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Hacer de la espera un modo de vida - por Cecilia
Susana esperaba. Sentada con las manos sobre las rodillas, con su peinado primoroso, junto a la ventana. Más, pasado el primer invierno se entumeció de tal modo que resolvió cambiar de posición. Entonces decidió aguardarlo de pie recorriendo las doce baldosas entre la cocina y la puerta de salida. Los días transcurrían y las baldosas comenzaron a desgastarse. Sin duda, doce pasos, era una distancia insignificante para contener su creciente impaciencia. Por ello, prefirió ocupar sus días en algo útil. Así fue que empezó a coser. Cosía durante las horas del día y también por las noches. Hacía dobladillos, pegaba botones y remendaba los huecos de sábanas, mantas y cortinas. Aunque su peinado ya no se veía tan ordenado, continuó esperando, atenta siempre al camino de la alameda.
Cuando sus músculos no lograron desentumecerse al final de aquel invierno, y las baldosas eran solo un recuerdo, cuando no quedaban huecos por remendar y aunque estuvieran abiertos, tan grandes como monedas, sus ojos cansados ya no los hubieran descubierto, Susana soltó la aguja.
Se dio cuenta en ese instante que de tanto esperar había olvidado todos sus recuerdos. No lograba evocar la tibieza de sus abrazos en el otoño, ni siquiera conservaba en la memoria el sabor de sus besos.
Lloró dos lágrimas saladas y entendió en ese instante que debía resolver de qué modo continuar.
Pensó durante largas horas, incluso durante días completos. Tantos que desde su ventana ya podían verse las tormentas de verano hacia el final de la alameda.
Entonces. Entonces supo que seguiría esperando.
Rehízo con alegría su peinado primoroso. Y con paciencia renovada se sentó a esperar el regreso de sus recuerdos.
Hola Cecilia:
Creo, si no me equivoco, que es la primera vez que tengo el placer de leerte.
No tengo otra cosa que decirte que: “felicidades” por una prosa hecha poesía. Aquí creo que debería utilizar el refrán de: “lo breve si bueno dos veces bueno” escrita por Baltasar Gracián (1647)
Muy bien escrito. con mucho saber hacer.
Estupendo trabajo el tuyo. Tomo nota; y creo que más de uno también debería.
Un fuerte abrazo.
Nicolás, mi ego entusiasmadísimo!!!!! ja ja se agradecen los comentarios, Ceci
Hola Ceci, me recuerda un poco a la Penélope de Joan Manuel. Un hermoso final y ese peinado hecho y deshecho que va marcando simbólicamente el paso del tiempo y la redención.
Hermosas la descripciones.
Un beso
Hola Cecilia, un microrrelato que retrata toda una vida de espera de esta Penélope parada en el tiempo que desgasta las baldosas con sus pasos. Surrealista y tozudo retrato de una negación de la propia vida legitimada por la espera. ¿O fidelidad apuntalada por la certeza del regreso, fe inquebrantable que vence los obstáculos más tenaces, hasta el olvido de los recuerdos? Quien sabe.
Un lindo microrrelato al que hago un microcomentario. No vi ningún error de estilo ni de vocabulario o gramática. Solo felicitaciones.
Hola Ceci. Me encantó leer este relato. Ágil, romántico y hasta diría un tanto irónico, en como dejamos que se nos pase la vida, esperando. Felicitaciones!!!! Muy bueno!
Hola, otra vez, Cecilia:
Muy bonita y delicada historia. Te felicito.
Me vas a permitir unas pequeñas cosas por si pueden servirte:
Segundo renglón: «Más, pasado» En primer lugar la conjunción adversativa «mas», no lleva acento. Por otro lado, está en desuso. No la verás en la literatura actual. Fue, hace muchos tiempos sustituida por la adversativa «pero» y sin coma detrás tanto en una como en otra.
«doce pasos, era una distancia, etc.». Entre sujeto, «doce pasos» y «era», verbo, jamás pueden separarse. Es regla obligatoria de nuestra Ortografía.
Pues nada más que felicitarte de nuevo.
Un abrazo
Baltasar
Hola Cecilia, Como mencionas en tu primer comentario, debo decirte que el ego se alimenta de buenas vibras y mira que las que yo te envío son altamente nutritivas.
Tu texto es admirablemente corto pero llega. Su contenido es un poema. Ahí, los recuerdos de una mente se repiten como las estaciones del año: nacen, crecen, maduran y mueren sólo para volver a nacer.
La delicadez y profundidad de tu relato merece mis felicitaciones.
Enhorabuena.
Hola Cecilia.
Creo que entre las dos primeras oraciones, en realidad necesitas utilizar una coma en lugar de un punto. Me parece que algo le falta a la segunda oración: Sentada con las manos sobre las rodillas, con su peinado primoroso, junto a la ventana.
No obstante, tu texto hermoso. Felicitaciones.
Sigue escribiendo
Gracias gente!!!! A tod@s por sus palabras y por su tiempo. De veras escribo por puro placer pero no tengo formación académica así que todas las recomendaciones las valoro profundamente. Nos leemos!! Cecilia
Hola Cecilia.
Muchas gracias por pasarte por mi relato y dedicarle tu tiempo.
Sobre tu historia,solo puedo felicitarte .Me pareció una delicia ,esta claro que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños,sigue así.
Un saludo ,nos leemos.
Hola Cecilia,
Qué poético tu relato! Un placer leerlo… Y cuando parece que se apaga su vida renace la esperanza.
Un abrazo
Hola Ceci!!
Sobre la hora, aquí estoy devolviéndote la visita. Gracias por tu generoso comentario! 🙂
Me gustó mucho tu relato, y eso que soy más amigo de la acción contundente. Pero escribir un cuento a partir de una situación estática, y que funcione, no es nada fácil. Y vos lo conseguiste!
Me hiciste acordar de un cuento de Cortázar, “La autopista del sur”: todo transcurre a partir de un embotellamiento de tránsito.
Felicitaciones y nos leemos ya!