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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Susana - por Mara

Susana esperaba que no se le hiciera de noche, seguro que a su marido no le gustaría. Esa mañana su jefe le había encargado un reportaje sobre el cementerio local que, en los últimos tiempos, se había convertido en un importante reclamo turístico, solo Dios sabía porqué y siendo como era nueva no podía perder una oportunidad así. Se trataba de un recinto de más de doscientos años que el ayuntamiento se había encargado de cuidar y promocionar lo que, por lo visto, había empezado a dar sus frutos. Ella, por su parte, era la primera vez que iba. Nunca le habían gustado los cementerios, le daban escalofríos y este en concreto más aun. Si hubiera sido uno de esos modernos lleno de nichos hubiera podido llevarlo mejor, siempre le habían parecido enormes ficheros, pero no, este era de los antiguos, de los que están llenos de estatuas de ángeles, tumbas sobre el suelo y lápidas con daguerrotipos. Horroroso. Además se había sentido observada desde que había llegado, lo que en un principio la había puesto algo paranoica hasta que descubrió, a lo lejos, la figura del párroco local que la observaba desde la puerta de la iglesia. La verdad, no podía culparlo teniendo en cuenta la cantidad de gente rara que había en el mundo, a saber que tipo de gente va a visitar un cementerio por hobbie.
—Solo un par de fotos más— le dijo a la estatua a la que había estado sacando ya unas cuantas fotografías pero es que era la más bonita con diferencia, se trataba de un ángel de mármol con una paloma en las manos que parecía que te´nía luz propia.
Lo cierto es que probablemente podría sacar un buen artículo de lo que había visto. Algunas de las lápidas y estatuas eran bonitas, obras de arte incluso, tal vez si se centraba en ello y se olvidaba de los muertos podría fingir que hasta le gustaba. Porque Susana no se engañaba, el reportaje que su jefe le había mandado no era más que otra manera de hacer publicidad al cementerio para atraer a más turistas al pueblo. Decidiendo que ya tenía bastante se dio media vuelta y, de puntillas, comenzó a caminar hacia la entrada tan acelerada que no pudo evitar tropezar con una de las lápidas y caer.
—¿Estas bien?—preguntó un hombre al que no había visto acercarse.
—Sí, una caída tonta– dijo ella mientras se levantaba lo más dignamente que pudo–. Soy Susana, del periódico Faro. ¿Turista?
—No, trabajo aquí—dijo él sonriendo, la verdad es que era un chico bastante joven.
—Entiendo ¿te importaría que te hiciera unas preguntas?—preguntó ella mientras sacaba una pequeña libreta pensando que tal vez podría incluir una entrevista en el reportaje.
—Claro—dijo él apoyándose en el árbol que tenía al lado.
—¿Eres sepulturero?—preguntó sin saber por donde empezar, lo cierto es que el chico no tenía aspecto de trabajar en un cementerio, era un hombre normal, bastante alto y desgarbado, seguro que podría haber conseguido un trabajo en cualquier otra parte.
—No, restauración y mantenimiento, cuido de los que están aquí.
—Curiosa manera de decirlo—dijo ella mientras se le ponía la carne de gallina, como esperaba estaba anocheciendo, siempre le pasaba lo mismo, su marido siempre le decía que era incapaz de seguir un horario y desde que había decidido trabajar lo llevaba aun peor–. Perdona, te importaría que siguiéramos mañana? Es que tengo que irme.
El hombre que también se había quedado mirando hacia el sol que lentamente desaparecía en el horizonte le sonrió y con voz amable le dijo:
—Claro— y la siguió con la vista hasta que se desapareció rumbo a la salida.
Aun sonriendo se dio media vuelta y fue hacia la estatua del ángel con la paloma, ese día le tocaba restaurarla, una enredadera había comenzado a crecer en la base y una de las manos había quedado dañada en el último temporal. Con un suspiro se agachó y quitó las hojas y parte de la enredadera que cubría el nombre
Susana Díaz López
1944- 1969
Amada esposa, reportera intrépida.
—¿Otra vez Susana?—preguntó el párroco que se había acercado sin que él se diera cuenta.
—Como cada día.
—Espero que algún día pase página, fue un accidente horrible—le dijo el párroco santiguándose mientras se alejaba.
—Una caída tonta— contestó él mientras volvía a su trabajo.

