Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Susana esperaba - por Crispin Silva Muñoz

SUSANA ESPARABA .

Susana esperaba que los hombres de la casa salieran a trabajar al campo como lo hacían todos los días, para vestirse con el traje de novia que había sido de su abuela y luego de su mamá.
Después de la muerte de su madre ella había asumido las riendas del hogar, atendiendo también a su padre y sus dos hermanos mayores. Pero todo comenzó a cambiar en su vida desde el día cuando llega al pueblo aquel hombre que venía designado como telegrafista de la zona.
La instalación del novedoso servicio comunicacional de entonces trajo como consecuencias, el enrolamiento de los hermanos de Susana, quienes comenzaron a trabajar en el mantenimiento de las líneas telegráficas. Esta es la razón por la cual, Juan Luis, el telegrafista, llega a conocer a Susana y desde un principio supo dirigirse a ella con galanteos y miradas furtivas que no pasaron desapercibidas para la muchacha.
Pasados uno meses el telegrafista obtuvo el permiso del padre de Susana para comenzar a visitarla como su novia. La costumbre de la época establecía un noviazgo oficial, boda eclesiástica y virginidad de por medio.
Una tarde el novio llegó más temprano que de costumbre a visitar a su prometida. Susana estaba sola y tal vez su propia timidez o retraimiento le impidió detener la presencia y las caricias del primer hombre que la tocaba. Aquellas manos hábiles y seguras que por primera vez sentía deslizarse por su cuerpo, quebrantaron en ella toda posibilidad de resistencia y en una especie de desvanecimiento, experimentó una mezcla de placer y dolor que le hizo perder por unos instantes toda noción de la realidad.
Un tiempo después la relación comenzó a cambiar. El operario telegráfico se justificaba para, entre otras cosas, distanciar las visitas que debía hacer a su novia. Hasta que un día abandonó el pueblo. El resultado fue la deshonra de Susana. La muchacha comenzó a experimentar una profunda desolación y abandono. Entonces tal vez por decisión propia; o como decían en el pueblo, que había sido una decisión del padre y los hermanos, la joven se convirtió en una prisionera emocional. Sólo salía de su casa para asistir a la misa. El padre y los hermanos la notaban cada día más triste y ensimismada. Una tarde cuando llegaron a la casa la encontraron sentada en medio del patio. No se había quitado el traje de novia que se ponía cuando ellos estaban ausentes y lloraba profusamente, sin decir ni una sola palabra.
Después de este episodio ella pareció mejorar en su estado de ánimo hasta el día cuando sus familiares se dieron cuenta de que no estaba en casa. Se imaginaron que había ido a la iglesia, aunque no era día domingo. Revisaron su habitación, comprobaron que todo estaba en orden y decidieron esperarla.
Pero desde hace mucho tiempo, más allá del páramo y del pie de monte andino la gente dice, comenta y han visto a “la loca del telegrama”. Una mujer que vistiendo todavía los harapos de un traje de novia, espera la salida de los asistentes a la misa del domingo, para acercárseles y decirles que no se vayan… que ya va a empezar el matrimonio… que su novio ya viene..!
—Aquí lo dice..! —les grita, mientras les muestra a todos un antiguo telegrama.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

5 comentarios

  1. 1. Pilar dice:

    Hola Crispín!!

    Creo que ya he coincidido contigo en otro mes…

    Has realizado un buen trabajo: el ritmo es muy bueno, está bien estructurado, se lee con facilidad y es muy ameno. Reflejas muy bien la situación opresiva-sexual que sufren las mujeres de ciertos lugares o épocas. A mí me ha gustado y ha sido inevitable acordarme de la canción de Maná “El muelle de San Juan”.
    Me ha encantado la delicadeza y, al mismo tiempo, concreción con la que describes el primer encuentro sexual.
    ¡Felicidades!

    Ahora, mis recomendaciones:

    En esta frase cambias el tiempo verbal: Pero todo comenzó a cambiar en su vida desde el día cuando LLEGA al pueblo aquel hombre que venía designado como telegrafista de la zona.

    Se ve un poco repetido las expresiones “comenzó a cambiar”, “comenzó a experimentar”: podrías haberte ahorrado palabras utilizando solo “cambió” o “experimentó”

    Te faltan los signos de interrogación de apertura en las últimas frases: ¡Ya viene! ¡Aquí lo dice!

    Por lo demás, lo veo bastante correcto y cuidado. Sigue así de bien, Crispín.
    Nos leemos!!
    Pilar, 172

    Escrito el 18 abril 2017 a las 12:55
  2. 2. Crispín Silva Muñoz dice:

    Gracias Pilar. Muy válidas tus observaciones.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 14:57
  3. 3. Ana Luna dice:

    Hola Crispín!
    me ha gustado tu relato. Una historia muy tierna.
    Estoy en el 173, por si te apetece pasar.
    Saludos!!

    Escrito el 18 abril 2017 a las 17:00
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola Crispín.
    Un gusto que hayas vuelto a escribir.
    Tu historia me parece muy bonita, romántica y trágica a la vez.
    Lo único que no me queda claro es el inicio. ¿Susana desde siempre se viste con el traje de novia cuando está sola? Puede que sea una impresión personal, pero me parece que lo hace a partir de ser abandonada. Entonces creo de alguna manera deberías enlazar el inicio con la deshonra de Susana. Pero ya te digo que es una opinión mía, que lo mismo está totalmente equivocada.
    Me ha encantado volver a leerte.
    Saludos

    Escrito el 18 abril 2017 a las 23:31
  5. 5. Laura dice:

    Hola Crispín.
    Más allá del cambio en los verbos, un gran relato. FELICITACIONES.
    Hasta el próximo mes

    Escrito el 1 mayo 2017 a las 12:25

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.