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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El mentiroso - por R.J. Esperanza Pardo

—¡Ooorden! —grita Su Señoría, don Topo, aporreando con su minúsculo martillo sobre la mesa— ¡Y al menor cacareo, desalojan la Sala! —amenaza mirando al grupo de gallinas.
—¡Esto es un atropello! —protesta el acusado— ¿De qué se me acusa?
—¡No le he dado la palabra, carnero! ¿De qué se le acusa al acusado, letrado?
—Se trata de una causa de difamación, Señoría; un caso frecuente de carnero negro.
SSª se acopla las lentes, observa detenidamente al acusado y corrige: «¡Supuesta difamación, letrado!»
—¿Difamación? —interviene el reo simulando ignorancia.
SSª saca de su toga un diccionario de latín, en formato miniatura, y lee por todo lo alto: «Difamación: del término latino "diffamare"; compuesto del prefijo "dis", que viene de "divergencia", y el verbo "famare", que significa "hacer fama". ¿Comprendido, carnero?»
—No.
—Carnero, si nos atenemos a esta definición, usted se sale de lo corriente, es divergente, diferente, y, precisamente, es esta peculiaridad la que le hace mala fama a usted, ¿entendido?
—¡Soy inocente! —grita contundente el carnero.
—¡Si vuelve a hablar sin mi venia, le acuso además de desacato! —reprende la autoridad.
—¡"Excusatio non petitat, acusatio manifesta"! —Interrumpe el letrado acusador— ¡Sus excusas, carnero, le ponen en evidencia! —alega el purista.
—Que pasen las demandantes —dispone el Juez obviando el comentario.
Un celador se apresura a cumplir la orden cuando, de pronto, un estruendo abre la puerta y un compacto rebaño de ovejas aparece aprisionado bajo el dintel.
—¡Todas a una, hermanas! ¡Todas a una! —Lidera una voz asfixiada.
—¡De una en una, señoras, de una en una! —reconduce atosigado el celador.
El rebaño sale por fin del atolladero y llega al estrado en un tira y recoge de sillas y sombreros.

Y el letrado continúa su exposición:
—Señoría, ¿no es cierto y un hecho probado que el acusado es el único espécimen negro de su rebaño?
—Cierto —responde SSª, don Topo.
—Carnero —continúa el abogado—, sus ovejas le culpan de haber mancillado su honor.
—¡Soy inocente, Señoría!
—Señores del jurado —prosigue el ilustrado—, este carnero negro presenta una violenta anomalía, un peligro para las sanas costumbres y la pacífica convivencia de sus congéneres. —El letrado chasquea los dedos y dos veteranas ovejas estallan en llanto—. ¡Miren a estas pobres ovejas indefensas que, noche tras noche, son sometidas al primitivo instinto del carnero! ¡Mírenlo a él! ¡No se dejen engañar por sus ojos de cordero! Pues él no tiene ningún reparo en visitar sus lechos, transfiriendo sus genes a diestro y siniestro.
El silencio inunda la Sala.
—¡Sí! ¡Soy culpable, Señoría, culpable de venir al mundo así! —El reo se exaspera—. Y ahora ¡exijo un abogado defensor!
El Juez, don Topo, se levanta de su silla y se acerca al reo; a su lado y de pie, no le llega a éste más allá de las rodillas: «Entérese, Sr. Carnero —le dice confidencialmente—, que no nos encontramos propiamente ante un juicio, sino ante un prejuicio que, como el mismo vocablo indica, precede al juicio. Así que debemos someternos a la normativa que rige el caso, es decir, al prejuicio. ¿Comprende?»
La predecible respuesta queda en el aire pues a una ardilla mofletuda se le han caído al suelo sus bellotas y está montando una buena bulla alrededor.
—¡Guardias, saquen a esa ardilla de aquí!
La ardilla lleva llenos los carrillos y con las prisas cae al suelo otra tanda de bellotas.
—¡Ordeeeeen! —reclama por segunda vez el Juez.
—A ver si lo entiendo, Señoría, —vuelve el reo—, ¿los hechos de los que me acusa mi propio rebaño de ovejas son objeto de este prejuicio?
—Exacto.
—¿Y por qué no habría yo de prejuzgar a quienes di mi amor y, a pesar de ello, me traicionan? —El carnero se dirige a sus ovejas— ¿Es que acaso no me recibisteis gustosas y con las patas abiertas siempre que fui a visitaros? ¡Exijo se prejuzgue a todas estas desalmadas!
—¿De qué las acusa exactamente, carnero?
—¡De necedad, cobardía, difamación, falsedad! ¡De ser blancas!
Las ovejas balan todas a una: «¡Mentiroooso, mentiroooso!»
El Magistrado agarra el martillo y vuelve a aporrear la mesa: «¡Visto para sentencia!»

