo para que sigas escribiendo un poco más la historia del hombre que se lanzó al mar.

    Un abrazo a la distancia.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 00:27
  14. 14. Luiçao dice:

    Hola Paola, te devuelvo la visita.

    Te iba a escribir diciéndote que me parecía un relato inacabado, pero he leído tu aclaración y todo toma otra dimensión.

    Lo que más me ha gustado, es la manera que has tenido de introducir tanto dialogo tan dispar y que no pareciera un caos. A veces es difícil plasmar esa diversidad en el papel, tú lo has conseguido con éxito.

    Buen trabajo.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 14:29
  15. 15. beba dice:

    Hola, Paola:
    Un trabajo magnífico y para nada superficial. La apuesta, aparentemente intrascendente, la mirada de odio y el comentario”¿No se os ocurre nada más?”, me causan pena por nuestra actitud de desconfianza y miedo. Se me ocurre: ¿No puedo estar divirtiéndome?
    Hermoso tu relato. Excelente escritura.

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 12:39

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