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Veredicto - por Ratopin Johnson

«Joven escritor juzgado por el asesinato de viuda adinerada» , rezaban los titulares de prensa. A decir verdad, el chico no habia alcanzado ninguna relevancia en ese oficio, ni siquiera había publicado nada. Pero hasta donde yo sé, eso no representa ningún crimen. Porque es que las pruebas que ha presentado la acusación no son nada concluyentes.

Esto no es lo que piensa el tipo que está hablando ahora. Gesticula mucho también. Tiene el pelo engominado, pinta de que la vida le sonríe, unos cincuenta años, y un tono de piel naranja muy extraño. Es el portavoz del jurado. Para él : culpable.

Ha intentado convencerme, pero eso fue al principio. Me veía como lo que soy: ama de casa, de mediana edad, dos hijos, un marido barrigón. Pero presuponía lo siguiente: que sería ignorante, débil y que caería ante sus argumentos. Pero no. Así que desistió.

Ahora fija toda su verborrea en la joven chica pálida que esta sentada a mi derecha. Para ella, inocente. Yo intento intervenir siempre, exponer mi razonamiento, y hacer de algún modo que la chica se mantenga firme, porque es tal su fragilidad, y no sólo física, que parece que se fuera a derrumbar.

El tipo grande de color, interrumpe. Es ferviente seguidor del engominado, y su principal premisa es que «LLevamos días con esto, hay que tomar una decisión ya». «Para eso estamos aquí, señor» , le respondo con naturalidad.

Encontraron a la mujer al pie de la escalera, en su casa. Pero la autopsia reveló que aunque la caída fue mortal, llevaba días siendo envenenada.

El muchacho al que se juzga, el aspirante a hombre de letras, mantenía una relación de años con la fallecida. Ella, podríamos decir, le financiaba su vocación, y él pasaba ratos con ella, le leía libros, paseaban por los jardines que rodean la mansión de la viuda. Aunque los tabloides se han empeñado en contar una historia escabrosa, con sexo, celos y todos esos ingredientes que hacen que una noticia sea sabrosa, yo pienso que ella lo veía como el hijo que nunca tuvo.

El error de él: la fresca que le pescó. Con el tiempo la señora tuvo intención de cambiar su testamento en favor del joven. Solo tenía un sobrino, bailarín de tango, del que no se sabía nada. La novia de nuestro muchacho, al tanto del cambio de planes de la muerta respecto de su herencia, le empujaba a que forzara a la mujer a registrar el nuevo documento, pero él se negaba y prefería que las cosas llevaran su rumbo.

Repentinamente, apareció el sobrino y decidió cuidar de su tía, a la que no había visto más que un par de veces en su vida. Menudo regalo. Debió oler que podía perder su fortuna.

La acusación trata de vender que todo fue idea de nuestro joven y que incluso su novia no sabía nada. No se cómo no ven la cara de zorra que tiene. El veneno fue diluido en el frasco de la medicina que la señora tomaba y que el joven solía llevarle.

He visto las miradas que se dirigen la novia y el sobrino. Comparten un secreto. No puedo evitar pensar que están liados y que todo lo maquinaron juntos.

Aquí, en esta habitación, donde hace demasiado calor, este es el veredicto del resto de miembros de nuestro variopinto grupo de doce:

Para la mujer rubia, de tacones, con aire de ejecutiva agresiva, es culpable. Juega con su alianza, como si fuera un talismán que impidiera que el joven de pelo largo, de pie junto a la ventana, le lance esas miradas. Este, opina que es culpable también. Contemplando el exterior, recuerda que hace una mañana estupenda.

El asiático con cara de roedor afirma que es inocente. La ancianita de aspecto entrañable sostiene que es «culpable a todas luces». El hombre de ojos saltones, que mataría por un cigarrillo, dice que inocente. Para la mujer árabe, sentada de brazos cruzados, culpable. El hombre de barba frondosa, extraño peinado y gafas declara que es inocente. Y el abuelo de origen hispano cree igualmente que es inocente.

Toda la presión recae sobre la joven y frágil chiquilla, que por momentos parece dudar ante el acoso al que la someten el portavoz y su lugarteniente.

Pero gracias a dios, minutos después, entramos en la sala y el primero informa, ante el enfado del señor juez, de que seguimos con empate. Cierro los ojos aliviada, esto puede significar juicio nulo por fin. Ciertamente hace un día estupendo.

