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El reflejo de la luz débil. - por Arnoldo Supiar

Ya no aguanto más. Después de dos horas despierto en la cama, te duele todo. Ya no encuentras la postura. Ya el calor o el frio son insoportables. Pero, sobre todo, te duelen las rodillas. Recuerdo mi agilidad y destreza con el tango y la viuda del tercero. Pero ahora ya no aguanto las rodillas, tengo que salir a la calle y moverme. Aún es de noche, faltan horas para que despierte la mañana.

Tras dos eternas horas de insomnio tienes tiempo para pensar en todo. Todos esos pensamientos que actúan como un roedor en el ánimo. Pero ahora toca movimiento. Lentamente me muevo sobre mí mismo, para sacar las piernas de la cama que puedo doblar al fin. Introduzco mis pies en las zapatillas para que no se me enfríen. Y, ahora, incorporarse. Qué poco ayudan ya los brazos. Otro parón para que se coloquen los huesos. Lo siguiente girar de nuevo para ponerme de rodillas, en postura de rezar. Qué alivio las rodillas en la alfombra. Por fin, levantarse. Y vuelta a colocar los huesos.

Me visto rápidamente. Me pongo los zapatos y tomo el llavero de los tres monos, que es para mí un talismán. También el frasco de comprimidos de plástico naranja. Acaricio mi alianza, regalo de boda de mi mujer. Bajo la escalera, son doce escalones. Ya estoy en la calle. Esta noche hace el típico viento de otoño. Al menos no llueve. Enfilo el puerto y el viento arrecia más fuerte, pero ya voy sintiendo alivio en las rodillas. Disfruto de este pequeño placer físico, pero temo por mis fuerzas para volver. Así que me vuelvo.

Me detengo un rato a tomar aliento. Miro las casas silenciosas, que parecen guardar un secreto. La gente está en ellas. ¿Está en ellas? No lo sé. ¿Quién me puede ayudar? De las sombras surgen dos figuras que parlotean a voces. Son jóvenes con el pelo exageradamente rapado. Ahí vienen. Uno de ellos tiene tatuada una lagrima en la mejilla. En su enorme nariz hay un aro de color plateado. Elevan la voz, alardeando. Se dirigen hacia mí. Mientras me rodean, me siento paralizado. Sus comentarios no son para menos. No puedo defenderme. Me empiezo a sentir más débil.

Al primer golpe pierdo el conocimiento y ellos se ceban con violencia, pero no acaban con mi vida. Ahora estoy en el hospital y mi hijo me mira con piedad. Sobre la mesilla están el llavero de los monos, el frasco de comprimidos y mi alianza. Me dice que tengo suerte, no como el de la cama de al lado. Un joven en coma irreversible. Su amigo, muerto. Víctimas de una paliza esa misma noche, obra de pandilleros. A este que tiene una lagrima tatuada en la mejilla, le falta un buen trozo de nariz, no se sabe muy bien porqué.

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9 comentarios

  1. 1. Nora C.P. dice:

    Hola, buenos días!!
    Me toca comentarte y me pongo a ello.
    Has conseguido escribir todo el relato en presente, por lo que te felicito. ¡Reto cumplido!
    Veo algunas cosas que podías a mi entender mejorar. Por ejemplo, en la frase “Recuerdo mi agilidad y destreza con el tango y la viuda del tercero.” Yo pondría ” … y a la viuda del tercero.”
    También me encuentro con mucha frase corta que bien se le podría haber añadido algun signo de exclamación, y más cuando se trata de dolor.
    En el último párrafo, no entiendo muy bien si “Su amigo, muerto” es amigo del hijo o murió el amigo del que está en coma. Se supone que es el que agredió al anciano ¿verdad?.
    Para terminar, decirte que es solo mi opinión, y que todo lo comentado arriba es con intención de que te sea útil.
    Un saludo,
    (soy la 120)

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 10:42
  2. Hola, Arnoldo:
    Me ha gustado mucho la agilidad con la que has redactado tu relato y me ha sorprendido porque yo no me apunté al reto porque me pareció más difícil contar un relato en presente. La historia de la vejez y los achaques, como está narrada, casi se palpa. Muy bien.
    La temática me ha gustado y aunque no he entendido quién es el que está en la cama de al lado, por lo de la lágrima en la mejilla, entiendo que es uno de los que le pegaron al hombre. Si es así, me gusta ese toque.
    Por mi parte, le deberías dar un repaso a algunas tildes que te faltan: lágrimas y frío, por lo menos. Y alguna coma más que ayude a la comprensión:
    “Lo siguiente(,) girar de nuevo para ponerme de rodillas,…”.

