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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Hija del sol nocturno - por Juan F. Valdivia

Web: http://juanfvaldivia.wordpress.com

Susana esperaba, tal y como él le había pedido:
—Esta noche. Donde el amor besa la eternidad. Aguarda mi llegada.
Ella, acostumbrada a su manera de hablar poética y enrevesada, no tuvo problemas para entender a qué se refería. La Luna empezaba a dominar el cielo cuando llegó al viejo cementerio, el de la cima de la colina. Se sentó en el banco de piedra del mirador, famoso por la panorámica casi perfecta del valle.
—¿Puede haber un lugar más mágico para una cita romántica? —había susurrado Susana. Con la ciudad a sus pies, esperó.
Las horas se acumularon en aquella noche invernal. La medianoche pasó de puntillas entre lápidas, osarios y mausoleos. La Luna, en creciente, se ocultó tras un velo de nubes, volvió a emerger triunfante y de nuevo quedó oculta.
Mientras tanto, Susana esperaba. Él vendría y, como en otras ocasiones, la haría suya bajo el guiño del ojo de plata.
La Luna siguió surcando un mar de gasas, marcando el tiempo con su arco.
Pero él no llegaba.
Susana no desesperó. El frío empezaba a hacer mella, así que se encogió bajo su abrigo.
La noche avanzó, las horas pasaron. Valle abajo la ciudad se derramaba, insomne.
Susana esperaba, aunque el agotamiento empezaba a asediarla. Hasta que, en un momento indefinido, cedió, se recostó contra el banco y quedó traspuesta.

El amanecer la despertó. Al abrir los ojos descubrió aquella alba anómala: el sol parecía haberse coagulado a escasos mil metros sobre la ciudad. Emitía una luz fría, azulada, demasiado pura. Susana entrecerró los ojos, la mano a modo de visera. Pero el resplandor era tan potente que veía a través de las rendijas de carne.
—¿Qué está pasan…? —exclamó.
Entonces la estrella imposible creció, se encogió y volvió a hincharse. Susana notaba cómo las olas de luz arremetían contra ella. Resecaron su piel, prendieron su cabello, chamuscaron su ropa. Cuando el sol impostor se extinguió, Susana había quedado reducida a una estatua de rescoldos erguida ante un banco calcinado.
Pero seguía consciente. Porque debía esperarle. No fallaría.
Tras los resplandores llegó un silencio pesado, embajador del bramido ensordecedor que lo barrió todo. El viento derribó panteones, tumbó lápidas, arrasó el cementerio.
Petrificada, Susana resistió de pie junto al banco.
«Ven», pensó bajo la coraza de roca. «Te esperaré. Siempre. Donde el amor besa la eternidad. Ven».
La nube de cenizas ascendió, se hinchó y colapsó para envolver con un manto de muerte invisible los escombros de la ciudad.
Susana contempló el proceso con sus nuevos ojos de obsidiana.
«Te esperaré. Por siempre. Nada me lo impedirá. Ni un millón de soles estallando a la vez».
Llegó el auténtico amanecer. El día pasó, la Luna regresó con su marea de oscuridad. Las jornadas se sucedieron, los meses se amontonaron. Los años quedaron apilados como páginas de un libro abandonado. Tormentas de polvo radiactivo y lluvia ácida arribaron y zarparon, encorsetadas entre periodos de calma chicha. Las ventiscas se sucedieron intercaladas de canículas densas, empalagosas.
Susana esperó.

La presencia surgió desde el interior del cementerio.
—Ahí hay otra chispa, Bhiork.
—¿Dónde?
—Junto al barranco.
—Ya la veo. —Las dos formas se acercaron—. Por todo lo Humano, Pet, ¡si sigue de pie!
—¡Ostias! Creo que hemos encontrado todo un premio. Dame la raja-vientres.
—Ten.
Un golpe recorrió el cuerpo de Susana, pero su manto de líquenes apenas se resintió. Al primer mazazo le siguió otro. Y luego otro.
—La muy puta se resiste. —La voz evidenciaba agotamiento—. Mira que me jode… Anda, pásame el P8.
—Toma. Cúbrela bien. Pero no te pases: no querrás joderla.
—Agorero.
—Ya, ya… Cuando acabes, avisa.
—Vale.
Desde dentro de su coraza de roca y tiempo, Susana sintió que la embadurnaban con una sustancia pegajosa. No comprendía qué pasaba. En su mente resplandecía un único pensamiento: «Esperar». ¿A qué? Lo había olvidado siglos atrás. Pero debía de tratarse de algo muy importante ya que daba sentido a su existencia.
Sí: debía esperar.
—Hecho.
—Vale. Bhiork, sal de ahí cagando leches. En tres, dos, uno…
La detonación llegó a lo más hondo de Susana. Algo se
debilitó
diluyó
desgajó.
Susana dudó. ¿La espera había acabado?
—Aquí está. —Susana notó que la agarraban, que la elevaban. Unos dedos. Una mano—. Oh, es preciosa. Poderosa.
—Nostamal. Al mogollón. —Bhiork arrojó a Susana al contenedor. Repente se encontró rodeada de otras como ella: esperaban, resistían, perseveraban—. Sigamos. El escáner dice que abajo, entre las ruinas, todavía quedan algunas Volutas.
—Ok. No esperemos más.

