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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Susana, ¿por qué lloras? - por Anael

Susana esperaba mientras los niños salían del colegio. Las carcajadas de alegría rebotaban en los columpios del parque, y su eco tronaba en el corazón de la joven. Como cada tarde, las risas reales dieron paso a las imaginarias. Susana se vio sosteniendo en brazos a una niña morena, que reía mientras ella la hacía girar en sus brazos. Luego su imaginación la dejaba en el suelo y ella la incitaba a jugar con esos críos risueños, que a sus cinco años tenían la misma edad que la pequeña si no hubiera…
—Susana… ¿Susana?
Una mano tiraba de la manga de su chaqueta, sacando a la joven de su ensoñación. Miró hacia abajo para encontrarse con unos ojos claros que la interrogaban a través de unos gruesos cristales.
—Susana, ¿por qué lloras?
La joven se llevó una mano a la cara, sorprendida. No había percibido la llegada de las lágrimas.
—No lloro, cariño. Se me ha metido algo en el ojo.
—¿Otra vez? —preguntó la niña incrédula—. Deberías utilizar gafas. Como yo. Así no se te metería nunca nada en los ojos.
—¿Dónde está tu hermano? —inquirió Susana.
—Voy a buscarle. Mamá se enfadará si volvemos a llegar tarde a la clase de piano.
Susana esperó. Marta era una niña de siete años muy avispada; le encantaba ejercer de hermana mayor y moverse sola por el colegio. Encontraría a Nico sin ninguna dificultad.
La joven observó a las madres recogiendo a sus hijos, recibiendo besos, dibujos, flores e incluso chucherías. Suspiró. No debería haber aceptado ese trabajo de recoger a niños en los colegios. No había imaginado lo duro que iba a resultar. No había podido intuir el fantasma con el que ahora tenía que lidiar día a día y que la estaba matando por dentro.
—¿Más bichos en los ojos? —la interrumpió la voz de Marta de nuevo, que ya había vuelto con su hermano.
¡Jolin con la niña! Siempre la pillaba desprevenida. Probablemente ese no era el mejor lugar para dejarse llevar por su melancolía, pero se le hacía difícil estar rodeada de tanto crío… Además, necesitaba el dinero. Y si para ello tenía que soportar el jolgorio de los niños, la sombra de sus pesadillas y la astucia algo impertinente de Marta, lo haría.
—Nos vamos —dijo con brusquedad.
—Susana… —la detuvo Nico—. Marta me dijo que nescesitabas unas gafas.
—¡Marta! —exclamó Susana mortificada. ¿A quién más le habría dicho que se andaba derrumbando por los rincones como un edificio en ruinas?
—Me lo dijo antesdayer, así que en la activi libre de hoy te he hecho unas —dijo tendiéndole unas enormes gafas de cartón pintadas de un llamativo color verde.
—Nico… No sé qué decir…
Esta vez las lágrimas sí que amenazaban con desbordarla.
—Mami diría gracias —sonrió Nico—. Y póntelas ya, poque se ta vuelto a meter algo en los ojos.
Sara se limpió la cara y se puso las gafas. Marta soltó una carcajada ante su nuevo aspecto y Nico aplaudió, encantado.
—Me quedan perfectas —dijo Susana ajustándolas con su goma de pelo para que no se le cayeran—. Gracias, Nico. Son preciosas.

Esa tarde fue al cementerio, como hacía cada jueves desde que se había dado cuenta de lo que realmente había hecho en esa clínica cinco años atrás. Sacos de células, decían. ¿Acaso cortarse una uña o el pelo traía ilusiones muertas a su mente y un nudo a su garganta cada vez que se cruzaba con un niño?
Las lágrimas volvieron a acudir, y esta vez Susana las dejó fluir con paz. Estaba sola. Y sin embargo siempre estaría acompañada por el fantasma de la criatura que el miedo le había llevado a rechazar. Ahora un dolor sordo se había hecho un hueco en la esquina de su corazón al no haber sido lo suficientemente valiente de atreverse a abrazarla.
Se giró para comprobar que el cementerio estaba tan vacío como siempre. Una vez satisfecha, desenterró el bote en el que guardaba el dinero para fundar la asociación y metió la paga de la semana. Ya quedaba menos para empezar su proyecto. Y, si funcionaba, cada vez menos madres llevarían flores a una tumba en la que ni siquiera encontrarían los restos de su hijo: se las podrían dar a su niño en mano.
Se quitó las gafas de Nico y las dejó apoyadas en la lápida. Suspiró y acarició la inscripción que la coronaba.

Marzo de 2012 a 12 de Junio de 2012.
Hija, perdónanos.

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49 comentarios

  1. 1. Isan dice:

    Hola Anael:

    Hola Anael. He visto mucho remordimiento por un aborto. O eso me ha parecido entender. Creo que ahí está la clave del relato. Sin embargo le vendría mejor a la protagonista tomar cierta distancia con la infancia, ya que es como hurgar en la herida que no termina de cerrar. Ya pasaron unos años y, como dice José Saramago, “Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada del pasado. El mejor arrepentimiento es sencillamente cambiar.” Supongo que ese proyecto para el que ahorra de ayudar a otras en su situación, puede ser una buena terapia.

    En sí el relato me ha parecido muy emotivo y narrado con delicadeza. Me ha gustado la escena del principio donde se imagina girando con su niña. Sin embargo lo de esconder en un bote en un lugar público el dinero, no me ha gustado tanto aunque tenga mucho simbolismo.

    Me ha parecido raro que las carcajadas rebotaran el los columpios aunque sea una metáfora. Lo de cortarse una uña o el pelo no he captado su propósito.

    En el aspecto formal he visto un jolín sin acento. Por lo demás muy cuidado y con buena sintaxis.

    Hasta otra. Un abrazo.

    Escrito el 17 abril 2017 a las 22:00
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola
    Me paso por tu relato para leerlo y hacer mi comentario. Primero con algunas cosas que he visto mejorar.
    que a sus cinco años tenían la misma edad ————— tendrían
    —¿Otra vez? —preguntó la niña incrédula—. ———– —¿Otra vez? —preguntó la niña, incrédula—.
    —¿Más bichos en los ojos? —la interrumpió la voz de Marta de nuevo, que ya había vuelto con su hermano. ————— —¿Más bichos en los ojos? —interrumpió la voz de Marta de nuevo, que ya había vuelto con su hermano.
    jolin —- jolín
    —Susana… —la detuvo Nico— ————- creo que mejor así: —Susana… —Nico la detuvo—
    —¡Marta! —exclamó Susana mortificada ———- —¡Marta! —exclamó Susana, mortificada
    —Me quedan perfectas —dijo Susana ajustándolas ——— —Me quedan perfectas —dijo Susana, ajustándolas
    He sentido con bastante claridad lo que intentabas transmitir con tu relato. Melancolía, sobre todo, teñida de tristeza, por lo que pudo ser y no fue. El conflicto es emocional, y creo que describes bien las emociones de los personajes para hacernos sentir empatía. Buena narración, bien descrita.
    Un saludo

    Escrito el 18 abril 2017 a las 03:52
  3. 3. Wolfdux dice:

    Hola Anael,

    el relato ha ganado claridad con las modificaciones que has hecho. No coincido con Jose Luis en poner comas en los incisos, creo que ralentizan el tempo al ponerlas. Pero no sé si es una mala costumbre que yo tengo o es una regla que hay que seguir.

    Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 08:31
  4. Hola, Anael:
    Un relato muy emotivo con el toque de los niños que le dan cierta frescura. Un muy difícil, los remordimientos son complicados de superar.
    No me encajó el tema del frasco con dinero. creo que un lugar público no era el lo idóneo. Me faltó un poco más de desarrollo en el tema del proyecto. Me quedé con ganas de seguir leyendo.
    Un saludo.
    P. d. Gracias por tus lentejas, siempre me dan pie a mejorar.
    Un saludo, nos vemos el próximo mes.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 10:41
  5. Hola.

    Comento según leo.

    ‘Luego su imaginación la dejaba en el suelo y ella la incitaba’.

    ¿Quién es ese ella? ¿Susana o la imaginación? Se me hace forzado darle a la imaginación ese papel tan ‘personificado’.

    ‘preguntó la niña incrédula’. Así puesto parece que la niña es incrédula de manera permanente: al adjetivo la define como tal. Si usas ‘preguntó la niña, incrédula’ se da a entender que es incrédula en ese momento concreto, bajo esas circunstancias. Vamos, igual que en ‘La joven se llevó una mano a la cara, sorprendida’. Elige lo que quieres 😉

    ‘nescesitabas’ -> ‘necesitabas’. Te ha patinado una ‘s’.

    ‘exclamó Susana mortificada’. Semejante a lo de ‘preguntó la niña incrédula’.

    En plan tiquismiquis, pondría ‘Mami diría gracias’ así: ‘Mami diría «Gracias»’. Las normas de escribir citas…

    Buena historia. Sentimental en la manera justa, sin excederse. Enhorabuena.

    Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 13:41
  6. 6. Javier López dice:

    Me gusta tanto el comentario de Isan que lo suscribo palabra por palabra, pero para que no se diga aporto algo más.

    El acento de jolín y algún signo de puntuación son las pocas correcciones técnicas que haría, pero ya te las ha comentado Jose Luis. Iba a “reprocharte” lo de «anteayer» o «antes de ayer», no «antesdayer». pero después he visto que es la forma de hablar de Nico.

    También coincido en que es demasiado castigo para una madre que ha sufrido una pérdida tener que trabajar con niños, pero en fin, se trataba de enviar un mensaje, entiendo. Por desgracia conozco el tema porque trabajo con ello a diario, y no es plato de buen comer. La diferencia con la realidad es tristemente amplia, ya que la conciencia mostrada por Susana no es compartida por una buena parte de las mujeres que deben pasar por semejante trago.

    Pero tu moraleja me gusta, y tienes mucho tacto al describir las emociones de la protagonista al interactuar con los críos, esa tristeza contenida a duras penas. Me gusta también la personalidad de Marta y Nico, realista.

    Un abrazo y sigue así.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 12:27
  7. 7. P.J Dawon dice:

    Hola Anael.
    Parece que ya te han dado bastantes consejos y a penas queda nada que decir. El relato está cargado de sentimientos, creo que Susana aceptó el trabajo pensando que no se le haría tan duro pero al final le puede la pena. También opino que un cementerio no es un buen sitio para guardar los ahorros, aunque sea un lugar simbólico para Susana.
    Me gustaría saber más sobre eso de “saco de células” porque creo que no lo he entendido del todo. A parte de todo esto, me he quedado con ganas de seguir leyendo la historia de Susana y de saber más sobre esa niña llamada Marta. Mis felicitaciones.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 17:07
  8. Hola Anael, creo que en la cuestión gramatical ya han hecho muy buenas aportaciones te dejo lo siguiente en cuanto a ideas:

    “Susana se vio sosteniendo en brazos a una niña morena, que reía mientras ella la hacía girar en sus brazos” Mientras transcurre la historia me hace pensar que la pérdida es de esta niña ya con rostro, vendría bien un comentario cómo “pudo ser morena” o “me gustaría ver cómo pudo ser su piel”, por decir algo.

    “Luego su imaginación la dejaba en el suelo y ella la incitaba a jugar con esos críos risueños” Me pareció un poco confuso si en la imaginación Susana dejaba a una pequeña en el suelo, o si es algo más de introspección.

    “¿Otra vez? —preguntó la niña incrédula” yo dejaría solo la pregunta.

    “Esa tarde fue al cementerio, como hacía cada jueves desde que se había dado cuenta de lo que realmente había hecho en esa clínica cinco años atrás” Yo preferiría un trauma más fresco, quizá meses atrás o un año.

    “¿Acaso cortarse una uña o el pelo traía ilusiones muertas a su mente y un nudo a su garganta cada vez que se cruzaba con un niño?” Esto no lo entendí.

    “Desenterró el bote en el que guardaba el dinero para fundar la asociación y metió la paga de la semana” Quizá aquí algo más introductorio sobre su plan, por ejemplo: En su mente continuaba el plan de… del que guardaba el dinero.

    Me gustó la idea de las gafas, es muy creíble.
    Saludos seguimos leyéndonos 🙂 Te dejo mi blog personal, ¿tienes uno?

    Escrito el 19 abril 2017 a las 18:26
  9. 9. Anael dice:

    ¡Hola Isan!

    Muchas gracias por pasarte a leer y comentar. Ahora mismo me paso por tu relato.
    Es verdad que cinco años a lo mejor es demasiado tiempo para que esta pobre chica siga así. Revisaré el tiempo 😉 Miraré cómo puedo cambiar lo del bote de dinero, pero lo cierto es q me gusta y es la ventaja que nos dan los relatos alguna vez, ¿no? Creo que tienes razón en tus apuntes, tomo nota 🙂
    Lo del pelo o la uña es una comparación. A Susana le dijeron que su niña era un simple saco de células antes de practicar el aborto, así que ella está comparando ahora si cortarse el pelo o las uñas, que son meras células, produce el mismo efecto que tener un aborto. Tendré que revisar esa parte porque sois varios los que no habéis entendido. Probablemente no sea bueno el símil porque el pelo y las uñas son células muertas.

    Próximamente te llegará tu ración de lentejas. Gracias por las tuyas 😉

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 09:54
  10. 10. Anael dice:

    ¡Hola José Luis!

    Muchas gracias por comentar. Muy útiles tus apuntes, tomo nota. Lo de las comas me lo pensaré, porque me pasa como a Wolfdux, que me cortan el ritmo… Pero entieno que la función gramatical cambia si no se pone la coma. Qué faena ^^’

    Gracias por tu valoración tan amable y los consejos tan útiles. próxiamamente me paso por tu relato con una ación de lentejas 😉 Si es que hacen falta, claro…

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 09:58
  11. 11. Anael dice:

    ¡Hola Wolfdux!

