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El mentiroso - por Malia

La familia Henley se reunía una vez cada mes. Discutían negocios, como siempre. La señorita Groom, la mayor era usualmente el centro de atención. Su hermana, la señorita Frida participaba con lo poco que sabía de economía. Henley hijo, único heredero a la fortuna de su padre, discutía por el bien de la fortuna. Harold, el mayordomo, siempre les servía café.
Esa noche discutieron negocios hasta las ocho, el señor Henley fue particularmente más duro en sus comentarios, humillando a sus hijas e insultando a su heredero. Cansados de la actitud de su padre, a las ocho se dispersaron. Cada matrimonio se ocultó en una sala para pensar con claridad mientras el señor Henley fue a su cuarto. Los Groom en la biblioteca, los Frida en la sala de estar y Henley hijo en el comedor.
El caos comenzó a eso de las nueve. Cuando la señora Henley, volviendo del teatro, encontró a su marido muerto en su habitación. Ella gritó anunciando la tragedia a su familia.
Se juntaron todos en el comedor. El cuchillo ensangrentado en el centro de la mesa. La señorita Groom, sin derramar ni una lágrima. Su hermana lloraba desconsoladamente sobre el hombro de su esposo. El hijo y heredero, en shock. La señora Henley sollozando. Harold, ocultando de manera profesional su dolor, les sirvió café a cada uno mientras esperaban a la policía.
—Alguien le asesinó —dijo la señorita Groom, mirando a cada uno de la mesa cual detective—. ¿Dónde estaban cuando esto ocurrió? —cada uno mencionó el lugar. Ella miró con odio a su hermano—. Tú estabas más cerca de su habitación. ¿Has sido tú, George? ¿Lo hiciste por el dinero? ¿Por la fortuna? —preguntaba con desprecio en cada sílaba. El señor Henley hijo entrecerró los ojos.
—¿Me estás culpando a mí cuando tú le gritaste toda la noche por su mala administración de negocios? —se quejó él—. Para mí pudiste haber sido tú. O tu perfecto marido.
—Yo no tuve nada que ver —se defendió el señor Groom—. Ni siquiera tenía planeado venir a esta cena.
—Todos sabemos que tu exitosa empresa se está derrumbando, tal vez le mataste porque necesitabas el dinero.
—Hermanos, no discutamos. Nuestro padre acaba de morir —sollozó la señorita Frida.
La señorita Groom se levantó de la mesa mientras su hermano menor culpaba a cada uno de los presentes, incluyendo a su madre. Siguió a Harold, quien había estado hace unos segundos rellenando la taza del señor Frida. Le detuvo posando su mano en el hombro del hombre.
—¿Señorita Groom? ¿En qué puedo ayudarle?
—¿Ha visto algo extraño, Harold?
—¿Extraño, milady? —ella asintió. Harold pensó lo que vio en el transcurso de la noche—. He visto a su Señoría entrando a la habitación unos minutos antes.
—¿Mamá? —cuestionó ella sin creérselo—. ¿Algo más?
—La señorita Frida nunca salió de la sala de estar —agregó. Hizo una mueca, la señorita Groom lo notó.
—¿Qué ocurre, Harold?
—No debería decir esto, milady.
—Dímelo, Harold. Por favor —pidió ella. El mayordomo asintió.
—El señor Henley hijo —susurró el hombre de cuarenta años con miedo a que alguien le escuche—. El señor Henley me confesó unas noches antes que estaba preocupado que su heredero estuviera malgastando el dinero de la familia —la señorita Groom frunció el ceño, eso explicaría por qué George siempre se quedaba hasta tarde en las reuniones. Viviendo como el rebelde que es, seguro gastó su dinero en fiestas y alcohol. Excusa suficiente para matar a su padre y heredar el resto del dinero familiar. Su madre siempre quiso a George más que a sus hijas, ella pudo haber ayudado.
—Gracias por tu ayuda, Harold.
La señorita Groom volvió al comedor y estalló demandando respuestas a su hermano y a su madre, los dos sospechosos que el confiable señor Harold le había confesado. Minutos más tarde, la policía entró a la casa. Entrevistaron a todos los presentes, incluyendo a Harold, e investigaron la escena del crimen. Toda la familia esperaba.
Harold salió por la puerta trasera y vio a la hermosa señorita Frida esperándole oculta en la esquina de la casa. Sonrió.
—Papá me quería a mí, el dinero será mío. Culparán a George —sonrió ella abrazando a su amante—. Podremos irnos a América, lejos de mi familia. Tu mentira nos consiguió una fortuna.
—Había una razón por la cual me decían “el mentiroso” en la casa Finday.