    Yo estoy en el 119.

    Un saludo

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 17:39
  3. 3. Marián dice:

    Hola Arnoldo. Me gusta mucho tu relato. El ritmo que va subiendo a la vez que te atrapa con intriga, con tensión. Y un final que me parece genial con ese último giro.
    No se me ocurre ninguna sugerencia de corrección (aparte de las tildes que ya te indica Leonor).
    Saludos (121)

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 11:39
  4. 4. Arnolo Supiar dice:

    Hola Nora: te agradezco muchisimo tu comentario. Aunque “te toque” es un detalle por tu parte tomártelo así, bien en serio. Tienes toda la razón. Inicialmente quise vincular el tango con la viuda pero me complicaba el reto, así que tiré por el camino de enmedio y lo dejé así. Comprendo que no lo entiendas muy bien porque a mí me pasó lo mismo. Es un gusto ver cómo te has metido en mi mente… Lo de los signos de exclamación es cierto también. La verdad es que he estado muy liado y se nota la precipitación en estos detalles.
    También te has metido en mi mente con el amigo muerto. Es del que está en coma y también hay precipitación y descuido por mi parte con ese final.
    Insisto: muchisimas gracias por tus opiniones y muchos besos.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 13:07
  5. 5. Arnolo Supiar dice:

    Hola Leonor: muchísimas gracias por tu comentario. Sí, el que está al lado es el que tú dices. Tienes toda la razón también con las tildes. Es precipitación y descuido por mi parte y no tengo disculpa. Procuraré esmerarme en el futuro.
    Muchas gracias otra vez, y besos.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 13:11
  6. 6. Arnolo Supiar dice:

    Hola Marián: muchisimas gracias por tus comentarios tan elogiosos e inmerecidos por mi parte.
    Un saludo cordial,

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 13:12
  7. 7. Alycia dice:

    Hola, Arnolo:

    Soy novata por estos lares y ando leyendo algunas historias para aprender bien cómo funciona el taller e iros conociendo.

    Me ha gustado mucho tu escena, la sensación de soledad y de cierta melancolía que desprende.

    Respecto al final, tengo preguntas el hecho de que los agresores del protagonista acaben en tal mal estado, ¿tiene que ver con el amuleto del anciano o es simple casualidad? ¿El anciano logra recomponerse de alguna manera y se defiende causando la muerte de uno y las lesiones de otro? (Igual estoy rizando mucho el rizo…)

    Saludos curiosos desde el 118,

    Alycia

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 05:31
  8. 8. Rita dice:

    Hola, Arnoldo.
    Un buen relato. Reflejas muy bien la vejez, como ya te han comentado por ahí arriba.
    Ya te han señalado algunas cosas, como esas tildes y comas. Te aconsejo que las revises.
    Una cosa que me ha creado un poco de confusión: “¿Quién me puede ayudar?”. Primero está pensando en la gente en las casas y luego pregunta eso. Entonces, es cuando aparecen dos figuras y ya voy entendiendo lo que pasa. El caso es cómo narras esa parte, que no tiene mucho que ver una cosa con la otra. Tal vez si cambiaras el orden de las oraciones, poniendo la pregunta después, se entendiera mejor.
    Otra cosa, me gustaría saber por qué ese título; si quisieras aclarármelo te lo agradecería (igual no soy muy avispada con esto jaaja xD).
    Por lo demás, muy bien. Yo el final sí lo he entendido: el joven en coma y su amigo, muerto. Tal vez se entendería mejor así, para que no haya confusión: “Me dice que tengo suerte, no como el de la cama de al lado: un joven en coma irreversible; su amigo, muerto.”. O, tal vez (incluso mejor), utilizar el diálogo, lo cual haría el texto más ameno.
    Espero haberte ayudado.
    Si te apetece pasarte por mi relato, soy el 117.
    Nos leemos 🙂

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 16:22
  9. 9. Edetana dice:

    Hola Arnoldo; en primer lugar darte las gracias por tu comentario. La historia me quedó un poco corta pero me gusta comprobar que se ha entendido.
    En cuanto a tu relato, me ha gustado mucho, casi me parece cinematográfico. Podría ser una idea para un guion de cortometraje. Con la violencia implícita en el final, lo que da más dramatismo a la escena.
    En cuanto a la forma, señalaría lo que han dicho anteriormente, revisar la ortografía y poco más. Por cierto, yo tampoco entiendo el significado del título, jajaja
    Saludos, hasta pronto

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 12:26

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