    Muchas gracias por comentar de nuevo 🙂 Me alegro de que el relato vaya mejorando. Lo de las comas lo tengo que investigar, porque creo que José Luis tiene razón, pero a mí también me molestan, jajaja. Enseguida me paso por el tuyo.

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 10:01
  12. 12. Anael dice:

    ¡Hola Liliana!

    Muchas gracias por volver una y otra vez 🙂 Me alegro que te resultara emotivo el cuento, como siempre, me he quedado sin palabras para poder desarrollar el proyecto de Susana. Algún día aprenderé, o volveré a los micros que parece que es la única forma de no quedarme corta de palabras.
    El bote de dinero sé que no es lo más realista, lo dejé como un detalle algo romántico, al igual que tampoco debería haber lápida para un bebé no nato en un cementerio. Así que ambos detalles tiran de la ficción. Digamos que en vez de haber enterrado a Cristina, como no tiene sus restos, Susana entierra el proyecto que nace de su pérdida, al menos hasta que esté listo para ver la luz 😉

    No te preocupes, sabes que soy lenta, pero siempre agradezco una buena ración de lentejas con otra 😉 Encantada de poder ayudar mínimamente ^^

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 10:08
  13. 13. Anael dice:

    ¡Hola Juan!

    Qué bien verte por aquí para el producto final 🙂
    Respindo según leo 😛
    “Ella” es Susana, pero llevaba dicho su nombre muchas veces en el mismo párrafo y no sabía cómo señalarlo sin pasarme de palabras. Estaba en las 751 y aún así Literautas me lo aceptó. Cosas curiosas, o será que Word no sabe contarbien. Lo cambiaré ahora que no hay límite porque es cierto que no queda muy claro el asunto.
    Acabas de solucionarme el asunto de las comas con tu explicación. Ya intuía yo que José Luis tenía razón. No me gusta, pero habrá que ponerlas 🙂
    Nescesitabas es Nico hablando mal, jejeje Ya sabes que Literautas no tiene cursivas 😉 Aunque probablemente la palabra no está bien escogida. Tenía que haber puesto “Marta ma dicho”.
    Las comillas del gracias las pongo enseguida. Veía algo raro en la frase y no sabía lo que era. «Gracias» 🙂

    Muchas racias por tus amables palabras y las correcciones, que tan bien me vienen. Me pasaré por tu relato, a ver si puedo repartir alguna lenteja para devolver el favor 🙂

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 10:17
  14. 14. Anael dice:

    ¡Hola Javier!

    Muchas gracias por leer, por tus aportes y comentarios. Sí, me la jugué un poco con Nico y su forma de hablar, pero no quería recargarlo de comillas como la última vez, y veo que se entiende 🙂

    Me alegra que hayas podido ver realismo en la historia y en las emociones de Susana, porque no he tenido mucho tiempo para investigar del tema. La historia se escribió casi sola, y luego, después de investigar algo más, no había mucho espacio para añadir detalles.

    Muchas gracias por tu amables palabras, me pasaré por tu historia para devolver una ración de lentejas bien calentita 🙂

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 10:26
  15. 15. Anael dice:

    ¡Hola P.J.Dawon!

    Muchas gracias porller y comentar. Me alegro que hayas encontrado en mi relato un lugar de emociones. Susana no tení ni idea de lo que esperaba cuando aceptó este camino para sacar dinero. Pero parece que a pesar de lo duro que es, le compensa si cree que le va a llevar a ayudar a otros.

    Lo de los sacos de células es una referencia a cómo ciertas clínicas abortistas se refieren al feto cuando las mujeres piden explicaciones sobre los procedimientos que se llevan a cabo. Vi un vídeo de una mujer que había trabajado en una de estas clínicas atendiendo como enfermera, y se le prohibía decir la palabra bebé delate de las mujeres que acudían allí, incluso aunque la paciente la usara. Ella tenía que referirse al feto siempre como “saco de células”.

    Gracias por tu comentario y tus amables palabras, nos leemos 🙂

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 10:45
  16. 16. Anael dice:

    ¡Hola Lorena!

    Muchas gracias por tus sugerencias, tomo nota de cada una de ellas. Quitaré lo de niña incrédula, que me gana palabras para otras cosas, y cambiaré lo de la imaginación 🙂
    Es verdad que cinco años a lo mejor es demasiado tiempo para que esta pobre chica siga así. Revisaré el tiempo 😉

    Lo del pelo o la uña es una comparación. A Susana le dijeron que su niña era un simple saco de células antes de practicar el aborto, así que ella está comparando ahora si cortarse el pelo o las uñas, que son meras células, produce el mismo efecto que tener un aborto. Tendré que revisar esa parte porque sois varios los que no habéis entendido. Probablemente no sea bueno el símil porque el pelo y las uñas son células muertas.

    No tengo blog, pero estoy pensando en hacer uno. Necesito planificarlo un poco para poder tener entradas consistentes. De momento me pasaré por el tuyo a saludar.

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 20 abril 2017 a las 11:02
  17. 17. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Anael. he leído tu texto y luego los comentarios para después regresar a tu historia. Me llamó la atención donde se visualiza sosteniendo de los brazos a una niña morena a la que hace girar. Me extraña el porque hacer esa distinción.

    en cuanto a la veracidad de los sentimientos de susana lo haces de una manera muy fina como no queriendo ser cuchillo de palo en una herida que todavía no sana.

    Te felicito porque nunca pude separar mis ojos de la lectura aunque la segunda ves lo lei mas lentamente.

    Enhorabuena y adelante. tu escritura llena.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 20:15
  18. 18. charola dice:

    Hola, Anael!

    Me gustó tu relato, cargado de sentimientos, pero no suena verosímil. Si la protagonista ha tenido un aborto y que por la fecha que consignaste podría haber tenido el feto 11 o 12 semanas. Este ya está formado, mide más o menos 5 a 6 cm. No es un saco de células. Tiene la apariencia de ser humano pequeñito con casi todos sus órganos formados. Otra cosa, generalmente, si se hacen un aborto en una clínica, el cuerpo del feto no se lo dan a la madre, por lo tanto no puede enterrarse en un cementerio. No es un neonato. Para enterrarlo tiene que tener partida de nacimiento.

    En cuanto a la forma:

    Un vocativo es aquella palabra referida a la persona, animal o cosa a la que nos estamos dirigiendo en concreto con nuestro discurso. Los vocativos siempre van entre comas. Por ejemplo: Dime, Juan, ¿te marchas o no?; Lo siento, querida, no fue con mala intención; Ana, no puedes hacerme esto. En estos casos el vocativo es Juan, querida, Ana. Siempre van entre comas. José Luis tiene razón.

    Creo que tendrías que adecuarlo, cambiarlo un poquito. Tú sabes cómo mejorarlo. Claro que sí.

