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Traición - por Violeta
Traición
Susana esperaba, llevaba esperando mucho tiempo.
Se sentaba en un banco, junto a los cipreses que bordean la pequeña plaza del camposanto, y aguardaba paciente el día en que vería pasar los restos de la que había sido su gran enemiga.
Hacía unas semanas que había vuelto a España, y por casualidad, una mañana mientras leía la prensa, una noticia le saltó a los ojos: «La gran bailaora flamenca, Maravillas Amaya, se debate entre la vida y la muerte. Después de una larga enfermedad que los médicos no han podido…» no pudo seguir leyendo, el estómago le dio un salto, el corazón se le encogió. ¡La Mara se moría! Después de cuarenta años, sus plegarias del pasado, por fin, habían sido escuchadas.
La mujer que se lo quitó todo: su puesto como primera figura dentro de una reconocida compañía flamenca y el prestigio que eso suponía, sus ilusiones, su inocencia… su vida entera por aquel entonces. Ahora, después de tanto tiempo y tanto resentimiento, se hacía justicia, y sin embargo, aún sabiendo cerca su final no se sentía mejor.
Sentada plácidamente en un banco del cementerio, entre el arrullo de los pájaros y el cálido sol otoñal recuerda su pasado, y comprende que fue su impotencia y su dolor lo que a pesar de haber rehecho su vida y sentirse feliz, no le permitió olvidar la traición, ni perdonarla. Durante mucho tiempo fantaseó con el ardiente deseo de que un fracaso estrepitoso sacara a su enemiga para siempre de los escenarios o un trágico accidente, una enfermedad o cualquier doloroso infortunio. Entonces ella reaparecería, volvería a ser la que hubiera debido ser, y crítica y prensa la alabarían y reconocerían su talento.
Maravillas fue su mejor amiga, compartieron confidencias, sueños, secretos, alegrías y tristezas, por ese motivo no vio lo que muchos insinuaban y algunos empezaban a murmurar: «la Mara no es de fiar», decían. Y cuando repentinamente enfermó con aquellas fiebres que la tuvieron meses en cama, Maravillas fue quien firmó el contrato suplantándola como primera figura de la compañía, cambiando el nombre de Susana Heredia García por el de Maravillas Amaya, quien se subió en un barco y se fue seis meses a hacer las Américas, sin ni siquiera decir adiós. Mientras, la enferma permanecía ajena a todo, prisionera de unas terribles fiebres que desaparecieron como llegaron. Cuando por fin pudo ponerse en pie, ya era demasiado tarde. La compañía «El Duende» triunfaba al otro lado del charco, habían pasado cuatro meses.
Hoy por fin, después de tantos años y tanta espera, ve pasar los restos de su vieja enemiga, el cortejo fúnebre que la acompaña y la música de fondo que lo envuelve todo. Y descubre que no siente rabia, ni odio, ni dolor… solo un gran vacío, un hueco en el corazón.
Violeta: tu relato es bastante desgarrador. El odio mantenido durante tanto tiempo, lo describes sin acritud. Es como si supiera lo que iba a ocurrir, sencillamente porque ella lo deseaba. La historia está bien construida. Pero… para mi gusto hay demasiados adjetivos, que muchos no hacen falta porque ya lo has dicho con anterioridad.
¡Hasta la próxima!
Te seguiré leyendo.
Hola. Paso a comentar en retribución de tu comentario.
Tu relato está muy bien escrito, pero para mí no hay conflicto a pesar de la gran pena que siente la mujer.
Lo habría si, por ejemplo, descubriera que su fiebre vino por un embrujo de la otra o algo así. Y que la muerte de laotra, lo fue a su vez por un embrujo de ella. Y ahí que la venganza termina no llenándola. Es una idea, saludos.
Hola Violeta:
Me he dejado caer por aquí para leer tu texto y he de decirte que me ha gustado como has descrito lo que siente la protagonista, esa confusión que padece ante un hecho que, por un lado deseaba y por otro ve que no obtiene rédito alguno.
Yo sí veo conflicto solo que observo un conflicto personal, interior, un conflicto consigo misma al creer erróneamente que la desdicha de Maravillas Amaya sería su forma de redimirse, y cómo finalmente percibe que no es así.
Si quieres pasar por mi relato para comentarlo me encuentro en el nº 76.
Un saludo.
Hola acabo de leer tu relato y me agradó la descripción de las acciones y sentimientos de tu personaje, aveces tengo los mismos sentimientos y sensaciones que tu Susana. Cuando algo me sale mal y no puedo hacer nada para arreglarlo y me siento a esperar que algo suceda jeje. Como es la primera vez que participo me gustaría que leyeras el mío para tener variedad de opiniones soy el nro. 178.
Saludos.
Hola Violeta, desgarrador el espectáculo de una mujer que espera tantos años ver pasar el cadáver de su enemiga y que, cuando esto ocurre, no siente la esperada alegría ni alivio alguno. Hay que pensar que la venganza no trae felicidad, aunque algunos pretenden que es dulce. Tantos años echando la culpa de su fracaso a otra persona y convirtiendo su envidia en odio en vez de esforzarse por superarse ella también y lograr la fama. No podía dar buen resultado, ¿no? Un relato bien escrito, Violeta, bien narrado. Sólo encontré unos cambios de tiempo verbal del pasado al presente que no sabía si eran acertados, nada más. Sigue escribiendo.
Hola Violeta!
Mil gracias por tu cálido comentario a mi relato! 🙂
El tuyo me encantó! Me gustan los personajes complejos, incluso me hizo acordar mi propio relato en el mes de la consigna sobre el doble. Nada más me descolocó el hecho de que el nombre original de Maravillas fuera también Susana. Pero quizás es precisamente adrede, y se trate de un alma gemela o algo así.
De todos modos, y fuera de algún errorcito que te hayan podido marcar, me parece que es un relato que va develando su misterio a un ritmo y de una manera ideal.
Felicitaciones!
Hola Violeta.
Me ha gustado tu relato. Está bien escrito. Tal vez podías haber ahondado en el sentimiento que le queda finalmente de inutilidad de su odio que tal vez empañó la felicidad de que pudo haber disfrutado a pesar de la traición de su amiga.
Hasta el mes próximo.