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Ven preparada - por Berundgaar
Susana esperaba. Aquella mañana fría el tono del WhatsAspp la había despertado. El mensaje, como siempre, escueto. A las once en la entrada del cementerio. «Ven preparada».
Ven preparada… Susana sonrió con ironía. Eso significaba un vestido elegante, casi sobrio, preferentemente negro, medias autosujetadoras, un velo tapando la cara y por supuesto, ausencia de ropa interior. Miguel y sus extraños gustos…
Hacía sólo tres semanas que le había conocido y no obstante, ante el torbellino de emociones que inundaba su alma parecía que hubieran transcurrido años. Él vivía su realidad de una forma febril, absoluta, intensamente caótica. Era joven, no más de treinta. Mucho más que ella que rondaba la cincuentena. Desde el primer momento la atracción fue irresistible. Él, alto, fibroso, delgado, con aquella mirada pícara que la volvía loca. Ella, algo más baja, pero con un cuerpo bonito a pesar de su edad, bien cuidado, atlético. Belleza orgullosa, mujer rotunda. De esas que no dejan indiferente ni a hombres ni a mujeres.
Casi desde el principio habían estado explorando límites. Aunque a veces se pasaba. Como aquella ocasión en que se presentó en casa de ella con un perro de presa y le espetó: «lo traigo para que te lo hagas con él». No había acabado de hablar cuando el pie de Susana, calzado con una puntiaguda bota, se alzó como un resorte y fue a impactar en plenas gónadas de su amante. Lo dejó, tan estupefacto como dolorido, retorciéndose en el suelo mientras el Bull Terrier lo miraba indiferente por encima de su largo hocico.
Durante una semana no supo nada de Miguel. Al cabo de esos siete días, cuando ya empezaba a pensar que lo había perdido, se presentó con dos docenas de rosas, bombones y champán francés. No mencionó el incidente. En vez de eso la invitó a cenar en un restaurante del centro y ya en los postres, le pasó una notita, escrita a toda prisa. En ella se podía leer… «ve al baño y quítate las bragas. Luego vuelve y siéntate frente a mi con las piernas abiertas».
Miguel tenía una extraña fijación por las mujeres sin ropa interior. En el buscador de su ordenador personal, todo era lo mismo: «sin bragas, upskirt pantyless, sans culottes, ohne Höschen…» en todos los idiomas, probablemente por encontrar y atesorar más y más sitios web sobre el tema.
A Susana todo aquello le hacía gracia. Miguel era como un niño caprichoso. Si lograba lo que quería, ponía a su disposición todas sus artes amatorias, que no eran pocas y no cejaba hasta que ella experimentaba varios orgasmos, a cual más demoledor. En caso contrario, se encerraba en sí mismo, enfurruñado y era perfectamente capaz de pasarse toda la noche sentado en el sofá con la mirada fija en un punto y sordo a cualquier intento de entablar conversación.
Ensimismada en sus pensamientos, Susana intuyó, más que oyó el vehículo que se acercaba. Era una enorme limusina, negra, con los cristales tintados. Pensó que sería otra de las excentricidades de su amante. Al llegar a su altura, la puerta trasera se abrió, al parecer sin intervención alguna. El interior del coche estaba oscuro, pero brillaba el cuero y las maderas nobles. Ella se subió y se acomodó en el largo asiento.
Casi inmediatamente, notó unas manos fuertes, pero suaves que tomaban el control, recorriendo sus largas piernas y acabando, inevitablemente, en su sexo, ya lujuriosamente húmedo. Al mismo tiempo, el aroma de la colonia masculina, bien conocido por ella, llenaba el ambiente. Unos labios húmedos, suaves, perfectos, se adueñaron de su cuello, de sus hombros, de sus pechos, transportándola a sensaciones sublimes, aún nunca experimentadas. Ella se dejaba hacer, consciente de que, aunque lo deseara, no podría oponerse. Estaba totalmente a su merced y eso la inquietaba y excitaba al mismo tiempo.
Fue entonces, cuando de camino al inevitable orgasmo, se dio cuenta de algo. El largo vehículo reanudó su marcha, bordeando el camposanto y el cristal separador bajó un poco. Susana pudo vislumbrar las facciones del chófer. Imponente bajo la gorra de plato, los hombros anchos y bien formados, el hombre se dio la vuelta y entonces ella descubrió, asombrada, que era Miguel quien conducía.
