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Como Dios manda - por PerePaella

Susana esperaba a que se durmiesen todos en casa. Cuando ya hacía rato que solo escuchaba ronquidos, se levantaba, se ponía los zapatos y nada más, pues se había acostado vestida. Luego salía por la ventana de su casa y se escabullía entre las sombras de su pequeño pueblo. En cinco minutos llegaba al cementerio, incluso en los días sin luna.
No era la primera vez que venía a esas horas, lo hacía varias veces al mes, siempre que algo le rondaba por su cabecita de adolescente.
Una vez allí corría a la parte de atrás. No le interesaba entrar, no tenía a nadie dentro a quien visitar. Sus padres debían estar allí, pero no sabía donde estaban enterrados. Pero sí sabía que los habían matado junto a esa tapia, y allí se dirigía cuando la necesidad de hablar con ellos era demasiado grande.
Llegaba y se paraba al lado de la pared, pasaba la mano por ella y notaba los impactos de las balas. El ayuntamiento había mandado pintar, pero aun se notaban. Entonces, de algún bolsillo sacaba un par de margaritas medio mustias, y las dejaba en el suelo, lamentando no poder llevarles algo mejor. Y entonces, en silencio, les contaba lo que le preocupaba, no directamente, daba unos cuantos rodeos, les ponía al corriente de como iban las cosas por casa…
“La abuela está cada día más sorda, en cambio el cocido cada vez le sale mejor. El tío Julián volvió de viaje y me trajo una muñeca nueva. Y… bueno, supongo que ya lo sabréis… pero… sor Ángela me ha castigado otra vez.”
Pero aquella vez era distinto, las palabras no le salían, no sabia como enfocar el tema. Sentía, en lo más profundo de su ser que les estaba fallando, que eso no se lo perdonarían.
“La tía… Un vestido… El otro día…” En este punto rompió a llorar, y por primera vez les habló en voz alta.
–¿Por qué me dejasteis sola? No es nada fácil. Me cuesta mucho seguir sin vosotros. Me duele. Pero he de hacerlo. Y ya tengo una edad… Vengo a deciros que me he enamorado. Y sé que no os va a gustar él. Es Juanito, el hijo del alcalde. Sí, sé como es ese hombre. Pero Juanito no es igual. ¡Si lo pudieseis conocer!
Y allí estuvo, llorando, hablando y desahogándose.

–Susana, amor, despierta.
Susana abrió los ojos, allí estaba Juan, su marido. De repente recordó que era el día, ese tan esperado y tan temido.
Se levantó con lentitud de la cama, no en vano casi setenta años pesaban ya a sus espaldas. Ella y Juan se vistieron y bajaron a la calle, uno de sus hijos los recogió en el coche y los llevó a aquel mismo cementerio de cuando ella era una niña.
Durante el camino, estuvo en silencio. Su marido le cogía la mano mientras su mente vagaba entre el pasado más reciente y el de más de medio siglo atrás. Hacía unos meses, en una mísera cuneta, habían encontrado a sus padres. Cuando le dieron los resultados de la prueba de ADN pensó que al menos habían estado juntos.
Pensó, notando esa mano casi todo huesos en que Juan la había apoyado durante todo el proceso y que aquí seguía, junto a ella, apretando bien fuerte su mano, mientras los enterraban como Dios manda. 

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6 comentarios

  1. 1. Alycia dice:

    Hola, PerePaella:

    La frase “No era la primera vez que venía a esas horas” me suena mejor poniendo “iba” en lugar de “venía”, aunque no sé explicar por qué (¿manías mías?).

    Este “cómo” lleva tilde: “les ponía al corriente de como iban las cosas por casa…”

    Me da la sensación que los últimos párrafos los has revisado menos o los has escrito con más premura, ¿puede ser?

    Es una historia tierna, triste, injusta… Habrá tantas así… No por ello impacta menos leerla, creo que has logrado una buena identificación con la protagonista.

    Un saludo,

    Alycia

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:25
  2. 2. Analicia dice:

    Hola PerePaella,
    me ha gustado bastante el texto. Toca varias temas interesantes en un texto tan corto, la necesidad de los huérfanos, el no saber donde están los cuerpos…
    Estoy segura que esta historia puede ser la historia real de alguien.
    Un Saludo!
    Analicia

    Escrito el 19 abril 2017 a las 10:45
  3. 3. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Tratas en tu historia un tema muy sangrante porque además aún no se han cerrado heridas abiertas. El asunto, por llamarlo de alguna manera, traspasa el corazón y la razón. Pero me ha llegado, confieso que alguna vez he querido escribir un relato sobre ello.
    La estructura y cómo lo has hecho avanzar está muy bien. Me ha gustado la elipsis de tiempo entre la primera parte del relato y el último párrafo que es el desenlace final.