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5 comentarios

  1. 1. Ocitore dice:

    Un género bastante dificil el que has escogido para esta propuesta. Bien terminado y bien escrito. Me ha gustado el estilo. Según Chesterton el asesino debe estar presente todo el tiempo y pasar desapercibido entre los sospechosos la mentira de Harold para encubrir a Frida está bien pensada, sin embargo creo que no hay intriga y la estreches de 750 palabras no te permitió ahondar más para distraer la atención del lector. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 20:53
  2. Hola Malia, soy tu vecino de arriba. LA historia es atrapante, como bien lo dijo Ocitore, es difícil escribir una intriga de asesinato en una escena familiar y con tantos personajes en tan pocas palabras, sin embargo lo lograste y muy bien.

    Solo quiero hacerte una nota, con respecto a un tiempo verbal. En la frase “Su hermana lloraba desconsoladamente” lloraba quizá hubiera sido conveniente usarla como “llorando”, ya que en todas las demás oraciones usas el gerundio para mostrar la escena.

    Por todo lo demás, muy buen relato y muy bien escrito. Espero leerte en próximas escenas.

    Sl2

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 15:42
  3. 3. Roger/NHICAP dice:

    Hola Malia,
    Buen trabajo, con un estilo atractivo a base de frases cortas, secas y cortantes. Una narración que permite imaginar al lector a una familia inglesa clásica reunida en el caserón familiar. Has logrado una correcta ambientación.
    En mi opinión deberías revisar la presentación de los personajes en aras de facilitar la comprensión. Si el hijo se llama George, debemos saberlo desde el principio. En el tercer renglón del texto dices: “Henley hijo, único heredero a la fortuna de su padre” cuando antes has presentado a las hermanas sin mencionar al padre. Pienso que queda más claro algo así: “George Henley, el único hermano varón y heredero de la fortuna paterna”.
    Me ha gustado el trabajo y valoro tu atrevimiento al construir una historia difícil de condensar en 750 palabras. Por ello, el final resulta precipitado -“encajado en el texto a martillazos”- y resulta poco creíble.
    Felicidades y un abrazo.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 19:54
  4. Malia:
    Elegiste un tema muy complicado, y muy difícil, a mi me encanto, no le vi muchisimos errores, para mi fue espectacular, cuando empece no podía parar del leer.
    Si vi errores de ortografia o de narraciones leves,pero en otros comentarios te los han marcado. Asi que yo te voy a decir que sigas escribiendo, que yo te voy a seguir leyendo x que tenes algo increible.
    Te invito a mi relato, soy la 150

    Escrito el 22 marzo 2017 a las 21:09
  5. 5. Juan Chukofis dice:

    Me gusta la historia, la forma en que está contada. Lo único que me hace un poco de ruido es que en este tipo de historias policiales la fuerza o la motivación de la lectura está puesta en la intriga del asesinato. Creo que la cuestión de la mentira termina teniendo menos peso que descubrir al asesino. Más que pensar en quién está mintiendo pensamos en quién será el asesino, eso es lo que quiero decir.
    Saludos y gracias

    Escrito el 23 marzo 2017 a las 14:40

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