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Los zarcillos - por Thelma López Lara

Los zarcillos

—¡Lola, Lola!, despierta. Son las ocho de la mañana. Recuerda, que tienes un boleto de avión para las doce. —Es mi madre que me llama, está feliz y orgullosa. Desde que es viuda se dedica a dar clases de baile y yo soy su alumna consentida. Mañana es la final del campeonato de tango en Argentina.

—Ya voy mamá, bajo en un momento. Todavía es temprano —le contesto con palabras ahogadas en un sinfín de bostezos.

Al bajar por la escalera, veo que cruza un roedor por las gradas, y del susto, resbalo y ruedo por toda aquella sala. De inmediato mi madre me traslada al hospital.

—Está fracturada del tobillo derecho, y para una completa recuperación, tiene que reposar por seis meses. —Estas palabras del doctor penetran como estacas en mi pecho.

—¡No, no, doctor! Tengo que viajar hoy mismo hacia Argentina.

—Imposible señorita, en este estado no puede viajar. —Cuando el doctor termina de hablar, mi madre me vuelve a ver con una cara de tristeza y me dice:

—Hijita, tengo que contarte un secreto de familia. —Mamá no termina la confesión porque la interrumpo.

—¿Por qué, mamá?, siempre que voy a una final de tango, algo me pasa.

—Lola, escucha —insiste mi madre.

—¿Qué pasa, mamá?

—Tu abuelo, que en paz descanse, antes de morir me confiesa algo doloroso que sufre la familia. Él en una competencia de tango, obtuvo el título como el mejor bailarín de toda Latinoamérica. Este hecho enfureció a uno de los participantes y éste le ha dicho a mi padre: “esta será tu última victoria, ni tú, ni tu familia volverán a obtener el premio de mejor bailarín de tango”. A partir de ese momento, quedamos malditos. Mi papá viaja a la India en busca de ayuda para deshacer el hechizo. En ese país, un chamán le talla un talismán. Unos zarcillos de plata, con forma de castañuelas. Tu abuelo se compromete con ese hombre a cumplir una alianza. Entregar esos aretes a algún miembro de nuestra familia de la tercera generación, pero con la condición de que ese familiar baile tango. Solo de esa manera, la maldición desaparecería. Desgraciadamente mi padre muere antes de contarme la historia completa del talismán.

—Madre, yo no creo en eso. Como un objeto va a tener esos poderes. Olvida esa historia y vamos a casa. Tengo que llamar a los organizadores del evento para disculparme.

Al año siguiente, recibo una invitación de competencia de tango en México. Todos los preparativos de mi participación transcurren con normalidad. El propio día del evento, recibo una llamada de España. Mi abogada me llama para decirme que mi madre está en el hospital y que urge mi presencia, porque la casa de mi abuelo la van a rematar y hay que hacer un inventario de sus pertenencias. Este nuevo hecho, me induce a pensar en la historia de la maldición y el famoso talismán.

Después de realizar el inventario, visito a mi madre al hospital.

—¡Hola, madre! —Me acerco a ella para abrazarla. Mientras la abrazo, le muestro un llavero—. Mira, es una reliquia del despacho de mi abuelo. Es muy particular, una naranja de oro dentro de un frasco de vidrio.

—Hija, ese es el llavero relicario favorito de tu abuelo. Tiene una naranja porque a él le gustaba mucho esa fruta. Decía que todo bailarín debía beber zumo de naranja después de bailar, porque ayuda a liberar toxinas.

—Madre, ¿puedo quedármelo?

—¡Claro, hija!, es como un regalo de mi querido padre.

A los dos meses, me llega una invitación de competencia de tango de mi país natal, España. Todo perfecto para participar, mi tobillo sano, mucha práctica de tango y mi madre con salud.

El día de la presentación, camino al evento, una llanta de mi carro estalla. Localizo de inmediato un taxi y me dirijo al lugar del evento. Hacia el camerino, pienso “maldito hechizo, ya casi es la hora de mi presentación y por tu culpa no encuentro las castañuelas en mi bolso”. Por la prisa, vacío todo lo que llevo dentro de mi cartera en la mesa de maquillaje. El llavero de mi abuelo que también lo tenía en el bolso cae al piso. El frasco de vidrio se quiebra y la naranja comienza a rodar por todo el aposento y al pegar ésta contra la pared, se abre y salen unos zarcillos. Pego un grito y me digo:

—Lola, hoy sos la campeona de tango.

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11 comentarios

  1. 1. K. Marce dice:

    Saludos Thelma:

    Leyendo a voluntad, he encontrado el tuyo. Te confieso que son casi las cinco de la mañana y acabo de terminar mis “testamentos” a los tres textos obligados; así que seré tan breve como pueda al comentar el tuyo.