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13 comentarios

  1. 1. Romina Eleonora Mc Cormack dice:

    Me gustó realmente. Bien lograda la sumatoria de personajes, tantos en un texto corto.
    Solo marco algunos detalles gramaticales:
    Hay demasiadas comas que no corresponden. Por ejemplo, no deberías separar sujeto de verbo en “El tipo grande de color, interrumpe.” Hay otras.
    Informa de que seguimos, es incorrecto. La preposición de no debería utilizarse.
    Eso es todo, creo.
    Reitero que me gustó y podrías extraerle mucho jugo.

    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 18:39
  2. 2. Ratopin Johnson dice:

    Muchas gracias Romina,
    la verdad es que leyéndolo hoy aquí, una vez publicado he visto el “de que” y me han sangrado los ojos.
    En cuanto a la otra frase, la tenía así, recuerdo “El tipo grande, de color, interrumpe.” Luego pensé que para que iba a poner la coma después de “grande” y dejo la otra ahí sin sentido.
    Gracias por los comentarios. No sé si es un lío toda la historia, tanta gente, etc. Cuando la escribía no me lo parecía, pero cuando la he leído hoy en la página, he pensado que quizá no estaba del todo claro.

    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 22:19
  3. 3. Romina Eleonora Mc Cormack dice:

    No, para nada. No hay lío porque los personajes están delineados con lo que importa de ellos.

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 22:23
  4. 4. Nora C.P. dice:

    Hola, buenos dias!
    He decidido pasarme por tu relato tal como hice en el anterior.
    Las doce palabras muy bien integradas y la historia me gusta, podría incluso formar parte de una novela.
    Aparte de lo que te comentó Romina, el fallo que encuentro es que has aceptado el reto de escribir el relato en presente y gran parte de este esta en pasado. Solo con haber subrayado los verbos antes de enviarlo lo hubieses podido solucionar.
    Me alegro volver a leerte.
    Saludos,
    (Soy la 120)

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 11:12
  5. 5. Ratopin Johnson dice:

    Hola Nora, buenos días!

    Gracias por leerme de nuevo, y por tus palabras.
    En cuanto a lo que me comentas de los tiempos. Yo creo que está justificado en este caso el uso del pasado en esta historia, que ocurre en el presente. El presente es la sala donde están los miembros del jurado que tienen que decidir, y lo que he escrito en pasado es lo que nos narra la protagonista sobre el caso que se está juzgando, y está hecho a propósito, claro. No sé, creo que algo así entra en este reto.

    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 12:17
  6. 6. Romina Eleonora Mc Cormack dice:

    El relato (los personajes discutiendo el veredicto) está en presente. Lo que aparece en pretérito es el delito.

    Escrito el 18 febrero 2017 a las 12:18
  7. 7. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Ratopin, He leído tu texto de un solo golpe, sin que nada golpeara mi lectura hasta que leí el comentario de Romina. Al leer de nuevo el pasaje no sangré pero sí percibí lo colorado de mis cachetes.

    Al estar leyendo podía sentirme sentado en aquella sala de deliberaciones; logro que, sólo una buena escritura otorga.

    Mejor que verlo en un programa de television. Te felicito.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 17:40
  8. 8. CARMELILLA dice:

    Hola Ratopin:
    Muy buena la trama de tu trabajo.Muy bien desarrollada,las frases cortas y con el texto sólo necesario para generar interes.
    Me ha gustado mucho la manera en la que describes, insisto, con las palabras justas, al jurado.
    Me gusta mucho esa intuición del ama de casa y ese estar pendiente por si la muchachita frágil se nos va para el otro bando a la vez que no perder ojo a las miradas incriminatorias que la ofrecen el claro veredicto: inocente.
    Tengo la duda si en el párrafo dónde describes a otros miembros del jurado en el que hablas del de la cara de roedor, el de los ojos saltones, el de la barba…no sería en frases separadas con punto y a parte. Ya te digo no se si hubiera sido más adecuado o no.
    ¡Muy buen trabajo! Nos vemos en el siguiente taller.
    Saluditos

    Escrito el 23 febrero 2017 a las 09:55
  9. 9. Amanda Quintana dice:

    Bien logrado, buenas descripciones, cada personaje bien marcado y toda la escena en conjunto excelente!

