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El mentiroso - por José A. Algarra

EL MENTIROSO

Diccionario de latín: Mendax (adjetivo) Persona que ha mentido o que miente repetidamente.
He buscado la traducción al recordar el ultimo beso que me diste y ese te quiero susurrado a mi oido antes de marcharte. Ese beso y ese te quiero que eran mentira. También he buscado traducciones de mentiroso en otros idiomas, pero no te definen del todo. Me gusta esta, mendaz. Y entre esa y otras tonterías ocupo casi todo el tiempo libre que tengo, patéticamente, acordándome de ti, de aquel día en el que las únicas verdades fueron tu adiós y el como te alejabas con paso rápido hasta doblar la esquina de la calle donde me abandonaste, dejando detrás una estela absurda de ausencia, un leve olor a ti en el aire y una imagen fugaz del blanco de tu camisa. Aún palpita ese ultimo beso en mis labios, ese contacto tan leve que sabía demasiado a despedida y cuyo amargor aún me gusta, sin embargo, recordar. Ya ves, hasta echo de menos tus besos de mentira.
Te fuiste ese día y yo parece que todavía estoy de pie en esa calle, y creo a veces que aunque pasaran cien días o cien años seguiría allí, sin moverme, con ese recuerdo a mi lado, intentando no odiarme por no salir detrás de ti aquella tarde, intentando odiarte por mentirme, sin conseguir ninguna de las dos cosas. Y sin saber, en realidad, si te fuiste hace un día, una semana o un año, porque el tiempo pasa y no lo siento pasar.
Cuando volví a casa vi tu carta. Ese sobre tan normal, tan blanco y tan cotidiano encima de la mesa, y también tu letra de tinta negra al abrirlo, y tu voz sonando en la cabeza mientras leía, mientras me contabas que te ibas para siempre, que no me querías tanto como yo merecía, que era lo mejor para los dos, mientras mi mundo iba cayéndose a pedazos y tu voz seguía leyendo y se caía ese falso antifaz de nuestra relación. No me enfadé entonces, ni lo hago ahora. Ni siquiera te odio, te diría si te volviera a ver. Pero sí sentí que me asfixiaba, como si la carta hubiera crecido tanto que lo hubiera ocupado todo, como si tu voz mientras leía fuera todos los sonidos del mundo, como si mi casa ardiera y no pudiese respirar.
Después salí a la calle y caminé sintiendo mis pasos, el sonido de los zapatos en la acera, el ruido de los coches, siendo consciente como por primera vez de como era el mundo sola. Tú, que lo ocupabas todo y no me dejabas ver más allá de tu sonrisa, me habías permitido, sin embargo, ver el mundo tal como era, comprar una entrada de cine para la película de mi vida sin ti.
No entiendo porqué me mentiste, y a la vez también lo entiendo. Supongo que no querías hacerme daño mientras me lo hacías. Pero era muy difícil, claro. Y luego pienso, al fin y al cabo, que me hubiera dolido igual como me lo hubieras dicho. Porque lo único que me duele ahora es perderte. Dicen que mentir es inaceptable, pero que hay mentiras necesarias. No sé muy bien cual fue la tuya.
Cada día, desde entonces, salgo a la calle a aspirar el mundo sin ti. A llenarme de realidad, a pelearme con ella. Y me quedo con todo lo que puedo retener: miro, leo, escribo, memorizo imágenes , sonidos y olores para que esos recuerdos vayan desplazando poco a poco tu memoria, para que te vayas yendo de mi, para que me dejes pero no del todo. Eso, el olvidarte del todo, me da aún más miedo. Luego llego a casa, me quito los zapatos, los pantalones, toda la ropa, y me quedo desnuda en el salón, de pie igual que aquel día en que te marchaste. Es mi película, ¿no? y represento esa escena todos los días, porque ya te he dicho que sigo de pie en la calle donde te despediste, y aún dentro de mi casa siento las gotas de lluvia caer sobre mi y la humedad del agua en mi cuerpo. Después camino hacia la cocina, abro la nevera y cojo una lata de cerveza, y acaricio las gotas redondas que salpican su superficie. Y aunque el alcohol me nuble esos recuerdos, salgo al balcón y veo que sigue lloviendo, como siempre, como aquel día.