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16 comentarios

  1. 2. Coral Mané dice:

    Hola Juan,
    Uf, hay que respirar tras leer tu relato. Respirar y volver a leerle otra vez.
    Empecemos por el principio, la forma. Extraordinaria. Me ha encantado como describes lo que va sucediendo, como el mundo va cambiando, todo ello con metáforas que se comprenden a la perfección pero que no caen en el cliché. No he encontrado NINGUN fallo gramatical. Y con eso te lo digo todo.
    Ahora, otra cosa es la trama. El argumento es enrevesado, supongo que por lo fantasioso. Da la impresión de que el principio se desarrolla en el “mundo real”, pero de pronto aparece la magia y… ¡chas! Da la vuelta a todo.
    El final es digno de una película de ciencia ficción, con todos los vocablos y los nombres de los personajes. Pero, sin embargo, no termino de entenderlo. Puede que fuera esa tu intención y en ese caso debo felicitarte, porque lo has conseguido. Si pretendias que comprendiéramos a que te referías… Siento decirte que en mi caso no lo has logrado.
    En definitiva, entendiéndolo o no, me ha encantado. Felicidades.
    Te invito a pasar por mi relato, el 177, que no es tan bueno, aunque lo intento. Por cierto, hace poco he creado mi blog de escritura, si apetece pasarte, dejo por aquí el link.
    ¡Nos leemos!
    https://escribiendoloinefable.wordpress.com

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:05
  2. 3. Wolfdux dice:

    Me gustan los pequeños cambios que has hecho al relato. Aunque el “fale” que ha desaparecido me molaba más, me era muy descriptivo. Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 08:21
  3. 4. Josefa Martín González dice:

    Juan tu relato me ha encantado. Tienes una prosa ágil y cargada de metáforas con mucho estilo.
    El contraste con el final, es demasiado brusco (a mi modo de entender). Si lo que has pretendido es romper la magia del cuento, lo has logrado, pero a mi, que soy una romántica, me habría gustado un final más dulcificado.
    Saludos,
    Fefa Martín

    Escrito el 18 abril 2017 a las 11:59
  4. 5. Cecilia dice:

    Hola Juan! me ha sorprendido gratamente el giro de tu historia, como que casi todas las que leí hasta aquí se parecen y esta rompe el molde.
    Usas un lenguaje muy regional supongo, que no manejo habitualmente y eso me dispersa un poco del eje de la historia y debí releer hasta entender ” sal de ahí cagando leches” “Nostamal. Al mogollón” por ejemplo.
    resalto algunas expresiones especialmente agradables a la lectura “La Luna siguió surcando un mar de gasas, marcando el tiempo con su arco” sin bien considero que lo más fuerte en tu texto es la trama también tiene construcciones más que interesantes. O por ejemplo en La detonación llegó a lo más hondo de Susana. ” Algo se debilitó diluyó desgajó Susana dudó. ¿La espera había acabado?” volves a retomar la esencia de al espera más allá del rumbo de la historia y a rescatar al personaje inicial y eso está bueno porque permite al lector cerrar una historia “redondita”. Saludos nos leemos Cecilia

    Escrito el 18 abril 2017 a las 12:42
  5. 6. Grumete dice:

    Hola Juan,un placer poder descubrir a tu susana.

    Tengo que decir que me fascina tu manera de contar las cosas,hay algunas metáforas,que digo como cajones se le habrá ocurrido.Es una historia diferente y eso se aplaude.
    El reto era que comenzara con… Susana esperaba y tu Susana vaya si espero,solo puedo felicitarte .

