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Éxodo - por yolareina

El viejo se sentó sobre la roca, al igual que él, había sido moldeada por las olas. Extendió las piernas y volvió a sentir la suave caricia del agua subiendo desde los pies hasta la cintura como si un manto de seda le acariciara la piel a pesar del inclemente sol. ¡Otro más que cae! La boca reseca y los ojos cerrados hicieron exclamar a los caminantes a su alrededor.
Poco a poco se fue incorporando ante la mirada atónita de los otros, no era habitual ver sobrevivir a quienes caían en el polvoriento suelo, plagado de rocas filosas, de lo que alguna vez había sido un océano.

Continuó el camino, mas, esperó para ser el último de aquella multitud que lo obligaba a seguir un paso no propio para sus años. Tampoco deseaba escuchar las críticas a su intransigencia de hacer el viaje, ya había oído lo suficiente.
Los caminantes llegaban a las puertas de la gran ciudad con la creencia de que estas se abrirían y una multitud llegaría a recibirlos con la mayor alegría, ahora frente a ellas veían aun incrédulos que no era así.

El viejo agazapado a cierta distancia observaba lo que acontecía. Los clasificaban, solo aquellos a quienes juzgaban enérgicos y saludables les permitían entrar. Se sintió descartable y decidió buscar alguna sombra donde descansar y fortalecerse antes de emprender el regreso.

Un pequeño emergió de una oquedad casi imperceptible al pie de la altísima pared rocosa que sirve de resguardo a la Ciudad. El muchacho se asustó, no esperaba encontrar a alguien tan cerca. Ven le dijo al viejo acompañando las palabras con un gesto. Haciendo un esfuerzo casi imposible siguió al niño que lo condujo por oscuros túneles hasta llegar, no supo cómo, a una salida en lo alto de la pared desde la que se divisaba toda la Ciudad.

El viejo miró perplejo, desde esa altura descomunal, podía ver con lujo de detalles a todos como si los tuviera al alcance de la mano. No había emitido sonido alguno y aun así el muchacho comenzó a explicar.

Esas allí, dijo el chico, son las madres; significan la suprema autoridad pero solo se ocupan en llorar a sus hijos muertos, en reyertas o guerras interinas por el poder. En el escalón sobre ellas, señaló a lo más alto, los patriarcas fundadores de la Ciudad para ellos es la mejor comida, emplean su tiempo en descansar y entretenerse pues según dicen, ya han trabajado suficiente.

Aquellos casi salvajes de allá abajo, continuó explicando, son los cuartos hijos que no tienen ningún valor para la sociedad, más bien, constituyen una carga por eso comen la carroña que tiran los patriarcas, las madres y los primeros hijos.
Según bajaban los niveles más depauperado parecía todo, incluso la gente que habitaba allí.

Allá están los guardianes, ellos cuidan las puertas para que nadie salga o entre sin ser revisado. Todavía no conocen los túneles en los que nos escondemos los descartables sino ya nos hubieran invadido.

No tuvo que preguntar por los del fondo del foso que terminaba en una explanada parecida a una plaza y donde se agolpaba una multitud que era agitada hacia un lado u otro como un rebaño perseguido por los guardianes, quienes tirando latigazos alcanzaban a unos u otros sin piedad.

Ese es el rebaño, los productores, trabajan para mantener la sociedad y la vida de la Ciudad funcionando. Son los que llegan, no pueden intentar escalar hasta haber pasado más de quince años como esclavos. Unos pocos logran subir, la mayor parte muere o se conforma con su suerte.

Solo nosotros somos libres, vamos de un lugar a otro, comemos lo que producimos en la colmena y tratamos de salvar a todos los descartables que podamos, a los que quieren regresar a sus comunas les ofrecemos una forma segura.

Fue entonces que vio, sin moverse de allí, un centro bajo tierra donde se cultivaban hongos y vegetales pero nada comparado con las frutas frescas que acostumbraban a comer allá en su comuna. Toma, dijo el viejo, extendiendo unas semillas, tal vez puedan plantarlas. Claro, suspiró el chiquillo, hace tiempo esperábamos por ellas.