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 03:22
  10. 10. Ratopin Johnson dice:

    Muchas gracias a todos por leerme,

    Gracias Osvaldo por tus palabras. Creo que mi máxima influencia en este texto ha sido “Doce hombres sin piedad” (bueno, así se tituló en España, creo que es “Twelve angry men”), una película de finales de los 50 me parece, con Henry Fonda. Muy recomendable.
    Y también algo “The night of”, una miniserie de HBO que he visto recientemente.

    Muhas gracias Carmelilla,
    Sí, es posible que tengas razón con lo de los puntos y aparte. A veces pienso que si lo hago así, puede quedar todo muy frío, como un telegrama, o no le cojo la medida a la longitud de los párrafos. Normalmente no me gustan demasiado largos, pero tampoco que sean todos cortos. También, en este caso, estos eran “el resto”, no menos importantes, pero menos presentes, por cuestión de espacio, y quizá por eso los he querido poner todos juntos en ese párrafo.

    Muchas gracias Amanda, gracias por leerme.

    Me alegro de que haya gustado, pensaba que podía ser todo un lío.

    ¡A ver si me paso a leeros, que llevo un retraso!

    Escrito el 25 febrero 2017 a las 12:05
  11. 11. Cryssta dice:

    Hola Ratopin, no tengo tiempo de escribir, solo quería decirte que me he pasado a leer tu relato y que en general me ha gustado.

    Un abrazo.

    Escrito el 28 febrero 2017 a las 13:42
  12. 12. Marcelo Kisi dice:

    Hola Ratopin, compañero!

    Gracias por tu comentario a mi relato. Ya tarde, me paso a leer el tuyo.

    Me gustó mucho, y realmente recuerda aquella entrañable película. Además, me encanta que te atrevas en un género, el policial, donde yo no sabría por dónde empezar. Hay dos cosas en esta vida a las que tengo a la vez fascinación y a la vez pánico, como aquellas cosas sobre las que uno dice: ¿cómo? ¿Me voy a pasar de este mundo sin haberlo hecho? Una es saltar en caída libre. La otra es escribir un relato policial!

    Y es desde ahí, desde tu coraje, que me ha gustado, porque lo convertís en un relato ameno, casi de comedia. Si lo vas a desarrollar, a este lector le gustaría escuchar más a los personajes, porque los parlamentos aparecen un poco indirectos. Entonces, más guiones de diálogo. Con la multitud de personajes, en cambio, no veo ningún problema. Cada uno tiene su aparición breve y colorida, entran y se van (y así de poco les pagarán los de la productora 😉 )

    La duda que sí me queda es de contenido. El lector se pone indudablemente del lado del acusado, y el jurado fracasa, no porque el muchacho sea inocente, sino porque aquí, “a todas luces”, había lo que se llama “duda razonable”. Y tu relato, al tomar el punto de vista de una sola de las juradas, peca en no contarnos los mejores argumentos de los que lo consideran culpable. Entonces, no hay ni final abierto, ni una posibilidad del lector de tomar o no partido, porque está demasiado claro que el ama de casa tiene razón. Lo que hace que el enganche del lector no sea en un ciento por ciento.

    Nada, un elemento para que lo pienses y quizás le des una vuelta de tuerca, siempre aclarando que viene de alguien que jamás se atrevió a escribir un policial en su vida, así que va con humildad y respeto.

    Fuera de eso, te repito, un trabajo admirable!

    Escrito el 4 marzo 2017 a las 13:46
  13. 13. Ratopin Johnson dice:

    Hola Cryssta, gracias por pasarte.

    Y Marcelo, lo mismo y por extenderte en sacar esos fallos que encuentras, en los que en gran parte estoy de acuerdo.
    Muchas veces me meto en un jardín en mis historias, complicado por decirlo de algún modo. Porque lo que está en mi cabeza el lector no puede leerlo, sólo lo que al final he escrito. Eso sé que es fundamental para el lector. Entonces claro, para un lector con buen ojo como el tuyo, quedan cabos sueltos, o cosas no explicadas. Y si fuera una historia coral más larga, probablemente veríamos el punto de vista de los que consideran al chico culpable. Porque en definitiva, son seis personas, nada más y nada menos, la que están bastante convencidas de la culpabilidad del chico.
    Así que tienes razón, tendré en cuenta retomarlo (y extenderlo). Es posible que por eso no me atreva con una novela, porque entonces tendría que aclarar esa otra parte de las historias que comentas, y a lo mejor no sabría hacerlo.

    Saludos y gracias

    Escrito el 2 abril 2017 a las 12:15

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