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EL MENTIROSO - por MT Andrade

Sucedió como en la oportunidad anterior. Estaba completamente dormido recostado en el sillón. Los truenos retumbaron, la luz se fue y los flashes alumbraron por momentos. Un rayo cayó muy cerca.

Miro el android, la fecha se actualiza de inmediato, 16 de octubre de 1793, ubicación Paris. «Buscaré en la Wikipedia que ocurrió ese día. ¡Vaya que tonto! No hay conexión en esta época». Por qué creo que los datos que tengo son correctos. No hay otra respuesta, los adquirió el Smart phone en mi tiempo.
Estoy en París y debe ser por esos instantes trágicos. La fecha parece algo posterior a la sangrienta revolución. Circulo con cuidado. Huele a granja. Tomo una especie de cobertor de un menesteroso y me lo pongo encima. Los pocos euros que le doy parecen no interesarle.
Camino hacia Notre Dame en la isla y vuelvo atravesando el pont neuf.
Camino hacia el oeste, hacia la plaza de la concordia. En el futuro he recorrido tanto esta ciudad. Aunque me encuentro docientos años atrás en el tiempo, me ubico a la perfección.
Imagino que es posible que vea la guillotina. Doy la vuelta e ingreso en la plaza «¡Ahí está! Hay un pequeño grupo de gente a su alrededor. Veo personas trabajando en ella.
¡Oh! Por Dios Santo, están preparando una ejecución».
Circunvalo la zona y tomo la mayor cantidad de fotos que puedo sin llamar la atención de los presentes. En su mayoría parecen bien ataviados, no quiero decir eso exactamente, quiero decir, no visten como es de esperarse para un pueblo destrozado y hambriento. Imagino que deben ser las autoridades.
Me alejo un poco y busco un lugar adecuado sobre una especie de escalinata. Desde allí observo con prudencia. Coloco mis auriculares y pulso sobre la app de traducción que instalé hace unos días. Traduce muchísimos idiomas, también griego, latín, pero no sé cómo le irá con ese francés arcaico.
Poco rato después, miro mi reloj, han pasado veinte minutos. Una mujer joven, llamativa por su hermosura, se sienta al lado mío sin decir nada. «Tan temprano y ya ejerciendo. Qué bonitas las francesas» pienso, pero me equivoco completamente.
El aparato traduce literalmente, solo las palabras que comprende
—¿Es usted? —sigue un sonido que al aparato no traduce, quizá un nombre. ¿Es a usted a quien debo esperar? —Como no respondo vuelve a preguntar.
Me ha elegido a mí entre varios hombres y mujeres bastante próximos. Me comparo con ellos. Si no fuera porque a los franceses siempre les parezco alemán, nada me diferencia. Ni siquiera la ropa. Está frio. Vuelve a preguntar: —¿De dónde viene? Qué extrañas joyas usa en sus orejas. Y con esos hilos largos. No son brillantes, pero raros.
—Vengo de Munich.
—Usted es un mentiroso, dice, mientras en el android se lee: traduciendo del alemán.
Como el aparato habla alemán a la perfección, aunque no fueran las expresiones que esperaba, se tranquiliza con lo que le digo.
—Partimos para Austria esta tarde —parece una orden, y agrega— veamos antes como ejecutan a María Antonieta —se expresa dejando escapar una risa aguda, entre lastimosa e histérica.
—¿María Antonieta? —Digo, pensando en la fecha. ¿Es esa María Antonieta?.
—Claro —me responde— ¿no ve su pelo blanco? —y agrega— usted sabe perfectamente quien soy.
Miro en lo profundo de esos ojos azules. Su cara me había resultado conocida desde el principio. La miro ahora detenidamente, sin los coloretes de las pinturas de época, pienso en los retratos de Lebrun, en particular, en el que posa sin la etiqueta del momento, el del escándalo.
Es ella no hay duda. Un estremecimiento me recorre.
Se pone de pie y mira hacia la plaza. Hago lo mismo. Una mujer lejana, en nada parecida a ella, con pelo muy largo, casi no se ve entre las columnas de la guillotina.
Alguien muere por ella. Solo el verdugo es solemne. Las, no más de cien personas perdidas en la enorme plaza, comienzan a dispersarse de inmediato.
Caminamos hasta uno de los extremos de la plaza. Hay un coche parado. Se me acerca un hombre, que podía haber sido mi doble, salvo por la vestimenta y los modales, con gestos ampulosos me saluda, la toma del brazo y se dirigen al coche.
Antes de subir se da vuelta, me mira un instante eterno, que no olvidaré. Ya no tengo la capa mugrienta. Solo los jeans y una camisa a cuadros, de manga corta, propia de climas más calurosos y un bastante corto, pelo ondulado, muy rubio.