    Te hago algunas sugerencias de tipo formal:

    * “Susana esperaba a que se durmiesen todos en casa. Cuando ya hacía rato que solo escuchaba ronquidos, se levantaba, se ponía los zapatos y nada más, pues se había acostado vestida. Luego salía por la ventana de su casa y se escabullía entre las sombras de su pequeño pueblo. En cinco minutos llegaba al cementerio, incluso en los días sin luna.”: Creo que pondría el acostado vestida antes del lugar donde lo has ubicado, para hacernos una mejor composición, y lo simplificaría así: “Susana esperaba a que todos se durmiesen en casa. Se acostaba vestida, y cuando todos roncaban, seguía esperando un rato más; entonces, incluso en las noches de luna nueva, se escabullía por la ventana de su dormitorio, corría entre las sombras y llegaba en cinco minutos al pequeño cementerio de su pueblo.” Es la primera vez que me atrevo a reescribir un párrafo de alguien, espero que me perdones, pero es que siento que el contenido de este texto se podría potenciar mucho con la forma.

    * “No era la primera vez que venía a esas horas, lo hacía varias veces al mes, siempre que algo le rondaba por su cabecita de adolescente.”: Sería “iba a esas horas”, como bien han dicho por arriba, de lo contrario parece que el narrador está en ese cementerio. y lo de “lo hacía varias veces al mes” no aporta demasiado al argumento, y en todo caso cambiaría el verbo “hacía” por otro.
    * Hay cinco adverbios “allí” en el texto y, es conveniente no abusar de una palabra ni poner dos cercanas iguales.

    * “Una vez allí corría a la parte de atrás. No le interesaba entrar, no tenía a nadie dentro a quien visitar. Sus padres debían estar allí, pero no sabía donde estaban enterrados. Pero sí sabía que los habían matado junto a esa tapia, y allí se dirigía cuando la necesidad de hablar con ellos era demasiado grande”: Se repiten dos “pero” muy seguidos, “dónde” es aquí una interrogativa indirecta y va acentuado. Lo mismo ocurre con algunos “como” sin acento.

    * “La abuela está cada día más sorda, en cambio el cocido cada vez le sale mejor. El tío Julián volvió de viaje y me trajo una muñeca nueva. Y… bueno, supongo que ya lo sabréis… pero… sor Ángela me ha castigado otra vez.” Entiendo que este párrafo son pensamientos, según se dice previamente en el texto (“en silencio, les contaba lo que le preocupaba”). Para los pensamientos se utilizan otras comillas, presionando alt174 y alt175. Por cierto, ¿”en silencio, les contaba”?, ¿no sería mejor: les contaba en bajito, o a media voz, o algo similar? Me ha chocado.

    Muchas gracias por ofrecernos un texto con tanta ternura. Sigue escribiendo ¿vale?, todos estamos aquí para aprender y para aportarnos lo que sabemos.

    Un cordial saludo

    Escrito el 19 abril 2017 a las 15:28
  4. 4. PerePaella dice:

    Hola!
    Gracias por vuestros comentarios, tomo nota de los consejos y correcciones, todo sirve para mejorar y avanzar.
    Ciertas tildes me cuestan horrores, lo sé xD Y lo de repetir tanto ciertas palabras… Hay veces que es como que le tomo afecto a una y no la suelto, habrá que repasar más…
    Esperanza, no hay nada que perdonar, se hace raro que se haya transformado algo que yo escribí, pero me gusta como queda. De hecho si lo reescribo quedará una versión intermedia entre el original y tu sugerencia.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 10:17
  5. 5. Laura dice:

    Hola PerePaella
    No voy a volver sobre los detalles.
    Mis más sinceras felicitaciones por la delicadeza con que has tratado la situación de Susana.
    Te espero el próximo mes

    Escrito el 23 abril 2017 a las 23:36
  6. 6. Cryssta (Madrid-España) dice:

    Hola PerePaella, he pasado por tu relato para leer por placer y tengo que decirte que me ha gustado mucho. Felicidades.

    Escrito el 28 abril 2017 a las 11:03

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