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8 comentarios

  1. 1. amadeo dice:

    José:
    Muy buen texto. Se percibe el dolor del abandono. Lectura que avanza. Un mínimo comentario: La última parte, la de la heladera/cerveza, estaría demás.

    Estoy en el 4. Espero lo leas y comentes
    Saludos

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 14:25
  2. 2. Alohomora dice:

    Hola “vecino”:
    He de decir me que ha gustado mucho tu relato. No soy una experta en comentar textos ni gramaticalmente ni de ninguna manera, pero en mi opinión el texto se me antoja romántico y melancólico. Bien definido y el reto bien conseguido. Suave y doloroso a la vez.
    Un placer leerte.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 09:31
  3. 3. Juan Martín dice:

    Hola José. Me gusta. Transmite mucha soledad, y el absurdo de los sentimientos que muchas veces nos dominan en circunstancias de abandono.

    Coincido con Amadeo en que la cerveza sobra. Ya que no juega ningún rol durante el relato, es más eficaz dejar al personaje sobrio ante su dolor.

    Estuve pensando largo rato si la lluvia de la despedida estuviera apareciera al final o al principio. Y al final, me convenciste tal como está.

    Lo que he encontrado (o no encontrado) es una gran ausencia de tildes (último, oído, cómo de alejabas, yendo de mí). Y algunas frases en poco entreveradas, quizás a propósito, pero que tienen el efecto de romper la ensoñación y volver a tomar conciencia que estamos ante un texto (por ejemplo “siendo conciente como por primera vez de como era el mundo sola”).
    Porqué va separado (por qué).

    Arriba

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 15:42
  4. 4. José A. Algarra dice:

    Gracias a todos por los comentarios.
    Disculpad lo de la tildes.
    La frase de la cerveza, aunque la había buscado para acentuar lo de la soledad, sobre tal y como está. Intentaré, en otra revisión, buscar una alternativa.
    Desde luego, Juan Martín, lo de “como por primera vez como era el mundo…” queda algo retorcido.. Mejor “siendo consciente por primera vez de la soledad de su mundo” o similar.
    Gracias Alohomora, Amadeo y Juan Martin.
    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 19:42
  5. Hola Jose, soy la del 121. Tu relato es sutil pero desgarrador, la forma en que se aferra al recuerdo y a la vez ella siente que la perturba es duro y hermoso. Has logrado un texto genial, cargado de sensaciones y sentimientos.
    Gracias por compartir!

    Escrito el 22 marzo 2017 a las 18:08
  6. 6. José A. Algarra dice:

    Muchas gracias Amanda, por tu comentario. Me alegra que te haya gustado tanto.
    Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2017 a las 23:18
  7. 7. Laura dice:

    Hola José.
    Me ha gustado muchísimo tu relato.
    Creo que debes prestar atención al uso de las tildes.
    Algunas expresiones confunden un poco:”tu voz seguía leyendo”. Era él quien leía y tal vez al hacerlo evocaba la voz de ella hablándole. Fíjate que un poco más adelante vuelves con la palabra voz.
    “Ese te guiero susurrado”. EL Te quiero necesitaría alguna forma de indicación como diálogo, fíjate que hay una entrada al respecto para diferenciar el relato del diálogo, incluso el diálogo indirecto si es necesario.
    Tienes expresiones excepcionales, te felicito por ellas.
    Realmente, el texto me ha gustado.
    Sigue escribiendo.

    Escrito el 26 marzo 2017 a las 00:33
  8. 8. José A. Algarra dice:

    Hola, Laura.
    Gracias por tu opinión. Encantado de que te haya gustado mi relato.
    Tomaré nota de tus consejos.
    Un saludo.

    Escrito el 26 marzo 2017 a las 23:11

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