    Un saludo ,nos leeemos.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 17:06
  6. 7. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Juan. el texto tuyo es una caja de sorpresas. Primero me llama la atención la historia que en sí plasma a una mujer que espera en un lugar poco probable para la cita amorosa que la inquieta.

    Aquí, haces incapie en uno de los sentires mas profundos de una mujer, el honrar por siempre el recuerdo de un amor. Aunque este nunca llegó a la cita. Susana se mantiene fija en esperarlo. Espera que se torna eterna.

    Después sobreviene una sorpresa describes con exactitud la explosión de la bomba atómica en Hiroshima dibujándola con tu fina pluma como el brillar de un sol diferente; luego nada. Sólo el pensamiento de Susana fiel a la espera.

    Hasta aquí alcancé a querer descifrar lo sucedido. porque los personajes que la encuentran mencionas andar buscando “Volutas” que detectan con un escáner, me imagino radioactivo.

    ¿Acaso el efecto de la explosión la transformó en un adorno o en uno de esos círculos concéntricos que todavía no tienen explicación?

    Un gran relato que deja mucha inspiración para futuros proyectos. Felicitaciones.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 02:27
  7. 8. Juan Sauce dice:

    ¡hola!
    Dices en tu link que la tuya es una historia simplona; a mí no me lo parece. Es más, me parece bastante complicada, así que no puedo imaginar qué hubieras escrito de llevar a cabo tus dos primeros proyectos.
    En la primera lectura no he comprendido demasiado. Me ha parecido una historia llena de detalles oníricos, algo surrealista. Ha sido al leer en tu link que haces referencia a la xplosión atómica de Hiroshima cuando he podido entender el texto en la segunda lectura. No sé si a los demás les pasa, pero si muchos te dicen que no es del todo comprensible, quizás deberías revisar la forma de narrarlo.
    Ahora que lo veo más claro, puedo decir que me gusta la historia. Tiene un toque de fantasía/ciencia ficción que se ve más en la segunda parte. Me gusta el “enfoque” de la historia: cómo la persistencia inquebrantable de esperar a la persona amada la hace, de alguna manera “eterna”, con ese final trágico para tantas que “han esperado” en vano.
    Lo del cementerio no me parece necesario; podía haber esperado en cualquier otro lugar (de hecho, encuentro que un cementerio es un lugar poco romántico para una cita amorosa, aunque hayan cementerios bonitos). También lo de la bomba atómica podría haber sido sustituido por cualquier otra catástrofe que la llevara a la muerte, aunque claro, gran parte del relato hubiera cambiado mucho. Y no llego a saber qué buscan los hombres que se la llevan aunque reconozco que tampoco tiene mucha importancia; no es necesario saberlo todo.
    En general, un buen relato. Me ha gustado. Felicidades y adelante.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 21:20
  8. 9. Anael dice:

    ¡Hola Juan!

    Me acabo de dar cuenta de una cosa, así que como tú dices, voy duro y a la encía, sin censuras:

    La primera vez que leí el texto me costó mucho entenderlo. Por lo visto, en parte se debe a que tu estilo, tan bonito y florido, crea imágenes en mi mente que me distraen de la trama principal y me impiden concentrarme en la historia (no paro de pensar, «¡qué metáfora más chula!» cada dos por tres ^^’). Me parece relevante señalar esto porque a veces hay que retirar al autor un poco en favor del relato, sobre todo si tu intención es que el texto se entienda y se siga con facilidad. Aún en una historia que consideras simplona 😉
    Las siguientes lecturas que hice, concentrada en la corrección, no lo disfruté como debía. Ahora, con una lectura más reposada y con la mayoría de las bonitas figuras digeridas (aunque he visto que hay nuevas 😉 ), he podido disfrutar del cuento como un todo, con sus figuras y con el conflicto de Susana al mismo tiempo. Puede que no sea de los mejores que has escrito, pero tirar de tópicos no lo hace malo. En realidad, creo que lo que pasa es que tu estilo tan onírico y particular no pega en un mundo como la tierra, o que no sea surrealista. El lenguaje no se adecúa al entorno, y creo que es ahí donde la mayoría de lectores tropezamos. A eso me refiero cuando digo que el estilo del autor no debería entrometerse en el relato. Tu estilo estorba a lo que quieres contar en lugar de estar a su servicio.

