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Una historia para de Susana - por Kelsang

Susana esperaba con ansia la llegada de Púrpura, su cita. La noche se había adueñado de la ciudad con inusual determinación. El ambiente de quietud total y silencio eran más asfixiantes que nunca. La luna gibosa le lanzaba sonrisas irónicas desde un cielo salpicado de nubes. Todo parecía haberse alineado de acuerdo a sus planes.

Había encontrado a Púrpura en un bar, por pura casualidad, unos días atrás. El encanto de él la había cautivado y había despertado sus anhelos. Aquel críptico individuo era lo que llevaba tiempo buscando. Lo había sabido desde el primer vistazo, pero, tras conversar unos instantes con él, su instinto se lo rugía.

Susana llevaba tiempo persiguiendo una nueva historia. Hacía mucho que no sentía la agitación de un nuevo encuentro. Buscaba un episodio al límite de lo coherente, lo aceptado y lo real. Tenía la certeza de que había numerosas normas que rompía. Aunque las desconocía, debían de existir, y estaba a punto de transgredirlas una vez más. Todo lo hacía porque se lo pedía su energía interior, ese anhelo por la fascinación mágica de un nuevo descubrimiento.

Deambuló nerviosa entre las lápidas del cementerio. Púrpura podía emerger de cada remolino de sombras, de entre cualquier maraña de arbustos o de cada senda serpenteante. Inquieta, se llevó los dedos a los tirabuzones de su pelo dorado y lo meció.

La idea de citarse en el cementerio había sido de ella. Cuando se lo había propuesto, le había parecido un gesto atrevido que demostraba tanto su firmeza como su jocosidad. Él había respondido con una de sus enigmáticas sonrisas, complacido. No obstante, rodeada por la frialdad de la necrópolis, Susana se arrepentía de su decisión. ¿A quién se le ocurría citarse con un desconocido en un cementerio a media noche? ¿Dónde estaba su sentido común? Y, más importante, ¿dónde estaba su miedo?

Susana sabía de sobra el riesgo al que se enfrentaba. Por muy educado y elegante que pareciera Púrpura, podía resultar un verdadero monstruo. Había, de hecho, altas probabilidades de que así fuese. La valentía de citarse allí se desvaneció enseguida. Se le hizo un nudo en el estómago al pensar que estaba en un cementerio y deseó haber quedado en otro lugar más iluminado y más público. ¿Qué había querido demostrar? Ahora el gesto de quedar allí le parecía absurdo y presuntuoso. Era como si la mosca y la araña se citaran en la telaraña.

Pero ya estaba hecho. Solo tenía que esperar un poco más. Púrpura llegaría y se acabarían sus tribulaciones.

Paseó un poco más por el cementerio en dirección hacia la parte alta de la ladera. Los árboles se volvían más grandes y salvajes en esa zona, y la oscuridad era más intensa. Las ramas se mecían con la brisa ligera como sombras oscilantes y amenazantes. Susana se internó por un sendero que bordeaba varios árboles, guiada, de nuevo, por su instinto.

Era ya más de media noche. Púrpura llegaba tarde. La expectación que Susana había sentido unas horas antes dejó paso a una angustia enfermiza. Su sensatez le pedía salir corriendo de allí, pero sus anhelos la obligaban a quedarse y su instinto le repetía una y otra vez que Púrpura estaba a punto de llegar.

Y su instinto nunca fallaba. Escuchó el crujir de una rama. Miró hacia arriba y solo vio la negrura del árbol. Avanzó un par de pasos más sin perder el árbol de vista. Una sombra se movió por el rabillo del ojo. Se volvió. No había nada. Avanzó dos pasos más. Otro crujido en el árbol. Nada. Se volvió al frente y allí estaba. De pie, inmóvil, entre dos lápidas, con la irónica luna a su espalda.

—Buenas noches —dijo Susana.

Púrpura no dijo nada. Se acercó hacia ella con tres pasos etéreos. Le vio el rostro, su piel tenaz y eterna, sus labios morados. Púrpura esbozó una de sus enigmáticas sonrisas, de esas que dejaban entrever sus colmillos puntiagudos, brillantes como perlas, y Susana supo que había conseguido su historia.