El oso panda enseña una entrada de cine a las ovejas, se quita su antifaz negro y lee el veredicto:

«Este jurado absuelve al cordero de todos sus cargos, y declara culpable al rebaño de prejuicio en primer grado con agravante de necedad. Su condena, señoras, será acudir al cine cada noche con su carnero, durante toda su vida.»

—¡Se levanta la sesión!

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23 comentarios

  1. 1. Juan Martín dice:

    Hola R.J. Esperanza Pardo.

    Pienso que escribís muy bien. El texto está escrito con un estilo impecable. Hay una sensación de solidez en toda la lectura. Nitidez, quizá, sea la palabra correcta. Como ejercicio literario está muy bien.

    Como texto, sin embargo, no funciona tan bien. Debo decir que en ningún momento lo que se cuenta consigue despertarme interés. Está poco claro el tema de la acusación, y rebuscado lo del cine (y la entrada de cine). Tampoco me queda claro por qué elegiste la forma de una fábula. No me parece que sea para un publico infantil (que difícilmente enganche con el entorno de juicio civil que informa el cuento). Si querés, me parece re-interesante que pudieras explayarte sobre esa elección, que me llama la atención.

    Y bueno, no hay mucho más que pueda aportar. La alocución correcta es “excusatio non petita, accusatio manifesta”.

    Saludos!

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 19:24
  2. 2. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Juan Martín, gracias por comentarme, y gracias también por el piropo, no siempre le dicen a una que escribe muy bien.

    Bueno… te cuento que el cuento que has leído no es un cuento para niños, no lo entenderían, al menos la intención con la que está escrito ni su significado.

    Verás, he tratado de escenificar una escena disparatada y loca mediante una especie de alegoría, una realidad mágica, llámalo como quieras, así que he utilizado a estos simpáticos animalejos parlantes para mi fin, que no es otro que una condena abierta a los prejuicios. Prejuicios que adquirimos al crecer, consciente o inconscientemente, en un grupo social determinado (rebaño). Prejuicios que en nuestra sociedad se vierten indiscriminadamente hacia lo diferente, lo extraño, lo que no entendemos, lo que transgrede nuestras normas “sociales”…
    Es solamente mi opinión personal (pero muy arraigada), pienso que cualquier cosa que “todo el mundo” haga no suele ser “buena cosa”, por definición, porque al dejarnos llevar por el “rebaño” dejamos de pensar de forma individual y razonada. Claro que, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra ¿no?. Es una alegoría, Juan Martín, los necios se amparan en prejuicios, unos por el gusto de difamar y otros simplemente para ser aceptados por su grupo.

    Yo me he divertido escribiéndola, además creo que me han inspirado un grupo de chismosas que tengo el “gusto” de conocer 🙂 Reconozco que el humor es muy, muy personal…

    La condena a las pobres ovejitas a ir al cine con el “prejuiciado” creo que es un buen castigo para ellas, así mato además dos pájaros de un tiro, como se suele decir por aquí.

