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Mírate, Susi - por Ceuve

Susana esperaba, como cada viernes al acabar las clases, a su querido Germán. Esperaba en la sección central, pasillo quince, fila tres, con la espalda apoyada en el nicho de la familia Martínez Valero. Susana no había elegido el sitio, pero le daba igual.
Un gato negro y viejo pasó por delante sin mirarla ni suplicar caricias. El cementerio estaba lleno de gatos que eran antipáticos con Susana. A decir verdad, todo el mundo se portaba mal con ella menos Germán. Germán tenía veinte años y era, sin duda, el chico más guapo de todo el pueblo.

Berta Sánchez envidiaba a Susana porque el novio de Berta era un crío y un inmaduro y solo tenía catorce y ni siquiera lo habían hecho todavía. Y el padre Abelardo le decía que tuviera cuidado, que ese Germán era un gandul y una calamidad, pero no era verdad porque Germán trabajaba las noches de los viernes y los sábados sirviendo copas en La Culebra. Germán curraba mucho y se esforzaba por ser el mejor novio. Pero él no podía entenderlo porque era cura y viejo y solo sabía dar el coñazo. Y la madre de Susana le decía «Hija, no te traerá nada bueno». Mentira. Germán le daba todo lo que los demás no. Germán le daba amor. Y Lucky Strike para la hora del recreo. Y ketamina para pasarlo bien los sábados noche en La Culebra. Y esas pastillitas con miles de nombres distintos que tomaban cada viernes en el cementerio. Tenían un smiley dibujado en una cara; en la otra, un corazón. Germán se ponía dos en la boca y Susana le arrebataba una de ellas con la lengua. Y las promesas grabadas en el éxtasis se volvían ciertas, porque se sentían más felices que nunca y se querían más con cada caricia.

Otra gata pasó por delante de Susana. Era joven, estaba preñada y se detuvo a mirarla fijamente. Susana sintió náuseas y apartó los ojos de su pelaje despeinado. Miró su reloj. No funcionaba. Igualmente, estaba anocheciendo y Germán no aparecía. Entonces se dio cuenta de que no llevaba la mochila. Susana se puso nerviosa. Llevaba su vida ahí dentro. El móvil, las llaves, los libros, el carné, el dinero, el Hodernal, el Contumax, la botellita de 2C-B… Pero no podía recordar dónde
estaba la maldita mochila. «¿En clase?», pensó. No. En realidad, hacía más de un año que no pisaba el insituto. «¿En casa de Berta?». Tampoco. Hacía mucho que no eran amigas. Justo desde el día en que Susana se cayó por las escaleras.

Berta, con una lágrima haciendo lecho en cada mejilla, acariciaba a Susana en el cardenal que le hinchaba el ojo como una granada.

—Susi, déjalo. Déjalo ya, por favor. ¿Es que no te ves? Mírate, Susi, por Dios. Estás en los huesos.
—Déjame en paz, joder. Susi esto, Susi lo otro… Estoy bien.
—¿Y esto qué?
—Ay, no me toques. Si ya te lo he dicho, pesada. Que me resbalé y me di con el pomo de la puerta.
—Claro. Antes la escalera, ahora la puerta…
—Mira, cállate. Shh, que te calles. No quiero que me vuelvas a hablar en la vida.

Susana se irguió, indignada, en ese lugar indefinido de su memoria donde Berta y ella volvían a discutir cada día y cada noche.

—No tienes ni idea. Imbécil.

La gata, preñada y despeinada, seguía mirando a Susana y Susana ya no podía más. Quería desparramar su estómago vacío. Quería gritar con la voz que no tenía. Quería sudar y llorar pero su cuerpo estaba seco como las ramas de ciprés que amurallaban todo el cementerio. Quería irse, pero no podía. ¿Germán se enfadaría? Sí. Si le dejaba plantado, Germán gritaría y le agarraría del hombro hasta deshacerle la carne con los dedos. Y le diría puta y gorda y falsa y todas las demás palabras que a Susana se le atragantaban y la asfixiaban como dos pulgares presionando, firmes y llenos de ira, sobre la nuez.
Pero, si ese hubiera sido el problema, Susana habría salido corriendo. Habría plantado a Germán. Porque a Susana ya no le quedaba miedo en el cuerpo. Solo le quedaba la ansiedad de una profunda incertidumbre.
Susana esperaba y no sabía por qué ni a qué.

Susana no podía dejar de esperar en la sección central, pasillo quince, fila tres; apoyada en un nicho que rezaba «Susana Martínez Valero 2001-2015 Tu madre y tus amigos no te olvidan».

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11 comentarios

  1. 1. Berundgaar dice:

    Ufff. Engancha desde el primer momento. Imposible dejarlo y a pesar de todo, he sido totalmente incapaz de adivinar el final. Creo que es debido al intenso ritmo de la narración. Si quieres comentar el mío, soy tu compañero de arriba. Te prometo una cosa. Te gustará o no, pero seguro que no te dejará indiferente.
    Mi más sincera enhorabuena por tu texto, Ceuve.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 21:12
  2. Hola Ceuve tu historia me gusta para escenario de la ciudad donde es más probable encontrar este tipo de situaciones, hay algunas partes que se podrían desarrollar mejor, saludos!
    Lorena Salcedo

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:05
  3. 3. Luxus Zigard dice:

    Forma:

    En el tercer párrafo: “Berta Sánchez envidiaba a Susana porque el novio de Berta era un crío y un inmaduro y solo tenía catorce y ni siquiera lo habían hecho todavía.”. Un poco enrevesado, yo hubiera escrito: “Susana era envidiada por Berta Sanchez, la cual tenía como novio a un crío inmaduro de sólo catorce años.”.

