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El Mentiroso - por Dana Romanov

Curiosos, uniformados, llovizna; tuve que hacerme lugar para llegar a la casa. Pronto ubiqué a Rodríguez, que media hora antes me había llamado informándome que me habían asignado como ayudante en el caso “El Mentiroso”.
—¿Janik? Peña te espera adentro —se acercó a mí y susurró —. Está cabreado; hay mucha presión. Escucha y sólo pregunta lo necesario.
Peña era el encargado del caso y no estaba cabreado, estaba prendido fuego. Gritaba e insultaba a oficiales y peritos. Entre tanto alboroto vi un cadáver en el suelo y por su piel entendí que era una mujer joven. Estaba desnuda y tenía el rostro completamente destrozado. Un gran charco de sangre la rodeaba. “El Mentiroso” había atacado nuevamente. Sus víctimas siempre aparecían apuñaladas y los asesinatos se cometían con el mismo puñal, uno que tal vez había sido común cincuenta años atrás.Siempre dejaba un montón de pistas que nunca llevaban a nada y parecía divertirse con ello. Las víctimas no tenían relación alguna entre sí, lo que complicaba las cosas. Éste era el quinto asesinato que se le atribuía.
Me acerqué a la mujer. Mis dedos rozaron su brazo y al instante un escalofrío recorrió mi espalda. « ¿Qué pasa? ¿Fantasmas? No, no. Soy una detective, soy racional… pero ¿y si? No, está muerta, bien muerta… ¡pero rayos! Murió hace no más de dos horas, tal vez quedó restos de su energía, o algo así, y eso es lo que me llegó. Bien, la tocaré de nuevo… vamos, vamos ¿tienes algo que decirme?».
—¡Janik!
Los ojos de Peña me observaban con desaprobación. Yo estaba sentada sobre mis posaderas y mi cabeza daba vueltas.
—¿Y bien, Janik?
—¿Ella… era tarotista?
Mi compañero me miró con desagrado. A nadie en la estación le gustaba mi lado supersticioso.
—¡Alfonso! —gritó.
Yo me puse de pie tratando de entender lo que había visto. Un uniformado rubio se acercó.
—Que busquen una baraja de tarot.
El policía se alejó a toda prisa.
—Escúchame Lucy. No hay tiempo para la parapsicología ahora. Tenemos trabajo. Esto no es un juego.
—Si no me equivoco, ella le leyó el tarot a su asesino. Justo antes de morir. El asesino tenía cabello largo, un grueso bigote y se parecía…
—Hace ocho meses que trabajo en este caso —me interrumpió Peña —. Tengo un buen equipo, que ha madrugado bastante buscando a este hijo de puta y no permitiré que venga una “loquita” y me diga “y el asesino tenía cabello largo…” ¡Te vas de aquí! —gritó.
—No puedes echarme.
Peña iba a retrucarme, pero el rubio volvió a aparecer trayendo consigo un cajón de madera.
—Encontramos algo —dijo. Dejó el cajón en el suelo y con las manos enguantadas, revisó el contenido.
Un diccionario de latín, un antifaz arruinado, unas esposas y…
—Espera —lo detuve. Me puse los guantes de látex y saqué del cajón una pequeña cajita que tenía dibujado en su tapa una estrella de seis puntas.
—Era judía.
—No, Alfonso. La estrella tiene otro significado, mucho más antiguo —abrí la caja y encontré la baraja de tarot. Los dibujos eran idénticos a los que yo había visto al tocar a la mujer. Intenté sacarlas, pero Peña me detuvo.
—Ni se te ocurra tocarlas, Janik. Y largo de aquí, estás fuera.
Me dio una palmada y los vellos de mi brazo se erizaron.
Yo era la tercera ayudante que Peña había tenido en el mes. Y la tercera en ser despedida. Salí contrariada. La llovizna pronto se convirtió en lluvia. Subí al auto, pero no lo encendí. Tenía un presentimiento, algo me decía que estaba en buen camino. Tal vez ese atroz asesinato era el último de “El Mentiroso”. En ocho meses muchos sospechosos habían pasado por la sala de interrogatorios, pero ninguno encajaba con la “evidencia”.
Saqué mi celular y marqué el número del encargado de armar los identikit.
—Manuel. Necesito un retrato.
Luego de unos minutos, una voz sorprendida habló del otro lado.
—¡Lucy, se parece a Peña!
—Pensé que estaba loca… pero no entiendo.
—Estás en el caso de “El Mentiroso”, ¿no?
—Peña me corrió.
—Déjame ver qué puedo hacer, pero sal de ahí. Sea cierto o no necesitamos pruebas y reales.
—Ok —suspiré. Encendí el auto.
—Oye, Lucy.
—Decime.
—Tengo una entrada para el cine…
—Sí —dije sin pensarlo — ¿Hoy?
—A las 9.
—¿Me buscas?
—Claro. ¿Estás bien?
—Sí, sólo necesito aire fresco. Te llamo luego.
La tarotista había delatado al asesino. Fuera o no Peña, “El Mentiroso” pronto estaría detrás de las rejas.