    Por cierto, también me he inspirado en una escena del comienzo del cuento de Alicia en el País de las Maravillas, un maravilloso cuento para todos los públicos, todo sea dicho.

    Un cordial saludo, y gracias por la corrección de la frase en latín (yo lo tengo olvidado completamente), le llamaré al orden a quien me la ha pasado.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 20:44
  3. 3. Diego Coppa dice:

    Esperanza: Sí, la sintaxis y la ortografía están bien peeero:
    En cuanto a la estructura del cuento, le falta un final. Tenés una idea por donde ir, pero no se termina de entender que querés decir.
    Hacé un ejercicio conmigo: explicame el cuento en uno o dos renglones no más.

    En cuanto a las partes del cuento:
    Es muy confuso el principio. Tardás muchos renglones en explicar que todo eso es un prejuicio y no un juicio, no se entiende exactamente que implica lo primero. No logro encajar la entrada de cine con todo esto ni por que la preacusan de ser negra cuando ya estuvo con todas, no se entiende, o yo no lo entendí.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 23:36
  4. 4. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Diego Copa, antes de realizar el ejercicio que me impones, haz conmigo este otro. Prueba a responder a esta pregunta: ¿qué razón ampara a un necio a actuar como lo hace?
    Date cuenta que las ovejas son finalmente acusadas por su comportamiento con un agravante de necedad.

    No me parece un mensaje tan difícil de entender, de todas formas agradezco la sinceridad y toda opinión es bienvenida.

    Un cordial saludo

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 13:56
  5. 5. Diego coppa dice:

    Lo ampara el ser Ser humano. Es muy leve la crítica o sea el castigo.
    El final lo entiendo pero lo siento muy leve todo. Muy anecdótico y no un cuento.
    Pero claro es mi opinión. Te invito a que leas el mio y que lo critiques. Es el 128. Saludos

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 16:29
  6. 6. Gonzalo #127 dice:

    Hola, Esperanza:
    Es un texto interesante y delirante. Me parece un cuento fuera de lugar: como si fuera un capítulo de una novela más que un cuento. Acaso porque me recordó inmediatamente escenas de Alicia en el país…

    Puede funcionar como fábula infantojuvenil, aunque sería necesario recortarlo, cambiarle algunos modos. Pero no creo que sea el interés.

    Gracias y saludos,

    Gonzalo

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 13:31
  7. 7. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Gonzalo, gracias por comentar.

    He querido condenar y ridiculizar los prejuicios simbolizando mediante un juicio kafkiano que están alimentados solamente por la necedad, la sinrazón y el “borreguismo” que nos caracteriza como seres humanos.

    Tienes mucha razón en que es delirante, bastante kafkiano, comprendo que no se entienda bien.

    Un cordial saludo

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 14:03
  8. 8. Earendil dice:

    R.J. Esperanza Pardo.
    ¡Menudo revuelo has armado en el gallinero, compañera!
    Desde luego, muchos de tus textos no dejan indiferente. Innovar está muy bien y hay que ser muy valiente para atreverse. Como otras veces te he comentado a mí sí me gustan este tipo de textos que, por otra parte, soy incapaz de escribir (me gusta planear en mi área de confort)
    A la parte formal hay poco que recriminar, salvo algunos signos de puntuación que te han fallado en los diálogos, pero nada importante.
    Si te soy sincera, me he visto metida en un camarote de los hermanos Marx, pero esta vez rodeada de animales parlanchines. La situación es hilarante y estresante, y permíteme el juego de palabras que tú también has utilizado en este tramo del texto:
    “—Carnero, si nos atenemos a esta definición, usted se sale de lo CORRIENTE, es DIVERGENTE, DIFERENTE, y, PRECISAMENTE, es esta peculiaridad la que le hace mala fama a usted, ¿entendido?
    —¡Soy inocente! —grita CONTUNDENTE el carnero.
    —¡Si vuelve a hablar sin mi venia, le acuso además de desacato! —REPRENDE la autoridad.”
    He de dar la razón a otros comentaristas en cuanto al principio y al final. La primera parte se hace un poco extensa para explicar que el prejuicio es la antesala del juicio, Y en cuanto al final, creo que has metido con calzador lo de las entradas de cine.
    De todos modos, el mensaje que quieres transmitir se ve claro desde el principio, siendo de la opinión que no es una fábula dirigida al público infantil, es demasiado densa y explícita.
    Yo, personalmente, me he divertido leyéndola, aunque no sé si esa era tu verdadera finalidad. Ha sido un trabajo original y formalmente muy bien ejecutado.
    Un saludo.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 19:22
  9. 9. R.J. Esperanza Pardo dice:

    ¡Bienvenida seas, Earendil!
    A punto estuve ayer de gritar ¡soy inocente!
    Muchas gracias, no sé si te han dicho ya que eres genial haciendo comentarios.
    Bueno, pues no es que yo sea una valiente, sino una inconsciente y atolondrada, y el revuelo me ha sorprendido, ya lo creo, supongo que no filtro lo que sale a veces del subconsciente, pero voy a tener que acostumbrarme o coger ese vuelo que dices (reservaré un billete para abril).
    Al menos tú lo has interpretado como lo que es, pues solo pretendía hacer una crítica simple y en clave de humor, “un juicio al prejuicio” jugando con esas dos mismas palabras (quizás esto haya sido lo que haya despistado a algún lector). Me halaga que aludas a la escena del camarote de los hermanos Marx, ¡son mis ídolos!, bueno y los de cualquiera.
    En fin, que tienes razón. Yo creí que cerraba la escena con la lectura de la sentencia y con el “¡se levanta la sesión!”

    Un saludo y un abrazo, me pasaré por tu relato (pero aún no he cumplido con dos de los tres comentarios a los vecinos)

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 16:31
  10. 10. Isan dice:

    Hola R.J. Esperanza:

    Bueno, bueno, He disfrutado un montón con este cuento. Disparatado juicio. Está tan bien contado que lo he visualizado mientras lo leía sin perder la sonrisa un momento. Los diálogos son geniales. Con lo difícil que es aunque aparentemente sean simples.

    La pena es que he leído tus explicaciones antes de hacer mi análisis, lo cual me ha condicionado a sacar la moraleja que todo cuento lleva. Me ha justado ese cambio del juicio al prejuicio, que es la clave de todo el relato, teniendo en cuenta que, para juzgar, hay que ir sin prejuicios.

    Como no sé por dónde “atacarte”, francamente te lo digo, arañaré un poco en alguna cosilla de forma que no te hayan comentado y no de fondo, más que todo por incordiar.

    En este diálogo: “«¡Supuesta difamación, letrado!»”, y en el siguiente de la explicación de difamación, no veo el motivo por el que lo has puesto entre comillas y no has seguido el esquema teniendo en cuenta que es una intervención en voz alta y una pregunta directa “entendido carnero” este contesta. Además ya hay otras partes que llevan comillas y has recurrido a las inglesas para diferenciar ambas. A mí me gusta más teniendo en cuenta que los diálogos siempre dan frescura el relato. Yo, teniendo esta oportunidad, no la desaprovecharía porque me cuesta mucho meterlos.

    “…y lee por todo lo alto:” quizás mejor “en voz alta” o “en alto”.

    “…y llega al estrado en un tira y recoge de sillas y sombreros.” Parece que en el corta y pega se te han perdido algunas palabras de manera que hacen ininteligible la frase.

    Lo del oso panda con la entrada de cine y el antifaz ha sido de traca. Lo digo porque pega tan poco que se convierte en un esperpento genial.