Quiso entonces el viejo preguntar por su familia y el muchacho puso un dedo sobre sus labios en señal de silencio.
Una lágrima se escurrió por la mejilla del anciano, volvió a sentir los labios resecos y el sol inclemente, mientras se alejaban cada vez más los caminantes que viajaban a la Ciudad prometida.

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15 comentarios

  1. 1. Roster dice:

    Hola yolareina
    Muy bueno tu relato, se ve claramente reflejado un mundo demasiado parecido al que vivimos en algunas cosas, a otras civilizaciones que nos precedieron y en suma, lo que hace el hombre una y otra vez a lo largo de los siglos.
    A mi ver el final merecería mas profundidad. Demasiado natural la actitud del viejo ante la espantosa sorpresa negativa al ver lo que encuentra y lo que esperaba.
    Saludos si quieres, estoy en el 48
    Roster

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 17:44
  2. 2. Marcus Miau dice:

    Hola yolareina,

    Me gusta el mundo distópico que has creado y me gusta también las descripciones y símiles que haces. Me gustaría haber visto al igual que Roster algo con un poco más de profundidad.

    Por otro lado, pienso que el uso de algún signo para diferenciar los diálogos del resto del texto me hubiera ayudad, como lector, a seguir el texto de manera más fluida.

    En todo caso, enhorabuena por el relato! 😉

    Saludos,
    Miau

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 18:18
  3. 3. yolareina dice:

    Gracias Marcus Y Roster por sus comentarios se que era necesario que el relato fuera más profundo y que quedaron cabos sueltos pero fue saliendo así y cuando vine a ver me quedaba muy poco espacio y tiempo. Se que debo trabajarlo más para que resulte algo mejor gracias una vez más por leerme.

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 20:36
  4. 4. KosaK dice:

    Hola Yolareina,

    Me gusto mucho tu relato, creo que es una especie de alegoría de nuestra realidad, muy bien llevada la idea, felicidades

    KosaK

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 21:12
  5. 5. Marcelo Kisi dice:

    Hola yolareina!

    Soy tu vecino de arriba, así que me toca leerte.

    En tu relato hay un esbozo de un mundo en el que podrían ocurrir muchas cosas. Es muy imaginativo y está muy bien planteado, aunque falten cosas. Pero va bien.

    Siento que, de algún modo, todos los aspectos están insinuados, como empezados. Un buen relato plantea un mundo como una plataforma solamente. Luego, la historia, la acción, es lo que debe ocupar el centro. Estoy seguro que queda mucho más por explicar sobre este mundo distópico. Pero más todavía queda por dilucidar cuál es la historia: quién es el viejo, adónde va o de dónde viene, quién es el muchacho: por qué primero se asusta y después, como si tal cosa, se pone a hablar con el viejo. Y lo principal: cuál es la acción, qué pasa luego. Hasta aquí se trata de un niño que le explica el mundo al viejo. Nada más, no hay historia.

    Si te pudiera hacer una propuesta para avanzar en la técnica de escribir relatos, sería: ok, tenemos el mundo planteado: ¿qué historia podría ocurrir en él? Puede ser entre el niño y el viejo, o entre ambos y los habitantes del “rebaño” o quienes los maltratan, o el niño lleva al viejo a su comuna y ahí se lo presenta a su madre, quien descubre azorada que ese viejo no era otro que… etc. Vos sabrás.

    Espero que puedas comprender el concepto y continuar escribiendo, porque tenés imaginación. Adelante!

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 12:17
  6. 6. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola, te hago mi visita mensual, como cada mes, me gusto mucho tu relato, bien trenzado, interesante buen final.
    Gracias por escribir

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 12:59
  7. 7. amadeo dice:

    yolareina:

    Buen texto aunque demasiado generalizado. Me hubiera gustado más concreto (tal vez menos escalones de calidades de vida) y más detalles del muchacho (cómo vive) que acompañó al anciano
    El final final, algo confuso. ¿El anciano volvió al lugar inicial? Tal vez sea yo el confundido.
    Saludos
    Estoy en el 104, por si quieres leerlo y comentar

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 23:56
  8. 8. SBMontero dice:

    El texto es muy bueno. El uso de los dos personajes es impecable, uno introduce lo buscado y el otro le descubre lo que busca.

