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El viejo Noé - por Manuel Pla Martí

Web: http://plamarti.wordpress.com

La mujer, de pelo rubio, ha salido por la puerta del hotel y camina con rapidez por la acera de los robles amarillos. Sus zapatos de tacón golpean el pavimento con un ruido seco y acompasado que rompe el silencio de la madrugada. Pasa bajo las dos farolas que alumbran la entrada del parque y la gasa de su falda roja se engancha con las ramas de un arbusto que invade la acera. Tira de la falda con rabia y le hace un desgarrón. Se enfurece. Lleva corrido el rímel de sus ojos y mira hacia atrás con insistencia.
Frena un carro unos metros delante de ella y pone el pie en la acera un hombre joven de tez cetrina, pequeño pero musculoso, de cabello negro engominado y mirada encendida.
—¿Querías volarte? —pregunta con aire matonil.
La mujer queda indecisa y aprieta la boca, reprimiendo las palabras que pugnan por salir. Se paraliza, pero al final dice:
—No tengo nada. Puro caminar toda la noche.
—¿Caminar? Acaso crees que soy marica.
Alarga la mano.
—Anda, dame lo que guardas en el bolso.
—No he conseguido nada.
Una cachetada resuena en la cara de la mujer que ha dado un traspiés y se ha llevado las dos manos a la cara. Siente furor y miedo. Un sudor frío le invade el cuerpo. Sabe que Paquito, alias el pequeño Roedor, así lo conocen en el medio, es violento y de mala sangre.
—¡La plata! —grita Paquito.
—¡No! —dice con desespero la mujer—. Necesito comprarle las medicinas a mi hija.
Otra cachetada y un golpe duro en la oreja la ha dejado tambaleando. Siente que se desvanece. Paquito evita que se caiga, la agarra por los hombros y le dice:
—Anda, vamos, sube al carro que te llevo a tu casa.

Alicia, viuda de un chofer de bus, vive con una hija asmática en un apartamento de la zona vieja de la ciudad; es un edificio señalado como ruinoso. En el apartamento de abajo vive un viejo expolicía que canta tangos con un viejo bandoneón y está enamorado de ella.
Esta mañana, Alicia, se ha levantado temprano después de dormir apenas una hora. Su hija ha estado tosiendo y ahogándose toda la noche. Siente la cara tumefacta y el oído le duele. En el espejo ve el moretón del ojo y la mejilla roja e hinchada. Busca en el closet la cajita con la alianza de oro que su marido le regaló poco antes de morir. La empeñará. No hay otra solución.
Al bajar la escalera, el viejo Noé la está esperando.
—Esta noche te he oído cuando has llegado —le dice—. Has subido dando golpes en las paredes, y llorabas. —Luego repara en el ojo amoratado y en la mejilla desfigurada—. ¿Otra vez el hijueputa ese?
Alicia, frente a la puerta del viejo Noé, no puede retener las lágrimas y asiente con la cabeza.
—Si tú quieres —dice el viejo— eso lo acabo yo en menos que canto un tango. ¿Dónde vas tan temprano? No has dormido casi. ¿Has desayunado?
Alicia, muda, aprieta entre sus manos la cajita de madera.
—Voy a buscar las medicinas de mi hija.
—¿Tienes dinero?
Ella se encoge de hombros y hace un ligero mohín mostrando el estuche con la alianza.
—Apurando los últimos cartuchos —suspira el viejo—. Ven, sigue.
Se sientan en la mesa.
—Primero vamos a desayunar, luego me cuentas.
Abre la nevera y saca un bote con mermelada de naranja y el frasco de la leche. Busca unos bollos en la alacena y pregunta si quiere café. Luego escucha en silencio las palabras de Alicia.
—Yo tengo un talismán para solucionar estos problemas —dice cuando ella ha terminado de desahogarse—. Lo que te voy a decir va a ser un secreto entre los dos. Y lo voy a hacer por ti y por tu hija. Solo voy a pedirte una cosa: que después cambies de vida. En algún momento todos necesitamos ayuda, yo te la ofrezco y ahora te la regalo. No tienes que decir nada. Solo quiero que me mires y sonrías. A mi edad con eso basta.
Alicia dibuja un amago de sonrisa y agarra las manos del viejo.
Él entra en su alcoba, saca una caja de zapatos y la deja encima de la mesa. La abre, retira un paño y aparece un revólver Smith Wesson calibre .38
—Éste es el talismán y aquí —señala una bolsa con la munición—, tengo doce buenas razones para convencer al pequeño Roedor.