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11 comentarios

  1. 1. Martín dice:

    Hola Mara,

    Tu relato me ha gustado mucho !!, todavía sonrío mientras escribo estas líneas.

    Me parece muy bien construido, te dejas llevar por la lectura y cuando crees que no va a pasar nada significante !! zas !!, el dialogo final lo desvela todo !Genial!, !Me ha encantado!!

    La descripción de Susana -sus miedos, sus gustos, sus observaciones – a través de su profesión ha estado bien.

    Y gracias por los comentarios de mi relato.

    ¡Enhorabuena!!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 11:54
  2. 2. Evelyn dice:

    Ja ja ja ja, me encanta el epitafio!!!

    “Amada esposa, reportera intrépida” … el viudo ni se imaginó que la pobre Susana se accidentó corriendo para que no la volviera a fastidiar con los retrasos… es que los maridos son unos pesados, ja ja ja ja.

    Mara, me encantó tu historia, yo estaba por creerme que el joven era alguna alma en pena, antes lo pensé del cura, parecía un personaje misterioso, pero ella!!! Una gran sorpresa, y que hubiese fallecido en idénticas circunstancias, provocando ese bucle para toda la eternidad… genial.

    Has descrito todo muy bien, es fluido, sorprendente, y simpático.

    Bravo Mara, y gracias por tu visita!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 14:55
  3. 3. Jesús Almibre dice:

    El epitafio es genial. Buena historia, bien estructurada y entretenida. La simple y realista respuesta del finado contrasta con la exageración del párroco. La historia está bien construida.
    Saludos

    Escrito el 18 abril 2017 a las 18:54
  4. 4. Menta dice:

    Hola Mara: Me ha gustado mucho tu relato. Es muy dinámico y se entiende muy bien los objetivos que tiene la protagonista para estar donde está.

    El desenlace está genial por lo inesperado. Me he llevado una sorpresa tremenda.

    Sólo he encontrado unas cosas mejorables que te comentó a continuación:
    1. La frase: “a saber que tipo de gente va a visitar un cementerio por hobbie.”

    a) Podría ser el “que” con acento: “a saber qué tipo de gente va a visitar un cementerio por hobbie.”

    b) Podría ser con interrogación: “a saber: ¿qué tipo de gente va a visitar un cementerio por hobbie?”

    2. Un error tipográfico: “que te´nía luz”

    3. La frase: “Perdona, te importaría que siguiéramos mañana?”

    Le falta el primer signo de interrogación. Sería así: “Perdona, ¿te importaría que siguiéramos mañana?”

    Por hoy nada más, muchas gracias por tu escrito y por compartirlo. Un saludo, Menta

    Escrito el 18 abril 2017 a las 22:09
  5. 5. Mara dice:

    Hola Menta, gracias por ru comentario. Te cuento, use un programa nuevo para escribir el texto (no lo uso más) y cuando lo copié al formulario ¡estaba todo desconfigurado! Las tildes movidas, sin párrafos, sin signos de interrogación… lo intenté arreglar pero se me coló alguno.. como te digo, no lo vuelvo a usar. Sin embargo lo del “que” sin acento si que es todo culpa mía, trabajó en ello pero soy una despisatada con las tildes, mea culpa.
    ¡Espero seguir leyéndote!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 23:09
  6. 6. Santiago dice:

    me gustó el texto, el final es inesperado y se logra entender.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 23:22
  7. 7. Alhema dice:

    Hola Mara,

    Un relato estupendo! Especialmente por lo inesperado, es un giro magnífico.

