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Recuento de palabras - por Arameo

Susana esperaba que la brisa trajera consigo un sentimiento de paz, que le refrescara el rostro y se le metiera por las corneas, por las fosas nasales, por la garganta. Una paz refrescante con sabor a menta, a porvenir, a vida. Era de mañana, el día estaba nublado, las personas a su alrededor iban de negro. Un sacerdote presidía la ceremonia. Su esposo, sostenía de la mano a una mujer joven, más joven que ella, menuda, ingenua. Nadie lloraba, pero Susana sentía las lagrima cerrar filas en su interior, dispuestas a marchar hacia el amanecer.
Todos tenían esos estúpidos números sobre sus cabezas.
Todo había comenzado semanas atrás, apenas y podía recordar el inicio, pero para Susana el intermedio había sido más memorable. ¡Oh! Aún soñaba con aquel día.

Susana se despertó una mañana de Abril y sigilosamente, sin despertar a su marido, que dormía al otro extremo de la cama, se dirigió al baño. Ya en él, había intentado accionar el interruptor de la luz sin darse cuenta de que el cuarto se encontraba ya ligeramente iluminado. Miró al espejo, tratando de adaptar sus ojos al brillo sobre su cabeza. Ante su visión borrosa, un halo de luz contenido en una ligera brumosidad fue tomando forma sobre su cráneo.
Se lavó el rostro con agua fría. Después de secarse, salió del cuarto y bajó.
Ya en la cocina, Susana dispuso la cafetera junto al enchufe y la encendió. Dentro de ella corrían sensaciones confusas, irreconciliables, como en un sueño.
—Tengo que dejar de pensar en eso —dijo para sí misma, en voz alta, y alargó el brazo hacia el televisor.
Después de una ligera interferencia, del otro lado de la pantalla, un hombre cano y bien vestido sosteniendo un amasijo de papeles mientras parecía leer agitado un comunicado, hizo su aparición. Sobre su cabeza flotaba un halo de luz con una forma muy familiar para Susana.
«… entendemos, entonces, por estos reportes del departamento de salud donde aseguran que el halo de luz, aparecido hace unos días sobre todo ser humano en la faz de la tierra, efectivamente puede ser un indicador de la actividad sexual, tal y como ha sido viralizado mediante redes sociales. Sin embargo esto sigue siendo una postura, de acuerdo al informe mismo, no oficial. Por lo cual han solicitado a toda la comunidad mantener la calma y tener la mayor discreción posible ante cualquier filtración fraudulenta de información…»
Susana estaba absorta en diversos pensamientos. En el transcurso de aquellos días, había visto a sacerdotes ser acusados de lascivia al romper sus votos de castidad, padres acusados de abusar de sus hijos, hasta había visto el caso de un enfermero cuyo pasatiempo parecía ser abusar de pacientes comatosas en el pabellón de recuperación del hospital general. El mundo se había puesto de cabeza.
—Es divertido, Susana. —Había dicho su amiga X.— Hemos apostado a ver quién llega primero a los tres miles.
—Sí, —dijo Z.
Ella no veía lo divertido en todo aquello.
Si no fuera por tanto alboroto, podría pensar que en su casa todo seguía igual. La indiferencia de su marido, la sensación de soledad y toda la incertidumbre acerca de su matrimonio. Ahora para Susana, todo era más claro. Como aquel halo de luz en la cabeza de su esposo, el cual parecía haber incrementado en uno, de un día para otro sin estar ella presente. Por su cabeza habían pasado un sin fin de ideas, pero solo una de ellas tenía sentido para Susana. Mientras esto pasaba por su cabeza, dejaba a un lado la taza de café y dirigía su mano al estante de los cuchillos.
El despertador sonó escaleras arriba.

Aún soñaba con aquel día.
Pero en ese momento. Esperando la brisa. Se percató de que sobre su cabeza ya no había rastro de luz. La gente se había ido, el féretro ya estaba bajo tierra. Y susana sentía cada vez más problemas para respirar. Sintió, como aquella vez, de niña en la playa, una sensación arenosa en el rostro, que le picaba en los ojos y en la nariz. Algo se le había metido por la garganta. Sin duda el universo se había puesto de cabeza, pensó. Y esperó. Esperó despertar de aquel sueño también, donde todo se había vuelto oscuridad. Donde los números, las traiciones y la muerte parecían ir perdiendo peso, y donde ella comenzaba a sentir verdadera paz finalmente.

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3 comentarios

  1. 1. Ortzaize dice:

    Jaaa que lio. No se muy bien si ya estaba muerta.si era un sueño.
    Despues d un repaso a su vida y milagros. Creo que tengo que volver a leerlo .biennn x susana.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:10
  2. 2. Edu SC dice:

    Hola Arameo,

    Desde luego tu historia es imaginativa y en cuanto a la forma, no tengo peros que ponerte, creo que lo has llevado muy bien. Pero me ha resultado confusa. Creo que, desde mi posición de lector, necesitaría hechos más claros, que me explicaras con más detalle lo que ha ocurrido. Realmente desconozco si Susana está muerta, si ha asesinado a su marido porqué este le era infiel…(esto creo casi seguro que sí).

    También veo confuso que nombres a sus amigas como X y Z, no veo que aporta al texto y a mi me ha descolocado. A lo mejor sí tiene un sentido, pero yo no he sabido verlo.

    Me ha despistado lo que dices de los padres con sus hijos y de los enfermeros. No entiendo que un indicador gráfico, a la vista de todo el mundo, de la actividad sexual de cada uno, pueda dar lugar a pensar eso.

    Con todo esto, sólo trato de transmitirte mis dudas como lector. Como te decía al principio, la historia me parece muy imaginativa y bien contada en lo formal. Sólo necesito, como lector, entender más lo que ocurre. En todo caso, ten en cuenta que es mi opinión, a lo mejor otros lectores sí han captado con claridad el cuento.

    Espero que te haya podido ayudar.

    Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 21:42
  3. 3. Gaia dice:

    Arameo, te animo a seguir escribiendo. Eres joven y te irás puliendo poco a poco. Cumpliste con el reto. Te invito a visitar a mi Susana por el 145

    Escrito el 26 abril 2017 a las 14:28

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