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Cuento chino - por Marula

Ya eran las doce del día. Resopló cansado.
Pensó "un frasco de mermelada de naranja y pan de salvado". Lo repetía para no olvidarse, odiaba salir con la lista de las compras.
Un auto se detuvo a su lado. Un hombre de contextura grande, el rostro quemado por el sol, lo llamaba agitando su mano.
Amador miro para los costados intentando descifrar si se dirigía a él.
“Ey! Tú, ven! Te estoy llamando hace rato!” El hombre le sonreía y seguía gesticulando.
Amador se acercó desconfiado y lo miro con desdén.
“Soy amigo de tu hijo de España, me dio un regalo para ti. Perdí tu dirección pero recordaba la zona. ¡Por suerte te vi!”
Amador lo miro serio. No le gustaba que lo tuteen.
“¿Qué hijo? ¿Eduardo?” preguntó secamente.
“¡Si, Eduardo! Me envió un dinero para ti, pero me lo dio en dólares. ¿Tendrás para cambiarme?”
Toda la situación le supuso rara, pero conocía a su hijo. Eduardo era de tener muchos amigos regados por el mundo y por lo general, eran todos raros.
Miro dentro del auto. Vio una mujer sentada del lado del acompañante. Eso le dio un poco de confianza.
“Mira, deja que vaya a mi casa y llame a mi hijo…”
El hombre lo interrumpió “Yo te llevo. Sube!” mientras decía esto, se abrió la puerta trasera del auto. Bajo otro hombre enorme, pelo rubio y con facciones rudas. Lo tomo del brazo con una suavidad poco acorde a su contextura, y lo hizo subir.
“Yo puedo solo” dijo Amador sacudiendo el brazo. No le gustaba que lo ayuden. “Sigue una cuadra, dobla y a la mitad esta mi casa”
“Ok. Necesito cargar un poco de agua en tu casa. El auto recalienta” protestó el hombre.
Cuando llegaron, Amador trato de bajar rápido. Apenas abrió la puerta, ya estaba el hombre rubio parado fuera, extendiéndole su manota para ayudarlo. “¿De dónde eres? ¿Ruso?” indago Amador. “Checo” contesto secamente.
Subieron la escalera y se detuvieron en la puerta mientras Amador buscaba la llave. Al otro lado del pasillo sonaba un tango a un volumen elevado. “Esta vieja sorda, me tiene harto” protestó Amador.
“Te fastidias mucho, tu hijo me advirtió de tu carácter. Vamos abre, que es realmente pesada esa música”.
Amador los guio hasta la cocina. El checo comenzó a cargar el bidón con agua, mientras el conductor le daba charla de todo tipo. “Que tienes ahí, un talismán” pregunto curioso señalando la pared.
“Son cosas de mi esposa. Dice que es para proteger la casa” contesto indiferente.
“¿Y te ha funcionado? Digo… ¿te sientes protegido?” pregunto con sarcasmo.
Cuando iba a contestar, un ruido proveniente del cuarto lo distrajo. “Maldito roedor. Debe ser ese ratón que anda por el patio. Seguro entró por la ventana” dijo furioso y salió.
Al entrar al cuarto vio a la mujer que hurgaba en la mesa de luz de su esposa.
“Que hace!!? Gritó Amador. Un brazo pesado lo tomo del cuello y apretó hasta cortarle el aire. Lo llevaron casi arrastrando al baño y lo empujaron adentro.
El conductor se le acercó al oído como para decirle un secreto “Vamos a resolver esto rápido: me dices donde está el dinero y nos vamos. No me dices nada, pues tu mujer queda viuda. ¡Elige!”.
“¿Dinero? ¡Soy jubilado!” respondió Amador. Estaba tranquilo, era muy difícil asustarlo. Y en verdad que su postura de seguridad no lo ayudaba en este momento.
“¡¡No te creo!!” le grito el hombre apretándole el cuello. Amador no se movió.
Lo soltó bruscamente y salió, dejándolo encerrado.
Escucho como revolvían todo mientras protestaban. De pronto la voz del checo sobresalió de las demás, algo les decía a sus colegas. Sintió los pasos alejarse rápido.
Espero un rato, menos de un minuto, y abrió la puerta del baño despacio. Se habían ido. Fue hasta el cuarto. Nunca había visto tanto desorden. Se abrió paso entre los cajones y ropa tirados en el piso y busco en la mesa de luz de su esposa. Su alianza estaba ahí. Respiro aliviado.
Sintió vergüenza por primera vez en muchos años: Había sido embaucado.
Fue hasta la entrada, la puerta estaba abierta. Silencio total. Al otro lado del pasillo se abrió la puerta repentinamente y salió la vecina.
“Buen día Amador ¿cómo anda? ¿Sabe si está haciendo calor?”
“No sé, no salí de casa en toda la mañana” respondió mientras cerraba la puerta. “Maldita vieja sorda”.

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7 comentarios

  1. Está bien realizado. Aunque es un tema muy trillado, le da buena resolución si bien hubiera incluido alguna influencia del talismán. Tiene un ritmo ágil.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 16:00
  2. 2. Alush dice:

    Estimada Marula:
    Me gustó el cuento.Se deja leer muy fácil y eso me gusta.Me faltó un poco de sorpresa ya que dese el principio me imaginé lo que pasaría y el final tampoco sorprende.Aunque la frase final le da un toque de gracia, al poder identificarse con la verguenza del protagonista
    Te sigo
    Un abrazo
    Alush

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 22:44
  3. 3. Dai Citrus dice:

    Es una lástima que no te animaras a escribirlo en presente. La historia coincide muy bien con los hechos que van sucediendo mientras se lee.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 00:57
  4. 4. Dante Tenet dice:

    Marula:

    Me gusto mucho.

    Mientras lei hacia fuerza para que Amador no cayera en el timo.

    Muy buen ritmo.

    Y mejor final, con el comentario para la vecina sorda.

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 16:50
  5. 5. Francis dice:

    Buen trabajo, Marula.
    Me ha gustado tu relato.Tiene buen ritmo. Capta al lector desde principio a fin. Es fluido y se lee fácilmente.
    Sigue escribiendo. Nos leemos. Si te apetece, pásate por el 53.
    Saludos desde Sevilla.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 20:05
  6. 6. Diego Corin dice:

    Me pasé por tu relato, quería saber como te había resultado el reto. Habría quedado muy bien en presente lástima que no te animaste.
    A la situación que escribiste en Argentina se la denomina “el cuento del tío” y la desarrollaste bien.
    Buscaré a futuro tus escritos para continuar leyéndote.
    Abrazo

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 14:19
  7. 7. Lemo dice:

    Buenas tardes

    Ante todo darte las gracias por pasarte por mi relato.
    Es cierto que la historia ya es conocida, pero no por ello deja de estar bien escrita. El desenlace final y la forma de contarlo es lo que hace la diferencia, y no hay pega en tu caso.

    Saludos

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 19:55

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