    Una vez dicho esto, tienes dos problemas claros con la narración. La más evidente es que tiendes a contar, no a mostrar, y eso es un problemón, porque, por buena que sea la historia, si no eres capaz de hacer que el lector vea lo que quieres que vea, en vez de lo que tú ves la narración cojea.
    El segundo problema es el ritmo, pero este problema es producto del primero. La narración se basa en la historia y en cómo se narra, si cuentas en vez de mostrar el ritmo desaparece, se convierte en monótono, plano, y la narración pierde textura, queda demasiado gris.

    No me entiendas mal, me ha encantado, los dos primeros párrafos son de verdad impresionantes, es más una cuestión de punto de vista.

    Sigue escribiendo.

    Un saludo.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 20:24
  9. 9. Galia dice:

    Hola Yolareina: me gustó mucho tu relato, quizás como comentaron algunos lectores hubiera extendido el final y hubiera contextualizado un poco más aspectos de la vida del viejo y el niño, un poco más de intriga entre el encuentro de ambos personajes y una reacción más profunda del viejo frente a ese universo. De todas maneras está muy bien representado ese mundo distópico.Nos seguimos leyendo.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 00:32
  10. 10. Laura dice:

    Hola Yolareina.
    Coincido con los comentarios anteriores. Tal vez eliminando el salto incial al mar de arena y rocas podías ganar en palabras para profundizar en la probable relación entre el viejo y el niño.
    De todos modos, un relato que deja su huella.
    Hasta el relato próximo

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 13:41
  11. 11. María Esther dice:

    Hola Yolareina, he leído tu relato y me gustó por la sencillez con que está escrito, los personajes que presenta y el universo distópico que has creado. Yo no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo, pero ya he leído varios y estoy aprendiendo.
    Me resultó muy claro el comentario de Marcelo Kisi sobre los personajes y su historia.
    Espero que sigas escribiendo.
    Felicidades, te seguiré leyendo.
    Maritel en el 91

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 00:53
  12. 12. yolareina dice:

    Gracias a todos por sus comentarios que son siempre muy bienvenidos por que ayudan a que redondee la historia. Los tomo en cuenta.

    saludos

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 12:40
  13. 13. María Kersimon dice:

    Hola, yolareina,
    Gracias por visitarme y comentar mi texto. Vengo a devolverte la visita. Un marco interesante para una historia fascinante, que ya está empezada dado que los caminantes van hacia la ciudad. No sabemos qué pasó ni qué pasará una vez llegados. Entrevemos que serán esclavos durante 15 años menos el viejo. Tienes una buena descripción de una sociedad, bastante realista como sociedad arcaica, y el inicio de una historia que pide ser continuada. Me encantó el primer párrafo, cuando el viejo se sienta a sentir el mar (en su imaginación)donde ahora no hay más que piedra y polvo. ¿El viejo había estado ahí antes, verdad?… además pregunta por su familia… Al final ¿será el único que se podrá quedar?
    Saludos.

    Escrito el 23 mayo 2017 a las 14:27
  14. 14. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Yolareina. Yo soy el 2 y me toca leerte. Tu relato es muy imaginativo por los escenarios que sabes plasmar. Ya los comentaristas te dieron a conocer sus cuestionamientos sobre el texto.

    De mi parte puedo decirte que me gustó y no tuve ningún tropiezo en la lectura. Tu vocabulario es bueno y tu idea también.

    Te felicito y adelante.

    Escrito el 24 mayo 2017 a las 05:05
  15. Hola Yolareina.

    La historia que cuentas es tremendamente atractiva. Sin embargo has pecado de contar demasiado. Es como un borrador o un resumen. Le falta digamos… La literatura.
    En el siguiente mes quiero ver tu pluma, tu maestría de escritora, todo aquello que llevas dentro.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 27 mayo 2017 a las 15:57

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