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Una relación oscura - por Leonor Cuevas Martín
Web: http://www.leonorcuevasmartin.blogspot.com
Susana esperaba a su marido. Paseó un rato y se acercó, de nuevo, al sarcófago de sus padres. Se detuvo y suspiró profundamente mientras sus ojos se humedecieron.
—¡Qué sola me habéis dejado! —Rompió a llorar y se sentó en el banco en el que tantas veces les había pedido ayuda.
—Enviadme una señal que me indique qué tengo que hacer. Mamá, tú siempre me aconsejabas bien, aunque no te escuchase… Por eso estoy así ahora.
Un fuerte viento levantó el polvo del suelo y sus cabellos le taparon la cara mientras se cubría el rostro con las manos, desesperada.
Una mano cálida se posó en su hombro y su chillido retumbó en el mármol.
Su viejo amigo, Jaime, apareció como por arte de magia.
—¿Qué te ocurre?
Ella lloró desconsolada, pero rechazó el hombro de Jaime.
—Me enteré de la muerte de cada uno y me hubiera gustado acompañarte, pero…
—No puede ser, lo sabes. Ahora, estoy esperando que me recoja —Su cara delató el miedo que la invadía—. Mejor que no te vea o será peor.
—No te preocupes, esperaré, hasta que venga donde está María. Pero…, ¿estás segura de que quieres volver con él? ¿Quieres que te lleve a un lugar más seguro?
—No, no, que es peor.
—No hay nada peor que estar en tu situación…
—No quiero que me ayudes, de verdad. Estaré bien.
—De acuerdo, como quieras.
Jaime se fue diez filas más allá y se ocultó mientras la vigilaba.
—¡Ay, María!, ¡Qué pena que te fueras tan pronto y cómo me acuerdo cuando me decías que rehiciera mi vida! Si fuera tan fácil… Qué duro es el destino y qué injusto: a los felices nos separan pronto, y a los que sufren en vida los mantiene juntos. Siempre me decías que Susana era quien creías que podía sustituirte cuando te murieras. Nadie te sustituirá nunca, ¿sabes? —Estaba ensimismado en su conversación, cuando un coche frenó en la puerta—. Me gustaría consolarla y que no tuviera esa bestia a su lado, pero ya ves que no quiere. ¿Qué hago?
Mientras suspiraba, vio cómo Perico entraba con paso ligero y avanzaba con sus gafas de sol, su chaqueta de cuero y su pelo engominado. Jaime recordó que en la mochila guardaba unos prismáticos pequeñitos del último senderismo. Los cogió corriendo y los enfocó.
En un minuto, Perico había alcanzado a Susana y bastaron cinco segundos para que empezaran a discutir. Mientras tanto, Jaime se acercaba, sin perder detalle, mientras serpenteaba por entre los panteones.
—¡Te quieres callar! ¡No vuelvas a decir que estás sola, mira que vas a ver lo que es sufrir de verdad¡ ¿Te enteras? —Susana lloraba sin consuelo—. ¡No llores más que va a ser peor!
—¡Déjame, no quiero ir contigo en esas condiciones!
Jaime puso a filmar la cámara de su Smartphone.
—¿Cómo has dicho? —Perico agarró a Susana por el brazo y le dio un empujón que la levantó del suelo—. ¡Venga para casa! Y que no me entere de que vuelves a venir.
Susana se sentía derrotada y descubierta.
«¿Habrá escuchado, Jaime, lo que está pasando? Con poco se dará cuenta. ¿Qué hago? ¿Dejo que me ayude y rompo con todo esto…? Pero, ¿cómo reaccionará Perico?, conociéndolo es capaz de matarme, si no lo mata a él también», pensaba, a prisa, mientras caminaba entre empujones.
Por fin, miró atrás e hizo un guiño cómplice a Jaime, que rápidamente se adelantó corriendo ocultándose entre los sepulcros.
—¡Hola!, ¿cuánto tiempo? —dijo Jaime.
—Y más que va a pasar sin vernos —respondió Perico sin que Susana dijera nada.
—¿Está todo bien? Te noto un poco alterado.
—Sigue tu camino, que nadie te ha preguntado a ti. ¡Venga, tira! —empujó de nuevo a Sara y su teléfono sonó.
—¿No lo coges? —preguntó Sara.
—Ya llamaré cuando pueda.
—¿Es que tienes miedo de que tu mujer te abandone por tu mal comportamiento? —preguntó con ironía Jaime, mientras activaba con el mando la apertura de la puerta de su coche.
—¿Quién te ha dado vela en este entierro? —Soltó a Sara mientras se volvió para encararse con Jaime.
—¡Corre, Sara, sube a mi coche!
