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El bando ganador - por Mara

Sandra se sentó en su despacho, feliz, con el sobre rojo en las manos. Todo había ido como la seda para variar. El camino había sido difícil pero al final lo había conseguido. Mientras miraba distraídamente por la ventana hacía acopio del valor para llamar a su hermana, ella no estaría contenta, solo esperaba que no dijera nada que las pusiera en peligro, a veces era demasiado temeraria. Con una mueca de resignación cogió el teléfono y pidió hablar con la extensión de Dana, sabía que si tardaba más resultaría extraño, no era tan ingenua como para no saber que estarían esperando la llamada, oyendo la conversación. Dana tardó tres tonos en coger el teléfono, tres tonos eternos.
– Hermana– últimamente mantenía una actitud muy fría cuando hablaban, ella también sabía que debían estar escuchando.
– Has tardado en contestar.
– Estaba en el servicio. ¿En que puedo ayudarte?
Lo cierto es que era realmente triste en que se habían convertido en los últimos años y no solo ellas sino todas las ciudadanas. Aunque las muestras de afecto no estaban penadas, es más, eran fomentadas por el Gobierno ya que era la esencia de lo que nos diferenciaba de «ellos» el recelo que suscitaban ciertos sectores de la población, como por ejemplo su hermana, hacía que todas tuviesen mucho cuidado de mostrar afinidad por ciertas personas incluso cuando estas eran familia directa, las consecuencias podían ser catastróficas, las desapariciones estaban a la orden del día. Nadie quería que la sombra de la duda cayera sobre ellos, nadie quería que la tacharan de rebelde, todos vivían con miedo.
En realidad tenía que admitir que ella había sido una de las que había votado al Partido, había creído en la utopía. Los hombres llevaban demasiado tiempo en el poder ¿y que habían conseguido? Guerra, hambre, caos, violencia… Con cada nueva noticia de asesinatos de mujeres, violaciones, maltrato domestico, etc… la indignación había ido aumentando, el descontento se había vuelto insoportable. Estaba harta de tener que pelear el doble para conseguir lo mismo, estaba harta de que la menospreciasen por ser mujer, estaba cansada de tener miedo a salir por la noche sola, de los «piropos» indeseados, de que la tachasen de hormonal… estaba harta. Y no fue la única, las mujeres se fueron organizando, primero llegaron las manifestaciones, luego las asociaciones, por último el Partido. Lo cierto es que fue rápido, desde la fundación del Partido Feminista hasta que ganó las elecciones no pasó ni un año, después de todo eran la mitad de la población y por una vez estaban unidas ¿porqué tenían que seguir permitiendo que las tratasen como ciudadanos de segunda?
Los problemas vinieron después. Cierto, Sandra había estado convencida de que las mujeres podían gobernar mejor, sabía que el poder estaría mejor en sus manos pero no se había esperado las nuevas leyes. No había pretendido que apartasen a los hombres de la sociedad, que los aislasen. Primero se les limitó el acceso a los puestos de poder para luego suprimirlos por completo. En cuestión de dos años quedaron reducidos a los ámbitos domésticos. Eso tampoco preocupó demasiado a Sandra, después de todo ¿no habían pasado por eso las mujeres? Cuando empezaron a separarlo fue cuando Sandra se dio cuenta de que aquello no estaba bien. En poco tiempo los hombres quedaron encerrados en guetos, dedicados a los trabajos más duros. Actualmente el único contacto que se permitía entre ambos sexos era con fines reproductivos para lo cual había que conseguir un permiso del Gobierno que emparejaba según afinidades genéticas.
–Me han dado el permiso, la inseminación será mañana– dijo intentando conservar el tono de voz neutro.
– Felicidades hermana. ¿Quieres que te acompañe?
– Por supuesto. A las 11 en el Centro Medico.
– Allí estaré—apuntó Dana para cortar la conexión sin despedirse.
Dana lo había visto venir, no había apoyado al Partido y había protestado enérgicamente contra las nuevas leyes. Se lo había intentado explicar tantas veces y Sandra nunca le había hecho caso. Dana siempre había creído en la igualdad por eso ahora la consideraban una rebelde, por eso ahora la investigaban por «confraternizar con los hombres», por eso ahora ya no podía tener casi contacto con ella. Con un suspiro Sandra volvió al trabajo preguntándose si acaso no era tan mala esta situación como la anterior pero, a la vez, alegrándose de, al menos, estar en el bando ganador.