    Nos estamos leyendo. Pasa por mi relato, es el 199 para repartir tus acostumbradas lentejas.

    Un beso.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 08:19
  19. 19. charola dice:

    Anael,

    Disculpa. Quise decir que “Para enterrarlo tiene que haber partida de defunción”, había puesto partida de nacimiento.

    Nos estamos leyendo.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 09:08
  20. 20. Anael dice:

    ¡Hola Osvaldo!

    La niña morena es la hija que nunca nació, por eso está en su imaginación y no en el colegio con ella. Me alegra mucho que hayas disfrutado con el relato, gracias por tu comentario y tus elogiosas palabras 🙂 Es gratificante saber que la escritura llega ^^

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 21 abril 2017 a las 11:43
  21. 21. Anael dice:

    ¡Hola charola!

    Me alegro que te haya gustado el relato 🙂
    Creo que es verosímil en cuanto a que el narrador no dice que el feto sea un saco de células, sino que eso es lo que le han dicho a Susana en la clínica. Por eso la frase es: «Sacos de células, decían» 😉 Porque se lo decían otros a Susana (ya puede ser profesional médico tratando de mitigar la culpa que suelen conllevar estar situaciones o gente no formada en el asuto que piensa que sabe lo que es mejor para otra persona). Una chica puede abortar legalmente hasta las catorce semanas, por muy formado que esté el feto, y hay clínicas que utilizan este vocabulario para no generar culpas en la madre (o arrepentimiento previo y cancelación del procedimiento del aborto). Es una crítica a los procedimientos de ciertas clínicas que no informan como deben, no algo que sea así.
    Por otro lado, creo que ha sido un fallo mío situar esto en un cementerio, porque lleva a conclusiones lógicas pero equivocadas. Susana podría haber puesto la tumba en su jardín y no habría cambiado nada. En ningún momento digo que los restos de Cristina estén allí enterrados. Creí que esta frase bastaba para aclarar que la tumba está vacía (salvo por el bote de ahorros que espera ver la luz): “Y, si funcionaba, cada vez menos madres llevarían flores a una tumba en la que ni siquiera encontrarían los restos de su hijo: se las podrían dar a su niño en mano.”, pero se ve que hacían falta más palabras. En las clínicas abortistas no dan los restos de un hijo, en muchos casos porque no quieren que las madres vean la forma del niño (que como tu dices, con 11 o 12 semanas un feto está casi formado) y piensen que pueden haber matado a alguien. Si no es persona, ¿por qué hay nada que dar a nadie para enterrar? Por otro lado, ya se encargan ellas (las clínicas) de vender material tan valioso.
    En cuanto a la forma, creo que sí que tengo bien puntuados los vocativos ^^’ Un vocativo es lo que tengo en el título, porque está haciendo referencia concreta a una persona. Lo que ha señalado José Luis (con toda la razón y que corregiré), es la coma entre un nombre y el adjetivo que lo califica. Si hay coma, se entiende que es temporal, que no es un atributo permanente del sustantivo. Si no se pone coma se entiende que el sustantivo siempre implica el adjetivo. Juan F. lo explica mejor que yo en el comentario 5 🙂 Entiendo que ese es mi fallo, pero creo que no tiene nada que ver con los vocativos 🙂

    Muchas gracias por comentar, charola, creo que después de esto le daré una revisión al relato para dejar las cosas un poco más claras. En cuanto tenga un rato me paso por el tuyo a dejar algunas lentejas, si esque hace falta alguna 😀

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 21 abril 2017 a las 12:15
  22. 22. Javier López dice:

    Hola Anael, solo paso para hacerte un inciso a tu último comentario. No pretendo ofender ni criticar, cada cual puede creer lo que quiera, estaría bueno, pero “esas clínicas” no venden ese material, se cede a los hospitales públicos para investigación, cuando hay algo que ceder, sin ningún tipo de retribución. Hablo con conocimiento de causa. Al menos en lo que me toca más a mano. No puedo hablar por todas las clínicas, pero si por las que tienen acuerdos con el sistema de salud público. Hay muchos mitos.

    Un saludo.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 12:29
  23. 23. Anael dice:

    ¡Hola Javier!

    Tienes toda la razón. Tenía que haber puesto “algunas” clínicas, como más arriba puse ciertas clínicas (ya que en algunas esto se hace, especialmente en el ámbito rpivado y fuera de España). Se me ha escapado el atenuante, y no es en un asunto sin importancia, ya que tema hiere sensibilidades en todos lados. Gracias por el aporte y la información 🙂

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 21 abril 2017 a las 13:10
  24. Hola Anael.
    Es el primer relato que leo tuyo que no tiene hadas, magos, brujas, caballeros, dragonas ni nada por el estilo jjeje.

    Me tuviste pensando largo rato en que tenia que ver tu historia con un cementerio, no fue hasta el final cuando se entendió lo que pasaba.

    Es una historia dura y conmovedora y que se ve bastante a menudo. He conocido a un par de personas que han terminado arrepintiéndose el resto de su vida después de haber hecho eso.

    Es bastante irónico que alguien que haya hecho un aborto termine trabajando recogiendo niños en el colegio. Eso es justamente lo que hace aun mas doloroso el haber hecho lo que hizo.

    Con respecto al reto lo único que no estoy de todo claro es si la primera parte se desarrolla dentro o fuera del cementerio. Es decir, estas contando algo que paso o mas bien la protagonista esta recordando algo para luego mesclar lo con ilusiones.

    De todas formas el relato me ha gustado como siempre. Espero seguirte leyendo, cuando puedas pasas por el mio. Numero 15.

    Escrito el 21 abril 2017 a las 16:55
  25. 25. Thomas Carnacki dice:

    ¡Uff! Relato fuerte, y bien desarrollado. Nada que decir que no se haya dicho ya. Me ha gustado mucho, y tu manera de escribir hace lo suyo. ¡Felicitaciones! Hasta la próxima 😉

    ¡Saludillos!

    Escrito el 21 abril 2017 a las 17:32
  26. 26. Marián dice:

    Hola Anael.
    Esta vez te has puesto seria con tu relato. Y también me ha gustado. Has tocado un tema muy sensible y has conseguido hacerlo sin trasladar juicios de valor. Muy trabajado.
    Me ha despistado un poco la aparición del cementerio, pero solo un poco.
    Saludos, (223)

    Escrito el 22 abril 2017 a las 01:39
  27. 27. Menta dice:

    Buenos días Anael: El tema de tu relato demuestra que eres una persona valiente y que no te achantas ante nada. Me gusta.

    Te han comentado muchas cosas interesantes para que mejores tu escrito y para que los demás aprendamos (las comas, por ejemplo de José Luis, etc.) Muchas gracias a todos.

    Debes corregir porque te has confundido de nombre y de Susana has pasado a Sara: “Sara se limpió la cara y se puso las gafas. Marta soltó una carcajada ante su nuevo aspecto y Nico aplaudió, encantado.”