Él la miró. La sonrisa pícara, el guiño travieso… «ya que no quisiste hacerlo con el perro, te he traído a su dueño. ¿A que he tenido buena idea?»
Una historia muy bien escrita. El tema es para gustos pero si lo he leido entero y te comento es porque me ha enganchado. Si empiezas a leer… lo acabas.
Un saludo
Hola Berundgaar, supiste aprovechar bien las 750 palabras que nos dan, tu relato me gustó. Justo escribí hace poco algo similar a esto. Saludos!
Hola, Berundgaar.
Me ha gustado mucho tu relato, está muy bien escrito y en general no he visto fallos ortográficos. Tiene un final que yo no me lo esperaba y me ha gustado, aunque si yo fuera Susana le volvería a dar una patada en el mismo sitio 😉
Saludos.
Hola Berundgaar, gracias por pasarte por mi relato, te devuelvo la visita con mucho gusto. Me ha gustado mucho tu relato. Inevitablemente te vienen a la cabeza películas o novelas donde tratan el tema del sexo de alto nivel. Has contado la historia con elegancia, insinuando pero no mostrando, como a mi me gusta que se traten estos temas tan recurrentes. Por mi parte no te pongo ninguna pega respecto a la gramática porque no soy una entendida, para mi, en términos generales está muy bien construido.
Estupendo relato, de verdad. Un saludo.
Forma:
El primer párrafo lo noto algo enrevesado, quizá un poco forzado para introducir la parte inicial de “Susana esperaba”, pero no es nada importante, enseguida se coge el hilo de lo que quieres contar.
En el tercer párrafo, donde describes cómo son los personajes, parece que por un momento describas a tres personas, ya que estás describiendo al hombre y utilizas dos veces el ‘Él’ para nombrarlo: “Él vivía su realidad de una forma febril, absoluta, intensamente caótica. Era joven, no más de treinta. Mucho más que ella que rondaba la cincuentena. Desde el primer momento la atracción fue irresistible. Él, alto, fibroso, delgado, con aquella mirada pícara que la volvía loca.” La descripción está muy bien, pero creo que podría haberse englobado todo un poco más, no sé si me entiendes. La descripción de Susana está perfecta.
Por lo demás, salvo algún que otro signo de puntuación que te falta a mi parecer, está todo muy bien construido y relatado.
Contenido:
Desde el primer momento me atrae la curiosidad por saber cuál es el desenlace del relato. Describes a los personajes a lo largo de la historia haciendo que la lectura se haga amena para el lector. Pero hecho de menos el cementerio… hubiera estado muy bien alguna descripción más del cementerio para jugar un poco más con la imaginación del lector. Los momentos eróticos, en cambio, están muy bien descritos y causan sensación en mi estómago, me encanta.
El final de tu historia me ha encantado mucho, no esperaba ese final y has hecho que me aparezca una sonrisa. He podido ver perfectamente al chófer asomado por la ventana con su cara de pícaro.
Comentario personal:
Es la primera vez que participo en el taller de escritura y es el primer relato que voy comentar. No esperaba encontrarme con una historia erótica y, la verdad, es que me ha encantado mucho. Espero que continues escribiendo más y que podamos leernos y comentarnos en las siguientes escenas. Espero no haber sido muy duro, sólo quiero ser constructivo y ayudarte. El relato me ha encantado.
Si quieres también puedes comentar mi relato, que es el 239 (La Espera Olvidada), será un placer escuchar tu opinión.
¡Un abrazo!
Hola: Com0o siempre que puedo, paso a leer tú relato, gracias por tú tambien leer el mio.
Me gusto, tambien pienso que es interesante, que se lee de un tiron, da ganas de seguir hasta ver como acaba.
Espero seguir leyendote,
Saludos
¡Me encantó tu relato! Muy locamente apasionado. Ese Miguel es un caso jejeje. Espero poder leerte el próximo mes.
Hola Berundgaar, gracias por la visita.Tu cuento ha sido un verdadero “placer” leerlo.Muy buen desarrollo, medido, ritmo adecuado, insinuante, con un suspenso muy bien dosificado.El contenido erótico aunque gráfico sin rozar el mal gusto.El final sorpresivo y de película ¡te felicito!Espero que sigamos leyéndonos.Un abrazo.