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12 comentarios

  1. 1. Palsamo dice:

    Interesante planteamiento, Mara, original; consigues avanzar en la acción hasta situarnos donde tú quieres de forma amena y fácil. Está bien escrito y tiene ritmo. Por decir algo, echo de menos más detalle en la narración sobre cómo funcionan las cosas en el presente, pero entiendo que la limitación de palabras obliga a elegir por dónde llevar la narración. La expresión de los sentimientos de la protagonista está muy bien hecha. Me ha gustado y me ha hecho pensar. ¡Enhorabuena!

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 16:30
  2. 2. Galia dice:

    Mara: bien planteada la distopía y pareces conocedora de la grieta que separa familias, amigos, sociedades. Aquí en Argentina, se padece bastante.
    Al finalizarla, queda un sabor amargo en la boca pero realmente ninguna distopía plantea ” un mundo feliz”.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 20:24
  3. 3. amadeo dice:

    Mara:
    Espero que no llegue ese mundo: tanto para las mujeres como para los hombres. Somos iguales, pero diferentes (menos mal) Buen texto, bien planteada la trama y fácil de leer, salvo algunos párrafos MUY extensos (encontré uno de 72 palabras)
    Hay algunas repeticiones (cercanas) de palabras (me molestan e interrumpen la lectura (Ej. “mejor” y otras.
    Espero leerte en junio
    Agradecido por los comentarios al mío.
    Cordiales saludos

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 23:08
  4. 4. Mara dice:

    Hola a todos y ¡gracias por los comentarios! Unas explicaciones:
    – Palsano: el texto me salió más largo, por desgracia tuve que acortar y eliminar partes para que se ajustase al taller, tal vez sean esas partes las que hechas en falta.
    – Galia: tienes razón, las distopias no plantean un final feliz pero quería intentar plantear (y no se si me habrá salido) la hipocresía en la que muchas veces vivimos con el “mientras otro sea el que esta peor me conformo”. Ella está en el bando ganador, en el de las mujeres, además le dan permiso para reproducirse. Sabe que la sociedad en que vive está mal, que es injusta pero ¿porque va a protestar si, después de todo, a ella no le va tan mal? Si para ello tiene que separarse de su propia hermana por comodidad lo hace aun sabiendo que es la hermana la que tiene razón.
    Amadeo: tienes toda la razón, tengo que admitir que hice el texto bastante rapido porque se me hechaba el tiempo encima y se ve que no cuidé los detalles. Espero tener más cuidado la proxima vez.

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 11:59
  5. 5. ANGEL CLIMENT dice:

    Buen relato, entiendo lo del recorte, a mi me ha pasado alguna vez y pierde fuerza.
    Pero tu relato esta bien contado, con fuerza y un final que te da gana de seguir leyendo.
    Nos leemos

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 12:14
  6. 6. Mariana Sánchez dice:

    Hola Mara: Gracias por leer mi relato (soy Piquillín). Me gustó el tuyo, es posible esa distopía, todo fanatismo es malo. Es original el planteo porque;al menos es mi país Argentina, recién este año está cobrando fuerza de poder de las mujeres, y los femicidios están a la orden del día. Sin embargo, es cierto que algunos grupos se van para otro lado, discriminando al revés. Me pareció muy bien redactado y atrapante el relato, se entiende perfectamente. Te felicito.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 22:16
  7. 7. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Mara: Visitaste mi texto, en el #68, gracias.
    Interesante relato que tiene raíces históricas. Me remite a la antigua Grecia y la comunidad de la Isla de Lesbos.
    En los tiempos previos a Platón, existía la polis y el eoicos. Las mujeres administraban con toda propiedad ese ámbito que tenía la responsabilidad directa sobre la sobrevivencia de la república. El trabajo bien hecho de las mujeres, hizo recaer las ambiciones masculinas sobre el eoicos (de aquí proviene el vocablo economía) y le fue arrebatado a las mujeres. Es un tema que tiene muchas aristas y bemoles.
    Muy bien logrado, una buena entrada al tema. Felicitaciones

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 01:50
  8. 8. Pilar dice:

    Hola Mara:

    Te devuelvo la muy agradecida por tus amables comentarios.
    A mí tu texto también me ha gustado y me parece que has cumplido muy bien el reto, planteando una realidad distópica
    que hace ver que inclinar la balanza por completo hacia cualquier extrema no es positivo para nadie.

    En cuanto a lo formal, la frialdad de los diálogos entre las hermanas está muy bien coordinado con la limitación afectiva en las relaciones. Los he visto mecánicos y casi artificiales, pero creo que esa era la intención. He echado en falta alguna tilde en un “qué” o “doméstico”, así como he notado mal colocadas las rayas de las acotaciones en los diálgos. Te recomiendo el artículo en este blog sobre ellos.
    Por supuesto, son detalles mínimos que no alteran para nada la calidad de tu historia con un contenido actual, cercano y claramente reflexivo. Me ha encantado leerte.
    Abrazos.

    Escrito el 20 mayo 2017 a las 17:48
  9. 9. Menta dice:

    Hola Mara: Me ha gustado tu relato. Me ha parecido triste porque siempre piensas que las cosas pueden ir mal pero el amor de la familia pervive. Soberana tontería, porque no es así.

    Tu distopía hace infelices a una parte de la población que no es la que detenta el poder. El poder está en las mujeres pero lo han hecho tan mal que no pueden disfrutar de los hombres.

    Me ha encantado que tuvieran que hacer los trabajos más dutos, me imagino que son los domésticos.

    Tu relato no tiene desperdicio es francamente crítico. Muchas gracias por haberlo compartido con todos nosotros. Un saludo, menta

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 22:07
  10. 10. lectora70 dice:

    Hola Mara!

    Muchas gracias por comentar mi texto!

    Tu relato es realmente distópico y triste, según yo lo veo, porque es cierto que los hombres no lo hacen muy bien pero cuando las mujeres llegan al poder tampoco es que mejoren las cosas.

    La lectura de tu historia es muy ágil a pesar de la escasez de diálogos. Los personajes están muy bien descritos, así como el momento en el que se desarrollan los hechos. El final abierto da juego para un segundo capitulo.

    Muy buen relato. Me ha gustado.

    Felicidades!

    Un saludo.

    Escrito el 22 mayo 2017 a las 17:08
  11. 11. Laura dice:

    Hola Mara.
    Primera vez que te leo, pero no la última.
    Muy bien planteado tu relato, con pinceladas que en ocasiones se hacen demasiado explicativas, como ya te han señalado, pero de alguna forma nos tenías que ubicar en ese universo.
    Me encantó el tono de melancolía que lo tiñe. Mi madre decía: Ten cuidado con lo que deseas, puede cumplirse.
    Te espero el próximo relato.

    Escrito el 23 mayo 2017 a las 10:26
  12. 12. Alohomora dice:

    Hola Mara.¡Qué chulo tu relato! Me ha gustado mucho. Nunca se me habría ocurrido un mundo así. Bien planteado. Reto conseguido. Enhorabuena. Nos leemos.

    Escrito el 23 mayo 2017 a las 22:15

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