    Felicitaciones. Hasta pronto, un saludo, Menta

    Escrito el 22 abril 2017 a las 12:10
  28. 28. Anael dice:

    ¡Hola Daniel!

    Con lo qu a mí me gusta la fantasía… El nombre de Susana no me daba mucha flexibilidad la verdad, y esta vez la idea de la historia me vino casi sola, así que supongo que quería ser contada. Yo también he conocido a alguna persona que le ha pasado igual.

    El hecho de que Susana esté recogiendo a niños en el colegio se debe a que imaginé que abortaba muy joven, con unos 17 años, y después de eso viene la universidad, que no da mucho tiempo para trabajar más que en cosas puntuales(como puede ser recoger y cuidar a unos niños, que da tiempo para estudiar a la vez). Ahora mismo Susana probablemente esté terminando de estudiar y esté buscando trabajo, pero hasta ahora ha tenido que ir ahorrando para su proyecto, y tal y como está el mercado laboral, va a tardar un tiempo en encontrar trabajo, por eso me imaginé que seguiría trabajando con niños,a pesar de lo duro que es,tiene un significado profundo para ella, más qu ser camarera.

    Respecto al reto: Susana va a recoger a los niños al cole, y mientras les espera, se imagina lo que podría haber sido si Cristina estuviera allí. Por la tarde ya va al cementerio 🙂

    Me alegro mucho de que te haya gustado, en breves me paso por el tuyo a repartir las lentejas que pueda, como siempre 😉

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 22 abril 2017 a las 13:04
  29. 29. Anael dice:

    ¡Hola Thomas!

    muchas gracias por leer y por tus elogiosas palabras 🙂 Próximamente me paso por el tuyo 😉

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 22 abril 2017 a las 13:05
  30. 30. Anael dice:

    ¡Hola Marián!

    Con un nombre como Susana no hay quien se mantenga anclada en la fantasía… 🙂 Pero hay historias que no son de ése género que también quieren ser contadas 🙂 Me alegra que mucho que veas objetividad en el relato, es difícil no transmitir opiniones en temas tan sensibles…

    Muchas gracias por comentar y por tus amables palabras, ya tenía pensado pasarme por tu relato con una ración de lentejillas, siempre que hagan falta ^^

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 22 abril 2017 a las 13:09
  31. 31. Anael dice:

    ¡Hola Menta!

    Me alegra mucho que esté mejor de la vista y ya puedas leer. ¡Qué pesado es estar sin poder hacer nada!

    Muchas gracias por tus palabras, es verdad que es difícil escribir sobre estos temas tan controvertidos, se siente una muy vulnerable, pero trata de hacerlo lo mejor posible. Por suerte, veo que os está gustando a muchos.

    Ostras, mira que he corregido el relato veces y no he visto lo de Sara. Parece cosa de magia, no sé cómo se me ha podido colar ahí 🙂 . Muchas gracias por el detalle, tu sinceridad y tus felicitaciones.

    Próximamante te haré un visita en Edimburgo, a poder ser con lentejas acertadas, si se necesitan 😉

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 22 abril 2017 a las 13:17
  32. 32. Gantros dice:

    ¡Anael!

    Ya me ha tocado felicitar a una persona por tocar un tema controvertido… ahora te felicito a ti.

    Lo has manejado muy bien, y con respecto a la ortografía, ya nuestros compañeros comentaron todo.

    Solo remarco que a mí, al inicio, no me quedó claro el tema de la «imaginación» de Susana. No sé si fui yo o…

    De todos modos, es el primer relato tuyo que leo, y tengo que darte mi enhorabuena.

    Si quieres comentar el mío, es el 170: «Resurgir».

    ¡Saludos!

    ~Gantros

    Escrito el 22 abril 2017 a las 23:10
  33. 33. Anael dice:

    ¡Hola Gantros!

    Muchas gracias por leer y comentar, y por tus felicitaciones. Siempre cuesta meterse en temas controvertidos, se siente una muy vulnerable… especialmente alguien como yo que suele esconderse un poco tras el velo de la fantasía 🙂

    Gracias por tus amables palabras, veo que tengo que mejorar lo de la imaginación de Susana porque ha sido un problema para muchos, y eso no es bueno al principio de un relato. Ahora que soy libre del límite de palabras podré elaborar un poco más la frase ^^

    Me pasaré por el tuyo a repartir una ración de lentejas, si es que hace falta 😉

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 24 abril 2017 a las 10:36
  34. 34. Jésica dice:

    Hola, Anael! Qué bella historia! Lo único que señalaría son las fechas de las lápidas, me resulta poco creíble que en un cementerio haya una tumba siquiera simbólica con esas fechas, más si lo que se quiere mostrar es el remordimiento por un aborto. Quizás debería explicarse más.
    Saludos! Un placer leerte. Preciosas las escenas con los niños.

    Escrito el 24 abril 2017 a las 18:45
  35. 35. Juan Camacho dice:

    ¡Hola que tal Anael!
    Me gustó el relato a pesar de lo triste que es, mucho remordimiento por un aborto (y no comprendo lo que la impulsa a seguir rodeada de niños que le recuerdan la tragedia, quizás una forma de auto-castigo).
    Me confundió un poco la parte al principio en donde habla sobre la imaginación y como ella realiza una acción. Tuve que leer de nuevo esa parte para comprender un poco la idea y sin embargo me pareció extraña.

    Escrito el 26 abril 2017 a las 01:36
  36. 36. Juan Camacho dice:

    ¡Hola que tal Anael!
    Me gustó el relato a pesar de lo triste que es, mucho remordimiento por un aborto. Eso si, no comprendo lo que la impulsa a seguir rodeada de niños que le recuerdan la tragedia, quizás una forma de auto-castigo pero no le encuentro mucho sentido cuando creo que uno debería perdonarse por sus errores y continuar adelante, sin cometerlos de nuevo.
    También me confundió un poco la parte al principio en donde habla sobre la imaginación y como ella realiza una acción. Tuve que leer de nuevo esa parte para comprender un poco la idea y sin embargo me pareció extraña.

    Escrito el 26 abril 2017 a las 02:01
  37. 37. Anael dice:

    ¡Hola Jésica!

    Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Lo de la lápida tira un poco de la ficción del cuento, la verdad 😉

    Gracias por pasarte,en breves comentaré tu texto con unas lentejitas, si proceden 🙂

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 26 abril 2017 a las 20:34
  38. 38. Anael dice:

    ¡Hola Juan!

    Me alegro que te haya gustado el relato. Hay mucha gente que las grandes culpas solo es capaz de sobrellevarlas si siente que está pagando por ellas, no siempre es tan fácil perdonarse…

    lo de la imaginación hay q corregirlo, completamente de acuerdo. Pronto me pasaré por tu texto a repartir unas lentejitas, si las necesitas 🙂

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 26 abril 2017 a las 20:36
  39. 39. Cryssta (Madrid-España) dice:

    Hola Anael, por fin he acabado con las visitas que tenía que devolver y he podido pasarme por aquí.

