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El Sueño de Hiraku - por Félix Acereda

Hiraku tiene un gato de color canela. Maúlla y ronronea como el resto de gatos que tiñen Tokio con un destello de luz. Su abuela, Emiko, atraviesa el barrio hasta los puestos clandestinos y allí compra las pilas para el gato.
—Abuela, mi gatito está callado.
—Tranquila Hiraku. Esta tarde voy a comprar su comida.
Hiraku adora a su abuelita y ve en ella a una mujer dulce como un anko de mediodía.
—¿Cuando vas a preparar anko? —suele preguntarle la pequeña—. ¿Abuelita, por qué no le gusta el anko al gato?
Antes de la Gran Sombra había gatos en el barrio, pero muy probablemente Hiraku se asustaría de ver uno de verdad.
«Aunque lo que me da terror son los fumigadores…y las sirenas de la noche. ¡Suenan tan alto que hasta los fumigadores me darían menos miedo si me encontrase con ellos cara a cara!», pensaba la niña.
De todos modos se siente segura al lado de su abuelita, y a veces se ríen juntas cuando suena una sirena, y luego otra, hasta que caen dormidas acurrucadas sobre el tatami. Hiraku siente la suave respiración sobre el pecho de su abuela. Es tan cálida que no le importaría que el mundo se terminase.

Un día estaba Hiraku jugando en un descampado próximo y vió como una flor de cerezo brillaba sobre una rama. Los fumigadores echan a perder todas las flores y nunca tiene oportunidad de cogerlas. Como no hay nadie, la arranca suavemente para ofrecérsela a su abuela. Emiko se lleva las manos a las mejillas cuando la niña le ofrece el regalo.
—Qué flor tan maravillosa. ¡Si tuviera mi kimono de seda, me la pondría en el pelo y tomaríamos el té juntas!
—¿Y dónde está ese kimono, abuela?
—¡Ay hijita!, me lo quitaron después de la Gran Sombra y me temo que es imposible conseguir otro, bueno, tal vez en China los tengan. Pero dede luego que no tienen flores de cerezo tan bonitas.
—Entonces abuelita, yo te traeré uno y tomaremos un té y comeremos anko en el jardín.

Hiraku esperó a que sonara la primera sirena. La casa olía a vinagre de arroz y una gran claridad se colaba por el shoji. Se fué sin mirar atrás y la luna redonda le guiaba en sus pasos. Cuando sonó la segunda sirena creyó oir el mar. Y cuando sonó la tercera, esa que impide que hasta la llama de una vela siga encendida, estaba remando en un pequeño bote de pescadores. Remó durante horas, durante días, sacudida por las galernas que le empapaban de agua salada. Se zafó de grandes peces que curioseaban a su paso y cuando llegó a la China, exhausta, buscó sin cesar el kimono de seda entre las colinas que jaspeaban la costa. Finalmente encontró uno azul que parecía un cielo de verano. Tenía un obi a juego, brillante como los ojos de su abuela, y como no tenía dinero, dejó allí a su gato canela y le dió un beso de despedida, agradecida porque valiese tanto como el kimono. El tacto del kimono era tan suave que se imaginó al instante acariciarlo con sus mejillas sobre el regazo de su abuela.
—¿De dónde vienes, pequeña? —le preguntaron—. Nunca te habiamos visto y eres muy bonita.
—Vengo de Japón —respondió Hiraku mientras metía el kimono en una bolsa.
—Pero Japón está muy lejos…Allí hay oscuridad y gente que envenena la vida.
—SI, la Gran Sombra y los coreanos —añadió la niña—, pero ahora ya hay días soleados y hasta se ven las montañas a lo lejos.
Hiraku se despidió y recorrió el camino hasta el mar. Mientras caminaba se fijó en como la brisa removía los matorrales y la luz del sol los bañaba de un oro bruñido. «Es precioso», pensó. Después, ya en el bote (entre tempestades y brumas impenetrables), consiguió llegar al puerto de Tokio, frío y gris.

Abrió los ojos. Yacía inmóvil y apenas alcanzaba a oir.
—La cogieron herida cuando parecía que iba a escapar.
—¡Es tan solo una niña!
—Es una insurgente. Iba a robar un bote. Las normas son claras.
Del bolsillo de Hiraku brotó un maullido. Uno de los médicos del ejército de Corea le arrebató el juguete violentamente mientras Hiraku susurraba:
—Abuela, cambié el gatito por un kimono.
—¿Qué dice?
—No sé, pero es una insurgente que iba a escapar de Tokio. ¡Y las normas son claras!

Emiko siguió esperando; la flor de cerezo se marchitaba.

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12 comentarios

  1. 1. Don Kendall dice:

    Hola Félix,
    Un trabajo magistral, de magisterio, el que ofreces al taller. Merece la pena sacarle toda la punta que haga falta. Un punto de vista flexible, muy flexible, que permite manejar a un narrador omnipotente pero suave, muy suave que nos lleva a «Sueños» de Akira Kurosawa. Me parece un acierto la elección del título precisamente por eso , el «Sueño» de Hiraku. Ni que decir tiene que los nombres vienen a la medida, aunque quizá hubiese preferido que fuese Emiko la niña, – disculpa esta intromisión en tu obra- por lo de la belleza.
    No tengo más que decir, porque es una gozada de relato en el que tu narrador ha acertado con tu voz, jeje, y con la historia que cuenta. Por supuesto el reto está perfectamente cumplido y aparece con la misma suavidad que el resto del relato. Como digo, una historia, que no puede ser contada de otra manera. Espero seguir leyendo tus trabajos. Gracias por compartir

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 18:47
  2. 2. amadeo dice:

    Felix:
    Muy buen texto. Me emocioné al leerlo. Solo que algunas palabras en japonés (creo) detienen la lectura.
    Bien mostrado el mundo distópico, oscuro, controlado al máximo, sin libertades, pero que de a poco va aclarándose.
    Me gustó leerlo
    Saludos
    Estoy en el 104 por si queires leerlo y comentar

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 23:23
  3. Hola, Felix,
    Un relato excelente en el que combinas ternura y tensión, guerra y afectos. Un gran trabajo a todos los niveles : documentación, planificación, redacción… Fluye y se deja leer, despierta emociones delicadas y muestra la crudeza desde el cariño y la voluntariedad de una niña y su gato mecánico. Quedó bueno y redondo. Me pareció mucho tanto viaje de la niña en tan poco tiempo aparente. Al principio pensé que se iba durmiendo y la soñaba, pero el final indica que no es así. De modo que resulta irreal, onírico… pero es real. Si la idea era mezclar lo onírico con la vida, lo has conseguido.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 18:31
  4. 4. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Félix
    Tu cuento me ha encantado. Bien podría ser el argumento de una película de dibujos de Hayao Miyazadi. Tienes un estilo sugerente, muy visual, oriental, y atrapa.

    Te doy mi enhorabuena. Un saludo.

    No estoy en la lista este mes, leo y comento por gusto (mi cuento no se pudo publicar ya que me confundí de palabra y no cumplí las bases.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 22:41
  5. 5. Marcus Miau dice:

    Hola Félix,

    Qué bonito y crudo a la vez.

    No puedo decirte nada más. Me ha encantado.

    Un saludo,
    Miau

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 06:47
  6. 6. Samanta dice:

    ¡Hola! Antes que nada: gracias por dejarme tu comentario, me hizo mucha ilusión.
    Ahora a lo importante.
    Primero de todo decirte que es un relato precioso. Aunque no soy muy fan de los finales felices, se veía venir así que al imaginármelo como que se hace menos duro.
    Me ha gustado mucho que fueras cambiando de narrador y los adjetivos que has usado que le van como anillo al dedo.
    Por otro lado, hay algunas palabras en japonés (que por suerte conozco porque soy muy fan de Japón) que entiendo que entorpecen la lectura si no las conozces.
    Aunque lo que menos entiendo es, si la niña podía salir de Japón e ir a un lugar mejor: ¿por qué no se ha llevado a la abuela? Me ha parecido un poco raro.
    Aun así, muchas gracias por tu relato, me ha encantado; te espero para el siguiente reto.

    Escrito el 24 mayo 2017 a las 11:51
  7. 7. Jess Zyan dice:

    ¿Qué puedo decir que no hayan dicho ya los compañeros de arriba?

    Simplemente increíble, Félix Acereda.

    Nos has compartido una historia con su inicio, nudo y desenlace en menos de 800 palabras, y eso ya en si es un logro del que deberías sentirte muy orgulloso.

    El destino de Hiraku se torna incierto desde el momento en que comienza la fantasía de los sueños, y algo que me llamó mucho la atención es la sutileza, al momento de dar a entender que el sueño ha comenzado.

    Muy buen trabajo. Gracias por dejarnos leerte.

    Escrito el 25 mayo 2017 a las 04:06
  8. 8. Juan Nadie dice:

    Bonito relato y a la vez escalofriante.

    Escrito el 25 mayo 2017 a las 16:05
  9. 9. Félix Acereda dice:

    Muchas gracias por vuestros valiosos comentarios, Don Kendall, Amadeo, María Kersimon, Marcus Miau, Samanta, Jess Zyan; Diferentes interpretaciones enriquecen la idea de mi relato, y eso me encanta. Hay matices que incluso se me escapan y luego con los comentarios se alinean en mi cabeza como agitados por la fuerza de un imán. Además he disfrutado (probablemente más) leyendo vuestros relatos. Mil gracias.
    Juan Nadie, R.J Esperanza Pardo, os agradezco mucho que hayáis leído el relato aún sin haber participado en el reto, y espero ansiosamente poder leeros, no sé si será en el siguiente, espero que sí.

    Escrito el 25 mayo 2017 a las 20:18
  10. 10. Felix Acereda dice:

    Juan nadie: Si que ha escrito usted un texto en este reto y me alegra mucho, vaya despiste el mío. ¡Esta noche lo leeré a fondo!

    Escrito el 26 mayo 2017 a las 19:28
  11. 11. lilian ht dice:

    Hola Félix,
    Tu relato es muy lindo ya que describes tu lugar distópico al relatar las acciones de tus personajes. Es muy triste lo que le pasó a Hiraku, a pesar de que tu relato es ficticio, refleja la realidad de muchos niños que sufren a causa de la tiranía de varios países.
    Muy bien escrito, lo que me gustaría ver, la próxima vez, en tus relatos son los espacios entre los párrafos para hacer menos pesada la lectura. Gracias por leer mi relato.
    Saludos.

    Escrito el 26 mayo 2017 a las 20:43
  12. 12. Laura dice:

    Hola Felix Acerea.
    Gran relato, dulce y profundo.
    No quiero desmerecerlo para nada ya que es una pintura japonesa en palabras. Lo único que me parece que merece una revisión es la oración:Se fué sin mirar atrás y la luna redonda le guiaba en sus pasos. Me suela feo la y que conecta a la niña con la luna. Tal vez un punto o una coma para indicar la relación entre ambos elementos. Pero como dije antes, nada que lo desmerezca en absoluto. Es tan sólo mi humilde opinión.
    Nuevas felicitaciones.

    Escrito el 2 junio 2017 a las 10:49

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