    Una cuestión de procedimiento (judicial). El Jurado no absuelve ni dicta condena. Algo que corresponde al Juez. No tiene importancia en este caso ya que este es una locura de juicio.

    Te apunto en mi lista de imprescindibles.

    Un saludo

    Escrito el 24 marzo 2017 a las 21:19
  11. 11. Isan dice:

    Perdón, se me ha olvidado un comentario que tenía apuntado. Se trata de los personajes. Hay un letrado que mejor llamarlo Fiscal o acusación, por diferenciarlo del defensor. Un celador que mejor sería ujier. Y hay un purista y un ilustrado que supongo que los has metido por no repetir nombres pero que despista un poco. Vale.

    Escrito el 24 marzo 2017 a las 21:24
  12. 12. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Isan, ójala fueran así los ataques. Muchas gracias por comentarme tan bien y tan detalladamente!

    Lo que dices sobre las comillas de diálogo es cierto que no sigo el mismo esquema, es porque el narrador va a decir algo a continuación de “dos puntos y seguido” y me da la sensación de que queda mejor (una manía como otra cualquiera). Pero tienes razón que en esta ocasión se junta mucha comilla con las palabras en latín, hubiera quedado mejor como dices.

    Lo de “y lee por todo lo alto” me hizo gracia decirlo de esa manera (te aseguro que no hablo normalmente así) pero es que me estaba imaginando al juez, enano y malhumorado, intentando estirarse y me salió de esa forma.
    Lo de “en un tira y recoge de sillas y sombreros” algo parecido me pasó, creo que me vino a la cabeza la expresión “en un tira y afloja” y así se quedó, no tiene mucho sentido pero se entiende. Lo del oso sí que tiene delito sí…
    Tienes también razón en que el “jurado popular” no lee la sentencia sino el juez, menos mal que es todo un disparate como dices.
    Lo del fiscal, estuve a punto de llamarle fiscal al letrado pero, ignorante de mí, pensé que habiendo demandantes no sería fiscal, que actúa por cuenta del Estado, sino simplemente abogado contrario. Lo de ujier no lo había oído nunca, se ve que conoces bien la jerga.

    Gracias otra vez, me ha encantado que me hayas tocado de vecino, yo también te meto en mi lista de “imprescindibles” 🙂

    Un saludo

    Escrito el 25 marzo 2017 a las 21:18
  13. 13. Laura dice:

    Hola R.J.Esperanza Pardo
    Un relato que se ha traído de todo.
    A mí la acusacion al carnero me ha vuelto a mi cuestionamiento de la persecución del gato y del ratón: ¿el gato es culpable por ser de naturaleza carnívora? Lo mismo me sucede con tu carnero, un cordero negro.
    Y tus ovejas son totalmente necias y/o cobardes ya que según el carnero lo recibían gustosas. En grupo son de una forma e individualmente de otra.
    Me encantó la entrada de las ovejas. Fue excelente.
    El relato, en mi opinión, quedó a mitad de camino entre lo infantil (señor Topo, la ardilla a la que se le caen las avellanas) y lo de adultos (ingreso del carnero a los lechos de las ovejas, la culpabilidad por la propia naturaleza).
    Un relato bien logrado desde lo técnico, con algunos detalles desde el argumento.
    Te espero los próximos meses

    Escrito el 26 marzo 2017 a las 12:20
  14. 14. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Laura
    Gracias por tu visita y dejar tu opinión. Interesante planteamiento el del del gato y el ratón.
    Me paso por tu piso, recuerdo aún tu “tango” del mes pasado que me encantó.
    Un saludo

    Escrito el 27 marzo 2017 a las 08:54
  15. 15. Pilar dice:

    Hola!!!
    Aunque este mes me he tomado un descanso, he querido pasar por aquí y… ¡Menuda sorpresa de relato!! Chica, menudo derroche de imaginación y argot legalista… A mí me ha divertido, creo que te lo has currado mucho y además crear este debate que ha conllevado unos comentarios tan nutritivos, es positivo para todos. Enhorabuena!