    A mí no me parece que cinco años sean muchos para que Susana siga con ese pesar, hay mujeres que no lo superan nunca así que por mí no cambiaba ese dato.

    Tu relato me ha gustado pero no me ha convencido del todo. Te digo lo que veo mejorable:

    – “Luego, en su imaginación, la dejaba en el suelo” así está claro que no es la imaginación la que deja en el suelo

    – “Utiliza gafas como yo, así no se te metería nada en los ojos” creo que como lo has puesto no lo diría una niña de siete años, ese “deberías” es más propio de la edad adulta

    – dices “¿Más bichos en los ojos?” cuando Susana había digo que se le había metido “algo” en los ojos, podía ser un bicho, una pestaña, arena… Otra vez me parece más un lenguaje de alguien mucho más mayor

    – por el contrario el lenguaje del niño me parece demasiado infantil por lo que creo que sería bueno que dijeras la edad del niño. Creo que los padres debían mandar al niño a un logopeda en vez de a clases de piano

    – el relato debe ser coherente, una cosa es escribir ciencia ficción en donde puedes escribir más cosas “imposibles” y otra escribir sobre una realidad. Si has decidido escribir sobre un aborto que tenga coherencia. Mejor una tumba simbólica en su jardín, además allí no corre peligro el tarro con el dinero.

    – si en la clínica han hablado de “un saco de células” dudo mucho que la hubieran dicho que era una niña

    Creo, en resumen, que tu idea es buena pero te hace falta pulir más el relato. Ahora que no tienes la restricción de las setecientas cincuenta palabras te será mucho más fácil contar bien la historia.

    Un abrazo.

    Escrito el 27 abril 2017 a las 12:18
  40. 40. Anael dice:

    ¡Hola Cryssta!

    Muchas gracias por tus apuntes y un análisis tan pormenorizado. Lo único con lo que estoy un poco menos de acuerdo es con lo de los niños. Nico es más pequeño que Susana, así que le calculé 5 años, y a mí me gustab usar abreviaturas a esa edad… Si bien lo de eliminar el deberías lo veo adecuado para Marta, creo que lo de los bichos está adecuado a su edad (siempre damos por echo cosas cuando los demás hablan, ella ha asumido que lo q se le mete a Susana en los jos es un bicho.).
    De acuerdo con todo lo demás, muchas gracias por tu lectura profunda y tu comentario con tan buen análisis.

    Dentro de poco me paso por tu texto a repartir una ración calentita de lentejas (si hace falta y se puede) 😉

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 27 abril 2017 a las 16:48
  41. 41. marazul dice:

    Anael, ya estoy aquí: había leído tu relato hace unos días porque me pillaste por el título. Ocurre que me gusta leer tranquila y no comentar con prisas.
    Desde el comienzo tu relato me ha enganchado. Me has llevado de la mano y he ido sintiendo todas las emociones que tu has querido transmitir. Tienes una prosa clara y en ningún momento me he perdido como lectora. Esas “carcajadas de alegría que rebotaban…” nos sitúan perfectamente. Cuando Susana imagina a “la niña morena” ya nos das una pista. El contraste con los niños de clase acomodada, que van a clase de piano y que ella cuida lo dice todo. Enseguida me imaginé la situación. Lo que no sabía era por qué lloraba Susana. Poco a poco nos lo vas mostrando, y lo muestras sin contar, sin dar explicaciones. Nos lo muestras a través de las preguntas y acciones de los niños. Estos se enteran de las cosas más de lo que creemos ¿verdad?, y tú lo utilizas muy bien en tu relato. Es muy tierno el episodio de las gafas.
    Creo que tu historia es muy real: Los remordimientos o la pena de una mujer que ha abortado. Es verdad que tratas un tema muy polémico porque habrá lectores que estén a favor y otros en contra del aborto, pero yo no veo en tu relato una intención de “moralizar” o “ejemplarizar”, ni tan siquiera de polemizar. Yo lo que veo es que has narrado una situación muy real y que estoy segura se puede dar.
    El final que le has dado a tu historia yo lo veo como una forma de que la misma Susana se perdone a si misma.
    Has tratado un tema polémico de una forma muy elegante.
    Un abrazo

    Escrito el 27 abril 2017 a las 17:48
  42. 42. Anael dice:

    ¡Hola Marazul!

    A mí también me gusta reposar las lecturas y suelo esperar un poco antes de comentar, por eso llego tarde a todos lados salvo a mis deberes de taller (los tres siguientes).

    Me gusta cómo has comentado el relato, como si me contaras la experienia del lector según lee el cuento. Es una visión muy interesante. Me gusta que no hayas visto polémica en el asunto, porque aunque es un tema delicado, no pretendo hacer propaganda de nada (especialmente en temas tan polarizados), sino simplemente contar la historia de Susana, que es la historia de algunas mujeres. Nunca me atrevería a tratar de moralizar sobre estos temas, porque eso suele llevar a posiciones defensivas y discusiones que no llevan a ningún lado. Retratar y hacer vivir a otros nuevas experiencias a través de personajes es lo más que me atrevo a intentar. Es el lector el que tiene que sacar sus conclusiones (y cada uno sacará distintas), no el autor el que tiene que poner una moraleja final, como ponían los libros antiguamente.

    Muchas gracias por leer y por tu sincero y amable comentario.

    ¡Un abrazo, nos leemos!

    Escrito el 27 abril 2017 a las 18:37
  43. 43. Luis Chagoya dice:

    Hola Anael. Un relato con remordimientos. Me costo un poquitín comprenderlo en algunos puntos, tuve que releerlo. Pero emotivo al fin de cuentas. Sigue así. Saludos.

    Escrito el 28 abril 2017 a las 00:31
  44. 44. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Anael

    Vaya relato, Anael. Has expresado con mucha pasión la angustia de una joven atormentada por una decisión que tomó en el pasado. A lo mejor necesita quedarse embarazada de nuevo. Desde luego, es un conflicto interno de Susana difícil de resolver, porque el tiempo gira en una única dirección. Así que la resolución del conflicto pasaría a ser esa asociación, proyecto que se revela al final del relato y que aclara una frase que me ha intrigado más de la cuenta: “necesitaba el dinero. Y si para ello tenía que soportar el jolgorio de los niños, la sombra de sus pesadillas y la astucia algo impertinente de Marta, lo haría”.
    En la frase final del primer párrafo dejas intuir lo que le ocurre a Susana: “si no hubiera…”. Puede que esta frase quite intriga y quizás estaría mejor revelarlo todo junto al final.

    La pregunta metafórica: “Sacos de células, decían. ¿Acaso cortarse una uña o el pelo traía ilusiones muertas a su mente y un nudo a su garganta cada vez que se cruzaba con un niño? Me ha gustado mucho, yo la he entendido perfectamente.