    Recuerda que el formato tiene su línea para el titulo, no lo incluyas en tu texto, porque pierdes palabras que un día podrías necesitar (guiño).

    Me ha gustado la historia, ha sido de fácil lectura y sin complicaciones. Me he sonreído al leer cuánto tiempo pasa entre una situación y otra, tal como si una amiga me relatara a groso modo lo que le ha pasado.
    La idea me ha parecido muy original, y calar las doce palabras ha sido correcta, no las he sentido metidas con calzador. El reto… cumplido a mi parecer.

    Una mejora, sería revisar las narrativa que queda pegada a algunos diálogos. Si hay un “lapsus” de tiempo o acción, es preferible separarlo, sobre todo si aquello le ocurre a otro de los personajes.

    Y la última frase, me hubiera gustado verla con ¡!

    Me he entretenido visualmente con las imagenes del relato, y las he disfrutado. Ahora, me toca ir a la cama como Lola al inicio del relato. ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 11:58
  2. 2. Polilla dice:

    Hola Thelma
    La historia es muy simpática y de fácil lectura.
    Pero, a mi parecer, se dan muchas situaciones pasadas con verbos en presente lo que, a mi en particular, me hace ver como si el tiempo verbal fuera un poco forzado.
    Es mi punto de vista, lo que no quiere decir que sea lo correcto.
    Pasan muchas cosas en el texto, como si alguien te las contara con prisa.
    Pero, la verdad, me resulto entretenido.
    Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 16:54
  3. 3. Thelma López Lara dice:

    Hola, KMarce.

    Muchas gracias por tus palabras y sugerencias. Qué bueno, que te haya gustado mi relato.

    Espero que tu proceso de duelo vaya pasando poco a poco.

    Saludos.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 18:25
  4. 4. Thelma López Lara dice:

    Hola, Polilla.

    Gracias por leer mi relato y por tus palabras.
    Pasaré por el tuyo.

    Un abrazo.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 00:33
  5. Hola Thelma 🙂

    Es una historia ágil y divertida de leer. Creo que mi única corrección iría relacionada con los tiempos verbales, que pasas del pasado, al presente al futuro de una manera un poco desordenada, y esto lía un poco.

    Y quizás esta frase:”Como un objeto va a tener esos poderes.” La pondría entre interrogantes: ¿Cómo un objeto va a tener esos poderes?

    Pero sinceramente he disfrutado mucho leyéndola, sobre todo cuando percibo algunas palabras distintas a mi vocabulario como: carro y sos, creo que esta ultima expresión le da un toque muy dulce y divertido a la vez. Además de tu toque personal 🙂

    Enhorabuena 🙂

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 22:42
  6. 6. Thelma López Lara dice:

    Hola, J.C.M Celeste.

    Muchas gracias por leer mi relato y por tus sugerencias.

    Qué bueno que lo hayas encontrado divertido.

    Pasaré por el tuyo.

    Un abrazo a la distancia.

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 00:37
  7. 7. beba dice:

    Hola, Thelma:
    Tu historia es muy original y divertida. Especialmente luce la inventiva en la naranja que esconde los zarcillos.
    Concuerdo con J.E.M.Celeste en los señalamientos gramaticales que te realizó.
    Muy bueno.

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 02:43
  8. 8. Luis Ponce dice:

    Hola Thelma:
    gracias por pasar por mi relato. El tuyo me ha gustado por original, aunque sería bueno revisar los tiempos verbales. A todos nos pasa.
    Lo que se me ha quedado en la cabeza es como se rompe una naranja de oro.
    Le doy vueltas y no logró convencerme de alguna forma.
    Pero insisto en que me ha gustado la trama yel desarrollo.
    Nos leemos.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 01:06
  9. 9. Thelma López Lara dice:

    Hola, Luis.

    Gracias por leer mi relato y por tus comentarios.

    Luis, no le de vueltas al asunto de la naranja de oro. Ella no se quiebra. Lo que pasa es que al ser un relicario y al chocar contra la pared, la naranja se abre y ahí salen los zarcillos.

    Un abrazo a la distancia.

    Escrito el 24 febrero 2017 a las 04:05
  10. 10. Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia) dice:

    Hola Thelma, tienes una historia muy dinámica y entretenida, la he disfrutado. También cumpliste muy bien con el reto.
    Saludos.

    Escrito el 5 marzo 2017 a las 14:11
  11. 11. Thelma López Lara dice:

    Hola, Leonardo.

    Muchas gracias por leer mi relato y por tus palabras. Pasaré por el tuyo.

    Un abrazo.

    Escrito el 8 marzo 2017 a las 17:38

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