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6 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola, Kelsang: Eres mi predecesor en la lista. Magnífico relato que no deja espacios para aportes “para mejorar”; impecable. Buen manejo narrativo y del suspenso. Felicitaciones.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 13:41
  2. 2. beba dice:

    Perdón.
    Yo soy la predecesora; eres el que me sigue en la lista. Un saludo.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 13:43
  3. 3. Juana Medina dice:

    Hola Kelsang,
    Estás entre mis tres sucesivos y te descubro. Un muy buen relato con una excelente dosis de humor negro.Algunas expresiones me han parecido un tanto excesivas: “su instinto se lo rugía” por ejemplo. No me hago a la idea de cómo ruge un instinto, pero pueden ser liitaciones personales.
    Estoy segura de que seguiré buscando y leyendo tus historias.
    Un saludo

    Escrito el 17 abril 2017 a las 21:21
  4. 4. Juana Medina dice:

    Perdón, quise decir “limitaciones”.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 21:22
  5. 5. Alberto C. dice:

    Hola Kelsang, te devuelvo la visita.

    Me ha gustado tu relato y me parece muy interesante. Lo que más me ha gustado a sido el hilo de la historia; has sabido llevar muy bien la intriga. También felicitarte por la creatividad: te sales del tópico de viudas y el toque de fantasía es todo un puntazo.

    (Tu 1er párrafo)
    Susana esperaba con ansia la llegada de Púrpura, su cita. La noche se había adueñado de la ciudad con inusual determinación. El ambiente de quietud total y silencio eran más asfixiantes que nunca. La luna gibosa le lanzaba sonrisas irónicas desde un cielo salpicado de nubes. Todo parecía haberse alineado de acuerdo a sus planes.

    Como ves, te he marcado unos espacios muy grandes entre frases. Esas son las partes que, al leerlas, me resultan raras. Yo hubiera puesto más comas y conjunciones ; tal que así:

    Susana esperaba con ansia la llegada de Púrpura, su cita. La noche se había adueñado de la ciudad con inusual determinación Y el ambiente de quietud total y silencio eran más asfixiantes que nunca. La luna gibosa le lanzaba sonrisas irónicas desde un cielo salpicado de nubes; todo parecía haberse alineado de acuerdo a sus planes.

    Son pequeños matices, pero, en lo personal, me resulta más fácil la lectura porque da la sensación de mayor conexión entre frases. Que no se te olvide que es mi opinión ¿eh?

    Después, otra cosa: como ya te han comentado más arriba, “su instinto se lo rugía” suena un poco extraño. Tu relato ya es muy bueno, no necesita este tipo de recargas literarias ; ya es muy rico de por sí. Yo hubiera puesto algo como: su instinto se lo PEDÍA.

    Y ya para terminar, en las siguientes lecturas me ha chirriado un poco la palabra “cita”, sobretodo en el 5to párrafo. Yo cambiaría el primer “citarse” por “verse”, de esta forma:
    La idea de VERSE en el cementerio (…)
    Te dejo algunos sinónimos más de citar: quedar, ver, (verbos como decidir, acordar, etc) el encuentro, etc.

    Lo que más me ha gustado han sido tus descripciones del medio, como “La luna gibosa le lanzaba sonrisas irónicas desde un cielo salpicado de nubes.” Te deseo mucho ánimo escribiendo, ¡nos vemos el mes que viene!

    Un saludo. 🙂

    Alberto C.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 16:03
  6. 6. charola dice:

    Hola Kelsang!

    Tu relato me ha gustado. Las descripciones que haces están muy logradas. Acerca de la trama me pareció original y el final es muy bueno.

    La única pega que yo veo es el título. No atrae y está sobrando una letra.

    Felicitaciones!

    Estoy en el #199 por si deseas leer y comentar mi relato.
    Nos leemos.

    Escrito el 23 abril 2017 a las 04:55

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