    Es una historia muy bonita y está escrita con mucho sentimiento, pero le estoy dando vueltas al conflicto y me pregunto si todos esos lectores que creen que un embrión es un saco de células serán capaces de empatizar con el conflicto de Susana. Es la pregunta que yo me hago, no sé, por darle vueltas…

    En fin, a mí me ha gustado mucho, Anael. Un abrazo y hasta la próxima!

    Escrito el 28 abril 2017 a las 17:58
  45. 45. Earendil dice:

    Hola, Anael.
    A estas alturas, y en tu caso después de tanto comentario, solo leo los relatos por puro gusto (y por devolverte la visita, como debe ser)
    No voy a entrar en análisis de forma ni de contenido, solo diré lo que tu relato me ha transmitido.
    Es una historia muy verosímil, que rezuma tristeza, más que remordimiento. Soy de las personas que cuando toman una decisión, o me veo envuelta en algún problema que me afecta aunque sea ajeno a mí, nunca me planteo si hubiese actuado de otra forma diferente a como lo hice en ese momento. Por eso, para mí, tu personaje está exento de toda culpa. No creo que sienta remordimientos, más bien la nostalgia y la pesadumbre propias de una acontecimiento así.
    Lo que no me acaba de convencer mucho es lo de esconder el dinero en lugar público, no sé, no sé…
    Un placer haber pasado por aquí. Mis felicitaciones.

    Escrito el 28 abril 2017 a las 18:09
  46. 46. Don Kendall dice:

    Hola Anael,
    Me gusta leer un trabajo técnicamente impecable como creo que es el que presentas este mes. Me sirve para aprender y por ello te agradezco la generosidad que tienes al ofrecerlo.
    A partir de aquí voy a atender a tu amable invitación que dejaste en comentario a mi trabajo : Si tienes tiempo, me encantaría que te pasaras por mi relato a repartir las collejas literarias que consideres necesarias. No es mi estilo lo de las collejas, pero entiendo la metáfora 😉 . Vamos allá.
    En cuanto a la anécdota que presenta el narrador elegido resulta confusa. En cualquier caso hay una mujer que decide interrumpir su embarazo en algún momento del pasado y ahora se dedica a cuidar niños mientras «ajunta» dinero para crear una organización que se va a dedicar a “no sabemos qué”. Además guarda el dinero en un cementerio.

    Podría parecer que la trama mostraría algún tipo de trastorno del comportamiento o alguna de las llamadas «psicopatologías», porque si queremos que el relato sea verosímil un personaje con las características descritas tendría que sufrir algún problema psíquico o similar.

    Pero por lo que vas explicando en los comentarios no es eso lo que muestra el relato. Ahí ya me pierdo o más bien concluyo que el relato tiene una fuerte carga ideológica, mística-acientífica, o «cuartomilenarista». Hace un año el inefable presentador de el inclasificable programa Cuarto milenio declaraba esto (*) :
    El inteligente discurso provida del presentador de “Cuarto Milenio”: “Qué ha pasado para que nos creamos que algo no está vivo en el seno materno”
    Iker Jiménez: “Nos quieren hacer creer que somos un saco de células, poco menos que desechable, y como hay una industria de millones y millones de fetos humanos que vive de eso, a pocos le importa”
    Por eso me parece acertado el comentario #22 de Javier López. No se trata de lo que se cuenta en “algunas” o “ciertas” clínicas. Se trata de una opinión “sesgada” de un personaje pintoresco, controvertido y sin ningún soporte científico. Ahí empieza a desmoronarse el relato.
    Y el caso es que…

    Los escritores deben inventar mundos extraordinarios y poblarlos con personajes fascinantes. Pero para que esos mundos sean verosímiles deben estar empapados en algo verdadero. De lo contrario, el lector no tendrá nada en que confiar, se negará a abandonar su incredulidad y a entrar en la historia.
    (Thaisa Frank, Dorothy Wall, Cultiva tu talento literario

    .
    Y eso es lo que me ha pasado. El posible interés por un personaje con fuerza, se diluyó en mi desconfianza hacia el narrador o narratario. Aún más cuando por lo que se desprende de tus comentarios decidiste usurpar como «autora real» la función del narrador en tercera persona que inicia el relato.
    En resumes, esta es mi opinión, tan despreciable como la de cualquiera.
    Un abrazo
    (*) Iker Jiménez y el saco de células

    Escrito el 29 abril 2017 a las 11:38
  47. 47. Laura dice:

    Hola Anael.
    El tema del aborto está hermosamente trazado, con gran delicadeza.
    Es cierto que es muy complejo luego de haber pasado por esa experiencia, el trabajo con niños,pero puede hacerlo como una forma de castigo por lo que ha hecho, aunque la realidad es que hay niños por todos lados, y si no trabajamos con ellos, nuestros familiares y amigos los tienen y la puntada sobreviene a pesar de las defensas que se hayan levantado.
    Creo que tendrías que haber desarrollado más los motivos del aborto en lugar del destino del dinero, que puede ser canalizado desde alguna organización local, nacional, internacional para la niñez.
    Con lágrimas, hasta el mes próximo

    Escrito el 29 abril 2017 a las 11:52
  48. 48. Anael dice:

    · Luis, ¡Hola!
    Muchas gracias por leer y comentar, es verdad que hay partes que se pueden escribir más claras. Me pongo a ello 😀
    ¡Un abrazo!
    · R.J. ¡Hola!
    Muchas gracias por comentar y leer. Me alegro de que te haya gustado, gracias por resaltar lo que más te ha impactado y tomo nota de tus consejos. Supongo que no todo el mundo podrá empatizar con Susana, pero bueno, el relato está para todos 🙂
    ¡Un abrazo!
    · Earendil, ¡Hola!
    Me alegra que lo que vive Susana te parezca factible y verosímil. Muchas gracias por comentar, y está claro que cuando reescriba el relato, sacaré ese bote de dinero de un sitio público, no os preocupéis, jajaja
    ¡Un abrazo!
    · Don Kendall, ¡Hola!
    Gracias por leer y comentar, me halaga que encuentres el trabajo formal impecable (aunque cosas hay que pulir siempre 😉 ). En cuanto a lo de que Susana tenga un problema psíquico, yo ni lo descarto ni lo he desmentido en ningún momento, creo (sobre todo guardando el dinero donde lo hace, de forma completamente irresponsable) 🙂 . Está claro que ella tiene un objetivo en la vida (hacer su asociación) y hará lo que sea para conseguirlo (incluso autocastigarse cuidando niños, conducta algo cuestionable, dado que anda que no se podía haber buscado otro trabajo de camarera o algo así, donde vea menos críos). No creo que sea un trastorno tan grave que la impida llevar su vida diaria, pero creo que se beneficiaría de más de una visita al psicólogo para sobrellevar el trauma y tratar con él de una forma más sana. De todas formas, no todas las personas que han abortado y se arrepienten tienen un problema psicopatólogico a raíz del trauma. Hay gente que sabe superar su arrepentimiento de forma sana (aunque creo que la forma de Susana no es demasiado sana, la verdad) y luego hay gente que también ha abortado y no da lugar al arrepentimiento porque ha hecho una decisión libre, informada y sigue con su vida y no pasa nada. En este caso la historia de Susana es la de la cara del arrepentimiento (porque la clínica a la que fue no le contó bien las cosas, que hay sitios en los que pasa y no digo que sean todos ni la mayoría, pero sí que ocurre). Hace un tiempo vi un vídeo sobre un caso parecido a este y la frase de este mes despertó mi imaginación y la mezcló con recuerdos. O sea que algo verdadero tiene, otra cosa es que no haya sido capaz de transmitir esa realidad al meterme dentro de algo que nunca he experimentado y sólo he escuchado de otras personas que cuentan sus experiencias personales. Tendré que trabajar más y mejor para que se vea más personaje y menos opiniones 🙂 Sobre el artículo que me referencias, en él mismo pone las bases científicas sobre las que se sustenta: Cuando el espermatozoide entra en el óvulo, ocurre algo que no se había plasmado hasta ahora. Sólo un tipo de cámaras podían recuperar y visualizar esa energía. Resulta que todo se estremece con una especie de luz, una luz real, una luz auténtica. […] En cuanto se ha producido esa luz, hay ya una cadena genética que no será igual a ninguna otra a lo largo de los millones y millones de años que dure el mundo. – See more at: http://latribunadelpaisvasco.com/not/4738/iker-jimenez-ldquo-nos-quieren-hacer-creer-que-somos-un-saco-de-celulas-poco-menos-que-desechable-y-como-hay-una-industria-de-millones-y-millones-de-fetos-humanos-que-vive-de-eso-a-pocos-le-importa-rdquo-/#sthash.B8DEgUR5.dpuf
    Pero vamos, que esta es la historia de Susana y no una guerra de ideologías. Simplemente creo que, igual que se da la situación de que hay madres que abortan libremente y con toda la información, también hay madres que no.. Y las dos historias deben ser contadas. Muchísimas gracias por tu opinión y meterte tan de lleno en el texto con el comentario.
    ¡Un abrazo!
    · Laura, ¡Hola!
    Muchas gracias por leer y comentar. Sí, la verdad es que la pobre Susana lo tiene un poco difícil, como tú dices niños hay en cada esquina. Tomo nota de tus apreciaciones, pasaré a hacerte la visita ahora que tengo más tiempo después del puente 🙂
    ¡Un abrazo!

    Escrito el 3 mayo 2017 a las 14:29
  49. Hola Anael.

    Por fin me he podido pasar por aquí después de tanto tiempo. Se me han acumulado las lecturas de abril con las de mayo, jejeje. Muchas gracias por tu ayuda. Como ya te comenté, intentaré estar a tu misma altura con las correcciones. Aunque ya te adelanto que no se me da tan bien como a ti.

    Has conseguido un relato muy emotivo. A pesar de que podía ser un tema polémico has sabido darle un toque humano, librándote con habilidad de las controversias. Entiendo perfectamente lo que has querido contar, el mensaje oculto que has querido imprimirle. Sin embargo, creo que podías haberlo hecho mejor, que lo podías hacer pulido un poco más, tampoco mucho, no te creas, para que el relato te hubiera quedado redondo.

    A grosso modo te diré que creo que el “pero” está en no haber simplificado más la construcción de algunas frases y en no haber sido más clara a la hora de escoger ciertas expresiones para contar las cosas (Sobre todo lo de tener una lápida para un nonato. Creo que es algo un tanto inverosímil y, aunque se entiende todo lo que acompaña esta decisión, suena raro).

    He de decirte que me ha gustado el retrato que has dado de los niños que cuida la prota. Se ve que te has aficionado por el lenguaje a medio trapo, jejeje. El detalle de las gafas es muy acertado. Los niños te suelen dar ese tipo de sorpresas, tan emotivas y básicas. Las vi perfectamente.

    Creo que has hecho un abuso de las comas. Por ejemplo: “Las carcajadas de alegría rebotaban en los columpios del parque, y su eco tronaba en el corazón de la joven”. Aquí me sobra. O no la pondría o la cortaría con un punto. En este otro ejemplo: Susana se vio sosteniendo en brazos a una niña morena, que reía mientras ella la hacía girar en sus brazos.” Me pasa lo mismo, que me sobra.
    En la frase: “Luego su imaginación la dejaba en el suelo y ella la incitaba a jugar con esos críos risueños, que a sus cinco años tenían la misma edad que la pequeña si no hubiera…” le das un protagonismo a la imaginación que es muy poético pero que queda forzado. Un consejo que me intento tomar yo a pecho: Procura desprenderte de aquello que suena con fuerza en tu mente, que es muy bonito, pero que, en el fondo, sabes que no funciona. Si no le das una solución satisfactoria, simplemente elimínalo, busca la alternativa sencilla. Duele, pero así el texto gana.
    También aquí observo el mismo problema con la coma.

    Hay otra cosa de la que yo huyo en textos tan cortos como estos. Y es la explicación con palabras abstractas. Igual es un error mío, no te voy a decir que no, pero creo que al ser tan corto se debe condensar lo que muestras al lector sin explicarle nada. Solo déjale verlo tal y como sucede, que forme imágenes en su mente. Por ejemplo: “Probablemente ese no era el mejor lugar para dejarse llevar por su melancolía, pero se le hacía difícil estar rodeada de tanto crío… Además, necesitaba el dinero. Y si para ello tenía que soportar el jolgorio de los niños, la sombra de sus pesadillas y la astucia algo impertinente de Marta, lo haría.” En este ejemplo usas un gran número de palabras en las que podías haberlo contado mejor a través del diálogo, de los pensamientos o de acciones. Fíjate que incluso alargas innecesariamente una frase adjetivando a la niña. Creo que, si quieres mostrar la impertinencia de Marta, lo podrías hacer a través de sus acciones.

    Esta frase: “Ahora un dolor sordo se había hecho un hueco en la esquina de su corazón al no haber sido lo suficientemente valiente de atreverse a abrazarla.” Es confusa. Se lo que quieres decir, pero el “atreverse a abrazarla” no deja claro a quién. Corta la frase y explica menos.

    Aquí: “Se giró para comprobar que el cementerio estaba tan vacío como siempre.” Falta una coma entre vacío y como. (Con la de ellas que has metido de más a lo largo del texto, jijijij).

    Tal vez podrías haber expuesto el tema del dinero para la asociación de otra manera porque quedan muchos interrogantes sin responder. No sabemos por qué lo hizo ella ni a qué se va a dedicar la asociación. Porque no hay que olvidar que los motivos para abortar pueden ser muchos y muy diversos. No todas lo hacen por miedo o por no tener dinero…

    Espero que te hayas quedado sin hambre porque con la ración de lentejitas que te he dado… jejeje.

    Ahora voy a por el relato de mayo. ¡Espero no tardar tanto en llegar!

    Un abrazo fuerte.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 11:47

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