Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Susana, el alma que esperaba - por Juan Camacho

Susana esperaba en la penumbra de un desolado y antiguo cementerio, mientras temblaba de miedo y frío bajo la helada brisa. A su alrededor, sonidos de ultratumba se arremolinaban para atacar sus sentidos constantemente, buscando confundirla y aterrarla, arrastrándola a un mundo de oscuridad donde sería devorada por horribles pesadillas.
Así pensaría alguien que pasara casualmente por el cementerio a medianoche y viera a Susana, suponiendo que este casual visitante fuera tan valiente que tuviera tiempo para pensar de manera tan poética sobre la pobre muchacha y no se le helara la sangre ante la fantasmagórica y extraña visión que representaba Susana.
Y es que no había nada de raro en que ella se encontrara allí, pues Susana era un fantasma. Lo único en lo que acertaría el visitante, sería en que ella estaba esperando. ¿Qué esperaba? Esperaba ciertas respuestas y se moría por saberlas. Pero como no podía morir de nuevo, sólo le quedaba quedarse allí y temblar de la frustración.
¿La muerte no iba a librarme de todo? ¿Por qué sigo en este mundo?
Ella esperaba estas y muchas otras respuestas pero ninguna llegaba, ya no sabía qué hacer. Cuando su vida había acabado, quería paz y tranquilidad, pero seguía atrapada aquí, frustrada.
Al final se cansó y decidió buscar las respuestas. Conoció el mundo paso a paso, exploró las maravillas que le ofrecía la Tierra, pero en cada rincón removía en busca de las respuestas. Surgieron incluso leyendas y mitos sobre ella a medida que pasaba el tiempo.
Siguió viajando hasta que lo vio todo y llegó de nuevo a donde todo había empezado, bueno, en su caso, en donde todo había terminado, estaba frente a su tumba de nuevo.
El tiempo había cambiado al antaño pequeño cementerio. Su lápida era tan sólo una roca gris abandonada cubierta de tierra y grama.
Y ella tenía que seguir esperando, pues ya no había otro sitio donde buscar. Se quedó allí, parada junto a su lápida. A medida que crecía su frustración, más irritable se volvía y su cuerpo espiritual se transformaba.
Después de mucho tiempo ella era capaz de afectar el mundo físico. Por eso era tan aterradora, una pequeña chispa encendería la mecha y desataría una tragedia. Dios cuide a la pobre alma que le moleste.
Las horas pasaron y la noche dio paso al día. El cementerio se llenó de personas con caras solemnes y serias, venían a ofrecer su pequeño tributo a la memoria de un ser querido.
Una pequeña familia se acercó a Susana. Era una pareja joven y su pequeño niño de 6 años, la cual venía con un ramo de flores a visitar la lujosa y bien mantenida lápida a la izquierda de Susana.
La pareja dejó las flores en la tumba y la mujer, mientras observaba a la temblorosa Susana con un gesto de menosprecio, le habló a su marido en voz muy alta.
—Amor, ¿Por qué poner a un pobre diablo al lado de mi padre?, estoy segura que él no se sentiría cómodo descansando junto a algo tan sucio.
—No lo sé querida, pero he oído decir que esa tumba es muy antigua, además no es bueno meterse con el lugar de descanso de alguien.
Las malintencionadas palabras de la mujer encendieron la mecha y Susana convirtió su frustración en odio hacia ella. El marido, que parecía ser una persona decente pagaría por ello.
Cuando todo parecía perdido. El niño, que desde antes había detectado la incomodidad de Susana, agarró una hermosa rosa amarilla de la tumba de su abuelo y la colocó en la de ella.
— Señora, no este triste, cuando murió mi abuelito, lloré mucho, pero me dijeron que él me esperaba en el cielo.
—Pero como no hay flores allí, siempre le traemos unas cuantas para que pueda ser aún más feliz.
—Y aunque quiero verle mucho, sólo puedo esperar a encontrármelo en el cielo. Por eso debo portarme bien.
Su odio se disipó instantáneamente, las simples palabras de un inocente niño le abrieron la mente a Susana. Jamás había podido encontrar las respuestas por más que buscara, Quizás sólo debiera rendirse y conservar la esperanza de que las respuestas le estarían esperando en el cielo.
Dejó de temblar y le sonrió al niño, luego emprendió su último viaje. Su guía fue la esperanza y junto a ella, escaló el vacío, tocó el infinito y alcanzó la paz. Nunca más tendría que esperar.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. Roster dice:

    Hola Juan. Aplausos, el principio (hasta frustración), es estupendo. Luego el nudo es un poco liado y el lector espera respuestas, llegan pero falta algo que explique por qué Susana es diferente a otros mortales. El final esperanzador nos deja satisfechos. Espero volverte a leer pronto.
    Beso, si quieres leerme etoy en el 124

    Escrito el 19 abril 2017 a las 17:26
  2. 2. Jésica dice:

    Hola! Me resultó entretenido leer tu relato. Me gusta pensar que Susana tiene que desarrollar la paciencia para evolucionar espiritualmente. Muy tierno la parte del niño: con que naturalidad puede verla y hacerla recapacitar.
    Solo señalaría que hay algunas repeticiones y palabras innecesaria, ya se sobreentiende lo que pasa. Por ejemplo, repetís muchísimo Susana, hay partes donde ya se sabe de quién hablás.
    Bueno, solo eso para señalar. Saludos! Un gusto leer sobre tu Susana.

    Escrito el 24 abril 2017 a las 18:13
  3. 3. Gaia dice:

    Saludos: De acuerdo con los compañeros. Valdría la pena desarrollar el personaje de Susana, quizás en otro cuento con otro nombre. Te felicito. Puedes leer a mi Susana en el 145

    Escrito el 26 abril 2017 a las 14:08
  4. 4. Laura dice:

    Hola Juan.
    Algunas expresiones del principio resultan algo confusas. Tal vez con frases algo más breves puedes dar una idea más acabada de la presentación de Susana a medianoche en el cementerio.
    Hermoso el final con el niño.
    Hasta el próximo mes

    Escrito el 29 abril 2017 a las 11:40

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.