    Bueno, he de decir que ahora estoy sin palabras. En esta lectura he sentido la fidelidad de Susana (no sé si te has centrado un poco más en ella que antes o he sido yo la que se ha centrado más, pero me gusta el cambio) y me he metido mucho más en ella como el personaje luchador y tenaz que es. Es una buena historia.

    Así que si has cambiado cosas, enhorabuena, porque el cambio me ha hecho entrar mejor en la historia. Y si no lo has hecho, es que yo tengo que reposar más los textos antes de comentarlos 🙂 Pero vamos, mi conclusión de hoy es la del estilo. Creo que se te ha metido en el camino porque no encaja con el mundo que describe al principio. Hay que saber adecuar el estilo a la historia. Pero fuera de eso, me ha gustado mucho más esta vez que lo he leído. Felicidades.

    ¡Un abrazo!

    P. D. Lo del falso sol no sé si se entiende sin leer el “acerca” que señalas… Yo al menos no lo entendí. Pero bueno, no puedo hablar por los demás 🙂

    Escrito el 20 abril 2017 a las 23:19
  9. Hola a todos.

    Voy por partes, y un poco apresurado 🙁

    Coral, muchas gracias por comentar.

    El argumento deriva del realismo sensiblero (primera parte), al realismo crudo con un ligero toque de fantasía (segunda parte, que junta una recreación ‘a mi estilo’ de un detonación nuclear con el embrión de la creación de una Voluntad) para acabar en un cruce entre ciencia ficción y fantasía (paisaje postapocalíptico y entrada en juego de la guerra Hombre-Voluntad).

    Soy del todo consciente de que la sección final del cuento no se entiende bien. Al menos no si el lector no posee un trasfondo más completo: está inmersa en un escenario amplio que poco a poco voy pintando en una serie de historias. Uno de los elementos de ese escenario son las ‘canicas’ de Voluntad. Un primer esbozo de ellas aparece en un microrrelato de hace unos años: https://juanfvaldivia.wordpress.com/2013/10/05/el-peso-de-la-voluntad/

    A ver si tengo un poco de tiempo y me paso por tu relato.

    Hola, Woldux.

    Al final eliminé el ‘fale’ porque sin más palabras (sin más contexto) lo veía demasiado ‘oscuro’. Otra cosa hubiera sido de poder disponer de más palabras para dar personalidad a los personajes…

    Gracias por comentar.

    Buenas, Josefa.

    En efecto, con el final buscaba acabar de romper el aire empalagoso con que empieza el cuento, y que (creo) ya rompo un poco con el pasaje intermedio. Incluso uso en la última sección un estilo más sucio adrede. Yo no soy nada romántico, no 😛

    Muchas gracias por molestarte en comentar.

    Hola, Cecilia.

    Las expresiones que comentas pertenecen al argot ‘sucio’, de barrio, de España. Comprendo que a un lector de otra región se le haga raro, pero entiendo que cada zona tiene sus localismos. Yo ‘cojo’ el coche cuando quiero decir que me subo a él lo conduzco, y en otros países eso tiene con componente sexual 😛 Y supongo que habrá ejemplos al revés. Riquezas del lenguaje 🙂

    Gracias por comentar.

    Buenas, Grumete.

    Gracias por tus palabras. Me alegra que te haya gustado. Con o sin ‘cajones’ 🙂 ¿Cómo se me han ocurrido esas metáforas? De una manera muy sencilla y que todos pueden hacer: leyendo mucho y más o menos variado (aunque debería ampliar mi horizonte de lecturas).

    Muchas gracias por comentar (y, para todo un grumete, de regalo un relato marinero: https://juanfvaldivia.wordpress.com/2015/09/03/el-hombre-de-la-grimpola/).

    Hola, Osvaldo.

    No te creas que los cementerios no sean poco frecuentados para citas. A algunos nos gustan tanto que incluso, cuando visitamos por primera vez una ciudad, intentamos darnos una escapada por los camposantos. Al menos en mi caso, yo lo hago siempre que puedo. Y si además te mueves entre siniestros/góticos (la tribu urbana), lo de las visitas a los cementerios es casi obligatorio.

    No, la explosión no convirtió a Susana en una ‘Voluta’. Su propia voluntad, su deseo de esperar, tan fuerte que incluso resistió a la explosión, la convirtió en algo más, en una estatua viviente a la espera de su amado, una estatua que en su interior alberga una chispa de Voluntad. Y esas chispas, esas canicas, es lo que buscan los dos personajes finales. Considéralos una especie de recolectores. Como se intuye en el microcuento que le indiqué a Coral, en mi universo de la Voluntad esas esferas tienen diversos usos, uno de ellos el de suministrar energía a motores.

