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LA LLAMADA - por Marikiya

Susana esperaba esa llamada desde hace dos años, 730 días de espera, de incertidumbre y sobre todo de dolor.

Aún recuerda su última conversación.

—¿A qué hora volverás? —le preguntó mecánicamente.
—No lo sé, ya te enterarás cuando llegue—le dijo con su habitual alegría guiñándole un ojo y cerró la puerta sin más.

Esas palabras retumban incesantemente en su cabeza desde ese día. Si hubiera sabido que era la última vez que se verían, habría dicho cualquier cosa para que se quedara o simplemente un “te quiero”.

Al principio todo fue irreal, no tenía capacidad, ni fuerza para asimilar todos los datos que la Policía le contaba sobre el procedimiento que debían seguir para denunciar la desaparición.

En su interior quería creer que no había desaparecido, que en cualquier momento la puerta de casa se abriría y allí estaría.
—He tardado un poco, pero he vuelto—le diría con una hermosa sonrisa.

Antes de este acontecimiento era una mujer alegre, optimista y con unas ganas tremendas de vivir. Sin embargo, desde ese fatídico día todo lo que había vivido se esfumó y se convirtió en una triste sombra de sí misma. Su vida se centró en la búsqueda por todo el territorio nacional; carteles, televisión, periódicos…cualquier dato o persona que pudiera darles una pista.

El primer mes vivió pegada al teléfono ya que era incapaz de asimilar lo ocurrido y sólo esperaba su llamada.

A los tres meses se sentía tan desolada y hundida que intentó quitarse la vida en dos ocasiones. Por suerte no estaba tan sola como creía.

Al año la poca esperanza que le quedaba se fue por el desagüe cuando la Policía decidió cerrar el caso como una desaparición sin resolver. No tenían material suficiente con el que trabajar en la investigación puesto que no había cuerpo, ni sospechosos, ni un móvil al que aferrarse.

Pese a ello, cada noche entre las sombras que le hacían compañía seguía fantaseando con su vuelta.

El duelo que le fue impuesto por las circunstancias cada vez era más llevadero. El dolor permanecía intacto pero ya no gritaba en su interior y las voces se fueron apagando aunque nunca se acallaron del todo.

El desasosiego por saber si había muerto fue el proceso más doloroso y llegó un punto en el que dejó de esperar su llamada. Ansiaba que el inspector llamara a su puerta diciendo que le habían encontrado, aunque fuera sin vida.

La pérdida de un ser querido es siempre dolorosa en cualquier circunstancia, pero en este caso el dolor se agrava por la incertidumbre y el ansia de saber qué paso o dónde estará.

Es un periodo duro en el que se pierde el norte y el mundo deja de girar para siempre. No existe presente, ni futuro, te quedas anclado en el pasado…en ese nefasto día.

Ahora que se cumplen dos años de ese instante, los recuerdos se agolpan de nuevo en su cabeza. Siente un leve pinchazo en su cansado corazón, necesita una explicación que le ayude a pasar página. El dolor diario es llevadero pero en una fecha tan significativa todo se magnifica y le cuesta controlar sus emociones.

Suena el teléfono. Susana tarda en reaccionar puesto que su mente está ausente, centrada en el pasado.

Cuando se percata del sonido de la llamada el corazón se le acelera, siente una ansiedad inexplicable y el pánico se apodera de ella.

Mira la pantalla “número privado”.

«¿Será la Policía?» Los ojos se le llenan de lágrimas, tiene un presentimiento y sabe perfectamente la respuesta.

Contesta tímidamente, casi inaudible por el nudo que tiene en la garganta. —¿Diga?—

Al otro lado se oye una respiración asustada…

—¿Mamá? Soy yo—

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5 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Hola Marikiya:
    Una historia impactante, para quienes no hemos pasado por esa dolorosa experiencia. Hay gente que tiene su vida pendiente de una llamada.
    Bien escrita, tiene ritmo, el misterio se mantiene y la esperanza nunca se pierde.
    Nos leemos.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 00:43
  2. 2. Brian Viveros dice:

    Que tal Marikiya.
    He leido tu relato, y tengo que mencionar que me parece que tiene algunas similitudes con “New York Times a un precio de ganga” de Stephen King.
    Bueno. El parecido es ligero, de verdad estoy seguro de que tu texto es completamente original. Solo quise mencionarlo, fue inevitable acordarme de dicho relato.:)
    Ha sido fácil leerlo. Es fácil leer una historia cuando está escrita correctamente y el contenido es interesante.
    La verdad esperaba un final más crudo xD tal vez porque estoy acostumbrado a leer cuentos de terror donde quitan muchas opciones al personaje. En tu caso decidiste darle un poco de esperanza al final.
    Por lo anterior es preciso decir que tu trabajo es bueno. Se nota que tienes capacidad para tomar un reto.
    Si gustas criticar un poco mi trabajo estoy en el 123 🙂

    Escrito el 19 abril 2017 a las 21:06
  3. 3. CARMELILLA dice:

    Hola Marikiya, me halaga muchísimo que te sigas pasando por mis relatos, y seguiré aprovechando tus comentarios para mejorar. No se si voy a poder seguir participando durante un tiempo, lo intentaré porque esto da energía, tengo dificultad hasta para encontrar tiempo para comentar.

    Sobre tu trabajo: cada vez me sorprende más leerte por la mejora sustancial que aprecio desde el primer relato tuyo que leí.
    Has generado un ambiente realista, emotivo y has tratado el tema con mucha delicadeza.
    Buenas expresiones, buena gramática, buen ritmo.
    Dos cositas: por una parte en el primer párrafo sobre la cifra 730, recomiendan escribir los número que se pueden expresar con tres palabras o menos en letra (en los textos literarios); y sobre el final, supone una inyección de esperanza para esa madre, pero a mí como lectora me ha parecido un relato inacabado, sobre todo, porque el hijo llama asustado sólo para decir soy yo…¿ qué es lo que le asusta? Aunque tu intención puede haber sido perfectamente acabarlo con ese suspense.
    ¡Muy buen trabajo compañera! Espero poder seguir participando y leyéndote.
    Saluditos.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 18:42
  4. 4. Darkos dice:

    Hola Marikiya.
    Primero te comentaré acerca de la forma:
    Inicialmente, como indica CARMELILLA, lo recomendado es escribir las cifras en letras en lugar de números, lo cual se refiere a tu 730 inicial.
    Con respecto al tema de los diálogos, es necesario repasar las reglas. El uso de la raya horizontal, por lo cuál te felicito (la mayoría tiende a utilizar el guión), se hace, cuando el narrador realiza una aclaración, separado por un espacio. Esto no se cumple en: “—No lo sé, ya te enterarás cuando llegue—le dijo” y se repite en un error adicional más adelante.
    Después de “Soy yo—” va un punto final.
    Como aclaración, los puntos suspensivos, así como el punto aparte, debe ir seguido de al menos un espacio antes de continuar con el texto. Esto no se cumple en: “periódicos…cualquier dato”. Este error se repite en: “en el pasado…en ese nefasto día”.
    En “qué paso” hace falta una tilde en la “o”.
    En esta parte: “ni futuro, te quedas anclado en el pasado” dado que vas a cambiar de concepto o idea, debe ir un punto seguido antes del “te”.

    En cuanto a la historia, creo que te enfocaste mucho en el tema del sentimiento de la pérdida en lugar de la acción del relato. Personalmente prefiero que ocurran cosas y que el escritor las narre a que este se ponga a divagar acerca de los sentimientos del protagonista. En un texto tan corto pienso que debemos orientarnos a contar, más que a “filosofar” si me permites la expresión.

    El ritmo me agradó, tiene un galope constante y eso es muy atractivo.

    Ahora, con respecto al personaje del hijo, ¿qué necesidad había de ocultar que era el hijo si eso no tenía importancia? Bien pudo haber sido el esposo, la novia o el sobrino. Creo que si vas a ocultar algo debería tener un giro posterior que lo valga.

    Saludos y ahí nos leemos.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 00:51
  5. 5. Larahan dice:

    Hola Marikiya,

    Una historia de perdida que se supone final feliz, pero, ¿Lo es? La respiración asustada… Es una historia que oculta otra historia, la del hijo.

    Lo que no acabo de enteder es la raya final de “—¿Mamá? Soy yo—” creo que sobra, bueno y como dijo Darkos falta el punto final.

    Un saludo.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 21:38

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