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El paraíso - por Silvia Peregrina

El paraíso

La Madre Teresa tomó el periódico y comenzó a leer sonriendo. El sol de la hora de la siesta no podía inmiscuirse por entre las ramas apretujadas que daban sombra a la mecedora de la Madre. El fino hábito de seda también contribuía a que soportara con comodidad el calor. Ustedes se preguntarán cómo puede ser posible que una monjita tan austera usara un ropaje así. Cuando les cuente lo que leía, lo entenderán.

La primera página estaba dedicada a la salud, explicando que los pocos casos de neumonía ya se daban por curados. Las demás enfermedades eran cosas del pasado. Edificios de clínicas y hospitales se destinarían a salas de estudio, de juego, de esparcimiento en general. La página siguiente mostraba con alegría rejas, candados y sistemas de alarma en desuso. La inseguridad no era un problema para nadie, la delincuencia sólo un mal recuerdo. El periódico seguía con sus buenas noticias: no más hambre, no más dolor, no más guerras.

Ahora cada uno trabajaba en lo que amaba con verdadera vocación. Sin estrés laboral, sin jefes iracundos, sin horarios agotadores. De esta forma, nada faltaba en el planeta, se cultivaba lo necesario y aún más, se fabricaban muebles y utensilios que suplían hasta la más ínfima de las necesidades. Un equilibrio pleno de armonía rondaba las actividades y conformaba a las apetencias ya vacías de ambición. Hasta las religiosas podían vestirse con prendas elegantes, porque todo alcanzaba para todos.

Una Teresa feliz, dejó la lectura y amplió su mirada hacia el cielo. Por fin Dios había tomado cartas en el asunto. Junto a su hijo Jesús, cumplieron las añejas profecías. El paraíso en la tierra, aquel paraíso perdido, hoy recuperado. Nadie supo qué ocurrió con la maldad y con los humanos que la practicaban, pero ya no estaban. Cada sobreviviente coexistía con sus semejantes a gusto, sin miedos ni temor al futuro, con la seguridad de que nada ni nadie le faltarán.

Con un suave sacudimiento de cabeza, pensó en tantas lecturas distópicas, que auguraban un futuro maltrecho, de opresión y escasez. Donde una tierra y naturaleza devastadas sólo proveerían de alimento a las élites custodiadas por sangrientos militares. Donde una muchedumbre escapada de la hecatombe, sólo podría seguir viviendo en estado de esclavitud. Donde las enfermedades harían una vez más su selección natural.

Nada de esto había ocurrido, sino exactamente lo contrario. Ante el descreimiento general, ahora las aguas eran puras, el aire limpio, la vegetación verde, sana, los animales libres. La utopía triunfó una vez más sobre la distopía.

−Hermana, despierte, le traje su té.

La religiosa despertó. Ni periódico, ni sombra, ni seda, ni…

La siesta le jugó una mala pasada. El sol golpeó su mirada incrédula, palpó la aspereza del viejo hábito, su sueño terminó en pesadilla. El mundo seguía tan alocado como siempre y la amenaza distópica, ahí, a un paso.

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12 comentarios

  1. 1. Yurisander dice:

    Hola Silvia
    Me gusta mucho la fe en el mejoramiento humano que desborda este relato. En otro relato de este taller, le dije al autor algo que también le reitero a usted: es un resumen de una historia que podría extenderse todavía más en detalles, vamos, en una novela.
    Yendo a lo formal, me chocan dos cosas. En el primer párrafo, comienza con un narrador en tercera persona que cuenta, a un narrador que le habla directamente al lector: “Ustedes se preguntarán cómo puede ser posible que una monjita tan austera usara un ropaje así. Cuando les cuente lo que leía, lo entenderán.”
    Si eso se suprime del relato, no pierde fuerza ninguna, de hecho, gana en aumentar la curiosidad por ese mundo perfecto.
    Además, me sobran los tres puntos que llevan al desenlace, donde descubrimos que es un sueño. Sin ellos, el punto de giro se reforzaría.
    ¡Saludos!

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 18:00
  2. 2. Laura dice:

    Hola Silvia.
    Has creado un lindo relato, donde ya me estaba preguntando cómo se había logrado semejante maravilla, cuando resulta que todo es un sueño.
    También ellos nos ayudan a seguir viviendo.
    Hasta el próximo mes

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 11:48
  3. 3. Silvia Peregrina dice:

    Yurisander, gracias por comentar mi relato. Ahora mismo visito el tuyo
    !Saludos!

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 17:46
  4. 4. Silvia Peregrina dice:

    Elana, muchas gracias por comentar mi relato.

    Ahora mismo visito el tuyo

    ¡Saludos!

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 17:47
  5. 5. Silvia Peregrina dice:

    Perdón, Elena, no Elana…!!