Berundgaar…Berundgaar… Otra vez me quito el sombrero. ¡Chapeau!
Sublime es la palabra que me viene a la mente. Me has cogido de la mano, me has hecho ignorar el resto del mundo, y poco a poco, sin que puedieraa – ni quisiera, que no quería – evitarlo, me dejas en la cima para tirarme por el precipicio,una caída demoledora…¡Cuánto me ha gustado! Bien escrito, estructurado a la perfección, ortografía impecable(por lo que me he fijado) y muy buena historia, contada de manera magistral. ENHORABUENA.
Holi
Ha sido un gusto leer tu relato. Las sensaciones de ambos personajes están maravillosamente descritas.
Me asusté con eso del perro y pensé: “¡No me diga que va aceptar!” Gracias a Dios no lo hizo ja,ja.
Solo una cosita. Desde mi punto de vista la oración “Miguel tenía una extraña fijación por las mujeres sin ropa interior.” creo que está sobrando. Los mismos lectores, por lo bien descrito que está el relato intuimos esa fijación. ¡Pervertido, Miguel!
¡Bueno!
Estoy sorprendido de tanta opinión constructiva y amable. Para nada habéis sido demasiado duros. Al revés, muchas gracias por hacerme notar los fallos.
Pensaba que, dada la temática del texto, habría más críticas “despellejantes”. En cambio a este paso, me lo voy “a creer”.
Jajajaja… No. Eso ni en broma.
Muchas gracias a todos. Prometo esmerarme y seguir intentando mejorar.
Un abrazo.
Tengo que decirlo: me ha encantado el texto. Creo que has conseguido crear un clima erotico increible en tan poco espacio. La construcción de Susana es impecable, con unas pocas pinceladas la has descrito perfectamente, además me ha encantado que la hayas puesto como una mujer decidida y fuerte que sabe exactamente lo que quiere(algo no muy usual en la literatura de este género). La verdad estoy deseando leer más textos tuyos.
P.D. Me ha encantado la parte de la parada en la entrepierna, es la respuesta perfecta.
Hola, Berundgaar.
Aquí estoy, devolviéndote amablemente la visita, que la hubiera hecho de todas formas, ya lo sabes.
Me picaste la curiosidad al decirme que estabas en el penúltimo puesto y con razón. No entiendo el motivo de tus palabras. El relato es magnífico en forma y argumento, bien estructurado, un tanto “calentín”, pero que agrada, que no hecha para atrás con palabras malsonantes u obscenidades (como a veces pasa con este tema)
Solo voy a ponerte un “pero”. Has marcado la R del reto pero creo que los protagonistas en ningún momento entran en el cementerio (tendré que volver a leerlo pero ya lo he dicho) En la nota de la cita pone: “A las once en la entrada del cementerio” ???
Aún así, gran trabajo, por el que te felicito.
Un abrazo.
Nos leemos.
Earendil: tienes razón en ambas cosas. En un principio pensé que estaba tan al final porque el tema era algo “escabroso”, pero luego he visto que no.
Y es cierto. Los protagonistas no llegan a entrar en el cementerio, sino que la acción transcurre junto al camposanto. Así que mucho me temo que no he cumplido con las condiciones del reto. Así y todo, me alegro mucho de que te haya gustado. Nos leemos, compañera.
Un saludo.
jajajjaja es un relato muy puñetero. Se veía venir que él le estaba preparando algo, nos vienes preparando para estar abiertos a la sorpresa durante todo el texto.
Me ha gustado el toque de que los dos hombres llevaran la misma colonia, el demonio está en los detalles.
Argumentalmente no está mal, como tú dices, no deja indeferente, pero creo que podías haberle sacado más chicha… argumentalmente hablando.
Me ha gustado.
P.D.
Yo diría que todos los hombres tenemos fijación con mujeres sin ropa interior… y quien no se haya preguntado “¿Llevará bragas?” mirando a alguien en el metro que tire la primera piedra. Es complicado encontrar un hombre que no guarde en mente el recuerdo de una mujer caminando por su casa sólo con una camiseta y una taza de café en la mano, eh.