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14 comentarios

  1. 1. Bea dice:

    Hola Manuel:

    ¡Gran relato! Me ha encantado lo oscuro de los personajes y sus historias. También me ha gustado mucho la forma en la que describes sus acciones y sentimientos. No se me ha hecho nada difícil de leer, de hecho lo je leído del tirón porque no e podido parar hasta el último punto.
    Gran maestría introduciendo las palabras del reto de este mes, así como el propio reto de escribir todo el texto en tiempo presente.
    Y el final… sencillamente genial. No le cambiaría nada.

    Te felicito por todo ello porque, te repito, tu texto me ha encantado.

    Si te apetece pasarte estoy en el 230.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 13:42
  2. 2. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Que tal Manuel, Al igual que Bea yo no detuve mi lectura hasta “para convencer al pequeño roedor”. De un solo tirón y casi sin sentir completé la lectura.

    En tu trabajo das ejemplo de las situaciones que viven muchas mujeres que ante una viudez o un abandono y con una familia de quien cuidar, se dedican a una actividad muy castigada por maleantes de pocos escrúpulos. Tu texto lo muestra con la crudeza que es justo lo que se vive.

    Me gustó el talismán que escogiste: un revolver Smith Wesson calibre.38. Te Felicito.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 14:02
  3. 3. M.L.Plaza dice:

    Hola Manuel.
    Es un placer volver a leerte. Me ha gustado mucho la historia, cómo has ido introduciendo las doce palabras y todo relatado en presente. Felicidades.
    No sé si es deliberado pero, en el párrafo que empieza “Alicia,viuda…”, repites viejo y apartamento.
    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 18:31
  4. 4. LIAH PERSON dice:

    Hola Manuel Pla Martí.
    Un “talismán” sorprendente que se convierte en un broche genial para cerrar la historia. Me ha gustado mucho tu forma de presentar los personajes, tu primer párrafo cuidado y revelador, esos diálogos tan bien resueltos…
    Solo me pregunto si quizá esa hija enferma, además de todo, no añade “demasiado drama” a la situación ya dramática de por sí que vive la mujer. No lo sé, esa es una opinión completamente subjetiva.
    Un gusto leerte, se aprende haciéndolo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 02:27
  5. 5. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola! La narración y el ambiente creado, estupendos. Te felicito. Un saludo y ¡hasta la próxima lectura!

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 21:09
  6. 6. John Doe dice:

    Buenos días, gran relato, las acciones son tremendas u generan una sensación de ritmo vertiginoso, me gustan los personajes y la forma de presentarlos, el tono, el ritmo y la atmósfera son increíbles, buen relato, felicidades. Un abrazo, si quieres pasar por el mío soy el 232. Nos leemos en la próxima.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 14:26
  7. Hola, Manuel, un relato muy logrado de principio a fin. Es cierto que uno no interrumpe la lectura para nada hasta llegar al desenlace. He observado y valorado el cambio de rasante que introduces a partir del párrafo 2 ( “Alicia, viuda de un chofer de bus…”). En la primera parte de la historia, conocemos a una prostituta perseguida por su proxeneta, como hay miles, a la que le pegan unas bofetadas, como hay muchas. en la segunda parte de la historia, aparece una mujer con historia, con unas circunstancias que hacen que se encuentre ejerciendo la prostitución. brutal. Cambias la cámara de lado. Acabamos de dejar una prostituta y del otro lado nos encontramos con una mujer que ejerce la prostitución.
    El señor de abajo es un modelo de como tendría que comportarse un hombre frente a un atropello machista. Naturalmente no estamos haciendo apología del crimen. me refiero a la actitud, que no es condescendiente, ni aprovechada, simplemente de sentido común “solo te voy a pedir una cosa, que después cambies de vida”.
    Esta actitud frente a la literatura te honra, Manuel, ya que, como has dicho, la concibes como socialmente implicada (como dirían los franceses de principios del siglo XX, “engagée).
    Puede ser que la hija enferma sea un recurso manido y hayas sacado un poco “el chelo”, si. Pero en general un gran relato que te deja con buen sabor de boca si eres mujer.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 17:30
  8. 8. Jean Ives Thibauth dice:

    Hola Manuel.

