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FAMA - por Ludika

Susana esperaba que algo pasara y en esa espera murió.
Siempre tenía el mismo pensamiento, algo bueno vendría, algo grande, trascendente estaba por llegar. Su anhelo condicionaba su vida, ajustando meticulosamente sus decisiones, limitando sus impulsos, volviéndose rutinariamente predecible.
No quería que ese momento la encontrara distraída y por eso no corría riesgos, no hacía nada.
Soñaba con ser una estrella, siempre soñó ocultamente, con su fama. De chica miraba casi compulsivamente los mejores musicales de los 80, Flash Dance y Footloos eran sus favoritos, además de cualquier programa de televisión donde hubiese alguien que cantara o bailara. Prototipos de chicas extremadamente extrovertidas y bellas. Susana imaginaba estar ahí, mirando a la cámara, cautivando multitudes con su seguridad y talento. Tenía dentro suyo la oculta certeza de que algo, sin saber qué, cambiaría su vida, acercándola a su sueño.
La realidad era que casi nadie sabía de sus deseos y virtudes, la mayoría de la gente creía que ella era una chica muy tímida hasta algunos decían, algo boba.

Cuando se dió cuenta donde estaba su primera sensación fue de decepción. Era una noche fría y el escenario que la rodeaba era la prueba que la espera había llegado a su fin. No le importaba tanto el hecho en sí de estar en un cementerio, ni si quiera que el aparecer sobre una tumba a mitad de la noche significara ineludiblemente, que estuviese muerta. Lo que más la angustiaba, si es que un muerto aún puede angustiarse, era que eso tan esperado no se había cumplido.
Muchas veces la habían intentado persuadir de la pasividad de su espera.¨Susana deja la tele. Hace algo que se te va la vida mirando esas películas¨ le decía su madre. Ni siquiera ella sabía de su talento oculto, de sus sueños sus anhelos y su tan firme certeza.
Todavía recordaba como si fuera ayer su cumpleaños número doce donde le regalaron un walkman y una casete virgen. Sus ojos se iluminaron y fue ese día que en secreto empezó a grabar. Cantaba y grabada, borraba y volvía a grabar. Se paraba frente al espejo en completa soledad. En ese momento su cepillo se volvía el micrófono más profesional, alborotaba su cabello y daba riendas sueltas a su creatividad.

Sintió que una gota caía en su mano, abrió su palma confirmando que había comenzado a llover. Casi en el mismo instante sintió unas inevitables ganas de llorar. No lo había logrado, la fama no había llegado a su puerta de la manera que ella creía, de la manera que siempre confió que llegaría. Recordó su enojo cuando su mamá le decía que desperdiciaba su tiempo, como sus compañeros en la escuela le decían que no servía para nada, como aquel chico que le gustaba se reía de ella. Lo único que le daba valor para seguir y soportar todo esto era esa fe ciega que su destino cambiaría.

Caminó unos pasos de su tumba, el frío y la lluvia no la intimidaron. Caminó y se sentó en un banco. Quizás en parte porque sus lagrimales no funcionaban o quizás porque el estar muerta te vuelve un poco insensible, no pudo llorar.
Debía resignarse, debía descansar en paz. La idea que quizás ni el destino sabía que esa mañana de domingo en una rutinaria salida a la panadería iba a encontrar su fin, la reconfortó un poco. Tal vez al destino también lo tomó por sorpresa, podía personificarlo diciendo ¨No lo puedo creer tan buena chica. Yo tenía preparado otra cosa para ella pero… en fin che que cosa de locos, nunca sabes cuando un loco va a venir a ciento veinte a las ocho de la mañana de un domingo, que inconsciente.¨

La lluvia era solo una fina garúa, que completaba la escena casi cinematográfica. Susana en el banco pensativa tuvo por fin la sensación que ya no tenía más que esperar. Saliendo de la abstracción en que la estaba sumergida, miró a su lado y vio un periódico mojado, la tinta estaba algo corrida pero pudo leer con bastante facilidad el título de la portada, ¨Susana la estrella que alcanzó más rápido el cielo¨, la noticia iba acompañada de una foto de ella. En el copete ampliaba que tras el trágico accidente de la joven se habían filtrado sus grabaciones caseras alcanzando una repercusión incalculable. Una sonrisa se dibujó en su rostro.
La llovizna cesó y el banco volvió a quedar vacío.

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5 comentarios

  1. Hola. Me parece una historia bastante reflexiva y con una moraleja tragicómica sobre la eterna espera. En algunos momentos la lectura me resultó confusa por la puntuación, aunque en general la misma es fluida. Felicitaciones.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 18:38
  2. 2. Gaia dice:

    Ludika: Me pareció que fluye bastante bien, tal vez un poco larga. Puedes visitar a mi Susana en el 145

    Escrito el 20 abril 2017 a las 00:14
  3. 3. Jésica dice:

    Hola! Me gustó mucho tu texto. El final es reconfortante.
    Sólo señalaría que “ocultamente” me parece no existe como palabra y despojaría el texto de tantos adverbios terminados en mente para que el textos “suene” mejor.
    En general me ha atrapado y resultó emocionante, aunque tú protagonista no pueda llorar.
    Felicitaciones, muy, muy original tu historia!Saludos!

    Escrito el 24 abril 2017 a las 17:36
  4. 4. Jésica dice:

    Disculpa las faltas de ortografía del comentario anterior. Estoy usando un teléfono celular porque mi computadora se rompió y estaba en el modo escritura automática!

    Escrito el 24 abril 2017 a las 18:02
  5. 5. Noemi dice:

    Hola Ludika,muy buen relato, sobre todo el final con un súbito giro inesperado y el anális sicoloógico de la protagonista que es muy convincente.Encuentro la estructura un poco desequilibrada la acción se concentra en los dos últimos párrafos que son relativamente más cortos que el resto.Quizás debieras repasar el texto porque encuentro que hay una repetición excesiva del mismo concepto. Un último detalle:
    “Caminó unos pasos de su tumba” ahí falta un adverbio(lejos, fuera, etc.)sino no se entiende queda como que los pasos son de la tumba.Bueno, espero haberte sido de ayuda.Fue un gusto leerte.Si querés encontrarme estoy en el 35 Saludos.

    Escrito el 24 abril 2017 a las 19:45

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