Hola! Ante todo gracias por pasarte por mi relato. Es curioso, pero el tuyo es de los primeros que leí en cuanto salieron los relatos y me extraña no haber dejado comentario. Creí que ya lo había hecho. En cualquier caso, tu relato me ha gustado. Es sencillo, rápido, y el final bastante “chispeante”. Menuda encerrona para Susana ¿eh?. Bien hecho.
Hola Berundgaar,
el texto transmite erotismo desde el principio al final. Está muy bien logrado. Has sabido encajar las palabras adecuadas en las descripciones para ello. El erotismo se logra `insinuando´ y no `enseñando´.
El final es sorpresivo, aunque yo ya intuí que no era él en cuánto se montó en la limusina.
Está muy bien redactado, así que no me queda más que felicitarte.
Gracias por comentar mi relato.
Un saludo y nos seguimos leyendo.
Hola Berundgaar
No leo comentarios anteriores habitualmente.
Muchas gracias por ofrecer tan magnífico trabajo. Gracias sobre todo porque esa característica me permite comentarlo no como un sobeo y masaje generalizado, si no como compañero de un taller de escritura que es el lugar donde estamos. Por tanto será una opinión de colegueo tomando un café virtual y sin mucha vaselina jejej. Todo esto si te parece. Si consideras que no es así, te sugiero que abandones la lectura en este punto y que incorpores mi primera frase al catálogo de loas que sin duda vas a tener.Vamos allá.
El tema, argumento, o anécdota es interesante es un recurso atractivo. Para un artesano es como una madera buena que aunque no llegue a noble, es agradecida a poco que se ponga empeño. Pero bien sabemos que con la madera solo no se talla una obra ( y no hace falta que sea obra maestra). Voy a seguir con la metáfora, porque me parece que me siento más cómodo jeje.
Hay dos personajes potentes, prometen mucho, el lector se prepara para lo que va a venir y se coloca las gafas protectoras porque van a saltar chispas. Hasta ahí el narrador del relato, omnisciente él, va navegando sin problemas. Es a partir del cuarto párrafo y de esa “patada en las gónadas” donde el narrador se desinfla (¿controlado o sustituido por el autor, tal vez?) y la historia pierde fuelle.
Los personajes pasan a ser como maniquíes, en situaciones tópicas y típicas. En el séptimo párrafo el narrador (¡pobre!) está fuera de circulación, solo son lugares comunes. ¿Dónde están las excentridades de su amante, después de la primera presentación del perro?.
En mi opinión (despreciable etc…) la trama del relato está descompensada con un peso excesivo de frases edulcoradas y sin motivo en su parte central que solo se entiende si tu “autor explícito” se inmiscuyó por medio para tratar de sorprender con un final que nunca puede ser “in crescendo” tal como lo plantea tu “autor implícito”.
Seguro que me enrollé cosa fina, pero el relato es bueno , elegante y puede tener un ritmo endiablado si permites que el narrador cambie el orden de algunos párrafos y tu “autor implícito” sea tan osado como “El” y no tenga inconveniente en pasar la escena final unos párrafos antes, hasta incluso el principio ¡qué coño!!. En una palabra que le dejes jugar con el ritmo.
En resumen, magníficos ingredientes para un plato magnífico, me gustaría disfrutarlo con un punto de elaboración diferente.
Todo lo anterior hecho con la mayor admiración y respeto a tu obra que eso es lo importante. Sobre todo agradecimiento porque me permite aprender de lo que presentas.
Un abrazo y espero seguir disfrutando y aprendiendo de tu trabajo en el taller
Hola Berundgaar!. Mi opinión también es buena, aunque como mujer te digo que este Miguel es bastante capullín.
Los momentos eróticos están logrados y el ritmo es bueno, la idea muy original. Me sorprende, sin embargo, que Susana no se de cuenta de que no son de Miguel, las manos que la acarician dentro del coche. ¿Ambos tenían las manos iguales?. Enhorabuena, nos seguimos leyendo. Un saludo.
Buenos días Berundgaar: Tu relato me ha gustado mucho, me ha divertido y sorprendido. Enhorabuena y gracias por el rato que he pasado leyendolo.
Un saludo, Menta
Hola Berundgaar.
Por lo general, los relatos que solo tratan de estos temas -como este- no me suelen gustar, ¡pero este ha sido una excepción! y me ha sorprendido. Coincido con todo lo que te han dicho los demás, te animo a seguir escribiendo. ¡Nos leemos el mes que viene!