    ¡Qué relato mas agridulce el tuyo de este mes! Ese contraste entre la amabilidad del viejo Noé y su solución para los problemas de la prota no me ha dejado indiferente. La frase de “tengo doce buenas razones…” simplemente genial. Me ha encantado.

    Enhorabuena compañero.

    Nos seguimos leyendo.

    Te invito a que despellejes el mio a gusto:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-41/7203

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 22:47
  9. 9. charola dice:

    Hola Manuel!

    Tu relato me ha gustado. Descarnado, real, cruel; luego, humano, caritativo, pero siempre real. La solución, que pesa, que subleva, que venga, que está fuera de la ley, pero siempre real. Porque para seres extremos, la solución, a veces, también será extrema. Porque la justicia difícilmente llega para redimirlos.

    Felicitaciones. Nos leemos.

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 22:10
  10. 10. Isan dice:

    Hola Manuel:

    Cuesta llegar a tu relato y no por falta de ganas. Sé que el tuyo es garantía de calidad. Pero entre mi ritmo lento y que hay que corresponder a quienes te comentan, se va atrasando.

    Antes que nada te comento un par de cosillas. El traspiés que todo conocemos y usamos es, en realidad, traspié. En esta frase: “Otra cachetada y un golpe duro en la oreja la ha dejado tambaleando.” Yo creo que sería mejor “la HAN dejado” ya que son la cachetada y el golpe los que la han dejado. Otra cosa sería decir “se ha quedado” ya que, en este caso, se queda ella.

    Entrando directamente en el fondo. Magistralmente descrito el ambiente de miseria y marginación, el chulo, el edificio ruinoso, la lucha de la madre por la hija. Un expoli que, para variar, resulta con principios y los detalles como el desgarrón de su falda, el rímel etc. Nos pones en esa situación límite en la que se puede justificar todo, incluso que el Pequeño Roedor aparezca una mañana con un tiro en la boca.

    El estilo es duro, sin concesiones a la lírica pero no por ello exento de estilo y bueno. Los diálogos precisos, directos al grano. Los personajes bien trazados. Un final abierto que se intuye o se desea y que, en definitiva, abre una puerta de esperanza, quizás la única.

    Te felicito una vez más. Hasta el próximo.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 23:17
  11. 11. María Esther dice:

    Hola Manuel, tu relato bien escrito se lee de un tirón.Muy buena la descripción de la mujer,la vestimenta, el taconear por la vereda,la noche, la soledad del parque, la rama del árbol que le desgarra la falda como un presagio de lo que vendrá…
    Y luego el cambio, como dice María, la “salvación”,y el “cambio de vida” que tendrá que llegar.
    Tu relato conmueve.
    Maritel en el número 3

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 04:07
  12. 12. Maria Jesús dice:

    Buen relato con tintes de novela negra. Me ha gustado mucho. Un saludo.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 20:50
  13. 13. Thelma Gardom dice:

    Hola Manuel,

    Me ha gustado cómo has ido introduciendo cada personaje uno a uno y el cómo has realizado el cambio de escena sin brusquedad.
    Me ha parecido un relato magnífico, lo único que cambiaría es la palabra “closet”, personalmente prefiero utilizar palabras en castellano siempre que se pueda.

    Saludos, Thelma

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 18:49
  14. 14. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Manuel, felicitaciones, me ha gustado mucho tu texto. La narración en presente hace vivir la historia con un realismo palpable. La descripción de los zapatos de tacón, las farolas del parque, la falda roja enganchada, la furia y el rímel, son descripciones que aportan una imagen, un enfoque, una fotografía cinematográfica generadora de expectativa que hila muy bien la historia.
    Después de leerte, el Smith & Wesson aquí, me recordó un poco la historia de «Pedro Navajas» siendo mucho mejor tu historia y tu descripción.
    Gracias Manuel por dejarnos disfrutar tu creación. Saludos.

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 16:37

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