    Me alegra que, pese a la parte final, te ha ya gustado.

    Gracias por comentar.

    Buenas, tocayo Sauce.

    Si hubieras leído los borradores de las otras dos hubieras visto las enormes diferencias en cuanto a complejidad de trama (la primera) y de escenario (la segunda). Sí, esta es con diferencia mucho más simplona: amor-desamor, bomba que arrasa ciudad, recolectores.

    La extensión de palabras impide describir todo de una manera ‘apropiada’. A veces consigo escenas bien definidas, como por ejemplo las de las escenas 41 y 42, y otras… otras esto. Pero tampoco me voy a preocupar mucho en reescribirla: estos textos tiene un recorrido muy marcado, y limitado.

    En efecto, leyéndolo a posteriori el elemento ‘cementerio’ no aporta nada. Sólo un par de detalles de ambientación, del todo eliminables. Lo de la bomba atómica tiene su juego dentro de un marco concreto que poco a poco voy dibujando en varios relatos: una guerra entre Hombre y Voluntad. Un cuento que acabé hace un mes está narrado en un ‘periodo post-guerra’, y en este por primera vez muestro de lleno un acto de esa guerra y lo que puede ocurrir en esa guerra con la Voluntad. Tonterías mías 😛

    ¿Qué buscan los hombres? Como le he dicho a Osvaldo, recolectan entre los escombros chispas de Voluntad, pequeñas ‘unidades de poder’ para luego usarlas de diversas maneras. Susana se ha convertido en una de esas chispas al obligarse a sí misma a resistir, a esperar. Su sentimiento, su amor, la ha permitido superar y resistir algo tan devastador como una explosión atómica, demostrando poseer el don de La Voluntad, algo buscado y objeto de deseo en mi universo particular.

    Muchas gracias por comentar.

    Hola, Anael.

    Esa es la manera: duro y a la encía. Si tiene buena intención, siempre se aprende de la crítica.

    Sí, a veces no consigo apartarme del ‘estilo florido’. Debo intentar practicar más el estilo Tiptree.

    Pero es que este cuento lo he escrito a rastras, en cierta (mucha) manera a desgana, sin convencimiento. Y me temo que eso se ha acabado notando. Asumo todo lo que dices del peso del autor y de su estilo sobre la obra.

    Llegas a leer lo que perpetré para el segundo intento (pura fantasía ambientada en un cementerio/limbo de Voluntades) y entonces sí que hubieras flipado con las imágenes y las metáforas surrealistas. Casi más loco que uno de mis relatos más locos, el de ‘Salvaje melodía de un mal sueño’ (https://juanfvaldivia.wordpress.com/2016/05/11/salvaje-melodia-de-un-mal-sueno/), y ese ya era muy loco, inmerso en La Voluntad a tope.

    He hecho algunos cambios, pero casi ninguno más allá de los muy bien comentados por algunos 😉

    El falso sol: de nuevo estamos con la economía de palabras. Tratar de lograr una historia con esquema clásico (tres escenas, dos nudos), y todo eso en 750 miserables palabras… y a eso añadirle que lo hice con muy poca inspiración, o muy forzada. Para mí se entendía lo del sol nocturno (ahora mismo tengo en mente algunos de los vídeos de detonaciones de bombas atómicas y me sigue cuadrando la escena), pero se ve que a otros lectores no. Lo dicho, si tuviera más palabras para narrar… pero no 🙁

    Lo dicho: muchas gracias por comentar. Y eso de manera doble, triple 🙂

    Y con esto ya acabo. Este comentario ya es más grande que el propio relato 😛

    Un saludo a todos.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 09:28
  10. 11. Laura dice:

    Hola Juan.
    ¿Qué quieres que te diga? Me ha encantado. Simplemente eso. Lo leí de un tirón. Lo único que con tus explicaciones me aclaras es el objetivo de la búsqueda de los personajes del final. Yo hubiese esperado algo más poético, tratar de resucitarlos, de regenerarlos, espero (idealmente) que sea para obtener lo mejor de la fuerza de voluntad, aunque los métodos y el habla de los personajes dan más miedo que seguridad.
    En síntesis, maravilloso.
    Sigue escribiendo.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 11:01
  11. 12. Pepe Illarguia dice:

    Estupenda narración Juan, independientemente​ de esa guerra de voluntad en la que nos has metido, creo dentro llevas un notable escritor.
    La pega que le veo a esta historia es que no creo que la espera convierta a su actor, por culpa de esa pasividad, en un ejercicio de poder, pasa lo mismo con los amigos de Godot, al final no saben porqué están esperando, pero en beckett esos personajes se convierten en símbolos del absurdo, y aquí a Susan le falta corazón, bueno sí un poco radiactivo.
    Un placer leerte de nuevo.
    Un cementerio diferente puedes encontrar en mi relato, el 183.

