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Epístola - por Marta

Querida Donatella:

Te escribo desde la terraza, frente al Mediterráneo, nuestro mar de lágrimas, a veces mensajero, a veces excusa y único testigo de nuestro amor secreto.

Cuando termine estas letras, bajaré por última vez la escalera de caracol, esa por la que tú te movías balanceando las caderas como ninguna diosa sabe hacerlo.

Han sido muchos años, y muchos recuerdos los que se acumulan en mi mente y en esta casa, pero ha llegado la hora de ponerla en venta. Nuestra hija, Marieta, insiste en que nos vayamos a vivir a Santander. Estaríamos más cerca de los niños. Creo que esa es la excusa, en realidad teme por nosotros, no se fía de dos viejos viviendo solos “como hippies”; así piensa ella, lo sé; “entre la playa y el cielo en la ladera del monte”, así dice la canción.

Mañana, miraré otro mar.

Donatella, querida, han sido así las cosas y no me arrepiento. Hemos sido equilibristas entre la pasión y la sensatez, entre vivir y sobrevivir. Hace doce años, cuando te quedaste viuda, un impulso visceral me pedía romper con toda precaución en la que habíamos mantenido nuestro mundo. Enterrar las apariencias. Querernos sin tapujos, entonces, alzaste la bandera de la mesura, y dijiste: “la vida es un tango, mantengamos el equilibrio, para poder seguir bailando”. Hoy me voy de aquí, para poder seguir bailando.

Entre los objetos que llevaré conmigo a nuestro nuevo hogar, está el frasco naranja de cristal de Murano, ¿recuerdas? Fue el primer regalo que me hiciste, cuando nos conocimos, en Venecia. Siempre me ha acompañado, como un talismán, al igual que tu perfume, que puedo evocar esté donde esté.

Donatella, brindemos por los buenos momentos compartidos, por las sonrisas cómplices que sellaban nuestra alianza, cuando tu marido, tan latino él, se reía de nosotras, dejando entrever sus dientecillos de roedor y comentando con la copa de brandy en la mano mientras miraba el partido: “chicas, iros de compras, que es lo que hacéis las mujeres”.

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7 comentarios

  1. 1. PerePaella dice:

    Hola Marta

    Bonito relato en forma de carta que nos traes este mes.
    Me ha gustado mucho como vas desgranando poco a poco la historia, dándonos los detalles a cuentagotas, vas tejiendo una trama que solo podemos comprender en toda su magnitud al final.
    Amores secretos, apariencias, la historia del mundo.
    Te felicito, está bien escrito y se lee con facilidad y soltura.
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 14:21
  2. 2. Lapdog dice:

    Hola, Marta, me ha parecido un excelente ejercicio epistolar con dos buenas cartas pero la trama no me emocionó mucho, será porque soy amante de la ficción aventura y ficci´´on ciencia o policiacos y siempre espero cosas increibles de una narración. Bueno, en gustos se rompen genéros. Hasta pronto.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 14:55
  3. 3. Marikiya dice:

    Hola Marta;
    Me ha gustado tu relato.
    Es una historia cargada de nostalgia y secretos.
    He de decir que me esperaba ese final, no sé el motivo pero lo he intuido al principio.
    Buen trabajo.
    Un saludo

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 07:36
  4. 4. MOT dice:

    Hola Marta.
    Bonito, tierno, profundo, sorprendente… y más adjetivos que seguro se pueden añadir. Me ha gustado, mucho, bien llevado, bien estructurado, bien escrito… Y el final, ¡qué final! Hasta ese momento ni me había imaginado que pudiera ser una mujer… Logradísimo. Enhorabuena
    P.D. Genial el aporte del estilo epistolar.

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 19:06
  5. 5. Marta dice:

    Gracias a todos por haber dedicado vuestro tiempo a leer mi relato. Me alegra leernos.
    Un saludo

    Escrito el 26 febrero 2017 a las 21:11
  6. 6. Marisa dice:

    Hola Marta. Gracias por haber leído mi relato y por tu devolución.
    Respecto de tu relato, me ha gustado la historia con sus secretos a media luz. Buen ritmo y buena cadencia. El final es tierno, cobija a la historia.
    Al leer el primer párrafo entendía que era una mujer quien escribía la carta. Sin embargo, en el segundo párrafo me desorienté porque cambió la escritura y parecía un hombre. Luego vuelve a tomar la pluma la mujer y el final es previsible, lo cual para mi no está mal porque es una carta que narra hechos y sensaciones.
    Por último, “balanceando las caderas como ninguna diosa sabe hacerlo”, quizás sonaría mejor: balanceando las caderas como una diosa; o balanceando las caderas como nadie. Sacaría ese ninguna diosa sabe hacerlo, porque las diosas se supone que saben y hacen todo.
    Felicitaciones por tu relato!!

    Escrito el 27 febrero 2017 a las 16:53
  7. 7. Kriptana dice:

    Hola Marta,

    Me ha gustado mucho tu relato. La sensibilidad y la nostalgia que transmite.

    A veces, la mayor muestra de amor es saber renunciar.

    Si quieres pasarte, mi relato es el 198.

    Un saludo

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 20:27

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