    En cuanto al estilo y demás sólo veo la leva de haber repetido la palabra siempre : siempre le pasaba lo mismo, su marido siempre le decía que era incapaz ……

    Pero a parte de eso es impecable.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 21:58
  8. 8. Amparo Rouanet Moscardó dice:

    Hola Mara. Me ha gustado tu relato. Claro,con buen ritmo y, sobre todo, con un giro final genial. Enhorabuena.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 11:45
  9. 9. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Mara: Mis disculpas por este comentario algo tardío. Es que compromisos mundanos, me sacaron de este mundo…

    Desde la forma tu historia se desliza ágil y amena. Y en este punto, la forma, mi evaluación se enfrasca en el siguiente objetivo: ¿Lo leído, independiente de uno que otro escollo sin importancia (en lo que se refiere a puntuación u ortografía, largo de frase o elentecimientos, etc..), dificultó la comprensión de texto? Pues no. Tuve una lectura rápida y agradable.
    Te felicito. Fue una lectura amena con un desenlace “sorprendente” que me dejó mucho agrado.
    ¡Bien!

    Escrito el 22 abril 2017 a las 02:01
  10. Hola, Mara:

    Gracias por pasarte por mi relato.
    Me ha gustado el tuyo, la historia en general y cómo la has contado, solo que a diferencia del resto de compañeros que te han comentado, yo no he conseguido comprender si el final es que es la misma Susana la reportera del relato y la de la tumba o qué es lo que has querido decir. Espero que me lo aclares.
    En cuanto a ortografía, la palabra aún lleva tilde en tu contexto. También: qué, estás.
    La utilización de la raya con los espacios no la haces de forma correcta, así como entre el signo de interrogación de apertura y la palabra que sigue no hay espacio.
    Te dejo el enlace de mi blog en el que está la explicación de la RAE al uso de la raya:
    https://leonorcuevasmartin.blogspot.com.es/2016/11/articulos-tematicos-de-la-real-academia_1.html

    La raya:
    http://lema.rae.es/dpd/?key=raya

    En el párrafo siguiente, se me ha hecho muy larga la explicación del narrador y confusa. Deberías poner punto tras decir “dijo ella mientras de le ponía la piel de gallina”. Después: Como esperaba, estaba anocheciendo…

    —Curiosa manera de decirlo—dijo ella mientras se le ponía la carne de gallina, como esperaba estaba anocheciendo, siempre le pasaba lo mismo, su marido siempre le decía que era incapaz de seguir un horario y desde que había decidido trabajar lo llevaba aun peor–. Perdona, te importaría que siguiéramos mañana? Es que tengo que irme.

    Espero que te vengan bien mis sugerencias, que son solo eso.

    Un saludo

    Escrito el 22 abril 2017 a las 18:23
  11. 11. Mara dice:

    Hola Leonor, muchas graias por tu comentario (a ti y a todos) es de lo que se trata el taller, de ayudarnos unos a otros a mejorar. Lo de las tildes es mi gran talón de aquiles, intento trabajar en ello pero cuando me emociono escribiendo siempre se me olvidan… Esta bien que me lo recuerden. Lo de la raya se que no es la correcta pero nunca recuerdo la combinación para poner la que es.
    Con respecto al argumento, sí es la misma Susana que al irse se cayó y se golpeó en la cabeza con una lápida (la caida tonta de la que habla ella primero y el chico después), desde entonces revive prácticamente el mismo momento día tras día sin darse cuenta de que está muerta. Hay algunas pistas en el relato: la estatua a la que saca fotos y que considera la más bonita porque “parece que tiene luz propia” es su tumba de ahí que le llame tanto la atención, cuando sale del cementerio pongo que “se desapareció camino a la salida”, ella no se va solo desaparece cuando llega la hora hasta el día siguiente. Incluso su obsesión con lo que piense su marido, su horario y su decisión de trabajar intenté que fuera exagerada por la época en que vivió ella, en los 60, donde no era tan normal que las mujeres trabajaran fuera de casa y menos si estaban casadas.
    Espero que te aclare el argumento. Un saludo y ¡¡gracias!!

    Escrito el 24 abril 2017 a las 10:32

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