Estoy en el 215, me agradaría conocer tu opinión. ¡Gracias!
Un saludo.
Alberto C.
Hola!!
No suele gustarme la literatura erótica, pero tu relato me ha enganchado desde el principio.
Muy bien escrito y muy ameno.
Felicidades.
Saludos!!
Hola Berundgaar:
No había leído hasta ahora nada tuyo, pero el hecho de situarte casi al final y el número de comentarios, ha hecho que me picara la curiosidad y, una vez leído el relato, me lanzo al comentario.
Me ha parecido bien escrito, en un tono erótico no chabacano y con buena redacción. Quizás no añade algo distinto a lo previsible del género. Pero como ya te han dicho de todo, lo suscribo y me centro únicamente en el principio y el final del relato.
El principio está un poco forzado por necesidades del guión, pero lo que no veo bien es que en esta frase: “El mensaje, como siempre, escueto. A las once en la entrada del cementerio. «Ven preparada».” Creo que todo el mensaje desde “a las doce…” debería ir entrecomillado no solo la última frase. Entiendo que lo que quieres hacer notar el mensaje implícito que lleva la frase, pero ya estamos sobre aviso tanto por el título como con la aclaración posterior. Si Miguel quería poner comillas en el texto para mandar ese mensaje cómplice, el autor, es decir, tú, tendrías que redactarlo de otra forma.
En cuanto al final, esta frase: “¿A que he tenido buena idea?” no termina de convencerme para un final. Simplemente yo no la hubiera puesto. Creo que el cierre es más contundente e impactante sin ella (la frase). Me parece que la frase denota un tanto de frivolidad y parece que Miguel es más complejo en sus relaciones amorosas. Tal como está puesta parece una gracia que le hace, pero creo que sin la frase se insinúa un paso más en la búsqueda de nuevas sensaciones.
Como ves, dos opiniones totalmente subjetivas.
Un placer leerte.
¡Que cabrón!
Esa fue la frase que me salió del alma en cuanto acabe de leer tu relato.
Tenía una imagen relativamente buena del protagonista y con este último giro ser me antojó una especie de maltratador. Una clase muy rara pero muy sutil.
Aparte de lo que uno pueda sacar en conclusión, decirte que tu texto tiene mucha fuerza narrativa. Se ven las imágenes, se ven lo anhelos. Además el tema erótico esta en un punto medio, ni muy sutil ni muy grotesco, y eso me ha gustado.
En el terreno formal creo que se te han escapado pequeñas incorrecciones que en nada desmerecen la calidad de tus letras.
Nos seguimos leyendo.
Berundgaar. ¡Qué relato tan bueno nos has regalado! Bien escrito, bien estructurado. Se empieza a leer y engancha. Además el tema está bien tratado, buenas descripciones, lenguaje sugestivo, sutil; mientras que las acciones son más provocadoras y decididas. Me ha gustado mucho.
Solo tengo una pega al inicio, el mensaje creo que las comillas deben comenzar antes:
«A las once en la entrada del cementerio. Ven preparada».
Y al final lo dejaría “en guiño travieso”.
Nada más. Felicitaciones.
Si deseas estoy en el 199.
Hola, Berungdaar. Hoy me han dejado por fin terminar de leer tu relato. La historia es bastante buena y está bien desarrollada, sin embargo, como ya te han señalado, he encontrado unos cuantos fallos.
En la parte: “A las once en la entrada del cementerio. «Ven preparada»”, las comillas deberían ir al principio de la primera frase, puesto que en el mensaje estará incluida esa parte, si no, a ver cómo sabe Susana cuándo y dónde debe acudir.
En el tercer párrafo, al comienzo: “Hacía sólo tres semanas que le había conocido […]” me ha confundido. Ha sido como un cambio del narrador en tercera persona al PdV de Susana. Releyendo he visto un leísmo. Has usado el pronombre “le” para el complemento directo, cuando debías haber escrito “la” o “lo”, dependiendo de quién conociera a quién. Y lo del PdV, ha sido percepción mía porque aunque corrijas lo del pronombre, el PdV de la frase suena igual de ambigua. Me refiero a que podría leerse de la misma manera: “Hacía sólo tres semanas que él/ella la/lo había conocido…” que: “Hacía sólo tres semanas que yo lo había conocido…”.