    Escrito el 22 abril 2017 a las 17:35
  12. 13. Marián dice:

    Hola Juan.
    Me ha gustado tu escena, llena de metáforas; especialmente la evolución que se produce desde el inicio bastante poético que va cambiando a lo fantástico y finalmente, más rudo. Y el lector que sigue esperando…
    Me ha parecido que el cementerio entraba un poco forzado, pero cabe.
    Y me admira lo mucho que te curras el texto. Yo te lo agradezco. Es un gusto leerte.
    Saludos, (223)

    Escrito el 23 abril 2017 a las 03:36
  13. 14. Earendil dice:

    Hola, Juan.
    Estupendo relato. Enhorabuena.
    Un saludo.

    Escrito el 24 abril 2017 a las 16:49
  14. 15. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola.

    Te devuelvo la visita. He leído tu texto una vez, sin leer los comentarios, y he preferido leerlos para entenderlo a fondo. Sabiendo que se trata de una bomba atómica se visualizan mejor ciertas metáforas, en realidad se visualiza mejor todo el texto.

    Tus explicaciones han cambiado mi primera percepción sobre el significado metafórico que has querido dar a Susana. Antes de leer los comentarios he empatizado con una Susana melancólica, ultrajada y abandonada; después, con tus explicaciones, por lo visto Susana es una heroína. Es desconcertante. Nos revelas que guardas un “universo particular”. Petrificada estoy, como tu Susana, creo que voy a apoyarme un poco en ese comentario que tan bien ha hecho nuestra compañera Anael: el lector tiene que esforzarse para encontrar el sentido a todo ese torrente de bellas metáforas y recursos estilísticos. La excesiva belleza puede tener un precio: para el lector porque necesita respuestas si no llega a conseguir interpretarlo, para el autor porque debe dar explicaciones congruentes sobre ese universo creado.

    Me gusta la transgresión, el surrealismo, lo kafkiano, el conceptualismo (no las latas de leo mattioli 🙂 Así que, mi gozo en un pozo J.F. Valdivia, tu relato me ha parecido brillante.

    Un saludo

    Escrito el 24 abril 2017 a las 22:56
  15. Hola a todos.

    Por fin puedo ponerme de nuevo a responder comentarios.

    Buenas, Laura.

    Me alegro que te haya gustado. El final de Susana, tal y como intuyes, tiene más de prosaico que de otra cosa. Pero la vida tiene esa esencia casi por naturaleza. Muchas gracias por comentar.

    Hola, Pepe.

    Gracias por el piropo, pero sé que sólo soy un simple aficionado. De todas maneras, ver que las tonterías que escribo le agradan a alguien (incluso las que, como ésta, surgen muy forzadas), me hace seguir.

    Lamento decir que no puedo responder a lo de Godot. Supongo (al mentar a Beckett) que te refieres a la obra de teatro Esperando a Godot https://es.wikipedia.org/wiki/Esperando_a_Godot. Hasta que no he tirado de Google no sabía ni que existía :(, así que lamento no poder decirte nada.

    De todas maneras muchas gracias por molestarte en comentar.

    Bienvenida, Marián.

    En efecto, al final el cementerio está muy metido ‘a la fuerza’. Uno de los fallos del cuento.

    Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.

    Hola, Earendil.

    Me alegro que te haya gustado. Aunque dista mucho de merecer el calificativo de ‘estupendo’.

    Gracias a ti.

    Buenas, Esperanza.

    Tal y como dices, el texto adolece de depender mucho (demasiado se ajusta mejor a la realidad) de ‘mi universo’. Pero me temo que este mes, con tan poca inspiración, me puedo dar con un canto en los dientes al poder haber juntado estas palabras. Tomo nota de lo que decís tanto Anael como tú e intentaré no dejarme llevar tanto por la forma.

    Muchas gracias por comentar.

    Un saludo, a ti y a todos los demás.

    Escrito el 30 abril 2017 a las 23:08

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