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6 comentarios

  1. 1. Lucas dice:

    Fascinante

    Envidio la capacidad de crear relatos que aúnen ficciones semejantes como esta. Enhorabuena de antemano por la recreación de escenarios semejantes.

    Resulta chocante, y desconcertante a la vez el inicio del relato. El detalle del comienzo que deja al lector de improvisto es el que precisamente anima a este a seguir leyendo. ¡Buena idea!

    La descripción de los lugares de la ciudad, resulta escueta (aunque, comprensible a su vez puesto que 750 palabras requieren mucha criba). Un mejor desarrollo de las mismas para un futuro desarrollo de esta historia, la haría muy interesante, y al lector lo sumergería en el ambiente parisino de aquellas épocas.

    Bajo mi punto de vista, lo que completa y cuadra la historia es el encuentro con la noble (y, sospechosa dama). Su presentación en el relato, con esa audacia de ir haciendo al lector sospechar poco a poco, resulta una construcción muy muy adecuada.

    Por ende, el giro resolutivo de la historia; la revelación de esa verdad oculta, de ese engaño también me parece una invención fenomenal (¡argumento que, en verdad, envidio!).

    El final, apresurado pero coherente con un inicio desconcertante y frenético.

    PD: el escenario de la conversación con los toques de traducción del móvil resultan difíciles de seguir (en mi opinión)

    “Ni siquiera la ropa. Está frio”, al igual que esa frase que descoloca un poco la narración.

    Por lo demás, excelente.

    Un saludo y enhorabuena

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 11:07
  2. 2. Juan Martín dice:

    Hola.
    Da la sensación de convocas una gran cantidad de recursos y no los puedes utilizar. Eso hace que el relato me parezca que está bueno, y al mismo tiempo me quede un sabor a decepción.
    Hay muchas descripciones de acciones puntuales que, en un relato tan breve, me parece que sobran. No entendí el tema del doble.
    Pero salvo esos detalles me parece que está bien escrito y (lo más importante de todo) da ganas de seguir adelante con la lectura. Eso es muy valioso.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 15:51
  3. 3. Marula dice:

    Hola! Muy atrapante. “Miro el android, la fecha se actualiza de inmediato, 16 de octubre de 1793, ubicación Paris”. Inevitablemente te hace seguir leyendo para ver a donde lleva esta historia. Como yo no se escribir ni fantasia ni ficcion (tampoco es que sepa hacerlo en otros generos muy bien), me sorprende la manera de volcar en un relato tanta imaginacion. Si hay algun detalle en las formas o lo que encuentre algun literautas mucho mas experimentado que yo, la verdad no nublaron el cuento. Me senti espectadora viva de lo que contabas, asi que felicitaciones!

    Escrito el 22 marzo 2017 a las 22:12
  4. 4. M.M.Ariel dice:

    Hola.
    Interesante historia. Una versión del viajero del tiempo. El relato construido en tiempo presente, pero el primer párrafo narrado en pasado (??), y las frases cortas para dar cierta sensación de velocidad.
    Por corregir, los verbos discendi van en minúsculas.

    Sigue escribiendo. En los siguientes retos seguramente avanzarás.

    Escrito el 25 marzo 2017 a las 22:57
  5. 5. M T Andrade dice:

    Hola
    Agradezco las acertadas apreciaciones de los compañeros que han comentado el texto.
    Encontré oportuno expresar el presente en pasado y el pasado en presente, naturalmente no sé si es correcto.
    Leído de nuevo el texto y con los aportes recibidos, creo que sería posible eliminar algunas cosas, como los comentarios de la ropa o del tiempo, también lo de la traducción. Tal vez utilizar el espacio para describir más el lugar.
    Concuerdo con que la palabra doble es confusa, en realidad lo único que quiero decir es que el protagonista parece alemán y por tanto la mujer lo confunde con la persona que espera.
    Saludos

    Escrito el 29 marzo 2017 a las 01:16
  6. 6. Menta dice:

    Buenos días M T Andrade: Estoy muy apenada por no haber podido comentar tu relato. Espero poder hacerlo en los siguientes retos.
    He llegado de vacaciones con un problema en los ojos, uno se me ha desviado y lo veo todo doble. He tenido que descansar y no puedo forzarlo porque me mareo. Así descritos mis males, parecen un cuento, pero desgraciadamente son verdad. El lunes voy al oftalmólogo y espero que me de una solución. En cuanto pueda te comentaré otro escrito. Muchas gracias por tu comprensión. Un abrazo, Menta

    Escrito el 31 marzo 2017 a las 07:37

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