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 17:53
  6. 6. Charola dice:

    Hola Silvia!

    Gracias por comentar mi relato.

    El tuyo, me gustó y me sucedió lo mismo que a Laura. Todo era tan bonito que no pudo ser real. Jeje. Ni siquiera para un relato distópico. Me hubiese gustado que siga, que hubieses hallado la fórmula, quizás un nuevo Mesías, un líder o quizás después de una hecatombe, los que sobrevivieron empezaron a vivir con amor a la naturaleza y al prójimo. Escribes bien.

    Nos leemos. Hasta el próximo mes.

    Un abrazo.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 01:30
  7. 7. David Matute dice:

    Hola Silvia, me encantó tu relato de sueño con abrupto despertar jejejejeje seguiremos mejorando nosotros para hacer un mejor mundo.
    Con respecto al texto, además de estar de acuerdo con Yurisander, tengo varias sugerencias para tu consideración:
    * “Por fin Dios había tomado cartas en el asunto. Junto a su hijo Jesús, cumplieron las añejas profecías”.En esta segunda oración el sujeto, sobreentendido, es “Dios”, por lo que el verbo debe estar en singular
    * “El paraíso en la tierra, aquel paraíso perdido, hoy recuperado”.Falta el verbo (estaba, o había sido recuperado)
    * “Cada sobreviviente coexistía con sus semejantes a gusto, sin miedos ni temor al futuro, con la seguridad de que nada ni nadie le faltarán.” El tiempo del verbo “faltarán” no concuerda con el tiempo de la oración
    * “El sol golpeó su mirada incrédula, palpó la aspereza del viejo hábito, su sueño terminó en pesadilla” Aquí “El sol” es el sujeto de la primera oración;pero no puede ser el de la segunda
    Espero te sean de utilidad
    Muchas gracias por tus comentarios a mi escrito
    David

    Escrito el 23 mayo 2017 a las 22:16
  8. 8. Patricia Luna dice:

    Hola Silvia Peregrina!
    Muy bonito y dulce tu relato, lleno de luz; pero con un final muy real. Es un texto muy fluido, con ritmo y de fácil lectura y a la vez profundo que deja paso a la reflexión.
    Gracias por compartirlo y por visitar mi narración.
    Hasta la próxima lectura!

    Escrito el 24 mayo 2017 a las 00:17
  9. 9. Silvia Peregrina dice:

    Hola, David Matute, no recuerdo haber pasado por tu relato, lo busco en la recopilación y no encuentro tu nombre, ¿con cuál está?

    Respecto a los puntos que me señalás, están bien para un texto académico, pero para uno literario, están permitidos, te sugiero leas un manual afín, o consultes alguna página similar a ésta http://retorica.librodenotas.com/

    En cuanto a los sujetos o tiempo verbales que marcás, te recuerdo el uso de las oraciones subordinadas (o secundarias). Son las oraciones compuestas que dependen del núcleo de otra oración, la llamada oración principal. En tu ejemplo, el sujeto sigue siendo la Madre Teresa, por eso en las oraciones siguientes escribo ‘su’.
    Saludos

    Escrito el 24 mayo 2017 a las 00:59
  10. 10. PerePaella dice:

    Hola, Silvia

    Gracias por pasarte por mi relato.
    El tuyo me ha gustado mucho, nos has regalado un sueño que bien podría ser lo que soñaba realmente la madre Teresa.
    Yo sí creo que el relato es un todo en sí. Lo que no tengo tan claro es que sea un relato distópico. El sueño sería una utopía, como bien dices en tu texto, pero al terminar siendo un sueño, solo sería eso. Según nos explican aquí mismo en Literautas:
    “La ficción distópica consiste en la creación de una sociedad ficticia que, pretendiendo la felicidad de sus habitantes, logra justamente lo contrario: miseria, sufrimiento y/u opresión.”
    Quitando eso el relato está muy bien escrito y he disfrutado de su lectura.
    Enhorabuena por el relato y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 24 mayo 2017 a las 09:14
  11. 11. Silvia Peregrina dice:

    Gracias, PerePaella, por tu comentario.
    Si, es así, es una utopía que se contrapone con la amenaza de un mundo distópico, que, esperemos, no llegue nunca.
    ¡Saludos!

    Escrito el 24 mayo 2017 a las 16:26
  12. 12. Lionel Muñoz dice:

    Muy buen relato Silvia Peregrina. Me gustó. Creo que no cumple con “el Reto” pero aún así es bueno. Engancha desde el principio y despierta una curiosidad por saber más. El final, aunque esperable y quizás muy usado, me pareció bueno y le quedó bien al relato. Gracias por comentar el mío.

    Saludos.

    Escrito el 26 mayo 2017 a las 01:37

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