    Escrito el 27 marzo 2017 a las 21:47
  16. 16. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Pilar!!
    Qué sorpresa tan agradable! Te busqué para comentar pero no te vi!
    Sí que ha dado un poquito de revuelo, sí, no sospeché que iba a dar tanta disparidad de opiniones, inocente de mí. La verdad es que me salió del tirón, creo que me salió una venita infantil un tanto distorsionada…
    Un abrazo, y espero verte en abril, eh?

    Escrito el 28 marzo 2017 a las 08:37
  17. 17. Pilar dice:

    Eso espero yo también… andaba atascada en otro proyecto y necesitaba aclarar ideas sin interferir con nada, pero ya echo de menos este taller, jjjjj
    Abrazos!!

    Escrito el 28 marzo 2017 a las 08:47
  18. 18. Arnolodo Supiar dice:

    Querida Esperanza:
    Muchas gracias por tus comentarios a mi relato. No he leído a Reverte fuera de sus articulos pero te agradezco la comparación, aunque me sonroja.
    La guerra es triste pero los prejuicios también. La guerra es consecuencia de los prejuicios. No he leído tu relato, me he deleitado deslizandome por él, he bailado con tu poesía y me he reído con tus personajes esperpénticos. Me encanta tu frescura al escribir y esas sensaciones que he experimentado me compensan por encima de la trama y de las coherencia. Esperanza: escribes muy bien, no te dejes atrapar por esquemas y deja salir toda esa poesía que llevas dentro que es lo que le da alma a tu relato. Yo he disfrutado con tu relato ¿qué más se puede pedir? Para mi ese es el objetivo de un escritor y desde mi punto de vista de lector,lo has conseguido. ¿Incoherencias, sintaxis? Con todo respeto, para mi no tienen ningún valor si produces disfrute. Enhorabuena.
    Arnoldo.

    Escrito el 29 marzo 2017 a las 17:06
  19. 19. Lorkiano dice:

    Hola R.J. Esperanza Pardo:

    Te devuelvo la vista.

    Me ha encantado tu relato y la manera en la que lo has escrito. Original, divertido… No puedo poner ni un «pero».

    Yo personalmente, lo he entendido conforme lo has explicado. Y para mí no podía haber una frase mejor para finalizar que la que has puesto.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 29 marzo 2017 a las 17:27
  20. 20. Marián dice:

    Hola R.J. Esperanza Pardo.
    Me ha gustado mucho tu relato. Vaya imaginación y buen ritmo.
    Cuando ya me estaba riendo abiertamente, entró el prejuicio y entonces me puse en modo más analítico.
    Genial las metáforas que nos has regalado y lo adecuada que ha sido la elección de cada animal para el papel que le has adjudicado; y el oso final es de premio.
    Lo que no me acaba de encajar es la entrada de cine; me parece un poco forzada.
    Bravo por tu escena.
    Saludos,

    Escrito el 29 marzo 2017 a las 18:03
  21. 21. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Querido Arnoldo:

    Muchas gracias… Ayer me quedé sin palabras con tan halagador comentario, y hoy sigo volando hasta el infinito y más allá. Pensé en recortarlo por si mi ego volvía a tierra, pero no hubo forma de hincar las tijeras a mi tablet.

    Un cordial y afectuoso saludo

    Escrito el 30 marzo 2017 a las 12:10
  22. 22. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Marián

    Agradezco tu visita y me alegro de que te haya gustado mi escena.

    Espero volver a leer tu próximo relato en abril.

    Un cordial saludo

    Escrito el 30 marzo 2017 a las 12:46
  23. 23. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Lorkiano

    Gracias por pasarte por aquí, me alegra mucho que te haya gustado! 🙂

    Un cordial saludo

    Escrito el 30 marzo 2017 a las 14:31

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