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5 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Dana:
    Me ha encantado. ¿Estuviste ahi? Es un relato muy creíble, la trama bien lograda sin rebusques y el lenguaje típico de los policiales de misterios.
    Muy bien usadas las palabras del reto, pero más que nada muy convincente la escena.
    Te felicito, ha sido como leer a cualquiera de los famosos especialistas.
    Creo que por ahí está tu futuro.
    Un abrazo

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 19:27
  2. 2. Marcelo Kisi dice:

    Hola Dana!
    Primera vez que te leo. Me pareció excelente tu relato, bien trazado, bien escrito, y dejando un final continuable.
    Lo único que me hizo un poquito de ruido fue la forma de hablar del “tú” de los personajes. Hablan de tú todo el tiempo, pero en un momento ella dice “Decime”, o sea en “vos”.

    La otra cuestión es la del nombre de la protagonista, que quizás sea Lucy Janik, pero en un cuento tan corto conviene llamarla de una sola manera. Si en cambio, son dos personajes diferentes, no queda claro quién es Lucy.

    Fuera de eso, me gustó, escribís excelente!!

    PD: no llegué a tiempo con mi cuento, pero está igual en mi blog, por si te querés dar una vuelta: https://contarelcuento.wordpress.com/2017/03/18/el-mentiroso/

    Saludos!

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 19:01
  3. 3. Laura Blanco dice:

    Hola, Dana.

    ¡Que buen relato! Si que has logrado meterme de lleno en la historia. Solo un pequeño detalle: no me queda claro si la protagonista se llama Luci o Janik (o ambos) o si simplemente son personajes distintos. De resto, excelente.
    Por cierto, gracias por tu lindo comentario.

    Un abrazo.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 15:23
  4. 4. Laura dice:

    Hola Dana.
    ¿Es Peña el mentiroso, por lo que no hay modo de dar con él por la diversidad de pruebas?
    ¿Por qué está tan segura de que va a atrapar al mentiroso, sea o no Peña? ¿Puede no serlo para ella o ya está decidida por sus orientaciones hacia lo paranormal?
    ¿En qué se basa para decir que la tarotista había descubierto al mentiroso?
    Creo que todo da para una novela policial, que con gusto me gustaría conocer cómo sigue.
    Te sigo leyendo
    ¿Lucy se eriza tanto al contacto con la víctima como con Peña?

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 11:33
  5. 5. Juan Sauce dice:

    Hola Dana.
    Interesante tu historia. Puede que me equivoque, pero casi aseguro que te deben gustar las series tipo CSI o parecidas.
    Supongo que al asesino lo llaman “el mentiroso” porque va dejando pistas falsas,¿no? Quizá hubiera estado bien profundizar más en eso, para dar mayor relevancia a tal pseudónimo.
    Sé que es cuestión de gustos pero yo hubiera cambiado una cosa. La protagonista parece conocer sus propios dotes paranormales, o por lo menos se muestra muy natural a la hora de aprovecharlos. Sin embargo, al principio se dice a sí misma que es alguien racional y no cree en “fantasmas”. Por mi parte, hubiera permitido que ella fuera consciente de su talento y decidiera usar sus técnicas desde el principio.
    Otra cosa que me despista es el final, “fuera o no Peña”. Creía que quedaba claro que era Peña, y más aún si estaba segura de que estaría pronto entre rejas. Porque si no, la otra opción es que, en un capítulo siguiente, descubramos con sorpresa que el asesino es otro, por lo que esto sería la primera parte de una historia más larga.
    Por lo.menos, así lo veo. Pero al margen de todo aquello, es un relato interesante que, si tuvieras oportunidad de alargarlo para ahondar más en la investigación y los personajes, quedaría mejor (obviamente, el límite aquí de 750 palabras no te permite hacerlo).
    Saludos y enhorabuena.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 22:54

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