    Cuando dices: “Y el padre Abelardo le decía que tuviera cuidado…”, no queda muy claro a quién se lo dice. No se sabe si se lo decía a Berta o a Susana, y hay que leer un poco más para saber a quién se lo dice.

    La verdad es que el tercer párrafo lo noto un poco apretado y me marea un poco las descripciones que haces.

    En el momento que Susana recuerda momentos en los que estuvo con Berta, perdí el hilo por completo. Se intuye a malas penas que es un pensamiento, pero creo que deberías dar alguna pista más de lo que vamos a leer antes de meternos de lleno en sus pensamientos. De todas maneras me encanta ese lapso de tiempo en mitad de la escena, crea una atmósfera extraña que me gusta mucho.

    Todo lo demás está bastante bien estructurado, sobre todo la parte final del relato.

    Contenido:

    La incertidumbre que creas me encanta. Leerlo me da la sensación de estar en una extraña pesadilla. Las descripciones que narras en la parte final son muy buenas, sobretodo el momento en el que se sabe que estaba junto a su propia tumba, muy buen final. Lo que no me queda muy claro es el significado de los gatos, sobre todo me queda la duda de si quieres decirnos algo al decir que la gata que la miraba estaba preñada. El resto me gusta mucho.

    Comentario personal:

    En general me gusta mucho la historia que cuentas, con unos pequeños ajustes narrativos quedaría más que perfecta, pero es el problema que tenemos todos al estar limitados a las 750 palabras. Espero poder seguir leyendo tus relatos en las siguientes escenas.

    Mi relato está en la posición 239 (La Espera Olvidada), si quieres pasarte a comentarla será un placer. Espero no haber sido duro, de verdad que me gusta mucho.

    Enhorabuena por el relato, un saludo!

    Luxus Zigard

    Escrito el 18 abril 2017 a las 11:49
  4. 4. Mara dice:

    Hola Cueva, una historia sorprendente. Creo que la narración es muy ágil y vas desarrollando poco a poco tanto a Susana como el ambiente donde vive hasta acabar con un final fantástico, inesperado. Si tuviera que poner algún pero sería que, tal vez, usas demasiada jerga. Si, con ello supongo que tratas de ponernos en la cabeza de Susana pero se vuelve algo confuso por momentos. Por lo demás está fantástico.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 23:24
  5. Estupendo relato ceuve, creo que es el mejor que he leído en el que la espera de Susana tiene un sentido más profundo. Vas dejando que se pose la inquietud con cada gato que se pasea por ese pasillo quince, fila tres, que nos reconforta, algo así parecido a un tango, como conviene en un lenguaje crudo y callejero.
    Como recomendación te sugeriría no usar nombre y apellidos, a no ser que sea muy intencionado, podría ser que el espíritu se levantara y nos saliera al paso como una gata preñada de cualquier engendro.
    Enhorabuena, un abrazo.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 16:42
  6. 6. M.L.Plaza dice:

    Hola Ceuve.
    Me ha parecido una historia magnífica y muy bien contada.Lo que no entiendo es la frase: “Susana esperaba y no sabía por qué ni a qué.” Me parece que contradice el principio de la historia. Yo he entendido que una muerta espera a su novio con toda la ilusión, sea o no su maltratador. Sé que suena muy duro pero eso es lo interesante de tu historia, lo que la hace absolutamente original.
    Me ha encantado leerte.
    Saludos

    Escrito el 21 abril 2017 a las 02:38
  7. 7. Evelyn dice:

    Ceuve, me ha parecido muy fuerte, por lo gráfico de la escena, el ir adentrándonos como lectores, en el pequeño y cerrado universo de esta adolescente que se vuelve tan tóxico en todos los sentidos, y muy triste que termine engrosando la vergonzante lista de victimas del machismo.

    Muy buen trabajo, felicidades.
    Mi relato es el 198 si te animas.

    Un abrazo.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 13:39
  8. 8. SBMontero dice:

    El argumento es impresionante y la construcción argumental también, pero optas por contar y eso me ha cabreado, a excepción del final, donde, desde “La gata, preñada y despeinada (…)” hasta el final, tomas la opción de mostrar qué quieres que veamos, no nos cuentas qué ves tú.

    Repito, es un texto muy bueno, pero la opción de la gata, preñada y despeinada es mejor que la de Berta Sánchez envidiaba a Susana porque el novio de Berta era un crío y un inmaduro.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 16:14
  9. 9. Estel Vórima dice:

    Hola, me ha gustado la historia de tu Susana, la verdad es que relfeja bien lo autodestructivos que podemos ser a veces con nosotros mismos. Como en ocasiones las personas que menos nos convienene son las que más buscamos y como rechazamos la ayuda que las personas que de verdad nos quieren nos brindan.
    En fin que me han encantado.
    Un saludo de tu vecina del 218.

    Escrito el 25 abril 2017 a las 23:24
  10. 10. susylg dice:

    Hola, me gustó el relato y sobre todo el final. El tema de la violencia de género y a pesar de todo seguir con el hombre equivocada hasta llegar a ese final está muy bien tratado. Seguí escribiendo. Y si puedes pasa por mi relato es el 147.

    Escrito el 27 abril 2017 a las 23:46
  11. 11. lilian ht dice:

    Un relato realmente bueno, tristemente se basa en las historias de muchos feminicidios que ocurren en mi país. Creo que mi relato iba a ser parecido al tuyo pero al último momento cambié de idea. A pesar de la buena trama creo que deberías usar los pronombres personales para no repetir los nombres propios pero en general me gustó mucho. Espero que leas el mío para compartir criterios soy el Nro. 178.
    Saludos

    Escrito el 2 mayo 2017 a las 20:49

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