—¡Ni se te ocurra irte, zorra!
Jaime, sin pensárselo, le soltó una patada en los huevos con la fuerza de un cinturón marrón de Judo y corrió hasta su coche, mientras Perico se retorcía de dolor.
—Ven a buscarla a la comisaría, allí te esperamos. ¡Ah!, he grabado vuestra conversación. No faltes.
—¡Me las pagaréis los dos!
Hola Leonor! Has escogido un tema muy dificil de tratar pero lo has llevado muy bien. El argumento está bien hilado y mantienes la intriga hasta el final (tenía miedo de que se quedase). Te felicito, es un buen texto.
Hola Leonor.
Es realmente una relación oscura. ¿Cómo continuará? Porque Susana tiene que encontrar fuerzas en ella misma para lograr apartar a ese marido que tiene. ¿La podrán ayudar sus padres? Qué pasará con Jaime? Mhh. Me va dando para una novela.
En cuanto al texto en sí, creo que demora demasiado en los pensamientos de Susana, no me gusta la introducción con carácter de especial de Jaime a menos que des algunos otros signos de lo sobrenatural o la tendencia de Susana a buscar signos donde son simples hechos.
El diálogo grabado por Jaime es muy poco incriminador, en mi criterio, y me resulta demasiado obvio Perico con su violencia tan explícita en un cementerio (Sara en el último párrafo)
Espero lo que sigue.
Con respecto a la forma, creo que puedes reemplazar las y por comas al inicio: Paseó un rato, se acercó de nuevo, al sarcófago de sus padres. Se detuvo, suspiró profundamente mientras sus ojos se humedecieron. Pero es tan sólo algo personal.
Hasta el próximo mes
Hola, Mara: Gracias por tus comentarios.
Nos leemos.
Un saludo
Hola, Laura: Gracias por leerme y por tus aportaciones.
No entiendo bien qué quieres decir el “Susana en el último párrafo”, y eso del momento de aparición de Jaime.
Sé que la grabación es poco incriminadora, pero habla de la grabación de un vídeo y quien graba es su amigo. Supuse que como el relato se caracteriza por lo que oculta, aquí he dejado a la imaginación esos detalles, que en una novela sería muy explícitos.
Un saludo.
Hola Leonor,
Me ha gustado tu relato, aunque creo que se podrían acrecentar las sensaciones del miedo de Susana.
Quién es Sara?
Un saludo
Hola Leonor: gracias por pasarte por mi relato.
En cuanto a estructura tu relato está bien, lo veo correctamente escrito.
En el final esperaba un giro necesario para terminar de atrapar al lector, pero solo es mi opinión personal.
Narras muy bien, y espero seguir leyéndote. Te aconsejo que busques la sorpresa del lector, que lo conectes a tu historia y lo enganches para que quiera saber más.
Ah, y ten cuidado. Confundes a Susana con Sara.
Saludos,
Lunaclara.
Hola, Kriptana:
Gracias por leer mi relato y muy buena pregunta, ¿quién es Sara? Supongo que igual que a mí, que lo he leído un montón de veces, le habrá ocurrido otros más que lo han leído, y es que Sara es Susana, pero por el parecido del nombre, cuando he puesto Sara he olvidado que se llamaba Susana.
Lo modificaré en el definitivo y como podré ampliarlo, de palabras, entraré más miendo, que es lo suyo para que esté mejor.
Un saludo
Un saludo
Hola, Lunaclara: Me hubiera ahorrado la aclaración que acabo de hacer, si hubiera leído tu comentario antes.
Efectivamente, he confundido los nombres.
En cuanto a la sorpresa del lector, no sé qué es lo que espera el lector… puede huir, como hace; reaccionar el marido y llevársela; enzarzarse en una pelea Jaime y el marido; en fin, no sabría decir cuál sería más acertado, salvo algo distinto de eso, que sí sería llamativo. Además, en un relato corto, no sé a qué te refieres a que enganche el final, si es a que te sigan leyendo los lectores.
Gracias por tus comentarios y me gustaría que me dijeras cuál sería para ti un final sorprendente.
Un saludo
Hola, Leonor, soy luis (42). Tocas un tema que por desgracia está a la orden del dia. Gracias por aclarar lo de Sara, que me lió al final. Una abrazo.
Gracias por leerme, Luis, y por tus comentarios.
Un saludo
Hola, Leonor.
El tema tocado creo que es muy interesante. Lo que me parece que falta es una mejor descripción de la prueba incriminatoria. Más clara va a estar la agresión que recibe Perico de Jaime para el médico forense. Bueno, es un decir.
Creo que sin el apremio de las 750 palabras completarás mejor el relato. Un abrazo. Me gustó.