En el siguiente párrafo, pones: “Casi desde el principio habían estado explorando límites. Aunque a veces se pasaba”. ¿Quién de los dos se pasaba? Echo en falta esa pequeña aclaración.
Por último, en cuanto a ortografía y gramática, decirte que cuando entrecomillas un pensamiento, una cita textual o un diálogo indirecto, pon mayúsculas al principio.
Vayamos al contenido y la forma. El segundo párrafo, en mi opinión, sobraría si el PdV fuera el de Susana, la protagonista. Eso haría que el relato ganara mucha más fuerza, viéndolo todo desde su perspectiva. Pero entonces no habrías podido cumplir con el requisito básico del relato de este mes. Si decidieras dejar este párrafo, que ya te digo que se me hace raro, suprimiría la última frase. Ese: “Miguel y sus extraños gustos…” suena más a opinión personal de Susana que palabras del narrador. En cualquier caso, ten en la cabeza una cosa: muestra, no cuentes. A lo largo del relato ya nos vas mostrando cómo son los gustos de Miguel, por tanto sobra que expliques que le van las perversiones sexuales.
Casi al final, ese aire de misterio con lo de la limusina, ya se intuye que quien va a estar dentro del coche no es Miguel. Puede parecer un tópico, que se confirma cuando Miguel se revela como el conductor, pero las últimas frases me parecen vitales para el relato. En primer lugar porque de alguna manera, rompe ese tópico al contarle a Susana que quien se lo ha montado con ella es el dueño del perro, es decir, enlaza con un pasaje del cual tenemos conocimiento previo. No es un desconocido cualquiera. No es la típica fantasía con el desconocido que se hace pasar por el amante. Es que ese desconocido ha sido elegido por un motivo muy concreto, y esto me lleva a la segunda razón de por qué las última palabras son imprescindibles. Si bien el lector asume que Miguel es un niñato por lo que el narrador nos va trasladando, es esta parte (que yo sacaría de las comillas y la pondría como diálogo directo para darle más fuerza) la que corona a Miguel como un niñato, además de su propia boca (“¿No quieres con el perro? Pues me enfado, y encima te pienso traer al dueño”). No hace falta leer más recuerdos ni anécdotas. A partir de aquí no me cuentes cómo es Miguel porque ya me lo ha dejado claro él mismo.
Earendil ha hecho hincapié en el tema del cementerio. Miguel espera a Susana en el cementerio, según deja constancia en su nota. Y casi al final nos encontramos esta frase: “El largo vehículo reanudó su marcha, bordeando el CAMPOSANTO […]”. Sinceramente, entre la narración de recuerdos y demás, es posible que olvidemos el escenario donde se producen los hechos, sobre todo si la referencia al cementerio o camposanto se hace de pasada. Si en lugar de un cementerio, cambias el escenario por un polideportivo, un descampado o la puerta de un restaurante chino, la historia sigue siendo la misma. Quizás si hubieras fusionado la acción con el escenario (el cementerio), no habría pasado desapercibido.
Y ya está, ya no te doy más caña porque fuera estos aspectos técnicos, la verdad es que la historia tiene gancho, es de fácil y rápida lectura y es muy buena. A mí me ha encantado. Felicidades. Te leo el mes siguiente.
Muy buen relato. He llegado aquí a raíz de tu comentario al relato de Earendil y me alegro haberlo hecho. Una historia muy divertida. En un principio pensé que la pobre Susana acabaría en alguna agujero del cementerio, pero me has sorprendido. Felicidades.
Hola Berundgaar:
Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.
El tuyo me ha parecido bien escrito y nos das a conocer un sujeto no erótico, sino pervertido, amante de la zoofilia (o bestialismo) y que no le hace ascos a que se lo hagan a su mujer, o en este caso amante temporal. O sea que también le gusta mirar. Todo un personaje mostrado sutilmente.
Como ya te han hecho muchas observaciones con relación a la forma y al reto, poco puedo añadir a lo que te han dicho.
Resumiendo, tu historia me ha gustado y por ello te felicito.
Buena trama muy bien relatada lo único que me disgusta son el tipo de hombres como Miguel es tan pervertido jeje bueno pero si le agrada a Susana está bien. Espero que leas el mío para compartir criterios soy el Nro. 178
Saludos